Que animéis a los jóvenes...

Se supone que el Camino Neocatecumenal es un itinerario de iniciación en la fe para adultos, en particular para adultos bautizados. 

Pese a ser una iniciación nunca ha sido para niños, siempre ha estado orientado a gente de cierta edad. Y el hecho de que dicha gente ya estuviera bautizada, es más, casi toda ella hubiera sido captada en la parroquia, entre los feligreses de misa de 12, se debía al convencimiento de los iniciadores de que no existe un solo bautizado que tenga fe adulta a menos que pase por las kikotesis. Es decir, algo así como si la escucha de las kikotesis produjera efluvios magikikos que dotaran al adulto bautizado pero carente de fe de un nuevo barniz kikótico en el que la fe destellase y deslumbrase de pura adulte-ración.

La realidad es que el CNC no es una iniciación a la doctrina de la Iglesia ni al Cristianismo, afirmación que se constata con facilidad sin más que observar que ningún captado ha llegado jamás al término de tal iniciación. Ni uno solo ha completado la carrera y ha llegado a la meta de la fe adulta, sino que todos ellos reconocen seguir en proceso de convertirse. Por tanto, la iniciación en realidad es un proceso permanente -y ellos quisieran que además fuera irrevocable- de deformación, aunque le digan formación permanente en la fe.

El caso es que las cosas van mal para el CNC desde hace años.

No salen nuevas comunidades. No captan como antes. Solo los sufridos hijos de los caminantes acuden a las kikotesis -muchos de ellos a la fuerza y con intención de largarse tan pronto como se liberen del yugo parental-. Y ello se nota cada vez más no solo en el patente envejecimiento de las comunidades existentes, no solo en las bolsas cada vez más numerosas pero también cada vez más exiguas, también se nota en que cada vez hacen llamamientos más desesperados a captar al primero que se ponga por delante, tenga la edad que tenga.

Lo de ser una iniciación para adultos ya había dado paso hace años a ser "para jóvenes y adultos" en una maniobra en la que parecía que si el chico ya tenía algo de bozo en la cara o la chica ya había tenido la menarquia ya estaban listos para escuchar y recibir el tostón y ser parte del circo kiko.

Bien. Pues ya no esperan a que ellos tengan bozo o ellas la menarquia, ahora intentan captar incluso a niños.

Tanto es así, que se ha hecho llegar a todos los hermanos instrucciones para que animen a sumarse a sus “actividades para jóvenes” a cuanto jovencito pase por su lado -da igual si se trata de hijos, nietos, sobrinos, primos, amigos de los hijos, amigos de los nietos, la prima de la vecina de enfrente, el chido de la tienda de ultramarinos, el sobrino del camarero del bar…-.

Donde las “actividades para jóvenes” son lo que eufemísticamente llaman “una peregrinación” que, por casualidad, unas veces consiste en visitar alguno de los lugares kikos o carmenalicios y otras veces consiste en encerrarse en alguna de las salas de usos múltiples que el CNC -esa realidad que carece de bienes propios, dicen- maneja como si fuera suyas, con la única novedad de que la sala en cuestión está en otra localidad y que a veces juntan a los chicos de varias parroquias o de varios pueblos, para que confraternicen entre sí y no se vayan detrás de las cananeas y los cananeos.

Y una vez encerrados en una de tales salas de usos múltiples, el planazo de la actividad consiste en pasarse el día oyendo decir lo mal que está el mundo y lo desgraciados que van a ser todos los que no entren en una comunidad o dejen la que ya tienen y lo providencial que es la comunidad para ellos.

Eso en el mejor de los casos, porque hay planazos de varios días. Es decir, días enteros dedicados a someter a los chicos a los mantras kikiles.

El caso es que ahora, además del tripodeo y las bolsas, todo captado tiene la obligación de invitar a sumarse al movimiento que no es un movimiento a cualquier jovencito que pase por su lado, como se ve en el siguiente mensaje:

 

Habida cuenta del significado que para algunos tiene la palabra "animar" (como también cuando llaman "invitar" a lo que es una imposición ejercida desde una presunta posición de poder), lo que se les pide, aparte de mucho rezo porque los chicos se les van, es que hagan ir a todo aquel sobre el que tengan poder.