La tercera noche es la noche de la Pascua, cuando se abre el mar, el pueblo sale de la esclavitud. Dicen los hebreos que la Pascua es como una paloma perseguida por un halcón: está cansada y no puede más y de pronto ve una fisura en la roca, he aquí la salvación, pero en la fisura hay un áspid que abre la boca para matarla. El áspid y el halcón: Ésta es la Pascua. El mar que te cierra el paso y el faraón que viene detrás con el ejército, lleno de odio: en aquel momento el Señor aparece y abre el mar.
A mí me recuerda el secretismo de los kikotistas, que intentan impedir a toda costa que se sepa lo que hacen tras las puertas cerradas, y los adictos a la kikotina que dan coces en el blog, “llenos de odio”. Pero en aquel momento acontece el Señor y de una forma u otra los mamotretos siguen siendo publicados.
¿Habéis visto verdaderamente al Señor en un momento de angustia? ¡Sois entonces hombres de la Pascua! La palabra angustia es muy importante para los hebreos. Los hermanos de José se preguntan el porqué de lo que les sucede, siempre analizan la historia que tiene su causa en Dios. No todos pensaban matarlo, pero una cosa es cierta: todos habéis visto la angustia de José, el chico, cuando gritaba piedad, y habéis vuelto la cara hacia otro lado. Basta girar la cara hacia otro lado para que sean asesinados 6 millones de hebreos en los campos de concentración.
O para que un kikotista desaprensivo pisotee a un hermano de comunidad o destruya un matrimonio o la fe de aquel otro hermano… porque giraste la cara hacia otro lado.
Volviendo al poema de las cuatro noches, la tercera noche es aquella en la que se ha abierto el mar, después está la noche en que ha llegado el Mesías y la última es la noche de la Pascua. Hermanos, lo siento mucho: ¡Despertaos y convirtámonos todos! Debemos prepararnos para esta Pascua, porque el Señor ha dicho que Él pasará ahogando al faraón, al demonio, el padre de la soberbia, del orgullo. Todavía no somos conscientes de que todos somos pecadores, muy orgullosos: la mayoría de nuestros litigios con los hijos, con la mujer, con el marido es por nuestro orgullo. La Iglesia dice que tenemos que prepararnos a esta noche porque tenemos que renegar de Satanás y decir todos: “¡Renuncio a ti, Satanás, a tus pompas, a tus seducciones, renuncio al pecado!“. Es necesario renovar el bautismo en esta noche en la que pasa el Señor ahogando a caballo y caballero. Porque esta noche no es un rito, no es una liturgia rutinaria, si la Iglesia pensara que la Pascua fuese una rutina, no nos haría ayunar durante cuarenta días, con oraciones, con una preparación cuaresmal tan fuerte.
Es importantísimo, el Señor viene en esta Pascua, invitándonos a la santidad de su presencia en nosotros. ¿Estamos dispuestos a morir en esta noche con Cristo y a resucitar con Él? Con Él a una vida eterna y nueva. Tenemos que prepararnos a esta noche gloriosa y si no nos preparamos en esta Semana Santa llega la noche y tú estás durmiendo como un cretino.
Si estos tipos aún no se están preparando porque su jefecito no se lo ha dicho, es que los kiko-ritos cuaresmales de romper la noche y rezar Laudes juntitos son kikolarres sin valor preparatorio para la Pascua.
La fe tiene que ser probada y estad muy atentos porque envejeciendo, el demonio cobra más fuerza, porque le queda poco tiempo, porque su misión es llevarnos al infierno. Dice San Pablo que la fe tiene que ser probada, ¡probad si Cristo está en vosotros! no sea que seáis reprobados; aunque continuéis viniendo a la comunidad, hace ya mucho tiempo que el Señor no te habla y por eso la Palabra no te dice nada, no vienes nunca ya a los Laudes de por la mañana, estás lleno de juicios, y te pasas la vida juzgando.
Eso te pasa porque los kikolarres no sirven para nada bueno, porque no vienen de Dios.
Yo soy servidor vuestro de parte del Señor, estáis invitados a prepararos a esta vigilia Pascual, porque el Señor tiene necesidad de que nosotros seamos santos.
El chiste no tiene gracia, pero lo ha intentado. Lo que pasa es que el receptor de todas las bolsas no cuela como servidor de los pobres infelices que le dan hasta lo que les falta.
Éste es el punto: De estos encuentros depende la salvación de Madrid, de España, de toda la humanidad, por eso es muy importante.
Le encanta atribuir la salvación a sí mismo y su juguetito. Es tan tan sensible y tan tan humilde.
El Señor tiene necesidad de Zaqueo: “Zaqueo, baja de tu árbol, es necesario que yo entre en tu casa, hoy”.
Falso. Zaqueo está necesitado y Jesús ve conveniente entrar en su casa y en su vida. No como huracán, sino como brisa suave, pidiendo permiso.
Es muy necesario para la salvación de Madrid, de España, de Asia. Tú sabes que tienes nietos que te miran y quizás tu tercera nieta se levantará para ir a China y otro nieto para entrar en el seminario, están todos mirando ¿qué tienes que hacer para dar un verdadero testimonio?
¡A qué clase de abuelo le puede agradar que su nieta, tercera, primera o décimo cuarta vaya a hacer de salmoneta sea a China o a la diócesis de Jaén!
Kiko.
ResponderEliminar"Tenemos que prepararnos a esta noche gloriosa y si no nos preparamos en esta Semana Santa llega la noche y tú estás durmiendo como un cretino"
El "desamor" y el maltrato al otro que es Cristo!
Recuerdo cuando el bellaco, torcido y "amoroso" kikotista le dijo a mi esposo:"Tenéis que convencerte que sois la mierda que los perros dejan en la calle"
"¿qué tienes que hacer para dar un verdadero testimonio?"
ResponderEliminarPues muy simple, huir de kikónides para liberarte de la mentira, de la manipulación y de la kikolatría, y así poder volver a la Iglesia, como hijo de Dios, que es el único que te salva.
>> ¿Habéis visto verdaderamente al Señor en un momento de angustia?
ResponderEliminarSi, yo he visto al Señor en la angustia que me causaba el sufrir las imposiciones de los kikotistas y responsables: Diezmos, oraciones obligadas y no nacientes del corazón, pasos, ventas de bienes sin ningún criterio; la angustia que me causaba ir a la komunidad a ser insultado y perseguido por querer llevar el carisma de los cantos con sencillez y sin complicaciones, y lo que recibía era groserías, insultos y querellas continuas.
Gracias al Señor que apareció para raptarme de semejante jauría de leones, devoradores de hombres que son los kikorros.
--Hijo de la Luz--