sábado, 14 de enero de 2023

Familias kikioneras (I)

 

Una de las decisiones más notorias y notables del Concilio Vaticano II fue la apertura de la Liturgia a las lenguas vernáculas. 

Según el kikismo, antes la gente no se enteraba de nada porque nadie sabía latín -de hecho, tal y como lo cuenta se diría que ni los sacerdotes entendían lo que decían- y nadie leía las Escrituras, es más, según el relato kikológico, pareciera que no se hubiesen inventado los misales bilingües que junto al texto en latín ofrecían la traducción en el idioma materno de los fieles.

En suma, antes la Palabra de Dios estaba vedada a los fieles y solo los curas, que son unos clericalistas, tenían acceso a ella. Hasta que floreció el CVII, dicen.

Como prueba y muestra de coherencia neocatecumenal, en vista de que es fundamental que los catecúmenos puedan entender y alimentarse de la Palabra en su propia lengua, lo que ellos hacen con todo el que se deja es enviarlo de itinerante allí donde la suerte, disfrazada de espíritu santo de contrabando, dispone. El resultado de tal dislate suele ser que familias numerosas y chachas “vocacionales” gratuitas aterricen en un país cuya tradición, cultura e idioma desconocen, de tal suerte que a los desplazados les resulta imposible integrarse en la vida de la parroquia local que les corresponda, puesto que no entienden ni papa.

Pero sucede que la intención de quienes les envían jamás fue que se integrasen ni en parroquia de religiosos de domingo ni en sociedad ajena ninguna, solo se trata de extender los tentáculos de un gueto. Y el gueto surge por sí solo si no hay forma de entenderse con los vecinos.

Por supuesto, tal situación es un desastre para los hijos: pierden a los amigos, llegan a un centro escolar en el que no conocen a nadie y no se enteran de nada, suspenden el curso entero, se deprimen… Y sus padres salen con la monserga de que lo importante es hacer la voluntad de otro. Y ya. Ese es todo el consuelo y apoyo que pueden esperar de ellos.

Muchas muchas familias que se lanzan a la aventura regresan al cabo del primer año. Al parecer, el hecho concreto de que todos los hijos suspendan y sean expulsados del centro de estudios o que el orientador escolar ponga en conocimiento de las autoridades que hay unos chicos con un cuadro depresivo de libro es la forma que tiene su diosito de hacerles saber que ya no son necesarios en la misión de propagación del gueto.

Eso en cuanto a los hijos, víctimas inocentes de un despropósito. En cuanto a los padres, antes de partir a la misión de sostener el gueto, son reunidos en un simposio llamado encuentro en el que, en forma de consignas, reciben prejuicios sobre lo mal que está la sociedad en todas partes: la familia ya no existe en ningún lugar del planeta, las iglesias están vacías y solo quedan en ellas cuatro viejas que visten santos, la religiosidad natural domina a los curas clericalistas cuya fe no interesa a nadie y ellos son el último chupito de leche con miel en mitad del desierto.

En otras palabras, son advertidos seriamente de que su misión no es integrarse en esa sociedad nociva en la que todos se han divorciado ya cuatro o cinco veces y viven con gatos y botellas de contenido alcohólico, no se trata de que asuman las tradiciones ni la cultura del lugar al que van, todo lo contrario, han de resistirse a ser parte de esa sociedad, porque han sido elegidos para no ser sal que se disuelve en el guiso, sino un pedrusco, que sigue siendo pedrusco por más que se guise. 

Cada simposio de itinerantes consiste en recargar los prejuicios y condenas contra todos los demás, porque todo el que no es del gueto es el enemigo: gente alienada que no sabe, no se entera, no conoce a diosito, no puede amar ni pasar al otro, sufren muchísimo aunque no se den cuenta, su religión es basura moralista porque lo dice Kiko, que es un projeta para esta generación, etc. Y ellos son los elegidos para salvar a esos a los les enseñan a despreciar tanto.

Así que se apresta a la misión desde un plano de presunta superioridad moral que les lleva derechitos al fracaso. Por eso son tantos los que en cuanto pueden se vuelven para casa.

Tengo un relato en primera persona de uno de tales enviados donde destacan los prejuicios del interfecto, pero me he enrollado tanto con la presentación que lo dejo para la siguiente entrada.

 

4 comentarios:

  1. Pena que este sacerdote muriera tan joven...otra joya de artículo destrozando las comunidades sectarias...
    https://www.infocatolica.com/blog/liturgiafuenteyculmen.php/2104091034-lo-catolico-y-mi-comunidad-il#more41001

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    1. Un artículo demoledor y lleno de argumentos que desmontan por completo el Neo-invento.
      Una lastima la perdida del padre Javier Sánchez, hombre de gran clarividencia a pesar de su corta edad, que amaba ardientemente a la Iglesia y conocía perfectamente a sus enemigos.

      Lázaro

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  2. Escribo desde mi experiencia en la q incluye mi personalidad y sin atreverme a decir que cnc no sea válido para otras personas: para mi ha sido vivir en una olla a presión !!!!

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    1. El cnc no es v . 20álido para ningún miembro de la Una,Santa , Católica y Apostólica Iglesia.
      El enlace dado anteriormente por un "anónimo" .(.14 enero de 2023 .,20:14.)sirve para darnos Luz al respecto .

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Antes de comentar, recuerda que tú eres el último y el peor de todos, y que el otro es Cristo.