Todos, nos guste o no, somos vulnerables
al control mental. Todos deseamos ser felices. Todos necesitamos afecto y
comprensión. Todos buscamos algo mejor en la vida: más sabiduría, más
conocimientos, más dinero, mejor posición social, mejores relaciones, más
medios o más salud. Son éstas las cualidades y necesidades humanas sobre las
que se ceban los reclutadores de las sectas. Es muy importante tener presente
que, en general, la gente no se une a las sectas. Son las sectas las que
reclutan a la gente.
Hay tres formas básicas para abordar a una persona:
a través de un amigo o pariente que ya es miembro; a través de un extraño que
traba amistad con el sujeto, y,
por último, a través de un acto patrocinado por la secta, como puede ser una
conferencia, un simposio o la proyección de una película.
Muy a menudo, el individuo no sospecha que está
siendo reclutado. El amigo o el pariente acaban de tener unas experiencias
interiores increíbles y desean compartirlas. Si el reclutador es un extraño,
las más de las veces el individuo pensará que ha hecho un buen amigo.
Las encuestas efectuadas a actuales y a antiguos
miembros de sectas revelan que la mayoría de las personas reclutadas por las
sectas destructivas fueron abordadas en un momento de tensión en que eran
vulnerables. La tensión tiene con frecuencia su origen en un cambio importante:
el traslado a otra ciudad, el comienzo en un nuevo empleo, el fin de una
relación, los problemas económicos o la pérdida de un ser querido. Las personas
en tales situaciones tienden a que sus mecanismos de defensa estén
sobrecargados o debilitados. Sí no saben cómo descubrir a las sectas
destructivas, son presa fácil.
Cualquiera que sea la forma de aproximación, al fin
se consigue el contacto personal. El reclutador comienza entonces a aprender
todo lo que puede acerca del recluta en potencia: sus esperanzas, sueños,
temores, amistades, trabajo, sus intereses. Cuanta más información pueda
conseguir el reclutador, mayor será su capacidad para manipular al individuo.
El reclutador planifica su estrategia para conducirle paso a paso hasta el
grupo. El plan puede incluir continuas loas y alabanzas, presentarle a una
persona con intereses y antecedentes similares, mentirle deliberadamente sobre
el grupo y responder con evasivas a las preguntas que se le formulen.
La persona que ingresa en una secta destructiva
disfruta, durante las primeras semanas o meses, de una especie de luna de miel. Le hacen sentir muy importante
mientras toma forma su nueva vida en el grupo.
Aunque la mayor parte de los miembros de las sectas
declaran que son «más felices que nunca en toda su vida», la realidad es, por
desgracia, muy diferente. La vida en una secta destructiva es, en gran medida,
una vida de dolor y sacrificio. Las personas que están plena dedicación en la
secta destructiva conocen lo que es vivir sometidos al totalitarismo, pero no
son capaces de ver objetivamente qué les está sucediendo a ellos. Viven en un mundo
de fantasía creado por el grupo.
En mi experiencia, antes de que pudiera abandonar la
secta tuve que enfrentarme a unas cuantas preguntas de tipo moral. ¿Tiene el
Dios en que yo creo la necesidad de utilizar el engaño y el control mental? ¿Es
cierto que el fin justifica los medios? ¿Cómo podía el mundo convertirse en un
paraíso si había que subvertir la libre voluntad de los individuos?
Tal vez el principal problema con el que se
encuentra quien abandona una secta destructiva es el desmoronamiento de su
propia identidad: durante años ha vivido con una identidad «artificial» que le
ha proporcionado la secta. Porque el control mental de las sectas es como un
sistema que desbarata la identidad del individuo. La identidad está formada
por elementos tales como las creencias, el comportamiento, los procesos de
pensamiento y las emociones, que constituyen un patrón definitivo. Bajo la
influencia del control mental, la identidad original del individuo, formada por
la familia, la educación, las amistades y, lo que es más importante, las cosas
elegidas libremente por la persona, es sustituida por otra identidad, por lo
general una que el individuo no habría escogido si no hubiera estado sometido a
una tremenda presión social.
La esencia del control mental consiste en fomentar
la dependencia y el conformismo, y desalentar la autonomía y la individualidad.
Hay quien usa el término «lavado de cerebro» como
sinónimo de «control mental». Sin embargo, hoy en día los dos procesos son muy
diferentes y no deben ser confundidos. El lavado de cerebro es típicamente
coercitivo. El sujeto sabe desde el primer momento que está en manos del
enemigo. Se inicia con una clara demarcación de los respectivos roles -quién es
el prisionero y quién el carcelero-, y el prisionero no tiene ninguna
alternativa. Los malos tratos, e incluso la tortura, se utilizan normalmente.
El control mental, casi siempre, llamado «reforma
del pensamiento», es más sutil y retorcido. Quienes lo practican son
considerados como amigos o compañeros, de forma que el sujeto no está tan a la
defensiva. Inconscientemente, colabora con sus controladores y
les suministra información privada sin saber que la utilizarán en su contra. El
nuevo sistema de valores es interiorizado en la estructura de una nueva
identidad.
En el control mental hay muy poco o ningún abuso
físico. Por contra, se utilizan los procedimientos de dinámica de
grupo para conseguir un fuerte efecto de adoctrinación. El individuo es
engañado y manipulado -sin amenaza directa alguna- para que acepte las
alternativas ordenadas. Las más de las veces, el individuo responde
positivamente a lo que le hacen.
https://www.periodistadigital.com/religion
ResponderEliminarY qué culpa tiene Kikasso de que Nuestro Señor Jesucristo no fuera "artista". Algunos no se enteran que tras la muerte, sic transit gloria mundi.
Eliminarhttps://www.periodistadigital.com/religion/espana/2018/11/06/los-kikos-crean-una-fundacion-para-salvaguardar-el-legado-de-su-fundador-religion-iglesia-arguello-la-fundacion-obra-artistica-kiko-arguello-aprobada-por-el-boe-el-31-de-agosto.shtml
ResponderEliminarYo también pienso pedirle a mis hijos que cuando me muera mis obras pictóricas sean preservadas por lo menos en un álbum fotográfico. Es que verán Ustedes: tengo la bendita costumbre de levantarme cada mañana, darle dos tragos al café y correr a cagar. Y hay que ver lo que soy capaz de pintar en el lienzo cerámico del excusado. Cada noche pareciera que mi intestino añeja una obra color marrón que vale la pena preservar. San kk, por una vez estoy contigo y con tus feligreses kikozombies. Debemos convertir la porquería en arte, a como de lugar. Hagamos una competencia chingona. Mi caca de mañana en la mañana contra tus pintarrajos.
EliminarY por cierto, hablando de mierda, Billa Gates hoy le tiene noticias al planeta sobre qué hacer con ella, en lugar de crear fundaciones.
Eliminarhttps://www.bbc.com/mundo/noticias-46092778