Traditio symboli (LXIX)

 

Bien, hermanos, entonces cantemos "Qué amables son tus moradas, Señor". Es otro salmo, el salmo 84: "Señor de los ejércitos, mi alma ansía y anhela los atrios del Señor. Hasta el gorrión encuentra una casa; la golondrina, su nido, junto a tus altares, Señor"; cerca de Tu presencia, porque Dios está cerca de mi ser. Bienaventurados los que habitan en Tu casa, siempre cantan tus amores: no hay nada más alegre, más bello en el mundo que el hombre que tiene el deseo de alabar, de agradecer. Nace dentro de él un espíritu de júbilo. Lo que decíamos antes: el alma de toda liturgia cristiana es la acción de gracias, el agradecimiento que nace de un pueblo que antes estuvo en la esclavitud, de un hombre que conoció la dureza del faraón, que conoció la esclavitud de Egipto y que ahora se encuentra milagrosamente, gratis, gratuitamente salvado; y ve cómo el Señor... 

Los kikos no conocen la gratuidad de la salvación. Para ellos es carísima e inalcanzable por más trípode, pasos, escrutes y bolsas que pasen siempre hay algo más, siempre hay alguna exigencia y algún requisito que no han cumplido. Y por eso y por conocerse, van por la vida con caras de perro (Camorras dixit).

Y no entiende por qué Dios es así, está enamorado de él, de él que es un cobarde, que es un pecador, un malvado si quieres; y Dios está tan enamorado que hace obras y prodigios en su favor, en su favor, como ha hecho. Ve que destruye a sus enemigos y contempla maravillado las cosas que Dios está haciendo por él, mientras lo lleva sobre alas de águila. Y esta es una experiencia verdadera, una experiencia que el cristiano debe tener. El resto no nos interesa: la gente que no tiene esta experiencia, que quiere hacer de la religión un cumplimiento, una obligación, una cosa de la religiosidad natural...

Se refiere a esa religiosidad natural que encadena y esclaviza porque llega a la conclusión de que no cumplir y faltar a la comunidad es “pekado imperdonable”.

Bueno, hay otros grupos en la Iglesia en los que pueden estar. Para permanecer en el Camino Neoeatecumenal hay que tener esta experiencia, es decir, que esto nazca de lo profundo, haber experimentado esto.

Aquí suelta la patada contra la Iglesia, para dejar claro que el CNC es otra cosa. La verdad es que solo los atrapados por la religiosidad natural se dejan esclavizar por temor a que diosito les mande un cáncer o algo peor. Y eso no sé si pasa en otros grupos, pero sé que pasa en el gueto Neocatecumenal.

Cantamos este salmo que dice "Dichoso el que encuentra en Ti la fuerza y en su corazón decide el santo viaje"; ¡Este es el santo viaje! Cantamos esto porque empezamos esta mañana, porque toda celebración de la conversión... Nosotros celebramos aquí la conversión: es Dios quien te ha convocado aquí, en esta convivencia; es Dios quien te ha traído.

Es un rasgo típico de las sectas y sus falsos profetas el cargar la responsabilidad de todo sobre Dios y pretender que ellos son su voz en la Tierra para ti. No lo creas. Por sus frutos se reconoce al árbol, no por su labia.

No sé qué habrá tenido que hacer Dios para traeros a esta convivencia, no habéis sido vosotros quienes habéis venido.

Y así, sin darse cuenta, da una coz al libre albedrío y hace saber que su diosito no respeta tu voluntad, sino que te hace ir a donde a él le da la gana, quieras tú o no quieras. Y posiblemente hubiese allí chicos obligados por sus kikísimos padres a tragarse la convivencia, porque son dados a poner en práctica la anulación de libertad que el gurú propala.

Y os ha traído aquí, nos ha convocado porque es Él quien quiere convertirnos esta mañana. Aquí dice: "Bienaventurado el que encuentra en Ti la fuerza y decide en su corazón el santo viaje". Emprende un viaje de regreso a Dios: para convertirse. Sin encontrar la fuerza en Dios no se puede hacer este viaje, este cambio. Este es un salmo que cantaba Israel cuando... Sabéis que los judíos tenían que celebrar la Pascua en el templo: todos iban a Jerusalén, y recorrían, partiendo de las aldeas, la peregrinación hasta el templo, como lo hizo la familia de Nazaret. Y en estas peregrinaciones santas cantaban salmos, himnos: los salmos de la "subida". Uno de estos salmos es este que dice: "Y decide en su corazón el santo viaje", decide ir a Jerusalén. Esa era la figura. Ya  Dios lo inspiró porque anunciaba la conversión que se llevaría a cabo en la Iglesia no solo haciendo un camino físico como ir en peregrinación a un santuario. Jesucristo dirá que no se adorará más aquí en Jerusalén, en el monte de Jerusalén, ni en el monte Garizim, sino que "llegan los verdaderos adoradores que mi Padre quiere, los que adoran a Dios en espíritu y en verdad", no en un lugar físico. 

Cita falsa, claro. La verdadera es: «Pero la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque ciertamente a los tales el Padre busca que le adoren» (Jn 4,23).

Y me surge una duda inevitable: Quien considera pekado imperdonable no acudir al lugar físico de reunión de la comunidad, no puede ser un verdadero adorador, ¿no?

Entonces, dice que aquellos que encuentran fuerza en Dios y deciden el viaje santo en su corazón -porque encuentran la fuerza en Dios, Dios le da esto, fuerza para decidir en su corazón convertirse, regresar a Dios verdaderamente- experimentarán una cosa: cuando pasáis por el valle del llanto, cuando os encontráis con la cruz en la vida, Dios cambia esta cruz, la transforma. "Pasando por el valle del llanto, Dios lo cambia en bendición". Se transforma: la cruz se convierte en gloriosa. Y según va caminando, su vigor crece: "Crece en el camino su vigor hasta llegar a Sion", hasta llegar a Sion, a Sion que es el monte, se llamaba Sion el monte donde estaba el templo de Jerusalén.

Pues no. Ese era el monte Moriah. Debería informarse un poco.

¿Y qué dice? "Para mí un día en tus pasillos vale más que mil en otra parte; por qué estar en el umbral de tu casa...", en el umbral, no dice 'dentro': ya solo con estar y caminar hacia tu casa, estar cerca de tu casa, esto ya vale mucho más que vivir en las casas de los ricos, que habitar en las casas de los poderosos del mundo, de los pecadores que tienen sus villas.

El salmo no hace juicios sobre los ricos ni los poderosos -¿Acaso no son ricos y poderosos porque Dios quiere?-, pero era demasiado pedir que el gurú no menoscabase la buena fama de aquellos sin motivo alguno. Es lo que le sale de dentro.

Bueno yo he experimentado, dice el salmista, que fui invitado por un rico a pasar las vacaciones en su villa, en su barco, así, y no me sentí feliz, no sé qué me pasó...

No lo dice el salmista ni tampoco el salmo, quien lo dice es el que se cree con derecho a decretar pekados imperdonables.

Sí, es hermoso el primer día, estar en el mar, pero después no sé qué te sucede: la felicidad que encontré en un camino de regreso a Dios, la alegría interior, bueno, ¡eso es diferente! Aquí me encuentro mejor. ¡Esto dice el Salmo!: "Es mucho mejor estar en el umbral de tu casa que vivir en los palacios de los poderosos". Es mejor quedarse en el umbral; todos estamos en el umbral, estamos entrando, estamos volviendo hacia Sion, hacia el Señor.

Debería aclararse. Según ha dicho antes, Sion es un sitio físico y los verdaderos adoradores no necesitan un lugar físico porque adoran al Señor en espíritu y en verdad, sin necesitar acudir varias veces por semana a un salón mal acondicionado donde no se dan las medidas apropiadas para evitar contagios.

También esta mañana estamos de regreso, el Señor nos ha llamado: "Ven, pueblo mío, ven aquí, que yo te llevaré sobre mi espalda y te introduciré en mi casa. Porque te quiero, te amo, gratuitamente. ¡Te quiero y quiero darte muchas cosas que verás! ¡Ya verás cuantas cosas quiero hacer contigo!".

Solo los gurús sectarios usan comillas para pretender hacer pasar por mensajes de diosito lo que no son sino sus sueños de poder.

¿Y por qué conmigo? No solo por ti y contigo, quiero hacerlo con toda la humanidad, con tanta gente que hoy está esclavizada, porque yo no creé a la gente para que viva en la opresión, en el sufrimiento, ¡no!

Y dale con usurpar el lugar de Dios y pretender conocer sus palabras.

Bueno, hermanos. Cantamos al Señor después de haber proclamado un salmo. Porque ya veis, poco a poco debemos instruiroa en los salmos: ya estáis comenzando a estudiar los salmos. Cantemos todos, con un solo espíritu, con una sola voz, la lira, con la guitarra que es un instrumento que deriva de los instrumentos antiguos con los que se acompañaban los salmos, cantemos este salmo al Señor.

Insisto, lo que cantan no es el verdadero salmo, sino un kikirikanto que toma partes del salmo 84 y cercena otras.