Porque, mirad, os he vuelto a repetir que Dios
cuando ama se da totalmente. Por eso le dice a Felipe: Quien me ve a mí, ve al
Padre. Porque el Padre estaba totalmente en el Hijo. Pero, si yo soy cristiano,
Cristo está totalmente en mí, no está una parte de Cristo, no me ama como un
trocito, me ama totalmente, Él se da a mí
totalmente. Quien me ve a mí ve a Cristo, quien te ve a ti ve a Cristo.
En las
kikotesis iniciales se asegura que es el que mira quien ha de tener fe de ante
mano, o de lo contrario no reconocerá a Dios en nadie, ni seglar, ni monja, ni
monje ni cura. Ahora pretende que mágicamente él y quien él disponga se han
divinizado de forma palpable. Las dos veces yerra.
Si es que te ha elegido el Señor para ser su
discípulo en el mundo, y para que a través de ti conozcan los hombres a
Jesucristo, que es la única verdad, el único bien. Cristo es Dios. Fíjate que
Dios te ha elegido para que seas deificado, lleno del amor de Dios en ti, mediante
el Espíritu Santo. El Espíritu Santo desciende sobre nosotros por una elección
divina, porque Dios lo ha dispuesto así en su providencia impresionante y
maravillosa. Ha decidido que seamos discípulos de Cristo, hermanos. Qué grande
que Dios nos haya elegido. Cómo podríamos darle gracias, que nos ha elegido
para vivir en nosotros.
Muy
calvinista. Y muy de teoría del suprahumano por dosis de kikotina frente al
infrahumano, que son tanto los paganos como los de misa de 12.
Tenemos que vivir nuestra vida con esta conciencia
de que el Señor está en nosotros como en un templo, somos como una Iglesia que
camina, somos la Iglesia, Cristo habita en nosotros, vive en nosotros. Y vive
¿para qué? Él te lo dirá: para que seas humilde y santo, para que te consideres
el último y el peor de todos, para que ames a tus hermanos, para que ames a tu
mujer, a tus hijos, a tus nietos, para que te pongas al servicio de todos, para
digas a todos que no mereces vivir, que tú eres un pecador. ¡Ay, si fuéramos
cristianos, humildes, santos! No hay nada sin humildad en el cristiano. Dime
cuánto eres humilde y te diré cuánto eres santo. Sin humildad no hay nada en
nosotros. Pues tenemos que pedirle al Señor que nos haga pequeños, que nos haga
humildes, que nos haga ponernos al servicio de los hermanos, para todo. No para
ser considerados, ni estimados, sino contentos de ser despreciados, contentos
de participar en la cruz de Cristo, contentos de ser cristianos, crucificados con
Cristo por el amor a los demás. Y si cargamos con algún pecado de otro, de tu nieto,
de tu mujer o tu marido, bendigamos al Señor porque no hay cosa más grande que
con Cristo llevar los pecados de los demás, unidos a Jesucristo.
Por eso, hermanos, ánimo.
En este encuentro no podemos por menos que
prepararnos a la Noche Santa. Dios ha elegido, como sabéis, hay un poema
antiquísimo, que se llama el poema de las cuatro noches. Dice que la noche más
importante del mundo es la noche de la creación, en esa noche en donde Dios
dijo: “Sea la luz, y la luz se hizo”. La primera noche.
La segunda noche es cuando aparece la fe sobre la
tierra, cuando Dios dice a Abraham: Sal de tu tienda, mira las estrellas del
cielo, todo lleno de estrellas, así será tu descendencia y creyó Abraham en
Dios y le fue reputado como justicia, lo creyó. Y así es su descendencia hoy,
es la descendencia de Abraham, no solamente son los cristianos, los
protestantes, son todos los musulmanes, somos millones y millones, todos
descendencia de Abraham. Esta noche es importante, es cuando aparece la fe sobre
la tierra. La fe es un don que viene del cielo, una virtud sobrenatural y Dios
se la concede a un anciano que había superado los 90 años, que no podía tener
hijos, cuya vida era toda un fracaso. Él se dio cuenta de que su vida no tenía
sentido, no tenía hijos, no tenía descendencia, que en aquella época era
considerado una maldición.
En otras
palabras: que no aceptaba su historia, la que diosito quería para él.
Dios le prometió un hijo y no sabía cómo sería esa
promesa, pensaba que quizás fuera con su esclava Agar y le dijo Dios: No, será
con tu mujer. Pero si mi mujer no tiene edad. Pues no obstante Dios hizo ese
milagro que naciera su hijo Isaac, y de Isaac una descendencia inmensa sobre
todo el mundo. Isaac. La fe, la fe. Si tienes fe es impresionante, tener fe es
un don que recibes de Dios. Tener fe, creer en Dios y amarlo, creer en la vida
eterna, creer en el cielo, poner tu vida al servicio de la trascendencia
divina. La fe. Un don inmenso. La segunda noche aparece la fe sobre la tierra.
Pero hay otra noche también importantísima, que es
la noche del Éxodo, cuando Dios para mostrar lo que iba a hacer con su Hijo,
abre el mar de pronto y pasan a pie enjuto sobre el mar. El mar se abre en dos,
como dos murallas, y caminan. Es un signo de lo que va a hacer Dios con nuestra
fe. Va a abrir la muerte para que pasemos nosotros por la muerte y lleguemos al
cielo.
La cuarta noche es la noche en la que viene el
Mesías, en que viene Cristo, y llegó y destruyó la muerte con su resurrección.
La quinta es cuando volverá. Nos ha prometido que vuelve. Ánimo, hermanos, que volveré.
Se lo
tiene un poquito creído.
Así como los ángeles aparecieron en la Ascensión y
dijeron a todos: Así como lo habéis visto subir, así le veréis descender,
descenderá sobre el mundo.
Iba poniéndome nerviosito hasta que he llegado al "... Volveré". Ahí me he acordado de Chiquetete y me ha dado la risa.
ResponderEliminarSi no hubiese "Cuña Publicitaria de NeoPascua" la FE de los 1.222 millones de católicos habría vivido con igual fervor y provecho la Vigilia Pascual. *1.200 millones de católicos (Aciprensa ha recalculado a la baja tras el fiasco de los 1.699 millones de enero) ¡Feliz Pascua católicos que habéis salido para acudir a la "Eclesia"! ¡Enhorabuena por no haberos quedado en la sinagoga!
Igualmente: Feliz Pascua.
EliminarAyer, al concluir la vigilia pascual, caí en un detalle: los religiosos de misa de 12 salen de Egipto mucho antes que por pobres kikos y también entran en la Pascua mucho antes, como cuatro horas antes. Porque los pobres kikos pierden tanto tiempo con ritos pseudomágicos, vocingleros y vociferantes que llegan tarde a lo más importante: la verdadera Pascua.
ResponderEliminar¡Feliz Pascua!
¡Feliz Pascua!
ResponderEliminarLa Resurrección la celebra toda la Iglesia, no solamente los kikos.
La Resurrección la celebra la Iglesia reunida y unida en una inmensa asamblea de toda lengua, raza, pueblo y nación.
EliminarQuien, pese a todas las indicaciones recibidas, se lo monta todo aparte para no juntarse con la gran asamblea, celebrará otra cosa, pero dudo que su celebración sea la de la Iglesia.