Traditio symboli (LXXIV)

 

Una vez terminado el tostonazo de la tradicio, el mamotreto añade algunas enseñanzas retorcidas sobre el sacramento del matrimonio a cargo de unos que no tienen experiencia ninguna sobre el tema.

 

KIKOTESIS SOBRE EL SACRAMENTO DEL MATRIMONIO 

(Transcripción no corregida de la kikotesis de Kiko y el P. Mario -el burro delante, por aquello de que no se espante- en la convivencia de kikotistas habida en Puerto S. Jorge, octubre de l984. Véase también la misma catequesis realizada en España (Valle de Los Caídos - Oct. 1984) en el apéndice).

Evangelio Mt 19, 1-12.

Kiko:

Ahora. hermanos. Me gustaría decir una palabra sobre este sacramento del matrimonio, que vamos descubriendo en el camino, está claro; pero pensamos que es muy importante aclarar algunas ideas y poder tratar este tema tan serio en la convivencia.

¿Entiendes? Todo lo que pensaras que sabías sobre el sacramento del matrimonio antes del camino no sirve de nada, en el mejor de los casos, o eran prejuicios. Porque la verdadera información la vas a recibir en la convivencia y de boca de los falsos profetas del año de gloria para ti, para tu familia, tu comunidad y el Camino. Así que escucha bien.

Solo voy a dar unas pinceladas, porque después del camino hay catequesis sobre el matrimonio, y al final del camino neocatecumenal hay un momento en el que también se revive este sacramento, que es tan grande.

Ya empezaron las mentiras. La paparrucha del matrimonio espiritual de la comunidad con el Camino ni es matrimonio ni muchísimo menos es Sacramento. Solo es un timo desesperado para intentar mantener sometidos y atados al CNC a los que nunca se convierten, ni dejan de ser catecúmenos, ni alcanzan la adultez.

Solo digo algunas cosas que muchos ya sabéis. También estoy contento con el Evangelio de este domingo, porque para entenderlo bien hay que entender qué es el santuario de Dios. De hecho, la convivencia del año pasado se basó en el santuario, en el templo. Cuando Jesucristo va a visitar el templo se encuentra con que, en lugar de ser una casa de oración, se ha convertido en una cueva de ladrones, es el único momento en el que Cristo se enrabieta -si podemos decirlo así- para que se vea que el celo por su casa lo devora.

Qué frívolo se me hace eso de que Jesús “va a visitar” el templo, como si hiciera turismo.

Cuando ve que el templo de Dios, la verdadera religión, se transforma en un mercado, se altera, se pervierte hasta el punto de ponerse al servicio del demonio, de Mammón, para el pobre Jesucristo, lleno de celo, de amor por el Padre, debe haber sido tal sufrimiento que hace ese gesto de volcar las mesas. Pero sabemos que hay una lección referida a nosotros en este gesto, porque el verdadero templo de Dios somos nosotros.

Queda muy cuco, pero no es correcto. Ese gesto se refiere al templo de piedra que era la morada de Dios entre los hombres; no se refiere a unos tipos metidos en una reunión que tendría lugar unos dos milenios después. Aunque seguro que a Él le entristece que los reunidos se vuelvan adictos a la kikotina y, por ende, idólatras.

De hecho, Cristo dirá: "Destruid este templo y en tres días lo reconstruiré. Y se burlaban de él. Pero él hablaba del templo de su cuerpo, dice el Evangelio. Dios no quiere habitar en una casa humana, por eso la tienda del desierto ya es una profecía. ¿Qué casa se puede construir para Dios cuando la tierra es el estrado de sus pies y ni siquiera el universo entero puede contenerlo? Están descubriendo inmensas distancias de años luz en el universo. Dios quiere habitar en el corazón humano, este es el templo.

Menos mal que Kiko sabe con certeza lo que quiere Dios y cómo hacer para complacerlo.

Entonces todo esto se refiere a Cristo que visita al hombre, el corazón del hombre y a veces no encuentra una casa de oración -en esta misión sacerdotal que tenemos para todos los pueblos-. Encuentra nuestro corazón lleno de preocupaciones económicas, una cueva de ladrones, gente que va y viene, no hay tranquilidad, no hay paz en nuestro espíritu, sólo una gran inquietud interior. Cristo se enoja y tiene que expulsar de nuestro corazón a los mercaderes, esta sumisión a Mammón, al César: "Dadle al César lo que es del César".

Dado que en el Kikismo las cosas se hacen por obligación, dudo que Kiko sea consciente de la aberración que ha soltado: Cristo forzando el libre albedrío del ser humano e imponiendo su voluntad por la fuerza. En suma, una vez más, la mentira y el engaño en la base de su perorata.

Vosotros habéis interpretado bien lo que quiere decir el Evangelio de ayer: cada cosa se da a quien pertenece. El dinero y el poder son del César, pero el hombre pertenece a Dios y no es bueno que el hombre se ponga al servicio del dinero porque la imagen que hay en el hombre no es la imagen del César, del dinero. Los billetes tienen imágenes, antes de que existiera la imagen del emperador, el hombre fue creado a imagen de Dios.

A imagen de Dios, no del CNC, ni de la comunidad, ni de unos profetas de calamidades. De Dios.

En este Evangelio hemos escuchado, hermanos, que Jesucristo no acepta el repudio y los fariseos no lo comprenden. Pero en el Antiguo Testamento ningún profeta aceptaba el repudio, y ya hay toda una terquedad, una no aceptación de la voluntad de Dios por la dureza de sus corazones.

Otra falsedad. Nada más y nada menos que Moisés, el profeta por antonomasia, aceptó la posibilidad del repudio.

Por ejemplo, el profeta Malaquías reprende al pueblo por las cosas malas que hace y dice: "Tú cubres el altar con lágrimas y suspiros... (Mal. 15, 16) no quieres actuar con perfidia".

El libro del profeta Malaquías solo tiene cuatro capítulos. No existe Ml 15, 16 ni hay en los cuatro capítulos la presunta cita. Lo más parecido es Ml 2,13-16.

Dios no quiere que perdáis el aliento de vida, es decir, que perdáis el esperma con otras mujeres. Este es el profeta Malaquías, el profeta que ya anuncia la venida de Jesucristo. Lo primero que quería decir es que ya en el Antiguo Testamento existía este deseo del Señor. Todos los pueblos, todas las religiones ya habían entendido que en el acto sexual, en el amor de un hombre por una mujer, hay un misterio, una cosa bellísima, un acto religioso.

A ver si lo que los varones de todos los pueblos han entendido es que si quieren asegurar que sus hijos sean suyos, más les vale tomar ciertas medidas. Por eso un matrimonio es un contrato.

Y de hecho, en todos los pueblos, las bodas son algo muy importante, independientemente de la religión católica; los gitanos tienen 7 días de celebración, también porque han entendido que consumar la boda es algo importante. "El amigo del novio se regocija con la voz del novio", es decir, se regocija cuando se consuma el acto sexual.

Otro burdo intento de manipular la Escritura. El amigo del movió se alegra porque el novio ha llegado y acapara la atención de todos, en especial de la novia. No tiene nada que ver con el acto sexual, en el que lo de menos suelen ser las palabras.

Las fiestas nupciales duraban 7 días porque quizás no se consumaba en la primera noche, esto era un terror en todos los pueblos, que él fuese impotente, que no pudiese, y toda la comunidad, toda la asamblea lo ayudaba.

Otro cuento kiko. Cada uno celebraba en la medida de sus posibilidades y ciertamente, la “asamblea” en nada ayudaba a la consumación de un acto privado. Lo que pasa es que en Kikónides hay mucha afición a meter cuchara en plato ajeno y a tratar de justificarlo con manipulaciones burdas.

Lo digo porque aún hoy hay un fenómeno muy grave entre los jóvenes: la impotencia.

¿Cómo lo sabrá? ¿Será que es sexólogo en sus muchos ratos libres? ¿Lo habrá visto en la bola de cristal?