domingo, 30 de agosto de 2020

Receta kika para obtener la vida eterna (Ojo, no funciona)

 Esta entrada el blog amigo italiano me ha gustado tanto que la he traducido.


Durante más de 50 años, Kiko ha enseñado a sus seguidores, con muchos ejemplos, lo necesario que es el pecado para descubrir el amor de Dios que "te ama como eres, te ama pecador y no quiere que cambies".

Sobre la base de la malvada doctrina kikiana del pecado, lo siguiente podría ser su plasmación en una sesión doméstica de “transmisión de la fe a los hijos”, entendiendo por fe las falsedades dogmáticas neocatecumenales.

Después de leerlo, me pregunto si alguien que no tenga la razón crucificada podría hablar así a sus hijos.

Las guitarras son casi imprescindibles para transmitir la fe en el Camino

Los padres dirían a los hijos (comillas en la jerga kikianas):

"Hijo mío, tú eres diferente a todos los demás niños porque naciste en una familia cristiana [se refiere a una familia kikiana]", por eso es bueno y justo que "renuncies a jugar al fútbol con tus amigos el domingo por la mañana" porque en nuestra familia es el tiempo de “hacer los laudes”.

Recuerda que "fuera de aquí está el demonio", que "siempre te engaña", por eso es bueno que frecuentes única y exclusivamente amigos con padres neocatecumenales, o que como mucho te acerques a otros de fuera para "convencerlos de que vengan a las catequesis", por su salvación.

Cuando seas mayor, es muy bueno que te puedas casar con una "hija del Camino", porque solo con una de ellas podrás entenderte, hablar el mismo lenguaje, tener amigos comunes y, sobre todo, creer en las mismas cosas. Recuerda, somos un pueblo diferente a todas las naciones.

No te preocupes si ahora todo esto te parece un poco limitante, “ya entenderás más adelante que es una gracia, un privilegio tener una comunidad" en la que compartir el camino de fe con los hermanos, y lo agradecerás.

De hecho, es "una gracia vivir en una familia cristiana [kikiana neocatecumenal] y tener catequistas [kikotistas] que te guían en todo" y a los que siempre puedes acudir cuando tengas problemas. Para todo, incluso en la elección de colegio, por ejemplo, porque “están iluminados por el espíritu [los mantras que repiten como loros]” y siempre saben qué es lo correcto para ti y para todos.

Y si cometen un error -porque cometer errores es humano-, no tienes que preocuparte, porque "el Señor saca el bien del mal" y todo saldrá bien. Incluso si te prohibieran casarte con la chica que ames, porque ella no sea de los nuestros, y te dijeran que la dejes si no hace las catequesis [kikotesis: tostones enlatados de mantras que se repiten una y otra vez], no te preocupes, “el Señor te dará en matrimonio a la mujer que ha elegido para ti", una buena chica neocatecumenal, una de las nuestras.

Porque, ya sabes, "fuera está el demonio, que ronda como león rugiente". Pero si "haces bien el Camino", participarás en todos los encuentros en los que el "Señor siempre pasa", tendrás "fe adulta" y "podrás caminar sobre las aguas de la muerte".

Porque, hijo mío, el hombre está rodeado por un "círculo de muerte que le impide pasar al otro" y solo cuando hayas caminado los "siete pasos del descenso para sumergirte en las aguas de la muerte", podrás resurgir como un hombre nuevo [alienado por la kikotina].

Este camino es importante para todos, es importante para ti, porque "no podemos dejar de pecar", somos "hijos del diablo", el "diablo es nuestro padre" y nos engaña constantemente "obligándonos a pecar".

"El pecado es necesario para que puedas experimentar la misericordia", por eso, cuando se te presente la tentación y caigas en ella, recuerda que "el único que venció las tentaciones fue Jesucristo, los demás no podemos".

Pero no tienes que preocuparte por nada de esto, “porque el Señor te ama tal como eres, un pecador, y no quiere que cambies”.

De hecho, el Señor realmente ama al pecador, murió por los pecadores y si lo miras cuando caes en el pecado, como la serpiente levantada en el bastón de Moisés en el desierto, serás salvo.

Entonces, si quieres, puedes confesar, pero recuerda bien que "la salvación viene de creer en Jesucristo, en su amor, en su cruz. Esto es suficiente".

Recuerda: "no juzgues", porque "no eres mejor que nadie", "debes considerarte el último, el más pecador de todos". "Si aún no has cometido algunos pecados, es porque el Señor ha mantenido una mano sobre tu cabeza", pero si el Señor te quita esa mano, "eres capaz de las peores abominaciones", tal vez en una pelea con tu esposa "agarras el cuchillo y fluye la sangre...".

"Cuando hayas descubierto tu ser profundo, la naturaleza pecaminosa que te convierte en monstruo y te aprisiona en el círculo de muerte", no te preocupes, sabe que el Señor te ama tal como eres y "no debes hacer ningún esfuerzo por cambiar, porque esforzarte sería un moralismo y el Cristianismo no es un moralismo". "Todo se te dará gratis cuando llegue el espíritu y te transforme en un hombre nuevo". Porque no hay necesidad de ser "moralistas, perfeccionistas, legalistas y voluntariosos", nada de esfuerzo: "el cristiano es el que realiza la virtud sin esfuerzo". “Si tienes que esforzarte es señal de que no eres cristiano, de que confías en tus fuerzas”.

De ser así, yo te digo, "ve y peca, conoce el pecado, conoce de lo que eres capaz, conoce tu naturaleza profundamente corrupta y solo entonces podrás experimentar la misericordia, el ser amado". Y solo cuando te sientas amado podrás devolver lo que gratis has recibido. Pero debes "aceptar que eres un pecador, no seas exigente contigo mismo, porque el Señor te ama como eres, no quiere cambiarte, no hay que esforzarte ni hacer nada: la salvación es gratis".

La fe no viene de las obras, sino de creer en Jesucristo.

Por tanto, si crees en Jesucristo como su salvador, esto es suficiente. “La salvación es gratis, no tienes que hacer nada”. Solo tienes que "hacer bien el Camino", porque "el Señor pasa" y debes estar presente y atento cuando pase por ti.

Así descubrirás que Dios quiere darte "la vida eterna aquí, en esta tierra", porque "el hombre está hecho para la felicidad". No escuches a quienes te dicen que la felicidad total y eterna no es posible en esta tierra, porque el hombre está sujeto al sufrimiento. Si eres "un cristiano adulto", ya no sufrirás, bajo ningún concepto, porque "Jesucristo, en la cruz, ya ha sufrido por ti, para que tú ya no sufras y tengas felicidad".

Alienación: mecanismo para no sufrir
 "De lo contrario, ¿de qué sirve el sufrimiento de Jesús en la cruz, si los hombres continuaran sufriendo?". No, "Cristo sufrió en tu lugar, para que hoy tú no sufras y seas feliz". Si sufres cuando tienes algún problema es porque “no tienes vida eterna en ti”, no lo olvides nunca.

Hijo mío, atesora estas enseñanzas que la iglesia, "a través de nuestros catequistas" nos ha impartido.

Si tienes algún problema, no vayas al sacerdote, sino siempre a los catequistas [kikotistas], porque están "iluminados por el Señor y hablan por el Espíritu Santo", confía en ellos y te iluminarán y te guiarán.

Obedéceles en todo”, sobre todo cuando lo que te dicen “no tiene sentido para ti”, “crucifica tu razón” porque no es obediencia si solo haces las cosas que te parecen razonables: la obediencia consiste en hacer lo que "no entendemos, pero que ya entenderemos a su debido tiempo". Si haces todo esto y "haces el Camino, obtendrás la fe y la vida eterna aquí, en este mundo".

viernes, 28 de agosto de 2020

Pandemia: una «acción de Dios inmensa»

 

No lo digo yo, lo dice uno que no tiene nada mejor que hacer -porque lo han jubilado- y le gusta hablar, aunque sea para soltar banalidades y tonterías, como que la pandemia es «una acción de Dios inmensa» gracias a la cual se están recuperando cantidad de valores inmensos también que estaban muertos como la familia, la solidaridad, la esperanza, el poder escucharnos unos a otros, el darnos cuenta de que existe el otro…

Inmenso, todo. Aun diría más: inmenso.

 


 

¿Acaso nadie se había dado cuenta de que antes de la prodigiosa pandemia no existía la familia ni la solidaridad ni la esperanza, que nadie escuchaba a nadie, que nadie amaba a nadie, que todos estábamos estresados?

¿No? Yo tampoco. Pero es que cuando vives por y para el CNC vives en un ambiente irrespirable en el que efectivamente no existe el amor ni la esperanza ni te importa el otro, porque lo único que cuenta es la obediencia al kikotista y el sometimiento a las reglas del kikismo. 

Por eso, al verse obligado a interrumpir las dosis de kikotina debido a la pandemia, no es sorprendente que algún neocatecumenal hayan descubierto la esperanza y que la pandemia le parezca «una acción de Dios inmensa» que demuestra que Él «“s'a” comprometido con el hombre».

Inmenso. No tengo otra palabra... Espera, la palabra bodrio también viene a cuento. Inmenso bodrio, eso es.

 

Encuentra al fantasma entre los esqueletos.


 

miércoles, 26 de agosto de 2020

La missio ad gentes es para promover el CNC

 

En EE.UU. parecen bastante perdidos sobre lo que es el Camino Neocatecumenal, por lo menos en Filadelfia hay quien publica que es “un movimiento que tiene como objetivo revitalizar la vida parroquial y fomentar la participación en la iglesia”.

Lo dicho, andan perdidos y no saben que los neocatecumenales tienen alergia a la vida parroquial, por aquello de no ser confundidos con religiosos de misa de 12, supongo.

 

Aún más, bajo una foto de la familia de José y Maribel Martín tomada en la parroquia de San Carlos Borromeo el 14 de diciembre de 2017, la periodista cuenta que “dos noches a la semana, José y Maribel Martín dejan a sus ocho hijos al cuidado de una niñera y caminan por las calles de la parroquia S. Carlos Borromeo en una misión para energizar la iglesia católica romana”.

Ya se sabe que caminar es un ejercicio muy sano y energizante.

“En un barrio del sur de Filadelfia, a un océano de distancia de su lugar de nacimiento en Madrid, la pareja recorre hileras de bloques de casas de ladrillo y llama a las puertas, ansiosa por difundir el Evangelio a quienquiera que responda”. Dice, porque en el CNC a la repetición de mantras kikiles se le llama “difundir el Evangelio”.
«Es una llamada del Señor», dijo José, quien ha hecho estas rondas durante más de tres años. «No hacemos proselitismo en el sentido de decir “Ven y únete a nuestra iglesia”. Decimos, “Venimos de S. Carlos y queremos traerte esta buena noticia: cómo Dios cambió mi vida"».

Por lo menos no mienten sobre lo que pretenden: nada de llevar a nadie a la Iglesia, solo hay interés por ampliar un grupo social que se reúne para contarse su vida.

La periodista sigue contando que “por invitación del arzobispo Charles J. Chaput en 2014, los Martin y otra familia misionera se establecieron en la Archidiócesis de Filadelfia para promover el Camino Neocatecumenal”.

Eso es hablar claro y decir la verdad sobre la “misión” de estas familias. Al fin y al cabo ellas viven de tal “misión”, de modo que si no promueven el CNC, se quedan sin sustento.

A continuación, la periodista da datos concretos sobre la presencia del CNC en la Archidiócesis de Filadelfia: “presente en una docena de parroquias, con un total de unos 300 seguidores. El primer grupo se formó hace 25 años. Las dos únicas parroquias con familias misioneras -S. Carlos y S. Miguel, ambas destrozadas por un funesto afán kikotizador- son también las únicas encomendadas a sacerdotes educados en el Camino".

En resumen, tras 25 años de kikotización, la media es de unos 25 neohermanos por parroquia. Conclusión: no se comen un colín. Para dejarlo más claro: ni en S. Carlos ni en S. Miguel había CNC ni falta que hacía, pero tan pronto como colocaron en ellas a presbis “educados en el Camino”, estos se apresuraron a pedir familias misioneras para kikotizar el entorno. Pero lo que el encargado de la Secretaría de Evangelización de la diócesis cuenta es que justo justo justo esas dos parroquias y no otras habían sufrido un descenso de asistencia -y más habrá con tales párrocos- así que allá que se enviaron a las dos familias misioneras que «conocen a los vecinos, interactúan de diferentes maneras, en la calle, en el supermercado, en un partido de fútbol de los niños. Pueden ir a un parque público y cantar».

Es interesante que en la Secretaría de Evangelización de la diócesis sean conscientes de que donde no van a interactuar es en la parroquia ni con los feligreses de misa de 12, es más, por algún motivo, a esos ni los saludan ni los quieren conocer ni el párroco presenta a los recién llegados a sus parroquianos, que en ocasiones lo son desde hace muchos años. ¿Para qué? Ni que los religiosos de misa de 12 fuesen merecedores de respeto o consideración. A ver si se entiende que el otro es Cristo, y a Cristo lo azotaron, escupieron y crucificaron.

John McIntyre
En S. Carlos, parroquia con una elevada feligresía afro-americana -no son de Nigeria, pero son negros como el cardenal Arize y no conocen nada del Camino porque esos extranjeros venidos para interactuar por las calles, en el supermercado o en el partido de fútbol de los niños, tan volcados en recorrer las calles y llamar puertas, no han tenido tiempo de presentarse a los grupos ya existentes en la parroquia. Y ya es mala suerte que en los más de tres años que José estuvo llamando puertas no timbrase en la de ninguno de estos hermanos de parroquia-, las primeras denuncias sobre el proceder del párroco neocatecumenal son de 2018 y, ya que entonces había otro obispo poco proclive a recibirlos, quien las recopiló fue John McIntyre, el secretario de Evangelización de la diócesis, que no es negro y conoció el CNC en la primera parroquia de Filadelfia infectada con tal mal.

Los feligreses de siempre de S. Carlos, negros pero no tontos, se quejaron de que el recién llegado presbi Esteban Granyak «comenzó de inmediato a cambiar las cosas mostrándose insensible con lo que ya estaba en la parroquia y desconsiderado con las preocupaciones de los feligreses». Se realizaron cambios a gusto de unos pocos que se reunían a puerta cerrada, sin dar ninguna explicación y sin contar con nadie.
También se despidió a miembros del personal -hay que colocar a los amigos-, se modificó el presbiterio para que fuese más kiko y se reservaron salas y locales del complejo parroquial para uso especifico y exclusivo de los que se juntaban a escondidas tras puertas cerradas, los neocatecumenos. En resumen, se asaltó el terreno y fue sometido al típico pillaje neokiko.
Pero McIntyre, muy satisfecho con los diezmos, no quiso implicarse y se sacudió el problema asegurando que Granyak -el presbi párroco que se sirve de la parroquia a la que no sirve- se había reunido con una delegación de feligreses para abordar «cualquier paso en falso que haya cometido».

Eso fue en 2018.

Ahora bien, al ser preguntado sobre los frutos del CNC -recuérdese que McIntyre los conoce desde hace 25 años- dijo que la arquidiócesis aún no ha podido evaluar definitivamente el impacto del Camino porque "es un proceso largo de construcción de comunidad". En palabras llanas CERO.

En vista de que el secretario de Evangelización considera normal no saber si una herramienta es válida tras 25 años de experimento, la periodista repitió la pregunta al “misionero” laico José Martín, quien salió por peteneras y explicó que entró al Camino en su adolescencia, devastado por la muerte de su madre. Y que ahora está devolviendo el favor -al CNC, no a Dios ni a la Iglesia-. Antes de Filadelfia, su familia y él estuvieron en Denver y aprovechó para soltar el consabido «ha sido difícil dejar todo atrás, nuestra casa, trabajo, amigos. Pero el Señor nos ha dado el ciento por uno».

Sospecho un error en esa frase final y que a quien está agradecido es al señor del CNC, no al Señor.
En cuanto a los frutos, se negó a dar una cifra alegando desconocimiento, lo que prueba nulo celo evangelizador, puesto que no le importa saber si la herramienta funciona o si es un fracaso o peor, una engañifla, pero dijo: «Cuando vas a una casa y alguien está peleando y les das una palabra que les ayuda, tal vez no vengan a misa, pero han sido ayudados».
 

Y cuando vas a una iglesia que no te pertenece y la destrozas sin respeto ni consideración hacia sus feligreses, todos ellos han sido dañados.

Hipócrita que busca pajas en ojo ajeno y no ve la viga del suyo.

En 2020, año providencial, la diócesis de Filadelfia tienen un nuevo arzobispo, uno que se ha sacudido a McIntyre para escuchar personalmente las quejas de los fieles cuyo cuidado pastoral le ha sido encomendado. Que Dios lo guíe.


Noticia original aquí.