jueves, 31 de diciembre de 2020

Año de gracia 2021

 

 


 Que Dios os bendiga y os guarde

Feliz 2021

Se acaba el providencial 2020

 

No podía dejar que terminase el providencial año 2020 sin despedirlo como se merece.

En las primeras semanas parecía que el año iba a ser uno más, pero pronto se reveló su excepcionalidad y con la revelación las falsedades kikas alcanzaron un nivel insospechado.

Empezaron por declararse «prisioneros por amor a Cristo», cuando en realidad se trataba de un confinamiento por una pandemia desatada a nivel mundial 

Continuaron con mascaradas kaseras en las que los hijos de los kikos no solo tenían que kanturrear y bailotear y dar palmas, sino que también los han enseñado a lavar y besar los pies de sus kikísimos padres. Y luego subían las escenitas a internet, para hacerlas de dominio público.

Y para que el final de año sea redondo y kikondo, el orondo gurú que se da aires de profeta ha decretado un nuevo kikodogma que establece que faltar a la comunidad es pekado imperdonable.

Las caras de perro son motivadas por haberse conocido (revelado por el camorras)


¿Acaso podía esperarse más de un año providencial?

Pues eso, despedido sea como se merece.

 
La ocurrencia es de una empresa argentina

miércoles, 30 de diciembre de 2020

Kikálogo actualizado

 

Para la última entrada del año he decidido preparar algo ligerito.

Hace años ya presenté el decálogo que se enseña y practica en el CNC. Ahora, en este providencial año 202o que termina, lo he actualizado y mejorado con las nuevas revelaciones del sensible que firma lo que otros pintan.


Este es el verdadero kikálogo que debe cumplir todo neocatecumenal:

1.     Amarás al triunvirato con todo tu corazón, con toda tu mente y con todas tus fuerzas. Vivirás por y para ellos porque a ellos debes el ser quien eres.

2.     No tomarás el nombre del triunvirato en vano. Recuerda que los nombres a utilizar en tu provecho son los de Dios y la Iglesia, pero jamás los de los kikísimos iniciadores.

3.     Harás el trípode sin escaqueos, porque, por si no lo sabías, faltar a la comunidad es el pekado imperdonable. No recaerás en la liturgia de los religiosos de misa de 12 porque eso es kikanatema.

4.     Honrarás al triunvirato y sólo a él darás gloria. Haz esto y no temas exasperar a tus hijos obligándolos a acudir a la comunidad. No temas ser cruel con ellos, que ya lo entenderán a su debido tiempo y, si no lo entienden, es que no fueron elegidos.

5.     Espiarás a los hermanos y revelarás a tus kikotistas cualquier dato e información interesante que consigas tanto sobre ellos como sobre sus allegados.

6.     No te juntarás con los religiosos naturales, porque no has de unirte en yugo desigual, no sea que te veas arrastrado de regreso a la Iglesia, porque has de saber que eso es kikanatema.

7.     No ocultarás ningún detalle personal ni privado a tus kikotistas, ante ellos descubrirás todos sus secretos, a ellos revelarás todos tus defectos y vicios.

8.     No sisarás en el diezmo ni pondrás tus míseras necesidades materiales por encima del kikosanto diezmo, pues de lo contrario diosito te destruirá.

9.     No profanarás el secreto de arcano. No revelarás nuestros secretos, so pena de kikanatema y persekución por parte de toda la kikandad.

10. No consentirás pensamientos contrarios a las consignas del sumo triunvirato, los desecharás de inmediato. No juzgarás al sumo triunvirato, ellos no tienen que justificarse contigo, eres tú quien tiene que justificarse cada día, cada hora, en todo momento, porque tú eres una piltrafilla y ellos son tus amos y señores.

 

 

lunes, 28 de diciembre de 2020

Traditio symboli (LXVIII)

 

Monición al salmo 84: Qué amables son tus moradas, Señor

De entrada, la presentación ya va torcida y poco ajustada a la verdad, porque el kikirikanto conocido como “Quá amables son tus moradas” cercena y omite estrofas del salmo 84. Por tanto, se trata de una monición a un kikirikanto, no al verdadero salmo 84.

Los salmos que rezamos en la asamblea cristiana, los salmos que la Iglesia canta y proclama, no los hace sola: los hace junto con su cabeza que es Cristo. Es Cristo quien las cumplió en su carne. En los salmos, como dice el Cardinal Scusare, en el Libro de los Salmos Dios ya había preparado el ritual de su Pascua.

No existe tal cardenal. A saber a quién se quería referir el sensible y qué sería lo que dijera en realidad tal persona.

Los salmos son Palabra de Dios, son poemas; es una expresión poética del amor, la forma que Dios ha inspirado para que el hombre proclame y alabe al Señor, es decir, es una síntesis del amor de Dios y de la historia de la salvación hecha en forma poética, de diálogo con Dios. Es la oración suprema, la oración de la Iglesia: no hay oración más alta ni más grande que los Salmos.

Menos mal que Kiko se lo revela a los suyos, porque los hay que se fían de que, cuando fue preguntado, Jesús no recomendó rezar salmos, sino que enseñó a sus discípulos el Padre Nuestro.

Por eso hay salmos que son lamentaciones, gemidos que salen de lo profundo del espíritu, porque el Espíritu de Dios conoce -es Dios quien creó el espíritu del hombre- conoce sabe lo que hay en el espíritu del hombre. Por eso muchas veces, cuando el hombre está angustiado, sólo encuentra calma, se aplaca en el salmo, porque encuentra exactamente la palabra justa, la palabra que no sabe expresar. De hecho, el pobre Jesús en la cruz comienza a recitar el Salmo 21, porque está en ese momento como lo había profetizado el Espíritu Santo que se había puesto en el espíritu de David, y lo había hecho cantar con la cítara. Nosotros usamos la guitarra, y la cítara es un instrumento parecido a la guitarra, es decir, son instrumentos de cuerda con los que siempre se acompañaban; también el salterio es un instrumento de cuerda. El Espíritu Santo cantaba, ya inspiraba a David lo que tenía que cantar pensando en Cristo y pensando en su Cuerpo, la Iglesia.

Vosotros ya habéis empezado a rezar los Salmos y muchos todavía tenéis que descubrirlos; todavía no habéis entendido nada, lo que significan o lo que hay debajo, Y sin embargo, en los Salmos está escrito vuestra historia, vuestra vida, porque todo lo que está escrito en cada Salmo se va a cumplir en vuestra vida.

Y si quieres más detalles, la bruja Lola te echa las cartas o la vecina del cuarto te lee los posos del té. Porque lo que hace el vendedor de humo es propaganda de la bibliomancia, que no es cristiana.

Lo importante es que después os los aprenderéis de memoria y veréis como para todo lo que os pase tenéis la palabra justa y la alegría de ver que Dios ya lo había escrito para vosotros. ¡Lo mismo que Dios escribió para su Hijo también está escrito para vosotros!

Falso. Los salmos se refieren al Mesías, no a los adictos a la kikotina. Los salmos tendrían que ser usados para dar gloria a Dios, no para buscarse el ombligo ni como si fuese un horóscopo mágico que me va a decir lo que me puede pasar a lo largo del día. Esta es una forma perversa de convertir la oración de los salmos en una pseudo carta astral diaria.

Y encontrarás un gran consuelo al ver que lo que o está sucediendo ya estaba escrito; y de hecho el Salmo dice así: "Mira como me ha ido bien".

A saber a qué salmo se refiere. No al que se supone que está presentado, eso es seguro, salvo que en Kikónides tengan otra versión distinta a la de la Iglesia.

Lo mismo que está escrito esto del sufrimiento, también está escrita la resurrección, porque todo salmo que habla de descendimiento, todo salmo que habla de kénosis y de angustia, de sufrimiento, termina también en alegría, en alabanza, como también termina el Salmo 21: "Cantaré en la asamblea de los santos; no moriré, no dejarás mi alma en la espada, en la muerte".

El salmo 21 de la Biblia no termina así. Debe referirse a algún kikirikanto. No sé.

Por eso Jesús entra en la cruz con "Elí Elí, lamá sabactaní". Jesús rezaba siempre con los salmos, como rezaba todos los días la Virgen María con los salmos, la humilde de Nazaret. La oración de los apóstoles son los salmos; los salmos son también la oración del pueblo judío, los hebreos también hoy rezan con los salmos.

¡Qué afán por ningunear el Padre Nuestro! Y por presumir de sus viajes espaciotemporales que deben ser los que le permiten saber cómo rezaban aquellos que lo hacían en secreto y sin pavonearse de ello.

Pues bien, hermanos, entonces cantemos. Por esto sabéis que las cosas están escritas, que este libro, que en la Escritura, Dios ha preparado todo para nosotros, y que no estamos solos porque Cristo las cumplió en sí mismo, en su cuerpo. Por eso la Iglesia canta estos salmos y los hace carne, presta su cuerpo a estos salmos y alza una alabanza a Dios, pero no estamos solos. Por eso, en toda asamblea cristiana hay una cabeza, el que preside esta asamblea, actuando en la figura de Cristo: hace presente a Cristo. Está vestido de blanco, símbolo de la victoria de Cristo, porque Cristo ha resucitado, está vivo: son los vestidos de la resurrección, porque aquí nosotros no proclamamos los salmos solos, sino que los proclamamos junto con Jesucristo. Por eso algunas de las cosas que cantamos aquí son demasiado grandes para nosotros: "Yo soy humilde, Señor". Me gustaría decir: "Soy humilde, Señor", pero ¡soy un pecador! Pero Jesucristo lo dice por mí y lo dice conmigo, me protege: es Cristo quien lo está realizando en mí, lo que cantan estos salmos.

Aquí escuchamos, hermanos: "¡Es hermoso dar gloria al Señor y cantar tu Nombre, oh Altísimo! Anuncia tu amor por la mañana...". 

Lo anterior es un remedo kiko del salmo 92: Bueno es alabarte, oh Señor, y cantar salmos a tu nombre, oh Altísimo; anunciar por la mañana tu misericordia, y tu fidelidad cada noche…

¡No se cumple porque por la mañana yo no tengo alegría, no tengo ninguna gana de dar gloria al Señor! Pero Jesucristo sí, y te lleva; porque el Camino Neocatecumenal tiene tres etapas, tres fases: precatecumenado, catecumenado y elección.

Lo que no tiene es final, porque no funciona. Si funcionase, una vez edificado el hombre nuevo ser retirarían los andamios que solo afean e impiden ver el resultado, pero no ha funcionado nunca, con nadie.

El precatecumenado tiene como fundamento de nuestro caminar la kénosis, el descendimiento para conocer nuestros pecados. 

Para dar a conocer a los kikotistas vuestros pecados, quiere decir, de forma que tengan un arma con la que controlaros.

Durante el catecumenado, simplificar dentro de nosotros este hombre viejo, destruir poco a poco este hombre viejo: esta es una obra que Dios hace en nosotros por su misericordia como lo hará hoy mediante este sacramento de conversión; para entrar en la elección, el tiempo de alabanza, el tiempo de gratitud: sed agradecidos con el Señor, tened un corazón que agradezca, dadle gracias por las maravillas que está haciendo en vosotros, a lo largo de vuestra vida.

Dadle gracias si os ha abierto los ojos, os ha preservado para que no renunciéis a la libertad o la recuperéis.