Instrucciones para un kikolarre

No es porque en este blog se haya repetido hasta la saciedad, sino porque es de cajón: Solo la Iglesia puede dar y establecer normas y variaciones a la Liturgia, nadie más está autorizado, nadie más tiene potestad porque así lo ha querido Dios.

Por tanto, lo que el kikismo proyecta para los próximos días, los más santos e importantes de la religión cristiana, nada tiene que ver con celebraciones litúrgicas, sino que simple y llanamente son kikolarres folclórikos propios de la kikogiosidad natural de los adictos a la kikotina.

Para los católicos, la Iglesia ha dicho como proceder en estos días; para los kikianos, el folclore akikolárriko ha sido redactado al margen de las instrucciones eclesiales y también por encima de las vigentes indicaciones que recibieron del Papa Benedicto XVI allá por 2012. Ellos solos (es decir, los que sean tan necios como para hacer caso al panfleto kikótico) se sitúan fuera de la Iglesia, todo aparte, en su gueto de kikotizados.

Y además de ser una prueba de sectarismo, el panfleto es un despropósito para aquellos hogares en los que solo hay una viuda o un matrimonio con un hijo, que son muchos. Para que os hagáis una idea: la kikez folclórika tiene 37 paginitas de nada de kikirikantos perfectamente prescindibles. ¿Os imagináis a la viuda entonando uno tras otro los chorrocientos cantos con el acompañamiento de una pandereta? Mucho mejor estará la pequeña iglesia doméstica visionando en la TV el vía crucis, con la solemnidad acorde, sin panderetas y sin recitar consignas pesudo-mágicas tan típicas de las operetas kikas.

Eso en cuanto a cantos, pero lo peor es el panfleto que, en otro ejercicio de falsedad de testuz granítica titulan como “orientaciones litúrgicas” o algo así. A lo dicho más arriba me remito: solo la Iglesia tiene potestad para emitir orientaciones litúrgicas, porque la Liturgia de la Iglesia es una sola. Y quien se sale de esa Liturgia, podrá dar orientaciones sobre folclores kikóticos varios y podrá tratar de engañar con falsos títulos, pero lo que orienten jamás será Liturgia, porque la mona vestida de seda, mona se queda.

De hecho, las instrucciones que se hacen llegar sobre cómo pasar jueves y viernes Santo al margen de la Iglesia de todos vienen a ser las de siempre, tanto es así que no tienen en cuenta la nueva oración que la CEE ha incluido este año en los oficios del Viernes Santo en atención a la situación presente. Esto es así puesto que de lo que se trata es de no juntarse ni hacer lo que hacen los católicos, no sea que se les pegue algo y se conviertan.

Para la vigilia pascual, el panfleto también trae lo de siempre, con mucha lectura y mucho canto y con instrucciones para romper el ritmo con innecesarias e inoportunas preguntas de los niños. También esto ha sido dicho alguna vez en este blog: si se tratase de una Liturgia, la Liturgia no puede ser alterada para que los nenes hagan sus gracias, no es momento ni lugar. Pero como este año más que nunca lo de los kikotizados nada tiene que ver con la Liturgia de la Iglesia sino que es un folclore casero, les sugiero que hagan exámenes escritos y todo, a ver si se quedan a gusto de una vez.

Lo más gordo de las instrucciones para hacerlo todo aparte es lo siguiente:

Para empezar, dudo que un párroco tenga potestad para disponer que un ministro extraordinario se salte el confinamiento para repartir pan consagrado como si de un pedido de hamburguesas se tratase, máxime cuando la intención no es comulgar en el acto y en presencia de ese ministro extraordinario, sino almacenar el pedido en a saber dónde.

Pero si así fuera, ¿por qué razón se mantendría en secreto en lugar de que, desde la CEE y desde todas las parroquias, se estuviese publicitando para que los religiosos de misa de 12, que son muchos más, hicieran sus pedidos al supermercado parroquial a fin de estar abastecidos durante lo que dure el confinamiento?

¿Se entiende el sinsentido?

Pues haceos una idea de los admonitorios requerimientos que habrán recibido los kikopresbis de cualquier sitio con respecto a la fiesta más grande del Cristianismo. Su sensibilidad les quiere convertir en repartidores a domicilio de algo que es tratado como un simple trozo de pan ácimo.

Me parece muy grave.