sábado, 30 de noviembre de 2019

Kikos, está mandado, creced y multiplicaos (y II)



Una vez que ha cogido callerilla, el ponente está en condiciones de revelar a los creyentes kikianos cual es la fórmula mágica en el noviazgo para reconocer que la otra persona es él o ella, la designada por Dios. El signo irrefutable es el siguiente: Yo pondré palabras en su boca. De manera que es la palabra del muchacho/a la que hace que se encienda el corazón de su pareja. -Ahí queda eso. Es que los kikos son muy amigos de magias esotéricas y prodigios de prestidigitador. Y, especialmente, son muy amigos de tergiversar las Escrituras y sacarlas de su contexto para hacer uso y abuso de ellas a su bola.
Entonces, dice el ponente, ambos suben al altar y Dios bendice la unión conyugal y es Dios quien jura que nunca les faltará el vino. -Y sin comerlo ni beberlo se hace responsable a Dios de llevar los matrimonios neocatecumenales. Será por eso por lo que tantos fracasan.
Y, como era de esperar, un itinerante kiko no se queda respetuosamente fuera de la alcoba, sino que entra con los recién casados para decirles como han de actuar en el tálamo nupcial.
Asegura el ponente que el señor de ellos se hace presente en el lecho conyugal, que es el sancta sanctorum donde aparece su dios. Y por si alguien todavía tiene dudas de que su perorata poco o nada tiene que ver con la moral cristiana, larga los consabidos mantras sobre que el sexo entre cónyuges es un sacramento. Por eso, dice, antes de subir a este altar -el tálamo- es justo limpiar los pecados y pedir perdón a dios -el suyo- y al marido. Y tras un momento añade: Y el marido lo mismo. -Se acaba de inventar el megasagramento falsificado que no solo da gustito sino que además limpia. Ya puestos, una pena que no se le haya ocurrido agregar que también repara las faltas y reduce el colesterol. Total, por fantasear que no quede
Pero va más allá. En un momento dado el ponente asegura que: En el cristianismo no existe una mujer frígida. -¡Pues claro que no! Faltaría más que alguna mujer casada no estuviese siempre y en todo momento dispuesta a subir al sancta sanctorum de la vida conyugal. Vamos, no me fastidies, como si tuviese alguna otra misión en la vida. Es muy importante que haya dicho tal cosa, para que los maridos sepan lo que pueden reclamar a sus esposas. Porque sabido es que jamás en la vida ha existido un marido que haya desatendido a su esposa para reservarse para otra, ¿verdad? Así que la advertencia, lógicamente, solo podía ser en un sentido. Y además convenía que fuere admonitoria.
Pero tras la “papanatada” precedente, el mitinero se pone a asegurar que lo primero, antes de pasar a la acción, es hablar. Pero atentos, esto no es una charla cualquiera. Esto, dice el menda, es una “liturgia de la palabra” -Si no tiene el menor respeto por el altar y decide igualar una cama con el altar, ¿por qué iba a tener mayor respeto por la liturgia?- . Más aún, sigue diciendo, el protagonista es dios -el suyo-.
De manera que todas las noches, antes de la acción, hay que hablar. Y el mitinero debió pensar que este era un buen momento para volver a hacer un uso tergiversado de una cita bíblica, porque dijo lo siguiente: Todo lo que pidáis a mi padre en “este altar” -ya sabes, la cama donde haces algo más que dormir- mi padre os lo concederá, reunidos dos o tres en mi nombre, porque la mujer puede estar embarazada. Cristo está hablando del amor conyugal, del “altar conyugal”.
Y este individuo, uno de los 72, uno que presume de leído, uno que dirige el CNC en un país, se queda tan ancho después de soltar lo anterior ya que gracias a su prodigiosa visión de rayos ultra cósmicos debe de saber qué es lo que pensaba Cristo en cada momento de su existencia terrena.
Prosigo. Solo después de haberse pedido perdón y de haber procedido a una liturgia de pedir el oro y el moro a diosito que, como responsable de que no les falte el vino, está obligado a atender todas sus peticiones, pueden los esposos proceder a consuman la unión conyugal.  Eso sí, el ponente sugiere que esta amena actividad -no queda claro si conviene que haya guitarreo de por medio- sea realizada a diario. Y de nuevo pretende justificarlo con una “cita bíblica”: Cada día el esposo sale contento de la alcoba para recorrer el camino de la voluntad d dios. Y levanta la tierra y aplasta el mundo. Por eso la familia salvará al mundo entero.
Creo que lo que intentaba decir es que necesitan que los jóvenes tengan muchos kikitos porque el invento del CNC se les va al garete.

jueves, 28 de noviembre de 2019

Kikos, está mandado, creced y multiplicaos




Algo que los abnegados itinerantes de nación tienen asegurado es el derecho a vacaciones, puesto que todos ellos practican la itinerancia kikil como un trabajito remunerado -a costa de los de siempre- y con tiempo de vacaciones -cuyos desplazamientos y estancias en destino también cubren los de siempre-. El gran jefazo es el primero que da ejemplo al respecto.
Y a imagen y semejanza del jefazo, hay itinerantes que aprovechan su destino vacacional para dar mítines propagandísticos -aunque ellos lo llamen charlas o conferencias o cosa por el estilo-, que a veces concluyen con un ágape -provisto por los de siempre- y una bolsa negra -o un sobre- en agradecimiento a los gritos desaforados emitidos por el loro de turno en su arenga a la asamblea.
Un amigo del blog me ha hecho llegar el audio de uno de tales mítines a cargo de un itinerante de nación centroamericana de vacaciones por su tierra natal en época estival. El mitin, que se suponía una arenga a los jóvenes para instruirles sobre la moral sexual cristiana, es un rollazo. El mitinero es aburrido, sin gracia, sin chispa y no se aprecian en el mismo verdaderos conocimientos de moral cristiana, en cambio, sí parece un loro bien instruido sobre los mantras de cierto itinerario que no lleva a ninguna parte.
Pero mejor trato de hacer un resumen de lo que este individuo -uno de los 72 del colegio de electores- largó por la boquita.
En primer lugar tenía que meter el CVII de alguna manera. Es una obsesión que tienen los neocatecumenales, hay que nombrar el CVII como sea y hacerse pasar por hijos del mismo. Pero en este caso, la mención, llevada por los pelos, desemboca en una sorprendente declaración que revela el profundo conocimiento que tienen los itinerantes de los planes demoniacos, casi como si fuesen íntimos del demonio y este les confiase sus secretos. Porque lo que este hombre dijo fue que de la misma forma que hubo un Concilio Vaticano II, también los demonios, por envidia, organizaron su concilio para acordar qué hacer para destruir a la humanidad. Y llegaron a la conclusión de que lo mejor era atacar a los jóvenes con la pornografía que, según este menda, existe porque existe internet que es una herramienta del maligno.
Y tras la consabida advertencia para que los jóvenes no tengan internet ni redes sociales porque seguro, segurísimo que no tenerlo los mantiene castos y puros y libres de las redes de la pornografía que tanto daño hacen a los neocatecumenales, se puso a desvariar sobre temas arcaicos que nada tienen que ver con el cristianismo, sino con el judaísmo de hace mucho, mucho tiempo.
Así, se despachó con las siguientes afirmaciones:
□ Hay 613 mandamientos en el Pentateuco. -¿Y a mí qué?
□ El primero de todos es «Creced y multiplicaos». -¿Esto era una charla para jóvenes solteros?
□ En la antigüedad, un judío a los 20 años tenía que estar casado para darle hijos a dios. -Lamentablemente se le olvida aclarar que ese dios no es nuestro Dios y que en esa antigüedad tan antigua la esperanza de vida de los varones posiblemente no pasaba de los 50 años de media.
□ Un joven a los 13 años ya era considerado adulto. Y una chica a los 12 años, con la primera regla, ya era considera casadera. -Donde dice adulto no se refiere a libre de la autoridad paterna, sino a casadero, pero siempre sometido a la decisión del padre, que será quien negocie el casamiento. ¿Y qué tendrá esto que ver con la moral cristiana? Ya me gustaría saberlo.
□ Dios prepara a la mujer para ser madre. -El rollo venía a decir que lo único que ese dios -que no es el nuestro- quiere de la mujer es que tenga hijos. En otras palabras, que no es esfuerce mucho por estudiar ni por ser una profesional, lo que tiene que hacer es casarse pronto.
□ No es bueno que el hombre esté solo. -Ya, pobrecito, que cuando no hay futbol en la TV se aburre.
La cosa seguía con advertencias sobre la muerte que caerá sobre todo aquel que derrame su semilla por tierra, para que a los chicos les quede claro hacia donde tienen que encaminar sus apetencias. Y la conclusión del ponente era que en el judaísmo la sexualidad es sagrada. Lo que inevitablemente me lleva a pensar en los dioses paganos que se dedicaban a organizar orgías y a procrear entre ellos. En el paganismo, con dioses caracterizados por sus apetitos sexuales, no negaré que la sexualidad fuera un rasgo divino y, por lo tanto, sagrado. Pero en una presunta charla sobre moral sexual cristiana, me parece fuera de lugar. La sexualidad es humana, y animal, por cierto.
Bueno. El caso es que el ponente ha llegado a la conclusión de que no es bueno que el pobrecito hombre esté solo. A partir de esta premisa, dispara una nueva andanada de mantras kikiles.
□ Dios lleva tu historia con una precisión de relojero suizo. Por tanto, un día te pondrá delante la mujer o el hombre destinado para ti y tú la/lo reconocerás.
□ Está mandado, dice: No te casarás con un pagano, con una cananea. O te pasará lo que a Sansón por encapricharse de una pagana.
En este punto se detiene mucho y pone de relieve que son los padres quienes deben encauzar el interés de sus hijos, es más, como quien no quiere la cosa, se hace ver que la obediencia al padre es más importante que la opinión de los hijos. El ponente cuenta que Rebeca e Isaac no se conocían, pero ambos se fiaron de Dios, en la persona de sus padres que fueron quienes negociaron el enlace.
Luego cuenta la historieta de la piedra que movió Jacob para abrevar el rebaño de Raquel. Sigue con las peripecias de José en Egipto y llega a la conclusión, el tipo sabrá cómo, de que la castidad de un hombre salvó no solo a Egipto sino al mundo entero.
Y por fin parece que se centra un poco y retoma el tema de que los noviazgos cuanto más breves mejor, y si resulta que los novios ni se conocen, no importa, mientras los padres estén de acuerdo en proceder a la unión de sus familias. -¿Moral cristiana? ¡Lo que yo te diga, prima!- Y el mejor ejemplo es la historia de Tobías, que se va a desposar a una joven a la que no conoce porque así lo ordena su padre, en contra de los deseos de la madre.
Y todo sale bien y los recién desposados vencen al demonio Asmodeo por haber sido obedientes. -¿Se entiende a donde te quiere llevar el charlatán de turno?
Pero lo mejor es cuando asegura que el noviazgo es muy importante, es tiempo para conocerse, tiempo de no tocarás. Y que el ejemplo es Tobías. -¿Comor? El que según se presentó, el mismo día que conoce a Sara, se va a la alcoba con ella. ¡Ah, claro! Es que lo que hicieron en la alcoba fue quemar entrañas de pescado -lo que suena muy gnóstico y muy de paganos supersticiosos- y rezar antes de consumar su unión.

El mitin se extiende bastante más, pero por no alargar mucho esta entrada, lo dejo para la siguiente.