viernes, 5 de enero de 2024

Kiko no inventó el belén

 

Esta entrada es puramente didáctica.

El iniciador del CNC, y lo mismo le sucedía a la difunta Carmen, es dado a pensar que nadie había inventado la rueda antes de él. Y quien dice la rueda dice el catecumenado, las moniciones o colocar un belén en casa.

Pues se equivoca. Y arrastra a otros en sus errores.

Por eso esta entrada recopila lo que dice la Iglesia acerca de la costumbre de los belenes, que es algo que no he visto hacer en ninguna casa de neocatecumenales.


La Iglesia señala que es laudable la costumbre de instalar en las casas y en las iglesias un «belén» o «nacimiento», que recuerda y ayuda a vivir el misterio de la Navidad. El mismo puede ser bendecido por un laico.

Para ello se reúne la familia, y el padre o la madre dice “En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo”. Todos se santiguan y responden: “Amén”. Luego, el que dirige la celebración dice: “Alabemos y demos gracias al Señor, que tanto amó al mundo que le entregó a su Hijo”. Todos responden: “Bendito seas por siempre, Señor” (Bendicional 1246).

Luego, el que dirige la oración dice: “Durante estos días contemplaremos asiduamente en nuestro hogar este pesebre y meditaremos el gran amor del Hijo de Dios, que ha querido habitar con nosotros. Pidamos, pues, a Dios que el pesebre colocado en nuestro hogar avive en nosotros la fe cristiana y nos ayude a celebrar más intensamente estas fiestas de Navidad” (Bendicional 1247).

Posteriormente, uno de los miembros de la familia lee un texto de la Sagrada Escritura, por ejemplo Lc 2, 4-7a: María dio a luz a su hijo primogénito (Bendicional 1247). Acabada la lectura de la Escritura puede tener lugar un canto. Terminado el canto o la lectura de la Palabra de Dios, se hacen unas preces para pedirle al Señor que, por su Nacimiento, proteja a esa familia (Bendicional 1250).

Acabadas las preces, el que preside, con las manos juntas, dice una de las dos oraciones siguientes, a elección de la familia (Bendicional 1251).

La primera es: “Señor Dios, Padre nuestro, que tanto amaste al mundo que nos entregaste a tu Hijo único nacido de María la Virgen, dígnate bendecir este nacimiento y a la comunidad cristiana que está aquí presente para que las imágenes de este Belén ayuden a profundizar en la fe a los adultos y a los niños. Te lo pedimos por Jesús, tu Hijo amado, que vive y reina por los siglos de los siglos”.

La segunda es: “Oh, Dios, Padre nuestro, que tanto amaste al mundo que nos has entregado a tu único Hijo Jesús, nacido de la Virgen María, para salvarnos y llevarnos de nuevo a ti, te pedimos que con tu bendición estas imágenes del nacimiento nos ayuden a celebrar la Navidad con alegría y a ver a Cristo presente en todos los que necesitan nuestro amor. Te lo pedimos en el nombre de Jesús, tu Hijo amado, que vive y reina por los siglos de los siglos”.

Al terminar cualquiera de las oraciones, todos responden “Amén”.

Finalmente, el que dirige la celebración se santigua mientras dice: “Cristo, el Señor, que se ha aparecido en la tierra y ha querido convivir con los hombres nos bendiga y nos guarde en su amor” (Bendicional 1252).

Todos responden: “Amén”

 (Pbro J. Rodrigo López Cepeda)


3 comentarios:

  1. Llevo poniendo belén desde que tengo uso de razón y ya pasé los 50...y digo poniendo porque ya lo ponían mis padres antes que yo.
    Nunca he visto a un kikorrillo poner un belén en su casa, si acaso el adefesio del cuadro de la supuesta sagrada familia en el que el Maicito se autorretrata.
    Pues bien siempre lo he puesto y desde que me casé y tuve hijos, en la Nochebuena antes de cenar, hago una bendición similar a la que habéis puesto, además de colocar la última figura, el Niño Jesús, como símbolo del nacimiento.

    Lázaro

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  2. El Belén fue idea de San Francisco de Asís. Desde entonces se extendió por la cristiandad esta preciosa costumbre. En mi casa mis padres lo ponían año tras año, y ahora nosotros, sus hijos, seguimos la tradicion.

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    1. Una matización: con San Francisco empezaron los belenes en las parroquias, a modo de representación visual que acompañaba a una catequesis sobre la natividad y el tiempo de navidad.
      El belén en la casa particular no fue idea de San Francisco, aunque es evidente que fue por imitación de los belenes parroquiales. Tal vez surgieron para acercar el misterio y la pascua de Navidad a quienes no podían desplazarse a la iglesia por el motivo que fuese.

      En cualquier caso, no se le debe a Kiko ni a nadie del cnc ni la invención ni la recuperación de la tradición belenista, que nunca ha estado perdida.

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