Feísmo caro, triste, kikísimo y además replicado

 

Recordaba más o menos la estetikika blanca, azul, fría y hueca de Santa Catalina Labouré de haber estado allí con ocasión de la primera misa de un presbikiko.

Esta es la puerta principal de Santa Catalina Labouré

No había oído hablar de Nuestra Señora del Pilar de Valdemoro y en la entrada anterior confundí esta con aquella debido a que presenta la misma estetikika fea, fría, hueca y metracrilática. Además de cara, también muy cara. 

Esta es la fachada de Ntra. Sra. del Pilar

Pero qué puede importar el costo cuando quienes pagan son los otros, que son Cristo. ¿Acaso alguien piensa que Cristo pueda tener problema para pagar lo que haga falta? Pues eso.

Ciertamente al sensible que firma pero no pinta no le importa el precio, sino el resultado. Por churretoso que resulte, como es el caso de la parroquia de Jesucristo Redentor y Nuestra Señora de la Palma, del Puerto de Santa María, que es otra mole fea, fría, hueca, metacrilática, cara y además churretosa.

La parroquia churretosa del Puerto de Santa María, Cádiz

Lo único que puedo decir a favor de estos tres desastres estetikikos es que no destrozan un templo preexistente, sino que se levantaron de cero. Con una carencia de sensibilidad artística total, con derroche y con mal gusto, pero no destroza nada previo. En Filadelfia ha sido peor.

Y luego está lo del cesado obispo neocatecumenal del Callao que no contento con kikotizar cuantos templos pudo ordenó levantar una capilla nueva para darse el gusto -el mal gusto- de tener un lugar que le recordase a su añorada comunidad de la Paloma. La fea capilla de Nuestra Señora de la Paloma depende de la parroquia de San Martín de Porres, que también recibió el feísta barniz neocatecumenal.

El depuesto obispo en San Martín de Porres en 2016

 

En la imagen precedente se ve a Del Palacio celebrando una eucaristía en la kikotizada San Martín de Porres. Así que me pregunté ¿por qué decidiría construir una capilla en lugar de un catecumeium, que es más kiko?  Entonces me di cuenta de que lo de San Martín es mero barniz, pero que no ha calado: en lugar de una torta, la eucaristía es con hostias; en lugar de metacrilato hay madera y plástico; no hay januquiáh sobre el altar que, por cierto es de madera y no de mármol; no hay moqueta por ningún lado... Y lo peor de todo: hay gente que ¡se arrodilla! durante la misa y que se empecina en comulgar en la boca.

El intento de kikotizar la parroquia de San Martín de Porres prosiguió y el suelo del presbiterio se cubrió de moqueta roja, pero los chalacos no estaban por la labor de asumir las reglas del kikismo, así que se hizo necesario disponer de otro lugar. Y arrancó la construcción de la capilla de Nuestra Señora de la Paloma, puro feísmo desde los cimientos.

Este fue el arranque de la capilla Ntra. Sra. de la Paloma del Callao, Perú

Porque la feoestetikika, digo, la neoestetikika es contagiosa y allí donde manda un presbikiko, allí que envían a los peones kikos a replicar el mismo churro una y otra vez. Sin olvidar la arcada de la entrada, que debe tener un simbolismo exotérico inextricable.

Para la visita papal, las obras continuaban, pero se puso un cartel publicitario del obispo

Tanta obsesión por repetir lo mismo una y otra vez hace pensar en una severa carencia de ideas, pero tal vez sea que estén esperando el milagro de que alguna vez les quede bonito.

Al finalizar quedó así, sin minarete, a Dios gracias

Se inauguró con prisas y sin pintarrajos en las paredes

 

Aquí el obispo, antes de ser cesado, en la inauguración de la capilla

Así quedó tras pintar el adefesio final. Lo que más me gusta es el reclinatorio (se conoce que los chalacos son muy religiosos naturales y piden arrodillarse para recibir la eucaristía)

Panorámica de la capilla terminada (¡Sin moqueta ni candelabro! ¡Bendito sea Dios!)