miércoles, 29 de abril de 2015

Catequesis de inicio. Día 8 (II y final)

Seguimos con la recopilación de citas. Esta kikotesis no tiene más.



IV. ROM. 4, 23 ss.
"La última cita es muy importante. Vamos a empezar desde el versículo 18 para escuchar un poco lo que es la fe. Está hablando de Abraham y dice:
«El cual, esperando contra toda esperanza, creyó…»
Creyó que Dios podía darle un hijo a pesar de que su mujer era vieja y estéril".

Pako siempre resalta que la anciana -vieja para él siempre que se trate de una mujer- era Sara. ¡Cómo si Abraham fuese un jovencito! Pues no, Abraham era aún más anciano -viejo en lenguaje kikil-.
«No vaciló en su fe al considerar su cuerpo ya sin vigor -tenía unos cien años- (…) Por el contrario, ante la promesa divina, no cedió a la duda con incredulidad…»
Es decir, frente a la promesa divina no dudó y dijo: Si Dios dice que lo hará…
«…más bien, fortalecido en su fe, dio gloria a Dios con el pleno convencimiento de que poderoso es Dios para cumplir lo prometido. Por eso LE FUE REPUTADO COMO JUSTICIA».
Me gusta el micrófono más que el dulce
Cree esto: cree que Dios puede realmente hacer que un anciano de noventa y cinco años tenga un hijo de una anciana estéril. Porque Dios es El que puede lo imposible, porque es el Señor de la vida y de la muerte. Mira lo que S. Pablo añade inmediatamente:
«Y la Escritura no dice solamente por él que le fue reputado, sino también por nosotros, a quienes ha de ser imputada la fe, a nosotros que CREEMOS EN AQUEL QUE RESUCITÓ DE ENTRE LOS MUERTOS A JESÚS, SEÑOR NUESTRO, QUIEN FUE ENTREGADO POR NUESTROS PECADOS, Y FUE RESUCITADO PARA NUESTRA JUSTIFICACIÓN».
Dice que la misma fe que tiene Abraham -quien cree que Dios puede cumplir lo que ha prometido- si vosotros creéis que el anuncio que os traemos se puede cumplir por el poder de Dios, que podéis recibir la vida, un corazón de amor en lugar del corazón estéril de obras buenas, sucederá en vosotros como en Abraham: para los que creen, Dios hace que se cumpla la promesa en ellos. Quién no tiene la fe de Abraham, de su corazón, no sale nada, sólo la ira y el odio”.
Eso de la ira y el odio... ¡Cómo me recuerda a los kikines que no pueden vivir sin el blog!

V. ROM. 8, 1 ss.
“Ya hemos leído varias veces Romanos 7, que dice que el hombre de la carne no puede agradar a Dios, porque, aunque él sabe la ley con la razón, cuando intenta cumplirla y hacer el bien es el mal el que se le presenta. (…)
Decidle a Carmen que el micro es mío
Es decir, este hombre, a causa del pecado, lo único que puede obtener de la ley es el ser condenado por ella. Por esto digo que a este hombre, sin Cristo, el moralismo no le sirve para nada. Dile que debe amar, preséntale la ley, dile que es un pecador. Lo único que obtendrá será ser juzgado y condenado por la ley. Porque esta le hace ver que es egoísta, que no ama a su esposa, que es un burgués, que en todo se busca a sí mismo, que se va de casa porque los niños le fastidian, etc. Lo único que la ley puede hacer es esto: denunciar. Esto es lo que S. Pablo dice aquí. La ley no puede dar vida a este hombre, no puede hacer que realice obras de vida eterna, porque es impotente, no puede hacerlas.
«Pues lo que era imposible a la ley, reducida a la impotencia por la carne, Dios, habiendo enviado a su propio Hijo en una carne semejante a la del pecado, y en orden al pecado, condenó el pecado en la carne, a fin de que la justicia de la ley se cumpliera en nosotros que seguimos una conducta, no según la carne, sino según el espíritu.
Efectivamente, los que viven según la carne, desean lo carnal; mas los que viven según el espíritu, lo espiritual. Pues las tendencias de la carne son muerte; mas las del espíritu, vida y paz, ya que las tendencias de la carne llevan al odio a Dios: no se someten a la ley de Dios, ni siquiera pueden; así, los que están en la carne, no pueden agradar a Dios».
Aquí S. Pablo no habla del cuerpo y su concupiscencia sino, por el contrario, del alma. Si es así, lo que se debe hacer es fustigar al cuerpo para que asuma la condición debida y obedezca. Nada de eso. Dice que este hombre no puede agradar a Dios. Los que están en la carne no pueden obedecer a Dios. Les es imposible. Con este hombre no valen los discursos. Con ellos, queda aún más frustrados”.
Está describiendo a los tristes kikines que tantas pruebas de su incapacidad para el bien dejan en el blog.
«Mas vosotros no estáis en la carne…»
Está hablando a una comunidad de romanos que ya han recibido el Bautismo.
«…sino en el espíritu, ya que el Espíritu de Dios habita en vosotros. El que no tiene el Espíritu de Cristo, no le pertenece»
Echa p'alla que paso yo
Mira con que claridad habla San Pablo: si alguien de la comunidad no tiene el Espíritu Santo, a pesar de su Bautismo, no pertenece a Cristo, no es de Cristo. Por esto el otro día dije: un sacerdote, si no tiene el Espíritu de Dios, no le pertenece. Y esto se ve en las obras: quien tiene el Espíritu Santo ama al enemigo. Párroco, capellán, obispo o lo que sea”.
O el mega-gurú de un grupúsculo engolado o asiduos visitantes de un blog...
«mas si Cristo está en vosotros, aunque el cuerpo haya muerto ya a causa del pecado, el espíritu es vida a causa de la justicia. Y SI EL ESPÍRITU DE AQUEL QUE RESUCITÓ A JESÚS DE ENTRE LOS MUERTOS HABITA EN VOSOTROS, AQUEL QUE RESUCITÓ A CRISTO DE ENTRE LOS MUERTOS DARÁ TAMBIÉN LA VIDA A VUESTROS CUERPOS MORTLAES POR SU ESTPÍRITU QUE HABITA EN VOSOTROS».
Mira que maravilla: tú tienes el cuerpo muerto porque el pecado no te deja y no puedes hacer obras de vida eterna; haces sólo obras de muerte: ira, robos, resentimientos, rencores, etc. A causa del pecado, tu cuerpo ya está muerto, y está muerto aunque tú vivas. Esta es la catequesis de la Iglesia primitiva. Por esto S. Pablo dice: Jesús, que estaba muerto, fue resucitado por el Espíritu de Dios que da la vida. Si este Espíritu vive en ti, podrá dar la vida a tu cuerpo muerto. Y ¿en qué lo ves? En que puedes hacer obras de vida eterna, de justicia; ser virtuoso sin esfuerzo. Como dice San Juan Crisóstomo: quien no hace la virtud sin esfuerzo no puede ser bautizado”.
Puf, acaban de quedarse fuera unos cuantos kikines que yo me sé.
“Termina diciendo:
«Así que, hermanos míos, no somos deudores de la carne para vivir según la carne, pues, si vivís según la carne, moriréis. PERO SI CON EL ESPÍRITU HACÉIS MORIR LAS OBRAS DEL CUERPO, VIVIRÉIS».
Pako y el micrófono, otra vez
Entonces, ¿quién tiene el Espíritu Santo? Aquel que hace obras de vida eterna. Quién no las hace, no tiene el Espíritu de Dios. ¿Sabes lo que dijo Tertuliano? “No se te da el Bautismo para qué no peques más, sino porque ya no pecas”. Por eso el catecumenado es una gestación en la que hay escrutinios para escrutar las vidas de las personas. Esto es lo que haremos con vosotros.

 VI.        ROM. 10, 8 ss.
Esta Palabra que anunciamos, ¿dónde está? ¿Está muy lejos de ti? San Pablo dice:
«Cerca de ti está la palabra: en tu boca y en tu corazón, es decir, la palabra de la fe que nosotros proclamamos. Porque, si confiesas con tu boca que Jesús es Señor y CREES EN TU CORAZÓN QUE DIOS LE RESUCITÓ DE ENTRE LOS MUERTOS, SERÁS SALVO. Pues con el corazón se cree para conseguir la justicia, y con la boca se confiesa para conseguir la salvación. Porque dice la Escritura: Todo el que crea en él no será confundido».
¿Qué quiere decir esto? Que si crees que este vicio de la masturbación, de la bebida, de las mujeres, del egoísmo, de lo que sea, si crees que Él te lo curará, no quedarás confundido. Te lo asegura la Escritura. El que confía en Cristo no quedará avergonzado. Y si crees en la vida eterna que te ha prometido, que no vas a morir, que la muerte física es un paso al Padre, morirás tranquilo, porque no quedarás confundido.
«Pues todo el que invoque el nombre del Señor se salvará. Pero ¿cómo invocarán a aquel en quien no han creído? ¿Cómo creerán en aquel a quien no han oído? ¿Cómo oirán sin que se les predique?  Y ¿cómo predicarán si no son enviados? Como dice la Escritura: ¡Cuán hermosos los pies de los que anuncian el bien!  Pero no todos obedecieron a la Buena Nueva. Porque Isaías dice: ¡Señor!, ¿quién ha creído a nuestra predicación?  Por tanto, la fe viene de la predicación, y la predicación, por la Palabra de Cristo».
Al menos me libro de sujetarle la hojita
Este texto es muy bueno para ver cómo la fe viene del anuncio del Kerygma. Hoy creemos que la fe depende de dar en primer lugar mucho pan y de preparar el terreno. Aquí vemos que no es así.
Ahora vamos a hablar de la epístola a los Corintios en la que dice: "¡Oh muerte, ¿dónde está tu victoria?, ¿dónde está tu aguijón? El aguijón de la muerte es EL PECADO Y LA FUERZA DE PECADO ESTÁ EN LA LEY” El maligno se apoya en la ley para seducir al hombre con el pecado. Esta lectura es muy potente, porque los corintios estaban empezando a plantear cuestiones filosóficas sobre cómo se resucita, con que cuerpo, con que forma, etc. San Pablo tiene que discutir con ellos:
 VII.        I COR. 15, 35 ss.
«Pero dirá alguno: ¿Cómo resucitan los muertos? ¿Con qué cuerpo vuelven a la vida? ¡Necio! Lo que tú siembras no revive si no muere. Y lo que tú siembras no es el cuerpo que va a brotar, sino un simple grano, de trigo por ejemplo o de alguna otra planta. Y Dios le da un cuerpo a su voluntad: a cada semilla un cuerpo peculiar».
¡Me pilló!
Esta semilla es muy importante porque es un milagro que una semilla puede convertirse en un gran árbol que no se parece a la semilla. Es algo similar a lo que nos sucede en el cristianismo: que se siembra en nuestra vida mortal una semilla de resurrección que tiene el poder de hacer germinar en nosotros un cuerpo de gloria.
«Así también en la resurrección de los muertos: se siembra corrupción, resucita incorrupción; se siembra vileza, resucita gloria; se siembra debilidad, resucita fortaleza; se siembra un cuerpo natural, resucita un cuerpo espiritual. Pues si hay un cuerpo natural, hay también un cuerpo espiritual.
«En efecto, así es como dice la Escritura: Fue hecho el primer hombre, Adán, alma viviente; el último Adán, espíritu que da vida. Mas no es lo espiritual lo que primero aparece, sino lo natural; luego, lo espiritual. El primer hombre, salido de la tierra, es terreno; el segundo, viene del cielo».
Por esto dice Jesús a Nicodemo: hay que volver a nacer, renacer de lo alto, del Cielo.
«Y cuando este ser corruptible se revista de incorruptibilidad y este ser mortal se revista de inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra que está escrita: La muerte ha sido devorada en la victoria. ¿Dónde está, oh muerte, tu victoria? ¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? El aguijón de la muerte es el pecado; y la fuerza del pecado, la Ley. Pero ¡gracias sean dadas a Dios, que nos da la victoria por nuestro Señor Jesucristo!»
Se puede acabar aquí.

lunes, 27 de abril de 2015

Catequesis de inicio. Día 8 (I)



EL KERIGMA (segunda parte)
“En esta catequesis antes de nada se debe repetir brevemente la precedente: la situación de esclavitud del hombre, que está atrapado por el poder del pecado y de la muerte, y el anuncio de la Buena Nueva”.
Anuncio que enseñan como torticero caramelo para atraparte, porque también enseñan (pero más tarde) que el caramelo nunca está a tu alcance, siempre falta algo que te impide la conversión, con lo que sigues siendo el mismo esclavo de siempre, incapaz de alcanzar el caramelo.
Sin gafas no veo a tres en un burro, y con ellas poco
“A continuación tienes que ver el kerigma predicado en las Escrituras. Por esto vemos ahora una serie de textos de los Hechos de los Apóstoles y de las Cartas de S. Pablo donde está el Kerygma.
  1. Hechos 2, 14 ss
«Entonces Pedro, presentándose con los Once, levantó su voz y les dijo: «Judíos y habitantes todos de Jerusalén: Que os quede esto bien claro y prestad atención a mis palabras»
Los apóstoles, como nosotros, llaman a escuchar; al anunciar la Buena Nueva debes llamar a la escucha. San Pedro dice que presten atención, que es muy importante lo que les va a decir.
(…) «Hermanos, permitidme que os diga con toda libertad cómo el patriarca David murió y fue sepultado y su tumba permanece entre nosotros hasta el presente. Pero como él era profeta y sabía que Dios le había asegurado con juramento que se sentaría en su trono un descendiente de su sangre, vio a lo lejos y habló de la resurrección de Cristo, que ni fue abandonado en el Hades ni su carne experimentó la corrupción.
«A ESTE JESÚS DIOS LE RESUCITÓ».
Un hombre ha venido del cementerio, uno que ha estado tres días en el sepulcro, desangrado, con el corazón traspasado, y hubo testigos que habían visto el corazón desgarrado por completo...
«DE LO CUAL TODOS NOSOTROS SOMOS TESTIGOS».
Esto es muy importante. El apóstol siempre es testigo de lo que anuncia. Y si lo que digo ahora te convence, es porque piensas que soy testigo porque mi vida lo atestigua. Es claro que la Iglesia es un acontecimiento: proclamarlo en medio de vosotros es mostrar que esto es un hecho, de lo contrario ¿por qué perder tiempo y salud?
«Y EXALTADO POR LA DIESTRA DE DIOS, HA RECIBIDO DEL PADRE EL ESPÍRITU SANTO PROMETIDO Y HA DERRAMADO LO QUE VOSOTROS VEIS Y OÍS.
Nada, ni con gafas, no sé que pone
San Pedro da una señal: Soy un pescador, no soy hijo de profeta, ni he estudiado y sin embargo estoy profetizando. Hoy se cumple la profecía de Joel. ¿Por qué toda esta gente está tan transformada que parece borracha, por qué hablan en lenguas? Porque el Espíritu Santo ha descendido sobre ellos y están llenos de fuego, porque este hombre que matasteis era el Mesías prometido.
Esta sí que es una gran noticia: ha llegado el Mesías que estábamos esperando y le habéis apresado y crucificado como a un asesino. La noticia es como para morirse de risa”.
Desde el punto de vista del maligno, sí. Me da que se la ha jugado el subconsciente.
«Sepa, pues, con toda certeza, la casa de Israel que DIOS HA CONSTITUIDO SEÑOR Y CRISTO A ESTE JESÚS A QUIEN VOSOTROS HABÉIS CRUCIFICADO».
«Al oír esto, dijeron con el corazón compungido a Pedro y a los demás apóstoles: «¿Qué hemos de hacer, hermanos?» Pedro les contestó: «Convertíos y que cada uno de vosotros se haga bautizar en el nombre de Jesucristo, para remisión de vuestros pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo; pues la Promesa es para vosotros y para vuestros hijos, y para todos los que están lejos, para cuantos llame el Señor Dios nuestro».
“Esto es el kerigma: una proclamación de la Buena Nueva, que este JESÚS CRUCIFICADO, HOMBRE HISTÓRICO, DE NAZARET, ES EL MESÍAS, EL SALVADOR DE TODOS LOS HOMBRES, ÉL ES EL SEÑOR.
De modo que si aquí, hoy, hay alguien que está dominado por cualquier poder de la naturaleza, de la neurosis, de los problemas más grandes, sepa que en JESÚS TIENE LA VIDA ETERNA, LA SALVACIÓN. ÉL HA SIDO ENVIADO PARA CADA HOMBRE; Y SU MUERTE Y SU RESURRECCIÓN HAN SUCEDIDO PARA TODOS LOS HOMBRES DE LA TIERRA.
¿Dónde están los signos?
Esto la gente no se lo cree. Por ello tiene que ver "signos", y los signos están en la Iglesia, que es el Cuerpo de Jesucristo, al que se le ha dado el poder de transmitir el Espíritu Santo prometido en toda la historia de la salvación. Ezequiel dice: en el gran día de Yahvé, Yo cambiaré vuestro corazón de piedra y os daré un corazón de carne. Yo os daré mi Espíritu, y podréis amaros unos a otros y vivir en paz y felicidad.
Carmen:
Esto es importante: S. Pedro es testigo no por haber visto con sus propios ojos a Jesús resucitado, porque el Kerygma no consiste sólo en la resurrección de un muerto -también Lázaro resucitó-. El Kerygma consiste en que en este resucitado reconocen al Mesías. Solamente esto es una experiencia de fe. Esto no lo puede atestiguar ni la historia ni el mismo acontecimiento de la resurrección. Esta es la experiencia del Espíritu Santo. Por esto está sucediendo hoy en día, porque no se trata de haber sido testigos de lo que ocurrió hace dos mil años, ni de haber conocido a Cristo según la carne. Por este motivo S. Pablo dice que haber conocido a Cristo según la carne, no importa en absoluto.
Lo importante es que este mismo Espíritu da testimonio a nuestro espíritu. Por esta razón, la obra que Dios ha hecho en Jesús para el hombre es poder recibir este Espíritu que vivifica al hombre que está esperando la resurrección y la liberación de la muerte.
Si leéis las Escrituras veréis esto: la buena noticia no consiste sólo en la resurrección, sino que a este Jesús Dios le ha exaltado y elevado. Por ello, la Ascensión, que no comprendemos, es muy significativa; creemos que Jesús se va volando por el aire. Como se ve en el Antiguo Testamento: el carro de Yahvé que pasa, que es una elevación. Dios ha elevado a Jesús sobre todo poder y potestad. Así que a este hombre, que era inferior a los ángeles, Dios lo ha elevado por encima de todo y con Él a la humanidad, sobre toda dominación y potestad y lo ha glorificado a la derecha del Padre. Es decir, que Dios ha hecho realmente una nueva creación en el hombre, que es el Espíritu vivificante que se transmite al hombre. Por esto trae la salvación para toda la tierra, porque transmite el Espíritu Santo, y los apóstoles son testigos.
¿Este es el rostro de la nueva creación?
Imagínate lo lejos que esto está del perfeccionismo, porque este Espíritu, del cual tomaron los Apóstoles, se ha extendido sobre todos cuantos la cruz les ha convencido de su pecado. No es en absoluto un espíritu de buenas obras y de fidelidad a Cristo muerto. La cruz ha denunciado a todos su pecado. Por esto también S. Pablo dice que Dios ha aprovechado el pecado de todos para tener misericordia de todos. La cruz muestra y denuncia al hombre su situación de pecado. Pero Dios envía a Jesús para recrear al hombre, como un regalo, una nueva creación mediante el Espíritu. Esta obra la ha hecho Dios resucitando a Jesús de entre los muertos y elevándolo por encima de todos los poderes como Señor y Kyrios.
Es noticia, sin embargo, porque Dios se les ha dado, porque Dios quiso salvar a los hombres a través de la predicación.
Kiko:
Ahora vamos a leer precisamente como Dios ha querido salvar a los hombres por medio de la necedad de la predicación. La fe nace de la predicación: por eso dicen los padres que la palabra del apóstol es el esperma del Espíritu.
El ángel le dio a María un anuncio, una Buena Noticia. Esta noticia es el Kerygma. María creyó y de inmediato comenzó a gestarse en ella Jesucristo. Lo mismo, dicen los padres, ocurre cuando el apóstol anuncia la Buena Nueva de Jesucristo: el que la acepta recibe el esperma del Espíritu y Jesucristo comienza a crecer en él. Así que lo que estás haciendo en este momento es la cosa más importante que se puede hacer en el mundo. Estás regenerando -Dios a través tuyo- mediante la necedad de la predicación, a la gente que te escucha; estás haciendo hijos de Dios, estás comenzando la gestación de la fe. Porque ya hemos dicho, muchas veces, que la fe es una gestación. Por esta razón la fe necesita un catecumenado, que es este tiempo de gestación".

Por tanto, en el kikismo quien no ha hecho el catecumenado no tiene fe.
  1. Hechos 3, 2ss.
Convertirse es aceptarle a Él como Señor
"Junto al anterior Kerygma tenemos otro que también es de Pedro cuando cura al paralítico del tempo y dice:
(…) «Ya sé yo, hermanos, que obrasteis por ignorancia, lo mismo que vuestros jefes. Pero Dios dio cumplimiento de este modo a lo que había anunciado por boca de todos los profetas: que su Cristo padecería. ARREPENTÍOS, PUES, Y CONVERTÍOS».
Convertirse significa aceptarle a Él como Señor, como Adonai, como Yahvé, como el Mesías. Es reconocer que estaban engañados. Es como si nosotros pensáramos que los "guerrilleros de Cristo Rey" son los peores de todo el mundo o algo así y luego resulta que son los que poseen la verdad. Imaginemos que nosotros pensamos que es una persona que merece morir y resulta que a quien queremos matar es la manifestación suprema de Dios, es toda la Ley y los Profetas.
  1. Hechos 13, 16 ss.
Ahora un Kerygma de S. Pablo. (…) Está hablando en la sinagoga. Han llegado a Antioquía y los rabinos, que saben que es un fariseo que ha estudiado mucho y saben lo que le ha sucedido, le preguntan si quiere decir una palabra de consuelo al pueblo. Entonces va al ambón y dice esto.
«Y durante unos cuarenta años  los rodeó de cuidados en el desierto; después, habiendo exterminado siete naciones en la tierra de Canaán, les dio en herencia su tierra, por unos 450 años. Después de esto les dio jueces hasta el profeta Samuel. Luego pidieron un rey, y Dios les dio a Saúl, hijo de Cis, de la tribu de Benjamín, durante cuarenta años. Depuso a éste y les suscitó por rey a David, de quien precisamente dio este testimonio: He encontrado a David, el hijo de Jesé, un hombre según mi corazón, que realizará todo lo que yo quiera. De la descendencia de éste, Dios, según la Promesa, ha suscitado para Israel un Salvador, Jesús».

Aquí la gente comenzaría a maravillarse y a pensar: ¿qué le ha pasado? Habrá querido decir Joshua, no Jesús.
«Hermanos, hijos de la raza de Abraham, y cuantos entre vosotros temen a Dios: A VOSOTROS HA SIDO ENVIADA ESTA PALABRA DE SALVACIÓN».
Es fantástico: aquí S. Pablo llama al Kerygma "Palabra de salvación". Esta es la lectura que se proclama en la entrega de la Biblia.

viernes, 24 de abril de 2015

Los kikos se anuncian en Pascua



Reconozcamos que lo de los vídeos (cortesía de Alejada) parece teatro callejero malo, una excursión de exploradores niños mocosos aburridos o folklore desmotivado estilo “hare krishna”. Pero resulta que responde al pomposo, rimbombante y algo hortera nombre de "Gran Misión en el año de la Misericordia". 

-¿Lo cualo?

Lo repito: la Grande Misión –sí, parece coña pero no es cosa mía, ni el nombrecito ni las mayúsculas- en el año de la Misericordia.

-Pues se han equivocado de fecha, porque el año santo de la misericordia no comienza hasta el 8 de diciembre de 2015 y para entonces la “genórmica” misión por las plazas llevará mucho tiempo concluida y olvidada, para alivio de sus protagonistas, que tienen cara de estar deseando irse a sus casitas.

Sí, también por eso el nombre parece una rechifla, pero insisto en proclamar mi inocencia: no es cosa mía, es Pako kejido quien no sabe en qué año vive… y debe ser que nadie se atreve a decírselo, por si se deprime aún más.

Así que, con ocho meses de antelación sobre el inicio del Año Santo de la Misericordia, las mermadas aunque desmotivadas huestes de Pako son convocadas para invadir las plazas de todo el mundo con todas sus armas, digo, sus guitarras, cantos y danzas, a ver si aprenden de una vez el numerito de la sardana.

-¿De todo el mundo?

Bueeeeno… si prescindimos de la publicidad engañosa del CNC, la cosa se queda en unas cuantas plazas diseminadas por ahí, entre las que no parecen estar las plazas de la China, el Japón, la Mongolia, la Siria, la Ucrania, la Libia, la Nigeria...

-Será que en China, Siria, Ucrania, etc. no hay plazas.

En realidad las plazas que sean o dejen de ser a Pako le importa un bledo, porque va a decir que han sido las que a él le dé la gana, como ha pasado en una entrevista que le ha hecho un amigo, entrevista de la que se reproducen a continuación, literalmente, algunas partes sabrosonas que permiten inferir que quien tradujo no es lingüista ni doctor en filología hispánica:

K.- “Estamos contentísimos de anunciar el Evangelio a las calles de Roma. Es un gran acontecimiento porque, dice St. Pablo: Dios quería salvar al mundo a traves de la escucha de la predicación o mejor, en griego, la escucha del "kerygma". Y nosotros estamos dispuestos a salvar al mundo a través del anuncio del "kerigma"”.

Se van a enterar las calles de Roma, están contentisisisisisisisísimos (aunque en los vídeos lo disimulen bien) porque van a anunciarle el kikorigma a todas las baldosas, al adoquinado y hasta a los semáforos.

Porque según dice Pako que dice S. Pablo, Dios no tenía la menor intención de entregar a su hijo para salvar al mundo, sino que lo que quería era que el mundo (adoquines, asfalto, etc.)se salvase por la predicación.

Se conoce que como Pako el salvador del mundo no nació hasta el sigo XX, Dios tuvo que improvisar y mandar a su hijo a hacer el trabajo. Pero no pasa nada, porque ya está aquí Pako dispuesto a recuperar el tiempo perdido y salvar a todos, tal y como él mismo declara.

Sigamos.

P.- “¿Cómo llevar el Evangelio en los corazones de la gente?”

K.- “Dando testimonio de la comunidad. Van todos de la comunidad que danzan, que predican, algunos jóvenes hablan de sus experiencias de cómo Jesucristo les ha salvado, dando testimonio de la acción de Cristo en nuestras vidas. Es importantísimo dar testimonio del amor que Dios nos tiene y lo que está haciendo. Tenemos muchos jóvenes, miles de jóvenes”.

Ahí está. El kikorigma de las plazas no anuncia a Dios; el kikorigma sólo da testimonio de la kimonidad, de sí mismos. Mi-yo-mío-conmigo-para mí-sólo yo y nadie más. Porque nadie da de lo que no tiene. Por eso sólo pueden anunciarse a sí mismos.

P.- ¿Qué frutos ha dado estas misiones?

K.- Muchísimos. Hemos salvado mucha gente, muchas conversiones, sobretodo mucha gente que estaba a punto de suicidarse que les hemos hablado de Cristo y han encontrado alivio. Hemos estado con todas las comunidades de todo el mundo en 10 000 plazas.

Ellos son los que salvan, Dios se puede ir de vacaciones que no hace ninguna falta.

Por eso desde que empezaron las misiones para salvar a los semáforos de las calles, las rubias despampanantes ya no se tiran por la borda de los ferries.

Pero más impresionante aún es la capacidad ubicua del entrevistado: el mismito y su ombligo han estado con todas las comunidades, a través de todo el mundo en nada menos que 10.000 plazas. Y todo sin moverse de Roma.