viernes, 17 de enero de 2025

Mundo neocatecumenal (IV)

 

Dice Kiko en las kikotesis iniciales: es un error de la Iglesia corrupta por el paganismo que la misión de Cristo fuese la de reconciliar a la humanidad caída con el Padre, su verdadera y única misión era la de reconciliarnos a unos con otros.

Y aún hoy la Iglesia actual no lo ha entendido. Por eso nada valen su arte, su arquitectura, su cultura, su teología, su historia y su civilización. Hay que tirarlo todo para rehacerlo desde los cimientos.

Desde la perspectiva de que Cristo vino a traer el amor y la unidad entre hermanos, es más fácil advertir que TODO lo que los iniciadores dicen sobre la fe está filtrado a través de esta hermenéutica, incluso cosas aparentemente no relacionadas.

¿Por qué una mujer debería dejarse maltratar por su marido? Porque al someterse al mal, se evita la separación. Es decir, el objetivo no es la conversión de ninguno de ellos, sino preservar la unidad como bien supremo. ¿Qué no hay amor? Bueno, que se aguanten hasta que diosito obre el milagro de que se amen, pero es primordial que no se separen. Desde su prisma, objetar que es un error no corregir el mal es, para ellos, rechazar el Evangelio y, por lo tanto, a Cristo.

¿Y si fuese al revés, y si la esposa maltratase al marido? Ah, sacrilegio, ah, escándalo, ah, abominación… En tal caso hay que conseguir que ella entienda que debe vivir sometida al marido, que es la cabeza, y no al contrario, que todavía hay clases. Pero siempre el bien supremo es la unidad, no las personas.

¿Por qué un padre ha de permitir que sus hijos sean abusados ​​física, emocional o sexualmente? Tampoco hay que exagerar, solo ha de consentirlo y ocultarlo si el abusador es un presbikiko o un katekista. Y la razón vuelve ser que ese sometimiento evita el escándalo y la desunión. Para ellos defender la dignidad humana y pedir reparaciones es rechazar el Evangelio y, por lo tanto, a Cristo.

¿Qué pasó no hace mucho entre las comunidades de La Paloma, flor y nata del kikismo en Madrid? Que para ocultar el pecado de un kikotista hijo de gran kikotista pata negra se barrió del mapa una comunidad entera. Así aprenderán a mantener el pico cerrado.

¿Por qué no se consiente la denuncia en caso de robo o delito? Porque lo vital es evitar la desunión. Recurrir a la justicia civil o canónica es rechazar el Evangelio y, por lo tanto, a Cristo.

¿Por qué guardar silencio sobre el hecho de que un presbi abusó de ti? Porque al someterte se evita la división. Incluso pedir que para cerrar el asunto el presbi te pida disculpas es tener un corazón duro, por lo que estás rechazando el Evangelio y, por lo tanto, a Cristo.

Pero exigir mediante la coacción y la presión grupal que la gente se someta al sufrimiento en todas las circunstancias o, de lo contrario, se traiciona a Cristo no viene del Espíritu Santo, es una esclavitud espiritual satánica que se burla de la kenosis misma de Cristo.

Como los protestantes, que declaran que la Iglesia consiste solo en los tiempos apostólicos, y luego, después de una larga pausa, en lo posterior a 1517, para Kiko, lo único que vale es la Iglesia Primitiva y el Vaticano II. Todo lo demás es andamiaje, digno sólo de ser quemado hasta los cimientos.

Los neocatecumenales son capaces de usar la Escritura para enseñar lo contrario del Catecismo, todo con cara seria y en serio. No es ironía, no es burla, no es disimulación. Es una extraña esquizofrenia teológica de Kiko: una gran fractura del intelecto, donde esta lente de la iglesia horizontal se convierte en una ideología que aplasta toda Verdad, Bondad y Belleza en una teología sentimental, alienada e incoherente, una teología que desecha la cultura cristiana como un oxímoron.

En otras palabras, sea cual sea el dios del que Kiko es profeta, ese dios no es el Padre de Jesucristo. ¿Cómo lo sé? La Tradición. Algo que él y sus seguidores quieren derribar no solo como andamiaje, sino ahora como algo perjudicial para la “Fe Verdadera” (como si tal cosa fuera posible). Por eso, como los fariseos antes, el CNC lanza todo tipo de epítetos viles a quienes cuentan los errores y desmanes que se cometen tras las puertas cerradas, por eso Kiko dice de quienes tratan de corregirle que son engañados por el demonio y que odian a Cristo y a Su Iglesia.

 

miércoles, 15 de enero de 2025

Mundo neocatecumenal (III)

 


Resumen de cómo es el mundo según Kiko el sensible:

Dios decidió crear el universo a sabiendas de la que se iba a liar, porque sin lugar a duda Dios sabía que Lucifer se rebelaría y arrastraría a muchos, sabía que Eva sería engañada por la serpiente, que Adán comería la fruta prohibida y que tendría que expulsar a ambos del paraíso y entonces conocerían el sufrimiento, el dolor, la enfermedad, la vejez y la muerte.

Ninguno de esos hechos concretos tomó por sorpresa a Dios, por tanto, según el kikismo, es obvio que Dios tiene asumidos la rebelión de Lucifer, la caída de Adán y todos y cada uno de los pecados que han sido, son y serán, por lo que cualquier afán humano por serle grato a Dios a base de sacrificios y oraciones es una memez, una pérdida de tiempo, un moralismo y un infantilismo propio de religiosos naturales.

Dios no solo no necesita sacrificios y oblaciones de nadie, es que tampoco le hacen falta el arrepentimiento humano, ni el propósito de enmienda, ni el dolor de corazón, ni la contrición, ni esas cosas que dicen los beatorros de misas que solo valen como 20.

Y no le hacen falta por la sencillísima razón de que todo estaba ya previsto en sus planes desde antes de la creación. Lo único que sí pide Dios, según Kiko, es que el ser humano viva encadenado a una comunidad y que, caiga quien caiga, no se le ocurra faltar a la misma. Esta sí es condición imprescindible para ganarse el favor divino.

En las kikotesis de inicio Kiko expone esta tesis con la imagen del andamio. Mientras el edificio está en construcción hacen falta andamios, pero una vez que el edificio está terminado, los andamios, que son feos y están sucios, se retiran. Pues bien, según Kiko, hasta que llegó él la Iglesia estaba sostenida por los andamios de la religiosidad natural, por las ideas sacrificiales del paganismo y por el consumismo de sacramentos, pero con él llegó la fe verdadera y los verdaderos creyentes que no necesitan ningún andamio…

El fallo a este argumento es que quienes llegaron con él son unos mendas sometidos de por vida a unos kikotistas tan perdidos como ellos mismos, porque no llegan a ninguna parte ni se libran nunca del andamio de la comunidad de sillas voladoras, pues uno muy sensible asevera que faltar a la comunidad es pecado grave.

Para más exactitud, Kiko sostiene que en la Iglesia primitiva no había andamios, es decir, que esa Iglesia nació ya totalmente edificada y construida. No es correcto, pero a Kiko la verdad histórica le trae sin cuidado.

Pero esa Iglesia perfecta, brillante, rutilante, sin mancha ni tacha fue invadida por el paganismo como consecuencia del edicto del emperador Constantino, allá por el siglo III. Tampoco esto es correcto ni responde a la realidad, pero de nuevo a Kiko y a los suyos la verdad no les importa.

Porque la tontería, peor, la mentira propalada por los iniciadores del CNC es que lo que sucedió al nombrar el Cristianismo religión oficial del imperio fue que los paganos -y con ellos el paganismo- entró en masa en la Iglesia, es decir, Kiko parece creer que a ninguno se le requirió que pasase por un catecumenado previo a su entrada en la Iglesia. Al contrario, sostienen los iniciadores sin el menor respeto por la verdad, que fueron los paganos los que paganizaron la Iglesia, de tal modo que la tradición y la doctrina de la Iglesia quedaron impregnados de paganismo hasta el advenimiento del CNC.

Y lo sueltan sin ruborizarse ni nada.

Lo importante es la conclusión kikil a tanto disparate: La Tradición bimilenaria de la Iglesia es una milonga plagada de ritos paganos; la doctrina de la Iglesia, un refrito de creencias mitológicas adobado con mucha idea sacrificial y propiciatoria; la liturgia, un conglomerado de saraos supersticiosos. Y así, de clavo, intentan vender que la única doctrina verdadera es la del falso profeta Kiko.

 


lunes, 13 de enero de 2025

Mundo neocatecumenal (II)

 


Los neocatecumenales bien kikotizados ven el mundo a través de los ojos de Kiko. Y ¿qué es lo que ven? El caos, la destrucción y la muerte. Kiko es así de optimista.

En el universo kikiano no existe el amor ni la bondad. Nadie ama a nadie porque al hombre le es imposible amar y porque el otro siempre siempre siempre es el enemigo, el que te destruye, el que te lleva a la muerte. Así que los esposos son enemigos irreconciliables, los hijos son una carga pesadísima, la amistad sincera no existe, el trabajo es una maldición, la sociedad está podrida…

Pero en medio de tanta calamidad, Kiko, recibió un soplido en la nuca que le dio la clave para resolverse la vida (la suya, porque los demás son el enemigo a combatir).

A grandes líneas, lo que se plantea en las kikotesis es lo que sigue:

·      El hombre vive para sí mismo, incapaz de pasar al otro, incapaz de amar, prisionero de sus miedos. Esta situación de insatisfacción permanente le causa un gran sufrimiento, es infeliz y trasmite su infelicidad a todos los que le tratan.

·      Cristo fue enviado al mundo por Dios Padre para... "destruir las barreras" que separan a los hombres, de forma que se formase una comunidad universal: la Iglesia

 

Según Kiko, Cristo no reconcilió a los hombres con Dios, es más, en el kikismo eso es una estupidez, porque nadie puede hacer algo que ofenda o que dañe a Dios. En el kikismo el pecado no es una ofensa contra Dios y, por tanto, no tiene poder para alejar al hombre de Dios, que nos ama tal y como somos y no necesita ni busca ni quiere que cambiemos; el pecado, dice Kiko, es fruto del miedo a la muerte y solo provoca daños al pecador y a los demás, pero de ninguna manera a Dios, porque eso es imposible.

En resumen, Dios no quiere sacrificios ni expiaciones, que son moralismos propios de paganos, ni precisa de nuestro arrepentimiento, primero porque nada puede dañarle a Él y después porque de sobra sabe Dios que para el hombre es imposible no pecar y pretender que fuese inmaculado sería pretender que el olmo diese peras. Si Dios quisiera que los olmos diesen peras los habría creado perales, no olmos.

Por tanto, Cristo no vino a reconciliar a la humanidad con Dios, sino a vencer la muerte y derribar barreras para que el ser humano pueda amar al otro. Es decir, la salvación es en función de la comunidad, que es el meollo del asunto.

La comunidad es el centro, el núcleo, la causa, la finalidad, el todo, no Dios.

En consecuencia, la “Iglesia” que concibe Kiko solo es una asamblea humana, un grupo de hermanos, un gremio social, una asociación de amigos en el que Dios brilla por su ausencia. Y dado que lo importante es el amor y la unidad, como Kiko sostiene infinidad de veces, en un akikolarre lo que cuentan son las relaciones sociales y lo que dicen los demás.

Por eso la misa de 12 solo vale 20, mientras que un akikolarre con moniciones y ecos vale como 100. Porque Kiko no le da valor a lo sagrado, a la presencia de Dios, sino a la asamblea de chismosos y cotillas donde las noticias jugosas vuelan de un lado a otro.

Este es el mundo ideal soñado por Kiko, un mundo en el que él es Moisés y la Iglesia es su camino a ninguna parte.

 

sábado, 11 de enero de 2025

Mundo neocatecumenal (I)

 

No es sorprendente que sea imposible dialogar y razonar con un neocatecumenal, al contrario, es un síntoma del mal que les aqueja: la deformación recibida en la comunidad. 

Una y otra vez, el captado rompe en diálogo con una serie de respuestas-tipo que le han enseñado a emplear como escudo, de tal forma que ni piensa ni razona ni se permite cuestionar la validez de las respuestas memorizadas. No se puede razonar con él porque no responde a lo que se le plantea, sino que pone el contestador kikótico automatizado.

El mecanismo es más fácil de lo que parece. Para que se entienda bien, lo explico con algunos hechos concretos:

Si se trata de hablar con cualquiera de ellos sobre los errores del CNC, el rechazo al diálogo se produce de la mano de la manida teoría de que nadie que no haya hecho todo el recorrido neocatecumenal está capacitado para entenderlo. Lo que implícitamente es un reconocimiento de que nada de lo que hay en el recorrido neocatecumenal tiene que ver con la doctrina de la Iglesia, porque no hace ninguna falta ser de tal o cual grupito para conocer y entender la doctrina de la Iglesia. Es más, es condición indispensable para la fe el conocer aquello en lo que se cree.

Sin embargo, aunque el captado reconozca en su interior que los argumentos del otro son sólidos y consistentes, se aferrará a la mentira de que solo desde dentro se puede entender el CNC, que es como sostener solo un padre sabe lo que es ser padre, en cuyo caso Kiko debería abstenerse de dar instrucciones a las familia, a las chicas, a los presbis...

La segunda barrera, para el caso de que el interlocutor resulte que sí ha estado en el CNC y lo conoce bien y desde dentro, es un juicio peor, porque consiste en achacar las críticas a un engaño del demonio.

Para mí que los engañados por el demonio son los rígidos, los que se niegan a escuchar. Los fariseos de la época de Jesús eran así, tenían tantísimo conocimiento de la torá que no consentían que nadie les corrigiese en nada. 

En resumen, hablar con un neocatecumenal es como hablar con una pared. Se obstinará en sostener sus mantras sin razonar, porque razonar es vicio muy malo en el kikismo, y de paso emitirá unos cuantos juicios contra todo lo de fuera de su gueto para atrincherarse tras ellos, en particular recurren mucho al juicio de que los conocimientos y la razón de los demás son errados, porque todo lo que no sea kikismo es errado para ellos.

Y a continuación sostendrán que quien no está con ellos está contra el Evangelio y contra el mismo Dios, por lo que antes o después serán destruidos. Y se quedan tan panchos.

Porque otra característica del neocatecumenal recalcitrante es su deleite por profetizar males y calamidades al mundo entero y asegurar que solo ellos serán salvos. Muy creído de lo tienen.

La pregunta obvia es por qué, si no son lerdos, están tan ciegos los neocatecumenales; qué componente hay en la kikotina que incapacita a sus adeptos para ver la realidad.

Seguramente haya más de un componente. Pero lo dejo para otras entradas.