Proyecto neocatecumenal gafado

 

Los kikos son muy propensos a proyectarse, es decir, los kikos de cierto rango, porque ya se sabe que la plebe lo tiene prohibido con la admonición de que no deben hacer planes ni proyectarse porque eso viene del demonio; el kiko plebeyo debe vivir el día a día, sin pensar en el futuro, que para grandes planes y obras faraónicas ya están los que mandan.

En Murcia (España) llevan tantos proyectos fracasados abandonados en la cuneta del camino que ya han perdido la cuenta de cuántos han sido (En 2009, un convenio suscrito con el Ayuntamiento de Murcia preveía la construcción del seminario en unos terrenos en el parque de El Valle-Carrascoy. Pero aquel proyecto lo paró Medio Ambiente, por tratarse de suelo forestal con protección especial. Más adelante se ofreció otra parcela en Sangonera la Verde, pero la iniciativa tampoco prosperó por falta de financiación). Pero ellos se siguen proyectando a ver si suena la flauta por casualidad.

Este año han anunciado que el Obispado de Cartagena les ha cedido el edificio que fue construido como seminario de verano.

Dicho Seminario de Verano fue inaugurado por el entonces nuncio del Papa Pío XII en España, monseñor Antoniutti, el 23 de mayo de 1957.

Fue construido por el arquitecto Guillermo Martínez, y consta de dos alas de dos alturas y una parte central de tres plantas; en total tiene setenta metros de fachada por doce de fondo. En la planta baja, la capilla dedicada a su titular, la Virgen de la Fuensanta, más la sala de conferencias, aulas, comedores y servicios de cocina, con una amplia terraza-mirador con privilegiadas vistas sobre la huerta murciana. El piso principal se destinaba a dormitorios colectivos y 40 habitaciones individuales, con todos sus servicios. Y, finalmente, en el piso segundo, había otras 32 habitaciones individuales, salas de estar y otras dependencias. Su capacidad total era de 200 plazas.

La idea era que todos los alumnos de los dos seminarios de la región, el Mayor o de San Fulgencio y el Menor o de San José, pasaran allí un mes al año a fin de que el resto de las vacaciones de verano pudieran disfrutarlas con sus familias. Durante el resto del año, se destinarían las instalaciones a cursillos y ejercicios espirituales, considerándose ideal para este fin por su emplazamiento alejado del mundanal ruido.

En esa época, había una media de 180 seminaristas en la región.

Pero las cifras se hundieron y el lugar quedó abandonado, aunque no del todo, pues hace una década, el edificio ya recibió unas obras de restauración que afectaron principalmente a las cubiertas.

Y en 2021 las autoridades civiles se interesaron por el lugar con idea de convertirlo en un parador turístico.

Al parecer fue entonces cuando se presentó otro postor que esgrimía que con ellos la propiedad del terreno no cambiaría de manos, sino que seguiría siendo del Obispado. Y así se cerró el pacto con el CNC, que desde hace lustros buscan en Murcia un emplazamiento para un dizque gran centro internacional de formación misionera. Y muy internacional tendrá que ser para llenar el espacio disponible, porque por más que importan seminaristas de otras naciones en la actualidad no llegan a veinticinco.

Dicen que ya han empezado las obras de reacondicionamiento del complejo.

Pero sucede que en mayo de 2018 y a petición de la Asociación para la Conservación de la Huerta (Huermur), el seminario de verano quedó dentro del entorno de protección del santuario de la Fuensanta, junto a otros elementos del mismo enclave. Y este detalle es de suma importancia, porque sucede que cualquier obra en el edificio deberá contar con el visto bueno del servicio regional de Patrimonio Histórico. No solo eso: Los técnicos de ese departamento ya han advertido de que la restauración no podrá alterar el aspecto exterior, manteniéndose la actual distribución de huecos de las fachadas.

En suma que aunque se dañe la sensibilidad de alguno, no se van a poder elevar torres pirindolos ni a poder cambiar la puerta de acceso por otra rodeada de siete arcos.

¡Los religiosos naturales disponiendo a su antojo cómo ha de ser la estética externa de un RM! ¡Qué disgusto!