Traditio symboli (LXIII)

 

Carta de Rino de Costa Rica.

La carta en sí no está en el mamotreto, lo que están son los comentarios surgidos de la boca de Kiko durante lo que se supone es la lectura de tal carta.

Nosotros decimos siempre: tienes que hacer algo, necesitas un millardo, ¿no tienes nada? ¡Se hace! Si es la voluntad de Dios, el millardo siempre aparece. 

Y  si no aparece, se van sin pagar y que asuma otro el pago de la deuda, como hicieron en Valencia cuando la visita del Papa Benedicto XVI.

Siempre lo hemos hecho así, porque el dinero siempre está a los pies de los cristianos, está a nuestro servicio: a mí nunca me ha faltado nada, nunca nos faltó nada.

Nos ha fastidiado. Nunca le ha importado que faltase a otros con tal de que su bolsa estuviese llena. Recuerdo una anécdota que contó Lapaz: en una convivencia, Kiko reclama a un catecúmeno que le dé su bocadillo. A Kiko no le faltó para comer, pero al catecúmeno a quien reclamó el bocadillo que se le antojó, sí.

El dinero siempre ha aparecido a nuestro servicio. Hay que despreciarlo, porque el dinero llega a quienes lo dominan. El que es esclavo del dinero nunca tendrá dinero, nunca lo tendrá, nunca. Y estos han actuado así: ¿Cómo podemos hacer la convivencia? ¡Se necesitan miles de dólares! Hay gente pobre. ¿Cómo salió todo? ¡Fueron y todo salió bien!

Enviamos a los itinerantes de dos en dos, por sorteo. Las chicas van juntas, chica con chica y hombre con hombre, un presbítero y un laico si hay presbíteros, si no dos laicos solos. Es fundamental para poder predicar, como sabéis, ir sin nada, es decir, ni una moneda en el bolsillo, sin nada.

Por eso aquel que va con estancia asegurada, comilonas garantizadas y transportistas de un lado a otro, como Kiko, no predica, solo publicita algo que no funciona.

¿Dónde se vive, dónde se duerme, cómo se come? ¡No lo sabemos! Y muchas veces han ido a Colonia, Hamburgo, a tantos países, o en España, y muchos equipos incluso sin saber el idioma; muchos han estado cinco días sin comer, durmiendo en la calle como vagabundos, durmiendo no sabemos cómo.

Predicar no consiste en cantar y danzar por la calle y pedir comida a los transeuntes. Menos aún si no se conoce el idioma del lugar.

Y siempre han vuelto muy, muy contentos. ¿Por qué? Hemos dicho: Si la gente no os recibe, no os da una cama para dormir, Cristo será vuestra cama. Incluso si estáis muertos de frío durmiendo en un portal envueltos en cartones, sentiréis una alegría grande en el corazón porque tenéis la cama más hermosa de la tierra: la proximidad de Jesús en nuestro corazón. También sentirás esto yendo por las casas, porque es la misma experiencia. No es una cuestión externa, porque si una persona hace esta itinerancia sin Cristo, lo único que ve es el frío, la incomodidad, Cristo no se hace nada, ni se hace lecho, ni se hace comida. Y de hecho lo que nosotros les dijimos, ¿lo experimentaron más tarde? Experimentaron que cuando les daban una cama en una casa, les faltaba ese gozo, porque no había necesidad de que Cristo fuera su cama, ya tenían una cama. ¿Entendéis? Esto se ha cumplido perfectamente.

¿Entendéis? Lo que tenéis que hacer es dar más allá de vuestras posibilidades para que al fumador empedernido no le falte para soltar cincuenta euros diarios al pobre de la esquina. Y cuanto tu hijo te diga que tiene hambre, le dices que reclame a diosito que se haga alimento para él. Y que además ha de pasar hambre con mucho contento, porque de lo contrario diosito se puede mosquear.

Colecta.

Conclusión.

A la espera de que vengan vuestros catequistas a iniciar el escrutinio, este miércoles os reunís en las casas (ya que no hay tiempo para hacer los grupos, se puede reunir el mismo grupo del último Salmo que hicisteis en las casas) para hacer un tema sobre Profeta. En la Biblia de Jerusalén hay una nota, en el Evangelio de San Juan, cuando le preguntan a Juan el Bautista: "¿Eres tú el profeta o debe venir otro?".

Cita tan falsa como casi todas, para no perder la costumbre.

La nota de ese versículo (Jn 1, 21) habla del Profeta. Buscad todas las citas bíblicas y después de leer todas las lecturas preguntaos: “¿Qué me dice esta lectura? ¿Cómo respondo frente a ella?”. Después, hacéis la oración y os vais a casa.

Luego se hace un grupo, que designará el responsable poniéndose él a la cabeza, para preparar una celebración de la Palabra en comunidad (el miércoles siguiente) sobre el tema del Profeta: Cristo es el Profeta que debe venir al mundo. Este tema es importante porque vosotros participaréis de este ministerio profético.

Los catequistas os dirán qué día vendrán a visitar la comunidad para escuchar vuestras respuestas al cuestionario y ver quién puede ir por las casas y quién no.

Ahora vamos a almorzar y se acaba la convivencia. Recemos a la Virgen María que nos ha dado la Familia de Nazaret como imagen del Camino. Encomendamos nuestra misión a la Pequeña de Nazaret, a la Humilde, a la Virgen gloriosa, aquella que Dios nos ha dado como imagen de todo cristiano, como imagen de la Iglesia.