Por lo tanto, hermanos, hoy el tiempo está
más cercano. Salgamos del sueño, como nos dice San Pablo, y corramos al
encuentro de Aquél que viene a catapultarnos hacia adelante. Aquél que viene en
esta Pascua a confortarnos, a liberarnos de nuestros miedos y zozobras, de
nuestras esclavitudes, del pecado y de la muerte, de nuestros egoísmos. NOCHE
SANTA EN LA QUE LA MUERTE FUE DESTRUIDA POR LA RESURRECCION DE NUESTRO SEÑOR
JESUS, Y LA ESCLAVITUD Y SERVIDUMBRE AL MAL FUE ANIQUILADA POR LA SANGRE
PRECIOSA DE NUESTRO SALVADOR, AL QUE DIOS HA ELEVADO POR ENCIMA DE TODO AQUELLO
QUE NOS DESTRUYE Y MATA.
Ahora bien, esta liberación que hemos
comenzado a experimentar, de una forma leve si queréis, en esta Noche se hace
presente con toda su fuerza, anunciándonos que ella es LA GARANTIA de nuestra
liberación total, que ya viene. Que tengamos paciencia, que esperemos al Señor
que está ya a las puertas.
NUESTRA FIESTA, LA PASCUA, INAUGURA
CINCUENTA DIAS DE FIESTA ININTERRUMPIDA QUE CULMINAN EN PENTECOSTÉS CON LA
VENIDA DEL ESPIRITU SANTO, SIGNO DE LO QUE ES NUESTRO CATECUMENADO: DE UNA
LIBERACIÓN, UN CAMINO DE FIESTA, HASTA NUESTRO BAUTISMO EN EL QUE SEREMOS
REVESTIDOS TOTALMENTE DEL ESPÍRITU DE JESUCRISTO.
Me da mala espina
tanta insistencia en la fiesta y el disfrute. Para los judíos, la noche de la
Pascua fue el inicio de un éxodo muy largo por el desierto en el que murieron
todos los que aquella noche fueron liberados. Para los discípulos, desde la
madrugada del Viernes Santo, cuando Jesús fue apresado, hasta Pentecostés, todo
fue miedo y esconderse y juntarse a puerta cerrada… ¿Qué clase de marco
sacramental es el de fiesta y banqueteo incesante? ¿Es a eso a lo que se dedica
en esas reuniones con obispillos de lugares remotos que, encima, suelen
llenarle todo de demonios?
Quiero, hermanos, que no estéis ignorantes
del tiempo que vivimos puesto que los últimos días han llegado ya. Y cuando
hablo de últimos días me refiero a lo que dice el Apóstol: que un día para Dios
es como mil años. Las naciones salen de la Iglesia, o si queréis, ya han
salido. Lo que retenía al anti-Cristo (sic) ya ha sido quitado y su
manifestación es indudable. Quiero interpretar que lo que retenía al
anti-Cristo (sic) es que el Evangelio de nuestro Señor Jesús fuese anunciado a
todas las naciones y, si queréis, rechazado por éstas, así como hizo Israel,
para que ninguno se pueda gloriar y pueda tener con todos misericordia.
Otras veces dice
que la Parusía no puede producirse hasta que los judíos no se conviertan. Y si
esa es una condición inexcusable, tampoco será este año.
El Apóstol San Pablo, en la segunda carta a
los Tesalonicenses (2,3-15) dice: "Tiene que venir la apostasía y
manifestarse el hombre impío, el hijo de perdición, el adversario que se eleva
sobre todo lo que lleva el nombre de Dios o es objeto de culto, hasta el
extremo de sentarse él mismo en el santuario de Dios y proclamar que él mismo
es Dios...
Vosotros sabéis qué es lo que le retiene
ahora para que se manifieste en su momento oportuno. Porque el misterio de la
impiedad ya está actuando. Con que ahora le sea quitado de en medio lo que
ahora le retiene, entonces se manifestará el impío, a quien el Señor destruirá
con el soplo de su boca y aniquilará con la manifestación de su venida. La
venida del Impío estará señalada por el influjo de Satanás con toda clase de
milagros, señales, prodigios engañosos y todo tipo de maldades que seducirán a
los que se han de condenar por no haber aceptado el amor de la verdad que les
hubiera salvado. Por eso Dios les envía un poder seductor que les hace creer en
la mentira...
Y a mí que me
recuerda algo… algo así como las mentiras que larga uno muy sensible…
Nosotros, en cambio, debemos dar gracias en
todo tiempo a Dios por vosotros, hermanos amados en el Señor, porque Dios os ha
escogido desde el principio para la salvación mediante la acción salvadora del
Espíritu y la fe en la verdad. Para esto os ha llamado por medio de nuestro
Evangelio, para que consigáis la gloria de nuestro Señor Jesucristo. Así pues,
hermanos, manteneos firmes y conservad las tradiciones que habéis aprendido de
nosotros, de viva voz o por carta."
Como veis, a través de este texto, queridos
hermanos, el Apóstol San Pablo nos expresa las señales que precederán la
segunda venida de nuestro Señor Jesús. Podemos decir, casi sin temor a
equivocarnos, que ellas ya están en el mundo. Porque la venida del Señor es
inminente, está cerca; está hoy más cerca que nunca. De forma que podemos decir
que nos encontramos en los últimos días.
Lo mismo pensaban los primeros cristianos. Y tenían más motivos para creerlo, porque el emperador de Roma se hacía llamar dios.
¿Por qué os hago notar esto, hermanos?
Porque EN LOS ÚLTIMOS DIAS LA IGLESIA SERÁ UN RESTO EN MEDIO DE LAS NACIONES. Y
he aquí que las naciones salen de la Iglesia. Y he aquí que la Iglesia pierde
todo su poder, todo su prestigio temporal; he aquí que la Iglesia se separa de
los Estados. Pobre y desnuda, ahora podrá cumplir su misión de Siervo de Yahveh
en medio de los hombres, ILUMINANDO, SALANDO Y FERMETANDO, DANDO VERDADERAMENTE
LA SALUD, LA SALVACION. DANDO A JESÚS RESUCITADO, MUERTO POR NUESTROS PECADOS,
POR LOS PECADOS DE TODOS LOS HOMBRES Y RESUCITADO POR DIOS PARA JUSTIFICACIÓN
DE AQUELLOS QUE EL PADRE HA DESTINADO PARA UN CAUDAL INAGOTABLE DE GLORIA.
Yo estoy plenamente convencido que en esta
nueva etapa de la Iglesia estas comunidades neocatecumenales tienen una gran
misión, cual es la de preparar este resto. Es indudable que ESTAMOS PREPARANDO
LA IGLESIA DEL FUTURO, la Iglesia que tendrá que debatirse en un tiempo nuevo.
Que será peregrina y extranjera en medio de las naciones y pueblos, que no la
comprenderán porque habla un lenguaje distinto, porque no es de este mundo.
Ya está con
palabras mentirosas. La Iglesia, de hoy, del futuro y de siempre, no la va a
decidir un gurú de tres al cuarto, la Iglesia la prepara el Espíritu Santo,
afortunadamente. Y el Espíritu Santo no se reune con los mentirosos.
Por eso, hermanos, yo os anuncio que en esta PASCUA Jesús viene a prepararnos para esto. Jesús viene a fortificarnos. Jesús viene a darnos una misión: la de salvar a las naciones para anunciarles el perdón de los pecados en la muerte y Resurrección de él (sic) mismo. Para ello a nosotros primero, como primicias, nos rescata de Egipto, nos saca de la noche profunda, nos abre un camino en medio de las aguas primordiales, nos conduce a su Reino a través de un neocatecumenado, para después, preparándonos en una comunidad como la que él tuvo en Nazaret, poder crecer y desarrollar en nosotros este hombre, el hombre nuevo, hasta la medida que Dios ha establecido para nosotros: la medida de la CARIDAD, del AMOR TOTAL, del PERFECTO AMOR A TODOS. Y entonces poder salir al mundo con Jesús y con Él subir al calvario para ser allí crucificados por amor al mundo, por amor a los enemigos. Pues ésta es la misión, hermanos, a la que el Señor nos llama a todos nosotros.
Por eso, hermanos, yo os anuncio que en esta PASCUA Jesús viene a prepararnos para esto. Jesús viene a fortificarnos. Jesús viene a darnos una misión: la de salvar a las naciones para anunciarles el perdón de los pecados en la muerte y Resurrección de él (sic) mismo. Para ello a nosotros primero, como primicias, nos rescata de Egipto, nos saca de la noche profunda, nos abre un camino en medio de las aguas primordiales, nos conduce a su Reino a través de un neocatecumenado, para después, preparándonos en una comunidad como la que él tuvo en Nazaret, poder crecer y desarrollar en nosotros este hombre, el hombre nuevo, hasta la medida que Dios ha establecido para nosotros: la medida de la CARIDAD, del AMOR TOTAL, del PERFECTO AMOR A TODOS. Y entonces poder salir al mundo con Jesús y con Él subir al calvario para ser allí crucificados por amor al mundo, por amor a los enemigos. Pues ésta es la misión, hermanos, a la que el Señor nos llama a todos nosotros.
Teniendo en cuenta de cuando es la carta, ¡cuántos han muerto
por el camino sin que ninguno descubriese el amor total!
Porque
nos llama a amar al más perdido, al más asesino y canalla de los hombres; que
no nos escuchará, pero nos dejaremos matar por él. Eso lo hará en nosotros
Jesús cuando él (sic) sea todo en todos nosotros, cuando no seamos nosotros los
que vivamos sino él (sic) en cada uno de nosotros.
Qué mala espina me da el tostón este año...a santo de que repetir el de hace 50 años ( 1970)...acaso el Maicito ha agotado las sandeces uno sabe que decir este año, aunque sea por carta??...no se, me parece extrañísimo este hecho, no sé a vosotros, a la par que " sospechoso"...veremos.
ResponderEliminarLázaro
"La venida del Impío estará señalada por el influjo de Satanás con toda clase de milagros, señales, prodigios engañosos y todo tipo de maldades que seducirán a los que se han de condenar por no haber aceptado el amor de la verdad que les hubiera salvado. Por eso Dios les envía un poder seductor que les hace creer en la mentira..."
ResponderEliminar¿Dios envía un poder seductor que les hace creer -a las gentes, supòngo- en la mentira? A ver, Kiko, ¿Quién es el padre de la mentira? ¿Quién dijo: "Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida"?
Y ahora, un poco de publicidad:
"nos conduce a su Reino a través de un neocatecumenado, "
Si la conciencia de "elegidos" no es característica sectaria, entonces, ¿qué lo es? Y no solamente el ser elegidos, sino que este grupo se considera el "resto".
ResponderEliminarAparte de eso, kiko va usando las palabras neo y catecúmenos indistintamente. ¿Dónde quedó el bautizo? ¿Por qué lo anula? Pero ya se sabe, no se trata de ser coherentes, sino de ser singulares, "somos los únicos", es "nuestra pascua"... Va a llegar el día en que nos pedirán diezmo por el aire que respiramos.