Kiko pasa con naturalidad bipolar del «¿Por
qué no eres más humilde? ¿Por qué no te consideras indigno de juzgar?
Considérate el último y el peor de todos: no juzgues» (mamotreto inicio curso 2023-24)
al «Carmen, que es una
santa de una categoría superior, nos está ayudando desde el cielo» (carta
del 20 de mayo de 2017, en la que Kiko pedía dinero para seguir con su tren de
vida, aunque él lo llamaba invitar a los demás a participar en la kikotización
mundial itinerante y lo acompañaba con la contundente afirmación de que toda
aportación sería recompensada con el ciento por uno).
Para él, la verdad no es
la realidad, sino lo que él decide que le conviene en cada momento, y en el
caso de Carmen le trae sin cuidado que la gente que la conoció recuerde cómo se
comportaba ella en público, siempre esquiva, gruñona y falta de modales. Kiko ha
dispuesto que hay que pintar una Carmen sensible y amorosa, y la realidad no va
a impedírselo, que para eso él cuenta con la maquinaria del CNC.
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhY8mtlvNOjHrUUtLVVJ5jmRd09ksNASTq60EOdEKaJHCmcmHlyH08pKY-BDvbaPYn-UCnorbR_RkD4sMKOqOgIxb85lnswuOMSjTU8VGARN0XSjmdpdmXHcA1HnGt-rK2bGD5TyoEjV0tIBMqajSR-NF_fhNcIAYz93P1uJFqxIu4kr0NS9JCsk4eIUxA/w640-h432/carmen%20icona.png) |
Carmen pintada por algún enemigo. No perderse los comentarios.
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Así sucedió que como un
año después de la muerte de Carmen salieó a la luz su “diario”, aunque llamarlo
diario es, verdaderamente, estirar mucho el significado de la palabra, puesto
que en realidad son notas, repetitivas, reiterativas, una y otra vez las mismas
frases, más como un ejercicio de caligrafía que como un diario. Pero esas
notas, escasamente biográficas, han servido a los neocatecumenales para
asegurar que Carmen tenía intensos diálogos amorosos con Jesucristo.
¡Qué imaginación la de algunos!
Carmen
no mostraba amor a nadie, era ruda con todos, conocidos o desconocidos. Y quien
no ama a su hermano, al que ve, ¿cómo va a amar a Dios, a quien no ve?
A
propósito de su verdadero carácter traduzco un testimonio anónimo publicado en
el blog Neocatecumenali.
Tuvo
lugar en el año 2000, cuando se celebró la JMJ en Israel con Juan Pablo II.
Los peregrinos neocatecumenales estaban
contentos porque el Papa los visitaría en el Monte de las Bienaventuranzas,
exactamente en la Domus Galilaeae.
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgK54bhJp38EdMAPXkIxlAJYkEWN0jYEq5-83BuelR7xtyeFoFIzhKb5OISkVmzkR4tZSJniaPNATtCJVPgb5mIZ1u60W78CLF0VlHuCjN2m7dTEZYLo9HJBESqbiy3T57ll-Twas4UiV3hw3T1anU340eA_jBeZ7UO1MZ7qzhs0CS_lV3UEcAnq6Iw7lE/w280-h400/camino-neocatecumenal-carmen-hernandez-dibujo-kiko.jpg) |
Otro intento por pintarla mejor de lo que era
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«…El día
se volvió gris, el cielo tormentoso, pero los corazones todavía estaban llenos
de expectación. Recuerdo el Monte de las Bienaventuranzas repleto de
neocatecumenales esperando al Santo Padre. Desde donde estaba, observaba las
gorras de colores que distinguían unas comunidades de otras, el barullo y los
gritos eran continuos y pude reconocer algunas notas de cantos propios neocatecumenales
que distraían e impedían en recogimiento.
El presbítero, Don
Gianni, regateaba con un chico para conseguir una gorra roja, la suya,
amarilla, no le sentaba bien.
Todavía había que esperar
mucho hasta el arranque del evento. Decidí alejarme de toda contaminación
moral, para poder concentrarme, reflexionar y sacar lo mejor de la experiencia.
Poco después estaba fuera
del recinto y del caos. De repente, una voz implacable empezó
a dar órdenes y rompió la serenidad interior que yo había logrado conquistar.
Carmen
Hernández (gritando): "¡Él crea problemas! ¡No me escucha! ¡Es un
desastre! ¡Un desastre!".
El
verdadero desastre era la alteración de Carmen. Inconscientemente intenté meter
bajo la camiseta el rosario y la pequeña medalla de la Virgen María que me
había regalado, un día antes, el padre Norberth.
A pesar
de su agitación, ella advirtió mi gesto y me conminó a mostrarle lo que
intentaba esconder. En ese momento comenzó conmigo una acalorada discusión,
breve pero intensa. ¡Me
exasperó! Me
dijo de todo por llevar una medalla, me hizo pensar que sus katekesis eran una
falsedad. Ante su falta de respeto e intolerancia, le dije, en mi frustración,
que evitara mencionar a la Virgen María.
Me replicó que lo que yo
tenía que hacer era crucificar la razón y obedecer.
Carmen Hernández: “¡No entiendes
nada! ¿Tal vez crees que estamos aquí porque nos amamos los unos a los otros?
¡No somos nadie! ¡Tú no eres nadie! ¡Estamos aquí, inútiles,
insignificantes, para dar gracias a Dios! ¡Despójate de tu soberbia! ¡No tienes
el don de la obediencia! ¡Vete, vete ahora mismo y pídele perdón a Dios!”.
La miré
asombrada, con el alma rebosante de confusión le dije: "¡No soy insignificante,
soy hija de Dios!". Empecé a llorar y me fui antes de que ella pudiera
atacar de nuevo mi decisión de portar esos objetos santos.
Recuerdo
con dificultad el resto de acontecimientos de ese día, mi mente estaba
exasperadamente concentrada en el encontronazo con Carmen, pero me sorprendió
notar su metamorfosis a medida que avanzaba el día.
Empecé a preguntarme si era bipolar o si
simplemente era astuta y engañosa. Me inclino por la segunda opción...».
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhzOrwP-0ekdSNXBLEMHp0gU_hu0DsHwf5nqShPDK70uj7Y7IlQ2jRysfZzi1yEP9FZ5cmFHFOdDvdujFWNqcVXNSlyxbNJ2WUl1u_Up-CuZ4KpIjyJrFOcRE3c_ZPaEv6jGyCXfuaImtGsQYgQut-tCWSakX8zv65D5t0XqJLw9o00N1Rlg4BPIiE9MGI/s320/carmen_photoshopped_hernandez.jpg) |
Y recurrieron al fotoshop
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Así era
Carmen, la “santa” de categoría superior. Una
mujer llena de rabia, desagradable, ruda, ingobernable, testaruda como una mula
en su relación con la gente. Pero
esta anécdota muestra algo peor. Si trataba de esa manera a sus presuntos
“hermanos menores en la fe”, mejor no saber lo mala que sería con sus “iguales”
(de existir, claro).
En
cuanto al “motivo” que encontró Carmen para humillar a aquella joven: ¡Un
colgante con la imagen de la Virgen María y un rosario alrededor del cuello,
que llevaba con devoción!
Yo viví
algo parecido en el viaje a Loreto, cuando algunos de los “alumnos”
neocatecumenales se colgaron el rosario recién recibido alrededor del cuello.
Lo hicieron sin mala intención, no como burla, sino como quien presume de una
condecoración que acaba de recibir, pero el kikotista presunto adulto en la fe,
emitió un juicio de intención terrible contra quienes lucían el rosario al
cuello, dio por hecho que todos ellos lo hacían por pura mundanidad, por
frivolidad, por falta de respeto y lo dijo a gritos y, por supuesto, ante las
tres comunidades allí reunidas.
Pudo
llevarse a un aparte a los jóvenes que se habían puesto el rosario al cuello,
pero es más neocatecumenal proceder a humillarlos ante todos. Y eso fue lo que
hizo.
Volviendo
con Carmen… No es la primera vez que escucho del odio de Carmen hacia los
sacramentales católicos. Carmen
odiaba toda devoción. Por
eso resulta tan extraño lo que cuenta Kiko sobre sus escritos personales, donde
sus declaraciones de amor alcanzan el nivel de cursis y empalagosas.
Al final, ella actuaba en privado de manera
opuesta a lo que solía mostrar en público.
Porque
la burla a la imagen del Sagrado Corazón de Jesús es un clásico imprescindible
en la predicación de ambos, el absurdo -para ellos- de muchas devociones
populares, en definitiva, su identificación de todas esas cosas con la
hipocresía de los cristianos dominicales, religiosos naturales, etc.
Nada más
alejado que Kiko y Carmen de la devoción católica por la Virgen y los santos a
través del encendido de velas, el rezo de novenas, la asistencia a procesiones
y demás. ¿Puede un verdadero santo odiar la devoción a la Virgen María? ¿Es preciso tener una categoria "especial" para ello?
Mucha
gente piensa que Carmen solo era una mimada niña rica, muchos que padecía algún
tipo de enfermedad mental no diagnosticada. Ni
Kiko ni ella podían admitir el problema, porque toda su catequesis sobre el pecado
oculto como origen de las enfermedades mentales les habría comprometido a
ambos.
Siempre
estuvieron obsesionados con el pecado escondido detrás de cada depresión, por
ejemplo. Siempre han negado y renegado de la curación con ayuda de psiquiatras
y psicólogos. Solo
Dios podía sanar y salvar a quienes padecían algún trastorno mental.
Aplicando su propio criterio, ambos debían
ser pecadores ocultos y no redimidos, porque sus respectivos extraños síntomas
comportamentales estaban ahí, delante de nuestras narices.
Quizás Carmen era bipolar, quizás tenía un
trastorno límite de la personalidad, ¿quién sabe?
Lo único seguro es que no era
"normal" en absoluto.
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiwXTQx2k9uHEWJqEaUzXaw7Vn0juYvHaPlnBf8V-90q4ZI4sj0az9hFPQCFIaRaIvEJl-trimpBR9Jf9RDxy-7bF873930lanvwwy4lhg6PcKgELG_re6tg2yL0FTKd4EaFRZwHZSgnSNNqQqzd7ejmq7pDoGgzmnIQWCR3y1Pmo7DCZnqdnrrHmvsqP4/w289-h400/Sugerencia%20de%20fotochop.jpg) |
Sugerencia para el próximo fotoshop
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De
hecho, entre los comentarios publicados en Neocatechumenali sobre la anécdota
precedente, hay algunos que inciden en la falta de normalidad carmelitana:
@Valentina
Giusti publicó que San Luis María Grignion de Monfort en el "Tratado de la
verdadera devoción a Santísima Virgen" identifica siete falsas devociones inspiradas
por el demonio. A Carmen le va como anillo al dedo el devoto
"crítico":
«Los
devotos críticos son, por lo común, sabios orgullosos, engreídos y pagados de
sí mismos, que en el fondo tienen alguna devoción a la Santísima Virgen, pero critican
casi todas las formas de piedad con que las gentes sencillas honran ingenua y
santamente a esta buena Madre sólo porque no se acomodan a su fantasía. Ponen
en duda todos los milagros e historias referidas por autores fidedignos o
tomadas de las crónicas de las órdenes religiosas que atestiguan la
misericordia y el poder de la Santísima Virgen. Se irritan al ver a las gentes
sencillas y humildes arrodilladas –para rogar a Dios– ante un altar o imagen de
María o en la esquina de una calle.
Llegan
hasta acusarlas de idolatría como si adoraran la madera o la piedra. En cuanto
a ellos –así dicen–, ¡no les gustan tales devociones exteriores ni son tan
cándidos como para creer a tantos cuentos e historietas como corren acerca de
la Santísima Virgen! Si se les recuerdan las admirables alabanzas que los
Santos Padres tributan a María, responden que hablaban como oradores, en forma
hiperbólica, o dan una falsa explicación de sus palabras.
Esta
clase de falsos devotos y gente orgullosa y mundana es mucho de temer; hace un
daño incalculable a la devoción a la Santísima Virgen, alejando de ella
definitivamente a los pueblos so pretexto de desterrar abusos».
Un
comentarista mete el dedo en la llaga con su acertada explicación del motivo
por el que el CNC recurrió a la treta de falsear una foto de la presunta “santa”:
Otro
comentario muy valioso está escrito en español:
Kiko
y Carmen siempre ridiculizan a los católicos (no neocatecumenales).
No importa si fueras un fundador o un simple
padre de familia. Si
no estás en el CNC, tu fe es simplemente ridícula.
Y
a esta mujer, que en cincuenta años nadie le sacó una foto de rodillas
ni en el recogimiento de la oración, quieren hacerla pasar por santa. Y de categoría superior, además.