Bien, hermanos, ¿qué queréis que os
diga? que me parece imposible hablaros, porque es imposible. ¿Por qué? Porque
necesitaría el Señor que fuéramos santos, pero este hermano no tiene nada de
santo, ni éste, ni aquella, ni éste menos que ninguno. Sin embargo, si no somos santos no sirve para
nada esta reunión, ni las comunidades, ni nada, ni una comunidad como un
grupito más en una parroquia. Dios necesita que seamos santos.
En
efecto. Una vez más da la razón a lo que se dice en CruxSancta.
Necesitamos prepararnos para la Vigilia
Pascual, porque los sacramentos provocan en nosotros la santidad. Los
sacramentos nos santifican, realmente, y necesitamos, la Iglesia necesita tu
santificación. Pero lo que necesita la Iglesia es que el Camino Neocatecumenal
muestre la potencia que Dios le ha dado.
Después
de 50 años está demostradísimo que Dios no le ha dado ninguna potencia.
¿Y en qué consiste esta potencia? Pues
en lo que ha dicho Cristo: "Amaos como yo os he amado". En el amor
entre los hermanos. Mirad, las comunidades neocatecumenales tienen que ser que
se quieran los hermanos, que se unan. En tu comunidad tenéis que ser
"uno", perfectamente uno, como el Padre está en el Hijo, uno. Porque
ése es el amor de Dios. El Espíritu Santo nos hace uno en Cristo y nos hace uno
entre nosotros. Tenemos que reflexionar seriamente cómo es nuestra relación con
nuestros hermanos. Si realmente somos uno, porque la Iglesia necesita
cristianos, pero no cristianos así solos, sino que Dios ha hecho con nosotros
un milagro y es que nos ha puesto en una comunidad cristiana, comunidades
cristianas.
La
realidad es que el CNC es cualquier cosa menos una comunidad cristiana.
¡Mirad, cómo se aman! ¡Miradlos cómo se
quieren! ¡Cómo se ayudan! Son perfectamente uno. "Padre, Tú en mí y yo en
ellos, para que sean perfectamente uno y el mundo crea". Solamente cuando
nos vean que somos perfectamente uno, el mundo será transformado. ¿Y qué es lo
que nos hace que seamos uno? Pues, querernos. ¿Y qué es lo que nos hace querernos?
La participación a los sacramentos.
Los
religiosos de misa de 12 participan en los sacramentos y sin embargo hay quien
dice que eso solo vale como 20.
El Señor ha puesto a nuestra
disposición su Misterio Pascual, cada semana, Pascua de la semana, le llamamos
a la Misa del domingo. Y sobre todo ha puesto a nuestra disposición el Misterio
Pascual de la noche santa, la noche de la Pascua. Por eso la Iglesia nos invita
a prepararnos cuarenta días, porque esa noche hace un milagro en nosotros. Esa
noche puede destruir en nosotros el principio de la soberbia, de la envidia, de
la avaricia, de la lujuria y hacernos humildes. ¡Que no lo somos! Hacernos
santos. ¡Que no lo somos! Y la Iglesia necesitaría comunidades cristianas que
sean de verdad cristianas, que los hermanos se quieran de verdad en el Señor mediante
el Espíritu Santo.
Tenéis que ayudaros en la comunidad a
ser perfectamente uno. Quitad de vosotros el orgullo, la soberbia, las
rencillas, el odio, el amor al dinero, el rencor, el no juzgar a ningún
hermano, considerando a los hermanos de la comunidad superiores a ti. Dice San
Pablo: “Considerando a tus hermanos superiores a ti en todo”.
Falso.
Lo que dice San Pablo es: «Estimando cada uno a los demás como superiores a él mismo», lo que
incluye también a los de misa de 12.
Tú, eres el último en la comunidad y el
peor de todos. ¿Eso te lo crees? Solamente está actitud provocaría en nosotros
una relación nueva, que la gente está esperando que se dé en los cristianos:
mirad los cristianos cómo se quieren, cómo se ayudan, no se juzgan unos a
otros, no se juzgan. Consideran a los otros superiores a sí mismos. Eso es lo que
Dios quiere que vivamos nuestra vida en la comunidad, Considerándote inferior a
los demás, poniéndote al servicio de los hermanos para lo que sea, para todo.
Tú eres un servidor. Soy el último y el peor de todos. A tu servicio, hermano.
Sí, sí,
pero quien tiene que soltar la pasta, una y otra vez, es el hermano.
Es importantísimo que fuéramos de
verdad cristianos en la comunidad. Considerando a los otros como superiores a
ti en la comunidad. Es muy importante que pidamos al Señor que nos ayude. Y la
Vigilia Pascual viene en nuestra ayuda. Él ha dejado los sacramentos, que
provocan en nosotros la santidad. Y el máximo Sacramento es el Misterio
Pascual, que provoca en nosotros la destrucción de la soberbia, de la avaricia
y provoca en nosotros la humildad. ¡Oh, santa humildad de Cristo! -gritan los
cristianos del primer siglo- ¿quién te pudiera encontrar? ¡Oh, santa humildad
de Cristo! ¿quien te pudiera encontrar? Sin humildad no hay nada. Sed humildes,
sed misericordiosos los unos con los otros. No juzguéis a nadie, considérate el
último y el peor de todos. Eso es ser cristiano. Pues, así no somos.
Por eso, Dios pone a nuestro alcance su
Misterio Pascual, que nos alimenta cada semana con la santa Eucaristía, pero
sobre todo nos da el Misterio Pascual para que lo celebremos y vivamos de él en
la Noche Santa, la noche de la Pascua. Por eso la Iglesia te invita a
prepararte para la Vigilia Pascual durante los cuarenta días de la Cuaresma.
¡Prepárate! que va a pasar el Señor. La Iglesia te necesita santo. Y para que
seas santo necesita que participes a lo que este sacramento significa, y que no
estés distraído, que te prepares, que va a pasar el Señor, y va a hacer contigo
una obra. Quiere destruir en ti el hombre que ama el dinero, el hombre que es
rencoroso, el hombre que no es cristiano y quiere darte de su Espíritu, para
que pueda vivir en ti, el Espíritu Santo de Dios, que el Espíritu Santo te haga
hijo de Dios, amigo de Cristo, amigo de Dios, santo. El Espíritu Santo que
habita en nosotros, que nos haga humildes, sin humildad no hay nada, hermanos,
humildes. Por eso es muy importante: ¡Oh, santa humildad de Cristo! ¿quién te
pudiera encontrar?
Pensad vosotros, que Dios siendo Dios
se hizo hombre, se humilló, y hecho hombre, tomó la condición de siervo,
obedeciendo en todo a su Padre, hasta la muerte y muerte de cruz. Aceptó que la
voluntad del Padre pasase por su destrucción. Él podía no entender nada: ¿de
qué sirve esto? Pero se abandonó completamente a la voluntad de su Padre, y su
Padre, de su muerte, sacó nuestra vida, nuestra resurrección, nuestra santidad.
Por eso, hermanos, ánimo, porque la
Iglesia de Madrid nos necesita, necesita de mi santidad y de vuestra santidad,
y lo que nos hace santos es la participación al Misterio Pascual de Cristo.
Tenemos que aprender a venir a la Vigilia Pascual y dejar en el altar nuestro
hombre viejo, y salir de la celebración transformados por el Espíritu Santo,
que nos hace pequeños, humildes, que nos hace como niños.
Mientras
idolatren la vigilia pascual como si fuera mágica, no va a producirse ese
milagro. Roban la gloria a Dios y ni siquiera se dan cuenta.
Cristo coge un niño y dice: "Si no
os hacéis como niños, como este niño, no podréis entrar en el Reino de los
cielos". Un niño de cinco años, un niñito, allí. ¿Y cómo nos haremos
humildes y santos, humildes como niños? Pues se lo tenemos que pedir a Él:
Señor, concédeme ser cristiano, concédeme ser humilde y santo, ayúdame tú, que
yo viva en tu voluntad, dame de tu Espíritu. Solamente tu Espíritu me hace
niño, me hace pequeño, me hace meterme al servicio de todos, me hace no
considerarme superior a nadie. Tu Espíritu me conduce poco a poco a considerar
a los otros superiores a mí, porque eso es ser cristiano: considerando a los
otros superiores a ti.
Ni en Pascua son capaces los cruxsanctinos de juzgar, de murmurar y de difamar. Verdaderamente son el pueblo de la maldición, àrboles estériles que sólo dan agrazones.
ResponderEliminarNi en Pasccua ni en cualquier otro tiempo, porque quienes juzgan, murmuran, difaman y escupen la hiel que llevan dentro son los adictos a la kikotina. Ellos son el pueblo de la maldición.
EliminarHace unos días salió un estudio acerca de como está relacionado el fundamentalismo religioso con cierta atrofia en el cerebro, en el lóbulo frontal.
EliminarEl cerebro no es mi campo, pero al ver el comentario de arriba y la respuesta a Lázaro en el post anterior, que le cita a Lucas, me da la impresión que el cerebro del susodicho está tostado.
KIKÓN se operó de dos extraños bultos en la frente en forma de icipiente cornamenta. Su lóbulo frontal ha sido retocado en todas las fotos anteriores a la operación.
EliminarEn cualquier caso, desde pequeñito el chaval ya daba el cante en su clase. Ni un compañero, ningún amigo de la escuela de Bellas Artes, ni un primo que salga hablando bien de él.
Su miedo no, pánico a la muerte (porque no cree en Dios) lo muestra su enfermiza obsesión por garantizar su recuerdo (fundaciones, mausoleo, construcciones,etc). Ni imaginan la parafernalia escrita al detalle sobre su funeral. Cardenales, Patriarcas, obispos, y millones de curas. Su gemido existencial porque desea ser y se le acaba el ser cuando morimos y lo que haya existido de Cristo en nosotros, retorna y se diluye en su SER. No hay kikos en le cielo. Y eso le lleva por la calle de la amargura conforme se acaba su tiempo.
Que lo suyo no es más que "un grupo más de la parroquia" es algo que los Victor Franklianos de los kikotistas responsables de nación debieran estudiar: la peste de la singularidad y el pánico a ser considerado "uno más" como los otros.
Su padrenuestro es un "Padre mío y del resto".
Otros, (Fr. Roger de Taizé) enterrados más bajos que sus hermanos. Él era el "Hermano Mínimo". https://wszystkoconajwazniejsze.pl/wp-content/uploads/2015/07/Taize-gr%C3%B3b-brata-Rogera-1900x895.jpg
Anónimo, sólo obedecemos a tu GRU: sólo es que hemos derrotado al faraón y vosotros, guerreros kikianos y vuestros carros, sois ahora objeto de risa. Aclaraos, obedecer o no obedecer.
EliminarLo de Sri Lanka es más para lamentarse, pero vosotros estabais comiendo cordero a dos carrillos y ahora sólo os preocupa que no se os arrugue el poncho bastinado de Denis Russos y haya copón de leche con chupito de miel para todos.
Dios habla en la historia. Ellos descuartizados en Domingo de Resurrección, vosotros sanos, orondos, saciados. A Dios le gustáis vosotros, ellos... "qué querrá decirles el zeñó con esa masacre"... ¿No?.
Me parece continuar leyendo a Astete...
ResponderEliminarY de paso, encontrarme con la soberbia de la falsa humildad, "¡Es que a mí, a humilde, nadie me gana!"
¿Qué pasa? ¿Que sólo la Vigilia Pascual es la que santifica?
ResponderEliminarY esto otro: "si no nos santifica, somos un grupito más de la Parroquia"... ¡Con qué tono tan despectivo habla Kiko de los grupitos de la parroquia!, pues parece que sólo su invento supera a todo lo habido y por haber.
Este señor de humildad, cero patatero.
Y tiene razón. En hipocresía, fariseísmo, falsedad y soberbia, no hay grupo que se les parezca. Los kks superan con creces todas esas "cualidades".
Eliminar