Tostón de Cuaresma 2021 (V)

 

Tras el burdo invento de que los de fuera del CNC no se perdieron la retransmisión del funeral kiko solo para kikos donde se ningunea a los muertos no kikos, prosigue la cháchara de Ascen:

Y ¿qué decir? Olvidamos mencionar a Maurizio que está en Nigeria y está enfermo; otro hermano mayor del Camino, a quien seguramente conocéis, Jesús Blázquez, itinerante de Colombia, está gravísimo; consolemos también a Marina con la oración, porque mañana será un día importante para Sandro: sabéis que cuando salió de cuidados intensivos tuvo un infarto cerebral y lleva en coma unos dos meses, está en coma y tiene una infección del corazón. Mañana tiene que operarse para ver qué le pasa al corazón, está muy grave. ¡Vemos que la situación es difícil para muchos hermanos! Sabemos que desde hace un año las comunidades están en una situación difícil.

Viene un listo, proclama un año providencial y pasa lo que pasa y sube el pan

Muchas veces para reunirse hay que hacer muchos encuentros, para hacer un anuncio, una convivencia, para encontrar lugares, todo se ha puesto en marcha, pero como catequistas -después hablará el P. Mario- sois los primeros que debéis dar ánimo a todos. Por eso hemos hecho este anuncio con anticipación para que vosotros también podáis hacerlo a tiempo, como sea posible, quizás no un encuentro numeroso, sino varios encuentros menos numerosos.

Es decir, como no tienes nada mejor que hacer que servir al CNC, dedícale toda tu mente, todo tu tiempo, todas tus fuerzas y todos tus ingresos.

Aún faltan diez días para el inicio de la Cuaresma, el Miércoles de Ceniza que es un día importante y quizás muchos hermanos no podrán vivirlo porque están confinados o en algún país con las iglesias cerradas, como ahora Portugal, pero es un día que podamos vivir y la Iglesia nos invita a la conversión. Las cenizas son un verdadero signo de humillación, y a esto nos invita la Iglesia en Cuaresma, a bajar la cabeza y entrar en nuestra realidad de pequeñez, de quienes somos, y ahora este coronavirus nos lo demuestra, nuestra debilidad, y lo pequeños que somos realmente frente al universo. 

Me quedo ojiplática de que Ascen necesite un diminuto virus para caer en la cuenta de que no se puede comparar con el universo. ¿Se creería antes que era la genia de la lámpara?

Este día de ayuno y de penitencia es un día de conversión, es la conversión a la que nos llama la Cuaresma.

La conversión ¿qué es? La conversión es la transfiguración. Esto le gustaba tanto a Carmen que era una enamorada, una apasionada de la Transfiguración: ¿qué le habrá mostrado el Señor para amar tanto este misterio de la transfiguración del que nos dio a participar?

Empiezo a temer que un exceso de kikotina a reblandecido gravemente en cerebro de Ascen. ¿Quién nos dio a participar de qué transfiguración? Porque Carmen no se transfiguró en su vida y nadie puede dar de lo que no tiene... Otra cosa es que se intente engañar, que eso está a la orden del día en cierto grupo que no quiere ser movimiento.

En la Iglesia esta fiesta se celebra en agosto: en la Iglesia Católica no es tan conocida pero yo vengo de Rusia donde para la Iglesia Ortodoxa la Transfiguración es una grandísima fiesta, muchísimas iglesias y monasterios están dedicados a la Transfiguración, y hay también fiesta popular, en agosto. No es como aquí que no nos damos cuenta.

Supongo que lo que Ascen quiere decir es que en el CNC no se dan cuenta ni les importa la Transfiguración. Pero en la Iglesia Católica, diga lo que diga la de Tudela, sí que se celebra, y es una solemnidad, lo que quiere decir que no se deja pasar sin pena ni gloria como en el Camino.

Gracias a Dios, como tantas veces nos ha dicho Carmen, hemos sabido más de este misterio de la Transfiguración, que es todo lo contrario, por así decirlo, a lo que acabamos de vivir ahora, la Navidad. En Navidad, Dios se encarnó, no consideró su dignidad como Dios y se hizo como uno de nosotros, un hombre. En la Transfiguración es al revés: el hombre Cristo Jesús se manifiesta como Dios ante tres apóstoles, ante estos tres testigos, y esta luz sorprendente les muestra que no es solo un hombre: es Dios. Y se escucha la voz de Dios desde las nubes: "Este es mi Hijo amado: escuchadlo".

Esta voz que habla en la Transfiguración, como decía Carmen, nos lleva al Sinaí donde Dios habló con el pueblo de Israel; pero antes de hablar al pueblo, este pueblo experimentó verdaderamente lo que es el sufrimiento, la esclavitud, la murmuración contra Dios, el quejarse constantemente de la vida; tuvieron hambres, sed y murmuraron contra Dios. Después de experimentar su pecado, este pueblo escuchará la voz de Dios.

Para nada. Fíjame a mí donde le ha dado la gana llevarme es a la manifestación de Dios a Abraham, que ni era esclavo ni hacía ruedas de experiencia para contar pecados.

En la Cuaresma, como nos muestra la liturgia, vemos al pueblo de Dios en el desierto, pero también vemos las montañas: el monte Sinaí y luego, el primer domingo de Cuaresma, el monte de las Tentaciones, donde Cristo responde con el shemá a las tentaciones del diablo.

Les gusta mucho buscar relaciones donde no las hay y entremezclar mentiras con verdades, para que se noten menos. Cristo responde al demonio con la Escritura, que es mucho más extensa que el shemá.

En el segundo domingo, el monte Tabor: la Iglesia nos presenta la Transfiguración: en esta Transfiguración aparece este esplendor. Carmen estaba enamorada de la luz y del firmamento, este esplendor la conmovía profundamente.

Pues ya es irónico que se pasase la vida junto a unos que son la negrura externa sin mezcla de luz. O tal vez fuera por eso mismo.

En estos días en los que ha nevado mucho en Madrid, me acordé de mi vida en Rusia, pero sobre todo en Kazajistán, donde la estepa se extiende kilómetros y kilómetros, hasta el infinito, y todo es blanco, helado, y con el sol se vuelve un paisaje maravilloso: era un espectáculo ver la estepa blanca y el esplendor de la nieve. Recuerdo que cuando llegó la nieve, la alegría fue grande sobre todo porque había luz, ya que en otoño e invierno los días son tan cortos que inmediatamente oscurece y no había luz donde vivíamos. Luego, cuando llegó la nieve, hubo una gran alegría porque al anochecer -para nuestra vida de catecúmenos que es nocturna- este miedo de volver a casa en la oscuridad desapareció porque había luz, ¡la luz de la nieve!

Aclaración. La nieve no tiene luz, la nieve no luce. Lo que sucede es que el blanco refleja la luz, y la nieve refleja la luz de las farolas y también la luz de las estrellas y la que, a su vez, refleja la luna.

Aquí, recordé lo que es la luz, ¡que lo cambia todo! Entonces en esta Cuaresma llega la Transfiguración, en este tiempo, que es un tiempo oscuro y de crisis mundial con esta pandemia, el Señor también nos llama a transfigurarnos, a transfigurarnos en esta luz para los demás, a ser una luz de esperanza para muchos, muchos que están en tinieblas.

No son pretenciosos ni poco. Los amigos de Cristo -y eran sus amigos- no se transfiguraron, solo fueron testigos de la transfiguración de quien no reflejaba una luz ajena, sino que mostraba su propia luz.

Pero primero debemos transfigurarnos y ¿cómo podemos transfigurarnos, cómo? Entrando en la oración, encontrar tiempo para buscar al Señor: oración en la comunidad y oración a solas, como podamos, abriendo las Escrituras, buscando al Señor que es la Palabra y la Vida. Ahora hay tantas teorías, tanta información que nos asusta, no sabemos a dónde va el mundo, pero tenemos esta Palabra que es la Vida y la Verdad, Jesucristo. Y necesitamos entrar en esta Palabra para tener discernimiento, la luz, la sabiduría, lo que debemos hacer para hacer la voluntad de Dios. El Señor nos invita a entrar en su Palabra, a entrar en la oración porque Cristo, a través de su Palabra, puede entrar dentro de nosotros y puede hacer que podamos vivir este shemá, que podamos vivir el amor al otro, que podamos vivir el amor a Dios con todo el corazón, con toda la mente, con todas las fuerzas, y el amor al prójimo como a nosotros mismos: es Cristo dentro de nosotros. Pero en este tiempo debemos buscarlo, porque esta Palabra, Cristo morando en nosotros, es la única realidad que puede cambiar nuestras tinieblas, nuestros miedos, nuestras ansiedades, tantos pensamientos de angustia y miedo que hay ahora en el mundo y hasta dentro de nosotros, con nuestros pecados y nuestros problemas. Él puede darnos, con su Palabra, la luz y el discernimiento para saber qué hacer para poder cumplir la voluntad de Dios, porque esta es la única felicidad: saber cuál es la voluntad de Dios y Él nos dará gratuitamente este amor a Dios.