Delirios de la kikada 2001-2002 (y III)

 

Decía esto porque el Papa habló de Judith, que es una mujer, y las mujeres han sido muy importantes en toda la transmisión.

¿? ¿El famoso feminismo romano del que nunca oí hablar daría a las mujeres la oportunidad de ser escribas para ser importantes en la transmisión de no se sabe qué?

Tanto es así que cuando desaparecen los hombres -que desaparecen siempre ante el sufrimiento- es cuando se ve a la mujer, al pie de la cruz. Porque si algún valor le ha dado Dios a la mujer es que tiene mucha más sensibilidad, y al hombre le ha dado más fuerza física para pegar (que tenía que haber pegado a la Serpiente y no pegó a la Serpiente...).

Aclaración que indica que Carmen estaba al tanto de voluntad de diosito para cada uno desde la época de Adán y Eva, gracias a que su bola de cristal era la repera.

Y en un libro que tengo en francés he visto que la Virgen ha influido muchísimo en estos escritos que han llegado al Evangelio.

De nuevo la tradición oral a la porra. Libros por aquí, escritos por allí, Evangelios como colofón…

Porque esos 40 días que decimos que pasaron con la Virgen en oración, no es una cosa que se inventaron ellos muertos de miedo, sino que después de un funeral el pueblo hebreo se reúne y cantan y dicen, y cada uno oralmente transmite. Allí la Virgen contó todo: su Anunciación, su Magnificat, que en el mismo Magníficat se ve cómo la Virgen conocía las Escrituras. Porque los hebreos se reunían no solamente en la sinagoga sino en las casas, que cuentan y recuentan en los meses de invierno y se saben todo.

Debe de ser la bola de cristal de Carmen la que le permite saber lo que hicieron los discípulos en la cincuentena -cuarenta días es hasta la Ascensión- de la primera Pascua cristiana que ella ha convertido porque le dio la gana en una "fiesta funeral" muy larga.

Estos últimos descubrimientos dicen por ejemplo que en Lucas se ve que la Virgen está detrás en todo, porque cuenta cosas de mujeres que no cuentan los otros. Y también, cómo las vendas en cuestión... ¿quiénes son las primeras que ven las vendas? Las mujeres.

Esto es una primicia inédita fruto de la visión kikótica que no figura en ningún Evangelio. Lo que se cuenta en ellos es que José de Arimatea y Nicodemo entierran el cuerpo de Jesús, tal vez acompañados por María Magdalena y María la madre de Santiago el menor. En todo caso, quienes primero vieron las vendas, fueron los que vendaron el cuerpo muerto.

Y la Resurrección, ¿quiénes la ven lo primero? Las mujeres. Porque por algo lleva la mujer la maternidad... que es el ataque más grande que tiene hoy la Historia, por esto dice muy bien Ratzinger -que os lo quería leer- que el terror más grande que hoy tiene Europa... Dice: "¿Es ésta la hora de su máximo éxito?”.

El texto real, si alguien quiere consultarlo, está aquí. Y resulta que en el texto del cardenal no existe esa pregunta.

Del Islam habla aquí; ahora hay tanto miedo del Islam que todo el mundo está hablando bien del Islam, solamente se le ha ocurrido decir a este de Italia, Belusconi, que habrá que volver a las bases cristianas de la Europa. Dice Ratzinger: «En esta hora de su máximo éxito, Europa parece vaciada por dentro, paralizada por una mortal crisis circulatoria, forzada, por así decirlo, a someterse a trasplantes que sin embargo tendrán que anular su identidad. A este morir interno de las fuerzas sustentadoras del espíritu se une que, también desde el punto de vista étnico, Europa parezca en vías de extinción. Hay un extraño desinterés por el futuro. Los niños, que son el futuro, son vistos como una amenaza para el presente; se piensa que nos quitan algo de nuestra vida. Ya no se les percibe como esperanza sino como límite del presente. Se impone la comparación con el hundimiento del Imperio Romano decadente que aún funcionaba como gran marco histórico, pero que, en la práctica, vivía ya por obra de los que iban a liquidado porque no tenía energía vital en sí mismo».

Sabéis que España es uno de los países más bajos en natalidad. Es muy interesante ver toda la historia de Europa y de adónde vamos.

Para acabar con lo que el Papa ha dicho de Judith, ha dicho cosas estupendas -que las salto- porque es en un momento grave cuando interviene siempre la mujer. Dice: 'Estaban verdaderamente en una situación grave y ver cómo el que derriba las guerras es el Señor.... Todo sorprende ante un Dios que interviene...'.

Lo anterior, pese a las comillas, es invención carmelitana. Quien quiera lo puede comprobar aquí. 

 «El autor sagrado reconstruye este evento varios siglos después para dar a sus hermanos y hermanas en la fe, que sentían la tentación del desaliento en una situación difícil, un ejemplo que los animara. (…)  La figura de Judith vendrá a ser arquetipo que permitirá, no sólo a la tradición judía, sino también a la cristiana, subrayar la predilección de Dios por lo que es considerado más frágil o más débil, pero que precisamente por esto es elegido para manifestar la potencia divina. También es una figura ejemplar para expresar la vocación y la misión de la mujer, llamada con el hombre y según sus características específicas, a desempeñar un papel significativo en el plan de Dios. (…) La Tradición cristiana verá en la heroína judía una de las prefiguraciones de María. ¿No se siente un eco de Judith cuando María, en el Magníficat, canta que "derriba a los poderosos del trono y enaltece a los humildes"? Se comprende, pues, cómo la tradición litúrgica, familiar a los cristianos de Oriente y de Occidente, suele atribuir a la Madre de Jesús expresiones referidas a Judith: “eres la gloria de Jerusalén, tú la alegría de Israel, tú eres el orgullo de nuestra raza”. Partiendo de esta experiencia de victoria, el cántico de Judith concluye con una invitación a ensalzar a Dios con un canto nuevo. (…) Estos símbolos nos hacen recordar que todo es “nada” frente al poder de Dios».

Cuando estás verdaderamente en la angustia más fuerte de la muerte -y esto me gustaría a mí verlo en la epístola a los Efesios- ¿sabéis dónde escapaba San Pablo, que se ve en la epístola a los Efesios y a los Colosenses? Escapaba al universo. Esto que quieren hacer ahora de ir hacia el universo, que tienen un satélite aquí y otro allá y parece que ya han dominado el universo, es una estupidez como un piano, porque siempre recuerdo yo que aquí no estamos parados, estamos globalizados, viajamos a unas velocidades enormes por el universo. Y este ¿quién lo mueve? ¿Sabe algo de esto el Bush, o el Bin Laden y todos estos? O sea que por mucho que nos queramos imaginar y lo expongas tan bien Dios es invisible y a Dios no lo ha visto nadie. Lo ha dicho San Pablo bien claro a pesar de todos sus raptos y todas sus visiones: ¿Qué será Dios?

Y entonces Kiko pensó que él no podía ser menos y que necesitaba también fugarse al universo o tener visiones o por lo menos un soplido en la nuca.

Yo siempre lo único que veo como posible es una transfiguración en luz. ¿A dónde va el universo? ¿A dónde va la materia y la energía, todo lo que está descubriendo la Ciencia para aproximarse de alguna manera? Todo es nada, nada de nada, ni siquiera este afán de consumismo. Primero eran las catedrales, ahora los supermercados como si el consumismo va a dar la felicidad: ya que el comunismo no ha logrado dar el paraíso con la utopía de la lucha de clases, ahora lo van a dar con la técnica y la ciencia, con la inteligencia y las torres, y quitando todas las enfermedades. Sepan los hombres que somos mortales. Y el misterio de la muerte es el misterio de la muerte, y solo entrando en la muerte se puede resucitar. Yo, después de haber pasado grandes crisis.... Por eso el Señor nos lleva a las crisis para que podamos ser verdaderamente testigos de la Resurrección, si no ¿qué vas a predicar, una cosa que te has aprendido en los Evangelios? Por eso los apóstoles pasaron todos por la muerte.

¿Qué vas a predicar? ¿La doctrina cristiana, lo que dice la Iglesia, lo que está escrito en el Catecismo o lo que registran los Evangelios? Un poco de seriedad, en el kikismo se cuentan hechos concretos por vía oral, nada de repetir esas cosas tan aburridas que son la doctrina de la Iglesia.