En la kikogocitada parroquia de Santa Catalina Labouré de Madrid hay -o había, no sé la situación a día de hoy, en este año de gloria para ti, tu familia, etc., etc.- un kiko muy kiko que tuvo la ocurrencia de reunir en un mamotreto todas las disposiciones que encontró relativas la música litúrgica.
Un simple vistazo a dichas disposiciones deja meridianamente clara la improcedencia de los guitarreos y acordes kikos y lo abisalmente lejos que están de podérselos considerar música litúrgica. Pero un kiko bien entrenado no se preocupa por esas minucias. Lo que digan la Iglesia y los Papas de todos los tiempos para ellos -para los kikotizados- solo es un decorado para que los demás, los de fuera, los que no saben de qué va la opereta, se confundan y acepten sin cuestionamiento aquello tan manoseado de que “todo está aprobado” aprobadísimo.
Es más, un kiko genuino no va a perder el tiempo en la lectura de las disposiciones de la Iglesia porque para ellos lo que de verdad importa es el condensado y refrito de ideas de su gran gurú de Palomeras acerca de lo que dan en llamar “el servicio de salmista”. De modo que un kiko se saltará la primera parte del mamotreto sobre música sacra y pasará directamente al apartado de discursetes del líder. Así no correrá el peligro de enterarse y entender qué es lo que de verdad dispone la Iglesia sobre música sacra, sino que acatará como dogma las ocurrencias de quien menos sabe del tema, pues no tiene formación ni muestra predisposición a dejarse enseñar.
Pero dado que de cuando en cuando a Kiko se le escapa alguna verdad, hay frases reseñables en sus discursetes.
Así, en la II reunión de cantores, Madrid, marzo de 1978, Kiko dijo:
«El cantor. Este servicio es importante en la comunidad. ¿Qué misión tiene el cantor en la comunidad?: ayudar a los de fe más débil».
Lo primero es centrar el tiro. Kiko no mira por la Iglesia ni por la parroquia ni por los feligreses, su único interés son sus cositas y sus juguetitos, en suma, “la comunidad”.
Y a continuación, el reconocimiento de la debilidad de la fe de los neocatecúmenos. Una hermana de mi comunidad cuenta sin reparo que a ella “no le sirve la misa normal”, que “no la llena”, que le faltan los cantos y los corrillos al final de la celebración. Casi treinta años lleva en el CNC y no es consciente de que idolatra a un buey, que la comunidad es su club social y que en ella no adora a Dios, sino que se da gustito a sí misma. En efecto, qué débil y qué mustia es la fe de algunos.
Sigue Kiko soltando gansadas por la boca:
«El canto es un sacramento (signo visible), es una forma por la que la comunidad dice a Dios, mediante signos, que la Palabra proclamada ha sido fecunda, que ha cumplido su misión en medio de nosotros».
Se ve que Kiko, en su ignorancia de burgués de familia bien, no sabe qué es Sacramento. El canto no lo es, ni siquiera el canto gregoriano. Es más, la palabra, es decir, la Escritura, tampoco.
A continuación, Kiko mezcla -me cuesta pensar que no lo haga interesadamente- Escritura y canto. Un bulo que propagan los neocatecumenales es que todos los cantitos de Kiko -muchos ni son de Kiko, pero en su humildad se los apropia de la misma forma que firma lo que no pinta- están tomados de la Biblia, ellos dicen “están tomados de la Palabra de Dios”, que suena más rimbombante. De esta forma se hace pasar por Palabra de Dios lo que sea que diga la letra del canto, por más que haya sido deformada para adecuarse a las metas kikas. Así que no es inesperado que en el discurso kikil se mezcle y se confunda canto con Palabra de Dios.
«¿Cuál es la misión de la Palabra en la comunidad? La Palabra crea la comunión, la koinonía, el amor entre nosotros. Los amigos cuando se lo pasan bien cantan juntos, no así los enemigos. De alguna forma la Palabra logra ponernos en comunión. El canto crea la comunión. Tiene la misión de hacer de la pluralidad, suma de personalidades individuales sin comunión interior, la comunidad. El canto expresa lo que hace la Palabra en medio de la pluralidad. La primera expresión en la comunidad, los primeros berridos, son los cantos, que preanuncian que se empieza a crear la comunión. Cuando se está en crisis no se canta. Por eso, dime cómo canta una comunidad y te diré que espíritu tiene».
En suma, todo para la comunidad, una comunidad que no necesita a Dios, porque con los canturreos magikikos ellos solitos se apañan para “crear la comunión”.
Lo siguiente es más barniz camelístico magikiko:
«La comunidad no puede cantar sin su cabeza, Cristo. El solista representa a Cristo; la comunidad responde al solista. Ningún salmo se canta sin estar unido a Cristo».
Lo explicaré fácil. En la Iglesia Católica una mujer no puede representar a Cristo. Ergo no podría haber mujeres salmistas.
Pero resulta que la música sacra de la Iglesia Católica siempre ha primado el coro por encima del solista. La música sacra no está pensada para el lucimiento de un solita que represente a no sé qué, sino que su base es el canto de alabanza de un pueblo, que está representado en el coro al completo.
A continuación, vienen unas burradas tan obvias que no voy a comentarlas:
«Jesús ha abierto un camino, es el único que me quiere pecador, no quiere que peque porque el pecado me destruye. (…) Jesús reza con nosotros. (…) Jesús se ha hecho uno contigo, se presenta ante el padre unido a ti (sic). Jesús muere, se hace carne conmigo, se ha hecho Kiko, pecador».
Y tras demostrar su ignorancia, el sensible se pone a impartir su magisterio:
«¿Cómo se forma un cantor? El cantor se va formando conforme vive su fe. Hacer buenos cantores es hacer gente que viva el cristianismo».
Esto explica por qué tantos salmistas del CNC son tan rematadamente malos.
«Estamos en el nombre del Señor, haciendo un servicio, está el Espíritu del siervo sufriente. El cantor es el que tiene más Espíritu de este siervo, y posibilidades de exultar. El canto es la expresión religiosa más alta, más que el templo, la música. Todas las religiones tienen sus cantos. Cantar con todas las fuerzas, alzando la voz a Dios. El canto es a la Palabra lo que el Espíritu es al cuerpo (…) El cantor es un instrumento al servicio del Espíritu. Tenemos la responsabilidad de que no se cante de cualquier forma, por eso hay que aprender bien los cantos, cantarlos cercanos a nosotros, los catequistas, ya que el Señor nos los ha inspirado para abrir este carisma».
La conclusión de todo el rollo es que su humildad quiere que todos canten imitándolo a él que, dicho sea de paso, canta mal y gallea mucho.
Porque en realidad todo esto va de satisfacer en inmenso ego del sensible.
Pues son disarmónicos, horripilantes, feos, infernales... No sé cuántos sinónimos ponerles a los cantos "made in Kiko".
ResponderEliminarEs obvio que la calidad no es el punto fuerte de las obras del tridoktor, así pues los kantos del kamino no iban a ser más que sus primos los kuadros, los paños de atril, tapas para biblias... etc.
EliminarEn todos está presente el plagio de una u otra forma, a veces inclusive rozando el ridículo más espantoso, y si hubiese que poner una nota "positiva" a toda la "obra" kikiana, sería sin duda alguna lo homogéneo del esperpento.
Pero eso no es lo importante, es más, ya se halla auto corregido de antemano por el propio neo sendero, en cuanto que ante la posibilidad de la crítica (era lógico que sobreviniera dada la mala calidad) se prepara al personal para una respuesta frontal, sin resquicios, y es qué, si no lo vives, si no kaminas, si no tienes fe, y tal y tal... pues chico ¿Qué quieres entender? Además, en contraposición a la instilada creencia de que todo esto tiene una inspiración "divina", siempre queda la noción de que el maligno ataca por medio de la crítica de los "ignorantes", los de fuera, los del mundo, o los religiositos naturales de misa de 12, que se tienen que conformar con esos cantos infantiles, ñoños, y sin el peso especifico de la cosa nostra, nostra opera sinfonikika...
Dicho toso esto, entonces ¿Qué es lo importante? Vale, para saber lo que en realidad está pasando a veces no hay nada mejor que leer entre líneas las palabras del gurú de los siete eskruticios:
"Tiene la misión de hacer de la pluralidad, suma de personalidades individuales sin comunión interior, la comunidad."
(K y sus verdades reveladas.. sin querer. Es lo que tiene hablar y hablar)
Es verdad que dice bastantes Kfradas durante la entrada, sin embargo he elegido la frase citada porque como reza el dicho: "entre col, y col, te meto una lechuga".
En este desliz concentra la pura intencionalidad de lo anodino de los kantos en cuanto ritmo, cadencia. Y de modo especial, la participación de la asamblea para con ellos.
Veamos:
EliminarLa búsqueda incansable de todo el toqueteo kikiano se centra en la destrucción de la individualidad -lo ha detto Kiko- (el individuo, entendido como Creado por Dios, único, porque Dios no es un fabricante de réplicas, o clones) en pro de la construcción de una masa bien controlable, amaestrada -también dicho por Kiko en alguna ocasión-.
Como estaría muy feo decir la verdad, escoge un término para camuflarla: "comunión". Y ya que está, como el que no quiere, la enlaza directamente con: "comunidad". Zas! Ya te ha liado, porque partiendo de esos criterios todo el que no canta no está en comunión ¿Interior? con la comunidad.. y por ende, su débil fe ya no puede ser ayudada. Lo que viene siendo otro callejón sin salida dentro del laberinto neo inventado.
No tienes escapatoria, si no cantas no entras en comunión comunitaria, no desaparece tu identidad de individuo en pos de formar el amasijo de fotocopias neo. Y eso es inaceptable para la bestia, de forma que te hará su bulling, de múltiples maneras. Si esa condición insufrible para los "guías" se extiende más allá de algún que otro neo hermano dentro de la komu, ya el iniciator number one les habrá puesto la clave interpretativa para corregir la deriva libertar... digo, la "descomunión"... leamos a Kiko:
"Cuando se está en crisis no se canta. Por eso, dime cómo canta una comunidad y te diré que espíritu tiene»."
(K)
Definamos "crisis" en términos de la kikiandad: periodo de tiempo más o menos extenso, en dónde el katekúmeno experimenta ciertas reticencias a la neo programación. Esa es la real, cuando lo que el kamino trata de hacer ver es que se tiene una crisis de fe... Y no, no se trata de fe en ninguno de sus grados, débil, fuerte, o lo que sea, es sólo que hay algo del sistema que chirría, alguna clave anda desajustada, y se está poniendo en cuestión aquello que el trío del trípode necesita, es decir, que desaparezca el individuo, la pluralidad.
Así pues, los kantos, por feos que parezcan, son muy útiles tanto en el proceso de la reforma del pensamiento, como para herramienta de control.
No se dejen engañar sus mercedes, sin los salmos modificados ad hoc, con las melodías reiteradas incluidas, sería más difícil reducir las discrepancias connaturales a tanto toqueteo infame, como también más complejo instalar el entramado de claves que hacen posible el exterminio del yo particular, que dará lugar al yo komunitario.
Y la bestia lo sabe, por ello enseña a sus guías los mecanismos necesarios para perpetuar esa especie de "genocidio espiritual". Esa forma de totalitarismo que busca reducir la razón, al punto que prefiere su crucifixión, a su existencia más básica. Kantos, muchos kantos... y si al fin pasa que te vas del chiringuito, se pudiera decir que te puedes dar con un canto en los dientes.... a pesar de los daños recibidos, porque irse, lo que se dice irse, "es con mucho lo mejor".
-sepul-
Uffffffffffff
EliminarCorrijo: "desarmónicos"... Cosas del teclado.
ResponderEliminarTanta rimbombancia le quiere da a sus chaladuras, que a todas les llama sacramento. Así es más fácil someter a sus seguidores.
ResponderEliminarQué montón de bobadas es capaz de decir, y más bobos los que comulgan con ruedas de molino.
Lo de los cantos, o mejor dicho lo de la "berrea" en el Kkamino, no tiene nombre.
ResponderEliminarLa mayoría de los cantos del famoso libro de cantos, el Regurgitó, no son ni siquiera de Kiko, es más, el no tiene ni idea... (Lo mismo ocurre con los temas de la kiko-orquesta) salvo los de los últimos años el resto se los escribía un katekumeno de Salamanca, ya fallecido ( no recuerdo el nombre), pero, como todo los firmaba él como suyos (y el autor encantado de que su kikiandad lo hiciera).
Tras la muerte de este, se vino arriba y empezó a ¿componer?...y se ve claramente que no es lo suyo... solo hay que ver los cantos nuevos de unos 10 años para acá.
Otro tema que comenta la entrada ,también es cierto; los kikos no entienden la misa sin toda la parafernalia fiestera con baile pitufo al final que la convierte en "eucaristía" nunca la llamarán misa) por eso una misa normal "no les llena".
Por otro lado están ciertas canciones, muchas de ellas meras copias de cantos hebreos que también "su humildad" se atribuye rubor y sus súbditos creen qué es paternidad suya ( recomiendo escuchar a Yasmín Levy en este tema https://youtu.be/l6RPZ_szXCk ).
Cómo último punto, mencionar la obediencia ciega las normas kamineras. Recuerdo mis primeros años, cuando no sabían los nuevos salmistas todos los cantos, alguno procedente de la parroquia, toda su buena voluntad, se atrevía a cantar el famoso Padre nuestro con la melodía de Simon and Garfunkel y se le reprochó fuertemente, diciéndole que "cantar el Padre nuestro, no era litúrgico"... Fue curioso comprobar años después cuando comunidades mayores recibían el Padrenuestro y empezaban a berrearlo (por cierto, me atruena tremendamente los oídos).
La farsa neokatecumenal es siempre completa, desde las katequesis hasta los kantos, pero los adeptos kikozombies, se lo creen todo a pies juntillas; jamás lo rebatirán y jamás podrás rebatirserlo en su presencia pues siempre tendrás el demonio dentro.
Lázaro
La verdad que dan pena los kikos, sus ojos de besugo tras cada triste okurrencia del que chochea desde que nació, y ellos, probrecitos, como el burro tras la zanahoria de la fe adult[erad]a.
ResponderEliminarEn "La Guerra del Fin del Mundo", cuando Antônio Conselheiro está en agonia, está supurando por el trasero. Y los que están alrededor, haciendo libaciones del asqueroso líquido.
Así me imagino los kikos.
¡Cómo es posible que hayan cambiado la gloria de Dios por la de un buey que fuma hierbas!
Jajaja.. el Papa ha anunciado el ministerio del catequista.... cuidadín que ahora si serán “perseguidos”. Genial
ResponderEliminar¿No crees que puede ser un reconocimiento a una realidad existente en múltiples carismas de la Iglesia?
EliminarLo que no puede ser es que los catequistas según los entiende el Papa se parezcan a los kikotistas del CNC. Porque de los primeros el Papa dijo: "Ser catequista, esa es la vocación, no trabajar como catequista".
EliminarPero en el cnc el kikotista es quien diga el jefe, a dedo o, todo lo más, a sorteo, sin vocación ni gaitas, es un trabajo que consiste en repetir como loro los kikotretos.
Vaya, ya estamos con la bola de cristal en C. S.
EliminarPomadita y a rascarte, noni 15:36.
EliminarLos catequistas son los transmisores de la fe, y es un ministerio que ha existido siempre en la Iglesia Católica. Y es a este tipo de catequista al que se refiere el Papa.
ResponderEliminarEs verdad, en mi ciudad todos los años a principio de curso se convocan unas jornadas para la formación de catequistas. Adivina adivinanza, qué catequistas de qué movimiento, grupo, itinerario... son los únicos que no asisten?
EliminarDéjame pensar... Sospecho que los que no asisten son los últimos y los peores de todos.
EliminarEsos, los que se "deforman" a base de kikotretos. Los del mundo aparte.
EliminarClaro, a los catequistas de la Iglesia Católica los que reciben una formación por parte de la Iglesia, no a los falsos catequistas del movimiento camino neocatecumenal que desprecian y rechazan la formación de de la Iglesia Católica, ellos simplemente repiten lo que esta en los mamotretos llenos de herejías de Kiko, por cierto, a la Iglesia les entregaron otros mamotretos para su revisión, pero para todas sus enseñanzas usan unos totalmente distintos llenos de herejías.
ResponderEliminarCon toda seguridad ahora si van a estar en comunión con la Iglesia Católica para valerse del ministerio del catequista anunciado por el Papa.
Hay que recordar que los catequistas del movimiento camino neocatecumenal no aceptan el Catecismo de la Iglesia y sugieren a las comunidades no usarlo, lo anterior es razón suficiente para que el ministerio de catequista anunciado por el Papa no cobije a los falsos catequistas del movimiento camino neocatecumenal.
Ya veremos lo que pasa cuando para ser parte de dicho ministerio reclamen a los interesados aportar prueba documental de haber hecho y pasado el curso de capacitación para catequistas, porque me sé de algunos que jamás han hecho tal curso y desconocen la verdadera doctrina católica.
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