jueves, 30 de junio de 2022

Juan Pablo I y el Camino Neocatecumenal

 

Los kikos, que son muy amigos de los chismes, dicen invariablemente que Juan Pablo I los apoyó muchisisisisisisisisísimo en su etapa de cardenal y obispo de Venecia y que si no hizo más por ellos durante su pontificado fue por falta de tiempo, no de ganas.

Por suerte para la verdad, la causa abierta de beatificación de Juan Pablo I tiene como consecuencia directa el hacer pública su biografía. Una biografía mucho más concienzuda que unas simples notas biográficas de categoría cuestionable.

Lo siguiente está tomado de un estudioso de la vida del Papa Juan Pablo I:


«En octubre de 1974, el cardenal Luciani informa a los obispos vénetos sobre el movimiento de los neocatecumenales, destacando la perplejidad que se había manifestado en la Conferencia Episcopal Italiana. El cardenal Poletti había indicado “dudas sobre algunos aspectos litúrgicos y pastorales”. Para Luciani “es un fenómeno que hay que controlar mucho”, en la línea de las preocupaciones manifestadas por Pablo VI en su discurso al Sínodo y en otro discurso de mayo de 1974».

Vaya. No parece un apoyo arrollador. Todo lo contrario, parece indicar que se vigile al CN como a un molesto resfriado, no sea que dé lugar a algo peor.

 En contraste, el mismo cardenal Luciani publicó un artículo de cuatro páginas en Il Gazzettino de Venecia, el 25 de julio de 1978, en el que se alaba la espiritualidad laical del Opus Dei. 

 «En abril de 1976 Luciani es consultado por la Congregación para la Doctrina de la Fe sobre los neocatecumenales, de los que “existen valoraciones discordes”. Se le pide que informe sobre el movimiento en Venecia y envíe una opinión articulada. Luciani responde el 8 de mayo. En Venecia, en noviembre de 1971, comienza una primera comunidad en la parroquia de Santa María Formosa; “Requerido más tarde que aprobara la ‘comunidad’ di una aprobación verbal ad experimentum”.
“De esta primera comunidad surgieron otras en Venecia y en Mestre. Requerido el permiso por el párroco, siempre manifesté perplejidad, invitando a reflexionar bien antes de comenzar; quien insistió en querer probar tuvo un permiso ad experimentum. Algún párroco comenzó, luego desistió, decepcionado. Hoy una o más ‘comunidades’ hay en siete parroquias de la diócesis veneciana”.
“Confieso que aún no he entendido bien qué es lo que pretenden y quieren los promotores. Los párrocos que tienen aquí ‘comunidades’, en general, son personas serias y se dicen contentos de algún buen fruto que encuentran. Sobre ellos causa buena impresión que el Papa haya dirigido el 8-5-1974 un breve saludo a un grupo de neocatecumenales presentes en una audiencia general. Las palabras del Papa –reproducidas también en L’Osservatore Romano- son, con exageración, propagadas como un reconocimiento explícito. Un decreto de 7-2-1976 del cardenal Tarancón, fotocopiado y mostrado, les sirve también de apoyo”.

¡Ah, los neocatecumenales siempre tan amigos de la exageración y las aprobaciones imaginarias!
Luciani formula las siguientes perplejidades:
a) “Algunos de los neocatecumenales me parecen un poco fanáticos: sienten tener el ‘Espíritu’: quien, invitado, rehúsa asociarse a ellos, ¡resiste al Espíritu! Muchos otros, en cambio, son equilibrados: en mi opinión, es demasiado escasa la preparación para llamarse ‘misioneros’ y predicar”.
b) “En algún lugar se toman ‘libertades’ en liturgia: la ‘paz’ (gran abrazo y besos también entre hombres y jóvenes señoritas y monjas) se da y se recibe antes del ofertorio; nada de ‘Credo’ porque son catecúmenos; nada de formas, sino un solo gran pan común consagrado, después partido y distribuido (¡los fragmentos!); “Cristo ha resucitado”, gran slogan y se supone que, ‘anunciado’ y aceptado esto, el resto no tiene mucha importancia; plegarias improvisadas con algunas ingenuidades (un cura: ‘gracias, Señor, esta tarde he descubierto finalmente lo que es la Iglesia’)”.
c) “No el domingo, sino la noche entre sábado y domingo sería recordada la Resurrección. Algún párroco se declara agotado: ¡velar gran parte de la noche con el grupo neocatecumenal y después presidir todas las liturgias dominicales de la parroquia!”.
d) “Los ‘catequistas’ o ‘misioneros’ son enviados a las parroquias, que lo piden, por la ‘comunidad’: el obispo no controla si tienen la preparación necesaria ni es consultado. En algún caso ha sucedido que se trataba de personas bien intencionadas, llenas de espíritu de sacrificio, pero que de buena fe enseñaban cosas no ciertas o sólo algunos puntos de la doctrina cristiana”.
e) “Me parece un poco artificial y pesada la estructuración: precatecumenado de dos años, primer escrutinio y paso provisional al catecumenado; segundo escrutinio y paso definitivo al catecumenado; elección y renovación de las promesas bautismales y entrada en la Iglesia. Todo esto es llamado camino eclesial, hacer experiencia del ser Iglesia. Induce, como tentación sutil, que quien no hace este camino es Iglesia de serie B”.

Además, “tales catequistas –también casados- piden ahora el Diaconado. Veo la cosa muy delicada”. “Estas son las perplejidades, dice Luciani. Por justicia, debo reconocer que hay también –en los resultados- datos muy positivos. Los párrocos, que han perseverado en la iniciativa, me dicen: con este método tenemos óptimas personas, también jóvenes, que ayudan en la pastoral, recuperamos otros que estaban alejados, mientras no se consigue revitalizar la Acción Católica”.
El toque de atención que Pablo VI hizo a los neocatecumenales en mayo de 1974 se refería al compromiso moral (“impegno morale”). En cuanto al decreto de apoyo del cardenal Tarancón de febrero de 1976, un vicario suyo (Antonio Bravo Tisner) podría explicar las circunstancias. El cardenal Fernando Sebastián en su libro “Memorias con esperanza” recoge “algunas dificultades que irritaban bastante a los sacerdotes” y, al parecer, también al obispo: “Los responsables de las Comunidades cuidaban de mantener unas relaciones amables con el obispo y con los párrocos respectivos, pero quienes dirigían de verdad la vida de las Comunidades eran los catequistas que formaban una especie de jerarquía propia, encabezada por Kiko Argüello”, “mis relaciones con ellos no fueron a mejor sino a peor. Hubo dos cosas que bloquearon estas relaciones. Ocurrió que por fuerza de las situaciones y de las limitaciones que uno tiene que soportar tuve que enviar como párroco a una parroquia donde había varias comunidades a un sacerdote poco amigo de los neocatecumenales y poco dispuesto a atenderles en sus demandas especiales”, “lo interpretaron como una falta de aprecio por mi parte”.

“Un segundo desencuentro con ellos se produjo cuando los catequistas regionales me pidieron permiso para celebrar una misión en Tudela”, “a mí me pareció que una misión, con el estilo neocatecumenal, no era lo apropiado en aquellos momentos para la ciudad”, “el caso es que sus dirigentes llevaron muy a mal mi negativa”, “el propio Kiko, en Roma, en plena plaza de San Pedro, me dijo muy solemnemente: Nos has decepcionado. A mí aquello me sentó muy mal. Me pareció que clasificaban a los obispos en buenos y malos según el grado de obediencia a sus sugerencias. Me volví hacia la ventana por donde se asoma el Papa para rezar el Ángelus y le dije: Kiko, no te pases, el único a quien debo dar cuentas es al Señor y al que está en esa ventana. Después de aquello pasaron muchos años sin tener ningún contacto”».

¡Qué cosas! Parece que el cardenal Tarancón y sus colaboradores tampoco se derretían con ellos, como tratan de hacer creer algunos neocatecumenales. ¿Habrá alguna verdad en las historietas que cuenta el sensible?
Entonces ¿algunos neocatecumenales parecen un poco fanáticos?, ¿tienen los catequistas la preparación necesaria?, ¿está fundamentado el toque de atención sobre el compromiso moral?, ¿parece un poco artificial y pesada la estructuración del catecumenado? En realidad, el catecumenado así estructurado no ha existido nunca y necesita una revisión. Además, las comunidades de Kiko son grupos cerrados. Como vemos en los Hechos, la primera comunidad cristiana queda abierta a la incorporación de nuevos miembros: “El Señor agregaba cada día a la comunidad a los que se habían de salvar” (Hc 2, 47).
Hay que revisar.

En el diario de Kiko Argüello se presentan como “palabras de la Santa Virgen María” dirigidas a él las siguientes: “Hay que hacer comunidades cristianas como la Sagrada Familia de Nazaret, que vivan en humildad, sencillez y alabanza; el otro es Cristo”. En realidad, la familia de Jesús puede ser modelo de familia, pero no de comunidad. El modelo de comunidad hay que buscarlo en la comunidad de discípulos y en las primeras comunidades cristianas».

 

martes, 28 de junio de 2022

Iglesia de España en el Encuentro Mundial de Familias

 

Representantes de la Iglesia en todo el mundo se han reunido en el Vaticano, del 22 al 26 de junio, en el X Encuentro Mundial de las Familias (EMF) celebrado con el lema, “El amor familiar: vocación y camino de santidad”. Los organizadores han sido el Dicasterio para los Laicos, la familia y la vida y la diócesis de Roma.

Con este Encuentro se cierra el Año “Familia Amoris Laetitia” que se abrió el 19 de marzo de 2021, con motivo del 5º aniversario de la publicación de la exhortación apostólica Amoris Laetitia.

La representación española, todos ellos beatorros de misa de 12
 

La representación española, integrada por ochenta y siete personas, ha estado encabezada por el presidente de la Subcomisión Episcopal para la Familia y la Defensa de la vida, Mons. José Mazuelos. También ha habido representación de la Subcomisión Episcopal para la Juventud y la Infancia y de la Comisión Episcopal para los Laicos, Familia y Vida.

Con ellos han viajado diez sacerdotes. El resto de los componentes del grupo son matrimonios, dos de ellos acompañados de sus hijos. Una familia con tres hijos y la otra, con seis.

El programa del Congreso se articuló en torno a cinco conferencias: «Iglesia doméstica y sinodalidad»; «Acompañar los primeros años de matrimonio»; «Identidad y misión de la familia cristiana»; «El catecumenado matrimonial» y «Familia camino de santidad».

Las intervenciones han sido en su mayoría por parte de matrimonios procedentes de diecisiete países diferentes, que se han seleccionado por su experiencia en los distintos temas que se van a abordar. Del grupo español ha habido cuatro intervenciones.

Además de las jornadas del Congreso, el miércoles 22 de junio, tuvo lugar el festival de las Familias. El sábado 25, la Santa Misa con el papa Francisco en la Plaza de San Pedro. En la misma plaza, el domingo 26 se cerró este Encuentro con el rezo de Ángelus y el envío a las familias.


Lo recalco de nuevo: en el mundo real, el EMF se cerró el día 26 de junio de 2022 (los tres patitos, según Kiko cuando se dirige a ciertos "adultos"). Pero Kikónides es un mundo aparte en el que las rubias saltan por la borda del ferry todos los días y hay suicidas reincidentes y más abortos al día que mujeres, un mundo en el que ya no quedan familias, donde los muertos se aparecen a sus parientes, donde todos viven solos y todos se emborrachan… En fin, el paraíso de los últimos y los peores.

Pues sucede que en ese mundo paralelo que solo existe en las mentes kikotizadas se deben creer que el Encuentro Mundial de Familias en realidad se ha celebrado en el platillo volante de Villa Kikón, también conocida como tienda del encuentro de Puerto San Jorge, y que el colofón ni lo decide ni tiene lugar cuando dispone el Papa, sino cuando le peta a Kiko, solo así se entiende que en los ambientes akikados confundan una reunión que nada ha tenido que ver con el EMF con el colofón y cierre de dicho EMF.

Sabido es que los kikos son conocidos por su impuntualidad. Llegan tarde sistemáticamente a cualquier sitio. Pero una cosa es llegar tarde y otra no aparecer en el EMF por estar demasiado ocupados en las kikadas del todo aparte y encima pretender que no solo sí que han estado sino que han tenido una participación para ellos solos en el EMF justo para cerrar el mismo. Pues no.

El EMF se cerró el día 26. Lo de el día 27 no formó parte del EMF y quien sostenga lo contrario miente y hace mentiroso al Vaticano.

Quizá tenga que ver con lo anterior que el Boletín del Vaticano titule lo del día 27 como “A las comunidades del Camino Neocatecumenal”.

No a las familias del CNC, tampoco a los presentes (que había muchos de relleno, que no estaban allí para ser enviados a ningún otro sitio que no fuese su casita), sino a las comunidades.

Y ¿qué es lo que el Papa dijo a las comunidades del todo aparte? 

Pues lo que dijo no tiene desperdicio: que nadie tiene una fe de kategoría superior («Todos iguales en la fe»); que la fe es la misma, pero en cada sitio la cultura es una y hay que respetar esa cultura local («La misma fe, pero todo a la manera de la cultura local»); que el Evangelio no puede manipularse ni se lo puede apropiar nadie («El Evangelio de Jesucristo, no es mío»), así que no valen más ni saben más ni son más adultos los que están en un grupo que los que no lo están; que sean obedientes a la Iglesia («docilidad y obediencia a Jesucristo en su Iglesia. Todo en la Iglesia, nada fuera de la Iglesia»); y en particular que sean obedientes al obispo del lugar («el que es la cabeza -digamos- de las distintas Iglesias es el obispo»).

Es decir, nada de que sean obedientes al kikotista, no, todo lo contrario, el kikotista y todos los demás han de ser obedientes al obispo y a la Iglesia; nada de ponderar la comunidad, porque la comunidad fuera de la Iglesia no es nada; y ni una mención pequeñita a la depresiva de kategoría superior, porque lo importante es la Iglesia y el Evangelio, dicho y repetido una y otra vez.

Quizá ni uno de los presentes se haya enterado, pero el mensaje, tan claro como certero y sin mala interpretación posible, era para ellos.

 

domingo, 26 de junio de 2022

Traditio symboli (CXXXIII)

 

Como si fuese poco el rollo que ha soltado Carmen, a continuación, antes de la lectura, se levanta Kiko a soltar su palabrita:

Esta celebración es una celebración catequética, es una catequesis que estamos dando a través de las lecturas, con signos que nos fortalecen, con una acción del Señor que está presente aquí. Escuchemos ahora esta palabra del Éxodo que se hace carne en nuestra asamblea. Vosotros sois ya un pueblo que tiene el oído abierto. En esta reconstrucción de la Iglesia que se debe hacer en cada generación, lo primero que estamos reconstruyendo es la asamblea, es lo primero que se debe reconstruir en la Iglesia. La gente no entiende nada, no tiene oído abierto, no hay una asamblea capaz de acoger la palabra.

Así es como se construye la teoría kikil del otro, que es un subhumano que no entiende nada. No solo es un juicio, no solo es mentira, no solo induce a los adictos a creerse más cristianos que esos pobres subhumanos de oídos cerrados, es que además niega la eficacia del Bautismo. ¿De qué les ha servido a todos esos subhumanos estar bautizados? De nada, solo el kikismo abre oídos según el gurú; y solo el kikismo reconstruye la asamblea, no lo hace el Espíritu Santo, sino ellos. Y alguno hay que se lo cree.

Que esta palabra que ahora sale de la boca de Dios, esta palabra que proclama la Iglesia, descienda sobre cada uno de nosotros y tome cuerpo en nosotros.

Lectura: Ex 3, 1-14, 4, 1-17.

Kikotesis sobre lo escuchado (Mucho presumir de oído abierto, pero no se enteran de nada si Kiko no se lo da mastigado, deformado y retorcido).

¿Qué significa esta palabra para nosotros hoy? Esta palabra se cumple hoy, se cumple perfectamente. ¿Por qué se cumple? ¿Cómo se cumple? Lo primero que hemos escuchado es que Moisés ve una zarza ardiendo, una zarza que arde y no se consume. Si quemas un papel, arde por un tiempo, pero después se consume, se apaga; él ve durante un rato  (no sé cuánto tiempo) que ese fuego sigue ardiendo, no se consume y cuando se acerca a ver este prodigio, Dios le habla desde el fuego. Esta zarza esta hoy delante de ti, esta zarza es la Iglesia.

Esa zarza que no será destruida, la Iglesia, está siempre delante de ti. No tienes que sumarte a ninguna kikada para encontrarte con ella.

Nosotros estuvimos en el monte Sinaí, en el monasterio de Santa Catalina, en el mismo lugar donde sucedió esto: los monjes han pintado unos iconos comparando a la Virgen María con la zarza (por eso hemos colocado ahí detrás un icono de la Virgen María).

Segurísimo que el lugar es exactamente el mismo ¡Cómo hay tantas evidencias históricas para situar ese pasaje! 

La Virgen María pudo llevar en su seno al Eterno, al Inmortal, al que no se consume. Estáis delante de esta zarza que es fuego inextinguible, imagen del fuego inextinguible que es el Espíritu Santo, un fuego que no se consume. Estáis habituados a ver siempre en el mundo el fuego que se consume, la gente tiene un fuego, celo por algo, pero al rato se cansa. Vosotros habéis caminado durante nueve años y este fuego no se ha apagado. ¡No dais ningún signo de cansancio! El celo que el Señor me da por su casa es hoy más fuerte que el primer día, es un fuego que no se consume.

¡Con qué facilidad presume alguno de sí mismo!

El Señor os ha traído hoy ante esta zarza que es imagen de la Virgen María, es la Iglesia que tiene dentro de este fuego que es el Espíritu Santo que no se consume. Han pasado dos mil años y la Iglesia no se ha consumido, está presente hoy aquí delante de vosotros. Dios os habla desde esta zarza que es la Iglesia. ¿Qué es lo que os dice? "He visto la aflicción de mi pueblo", he visto el sufrimiento de la gente. Conozco uno por uno los sufrimientos de tantísima gente y a vosotros os he llamado, os he traído aquí para que vayáis a liberarla del poder que la tiene esclavizada por el Faraón, por el demonio, por el egoísmo.

Falso. Es uno llamado Kiko quien dice eso. Cuando Moisés se acerca a la zarza, no aparece un beduino del desierto a contarle películas, Dios habla por sí mismo. La prueba de que en el kikismo no habla Dios es que tiene que salir el sensible a hacer de intérprete. Dios no necesita intérprete.

Moisés dirá: "¿Quién soy yo para ir a liberar al pueblo? (Tú, esta señora, la ancianita, el joven, el tartamudo que está aquí, todos decís lo mismo: "¿Quién soy yo para ir a liberar a la gente?"). ¡No me escucharán! Yo soy el Dios de Abraham, el Dios de Isaac, el Dios de Jacob. No somos Testigos de Jehová, no somos una secta nueva; somos católicos, con el Papa, la Iglesia de siempre. Y Moisés dice: "¡No me creerán! Ya nadie en Egipto cree en el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob: todos se han olvidado de Él. Si vas a ver, verás cómo tu pueblo ahora es idólatra: el que no va a visitar el templo de Isis va al de Ra, ¡todos somos más o menos así!”. Hoy sucede lo mismo: hablas de la Iglesia Católica y la mayoría de la gente no te abre, ¡y ni siquiera quieren escucharos!

Lógico. Quien ya los conoce, no les abre, porque los verdaderos católicos de la Iglesia de siempre no necesitan chutes de kikotina, es más, les dañan la salud espiritual.

Moisés dice: "Dime algo nuevo, algo más importante", porque la Iglesia ya no interesa a la gente: lo que interesa es la política, los partidos, el dinero. La gente ya no cree en el Dios que estudió en la escuela, ese Dios ya no dice nada, ya ni siquiera van a misa. Si voy a hablarles de parte de esta Iglesia... ¡Fuera, nadie me escuchará! Mi primo no me escuchará, ni mis compañeros de trabajo ni mi tía: no veo posibilidad de que me entiendan. Si digo algo nuevo... ¡quién sabe! "Dime algo nuevo, algo nuevo que decirles".

Menudo tergiversador. Sucede que no van en busca de alejados. El teatro de la traditio se realiza específicamente entre los parroquianos que no escuchan porque los conocen, no porque no crean en Dios.

Y Dios le dice a Moisés una cosa: Él le revela Su Nombre. "Yo soy el que es". Ya sabéis que esto significa: "YO SOY EL QUE ES, EL QUE ACTUARÁ, EL QUE ESTÁ PRESENTE, EL QUE SE MOSTRARÁ ACTUANDO".

De nuevo, falso. Lo que significa es “YO SOY EL QUE SOY POR MÍ MISMO”. Nadie le ha dado la vida, nadie le ha proporcionado su existencia, ES POR SÍ MISMO. Eso es lo que de verdad significa, no el cuento kiko.