miércoles, 12 de octubre de 2022

Acerca de eso que hacen los neocatecumenales en la Misa

 

Hace ya tiempo se introdujo una costumbre y es la de emplear la Misa dominical (o las distintas Misas dominicales) para todo, desde una salva de avisos interminables antes de dar la bendición o saludos y despedidas a cuantos han asistido, como también la introducción de testimonios y/o experiencias durante la celebración de la Santa Misa. Es un uso tan común y extendido, que a nadie llama la atención que se haga así. Excepto que la liturgia no da margen para ello, ni los documentos de la Iglesia lo permiten, sino que lo han reprobado como un abuso.

Sin duda es enriquecedor para los fieles de una parroquia escuchar el testimonio vibrante de un misionero o una misionera sobre la dura tarea de evangelizar ad gentes, formar catequistas, sostener la vida sacramental de comunidades dispersas, el catecumenado de adultos y los bautismos de nuevas conversiones. O escuchar el testimonio de caridad y solidaridad fraterna de quienes desarrollan algún voluntariado o sirviendo a los pobres o llevando a cabo algún programa de Cáritas o Manos Unidas. Asimismo, es ilusionante escuchar a un seminarista, del Seminario Menor o del Mayor, ofrecer nervioso su testimonio vocacional, su descubrimiento de la llamada del Señor, su deseo de ser santo sacerdote. Igualmente, es enriquecedor cuando algún fiel laico narra su experiencia en algún Movimiento o Comunidad, animando a quien quiera a compartir ese carisma.

Pero el ámbito propio no es el de la liturgia, sino el de la catequesis. Es decir, todo esto cobraría su fuerza y encuentra su lugar en una catequesis de adultos (o de jóvenes y niños) o en una sesión formativa de la parroquia, o brevemente antes o después de la Misa dominical, como preámbulo o como un momento final para quienes quieran quedarse.

La liturgia es opus Dei, es servicio al Señor, “glorificación de Dios y santificación de los hombres”, dice el Vaticano II (SC 5; 10), y muchas veces la estamos transformando en un encuentro comunitario con tono lúdico y catequético, donde todo cabe, donde todo se hace, tal vez temiendo que si se convoca fuera de la Misa, acudan muy pocos. La liturgia es para el Señor, y posee un sentido sagrado, que queda muy debilitado cuando introducimos discursos, palabras, testimonios y demás, a veces en lugar de la homilía, otras a continuación de la homilía, y otras veces incluso en el silencio después de la comunión (impidiendo la oración fervorosa y recogida). ¿No vemos que sobran palabras en la liturgia, especialmente en la Misa? ¿No nos cansa tanto verbalismo de moniciones, discursos y testimonios, además de avisos (¡que ya están en carteles en la puerta y se redifunden por wasap y redes de la propia parroquia!)? ¡Con el dineral que se gasta la Santa Iglesia en carteles y propaganda para luego repetir lo mismo en avisos interminables!

¿Se pueden o no se pueden permitir estos testimonios o experiencias dentro de la Misa? La Instrucción Redemptionis sacramentumm, de 2004, señala lo siguiente:

[64.] La homilía, que se hace en el curso de la celebración de la santa Misa y es parte de la misma Liturgia, «la hará, normalmente, el mismo sacerdote celebrante, o él se la encomendará a un sacerdote concelebrante, o a veces, según las circunstancias, también al diácono, pero nunca a un laico. En casos particulares y por justa causa, también puede hacer la homilía un obispo o un presbítero que está presente en la celebración, aunque sin poder concelebrar».

[65.] Se recuerda que debe tenerse por abrogada, según lo prescrito en el canon 767 § 1, cualquier norma precedente que admitiera a los fieles no ordenados para poder hacer la homilía en la celebración eucarística. Se reprueba esta concesión, sin que se pueda admitir ninguna fuerza de la costumbre.

[66.] La prohibición de admitir a los laicos para predicar, dentro de la celebración de la Misa, también es válida para los alumnos de seminarios, los estudiantes de teología, para los que han recibido la tarea de «asistentes pastorales» y para cualquier otro tipo de grupo, hermandad, comunidad o asociación, de laicos.

Entonces, ¿qué hacemos con los testimonios? Sigue diciendo la misma Instrucción:

[74.] Si se diera la necesidad de que instrucciones o testimonios sobre la vida cristiana sean expuestos por un laico a los fieles congregados en la iglesia, siempre es preferible que esto se haga fuera de la celebración de la Misa. Por causa grave, sin embargo, está permitido dar este tipo de instrucciones o testimonios, después de que el sacerdote pronuncie la oración después de la Comunión. Pero esto no puede hacerse una costumbre. Además, estas instrucciones y testimonios de ninguna manera pueden tener un sentido que pueda ser confundido con la homilía, ni se permite que por ello se suprima totalmente la homilía.

Es “políticamente incorrecto” excluir los testimonios en lugar de la homilía o durante ella, ¡con lo arraigado que ya está!, y sin embargo, es lo “eclesialmente correcto”:

  • Fuera de la Misa, en una sesión formativa o catequesis de adultos
  • En todo caso, y como algo excepcional, después de la oración de postcomunión (antes de la bendición final)

Y la liturgia hay que mimarla más, recuperando su sentido sagrado, de adoración ante el Misterio de Dios, sin confundirla con los planos didácticos o catequéticos, que tienen su lugar propio en otro momento y en otro lugar. No es un discurso para los asistentes, sino una Gran Oración a Dios, como tantas veces la definiera el papa Benedicto XVI.

 

https://www.infocatolica.com/blog/liturgiafuenteyculmen.php/2105181212-testimonios-y-discursos-duran

Sobre el autor del artículo: Javier Sánchez Martínez

Sacerdote de la diócesis de Córdoba, ordenado el 26 de junio de 1999. Ejerció el ministerio sacerdotal en varias parroquias, en el Centro de Orientación Familiar de Lucena (Córdoba) y como capellán de Monasterios. Ha predicado retiros, tandas anuales de Ejercicios espirituales a seglares, religiosas y Seminarios e impartido diversos cursos de formación litúrgica; asimismo publica artículos en distintas revistas como "Pastoral Litúrgica" y boletines de formación de ANE Y ANFE.

Licenciado en Teología, especialidad liturgia, por la Universidad Eclesiástica San Dámaso (Madrid), es vicario parroquial de Santa Teresa de Córdoba, profesor del I.S.CC.RR. "Victoria Díez", profesor para la formación permanente de religiosas y vida consagrada, y miembro del Equipo diocesano de Liturgia.

Falleció a los 48 años el 11 de septiembre de 2021. DEP.

 

8 comentarios:

  1. El Kkamino explota la farándula. Cómo buen "artista" Kiko no es más que un titiritero. Decía un amigo mío hace años cuando ambos empezamos en el Neo-sendero, que el Kkamino era como un circo de tres pistas en el que al final no sabes dónde mirar...y no se equivocaba.
    Trabaja varios puntos en la mente del espectador para conseguir la total distracción y de ahí a la sumisión el vino está despejado.
    Primero consigue el punto a favor de todos cuando dicen en alto lo que muchos piensan "los curas son aburridos, anticuados...las homilías discursos sin aterrizar, las iglesias oscuras, llenas de viejas arrodilladas y beatorras...". Ahí ya tiene captada la atención, pues ellos ahora te venden luz, jolgorio, flores...cante y baile.
    Después está lo que trata esta entrada, la participación, la cual oculta algo oscuro pero que el feligrés no capta y es el conocer las debilidades con las que poder imponer la sumisión. En principio todos somos tímidos para hablar en público y más ante desconocidos, pero el atribuir esa timidez a "demonio mudo" y el crear un protagonismo de verborrea cuan mejor sea el discurso, causa que la eucaristía se transforme en una sucesión de homilías laicas que ningunean la esencia de la misa.
    Por último está el estómago, el Kkamino entra por el estómago; los opiparos "ágapes " con cualquier ocasión junto con la buena ración de pan y vino en la comunión, nada de un "papelito" sin sustancia...hacen que a veces los adeptos en vez de comulgar estén comiendo un bocadillo...
    Todo esto atrae mucho, pero es simple y llanamente teatro, que una vez ha calado en el espectador se convierte en adición que ya es la total tergiversación de la esencia eucarística y por tanto el fin de la misma para sustituirlo por un concepto la "euka".

    Lázaro.

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  2. Estuve hace un par de domingos en Misa, en Chiclana de la Frontera, y al final de la misma, hablo una señora "kika" haciendo propaganda para el curso de las catequesis que daban comienzo en estos días... y entre otras cosas dijo, de forma despectiva: "Yo antes de conocer el Camino, estaba ahí sentada como vosotros... hasta que hice las catequesis y mi vida cambió". Como queriendo decir, que la fe de los que están ahí sentados no vale para nada. Así mira el CN a los católicos, de forma despectiva y despreciativa.

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    1. Cuidado que es fuerte lo que comentas:
      " y entre otras cosas dijo, de forma despectiva: "Yo antes de conocer el Camino, estaba ahí sentada como vosotros... hasta que hice las catequesis y mi vida cambió".
      Es tal la desfachatez que tienen que se atreven sin rubor ni vergüenza a atacar a la iglesia que les acoge dentro de su propio seno. Y lo peor es que haya un sacerdote escuchando y permitiendo que un laico se permita a despreciar a sus fieles dentro de la misa con comentarios como ese en favor de un invento del todo aparte que parasita la iglesia que le acoge con ideas y comportamientos heréticos y demoníacos en ocasiones.

      Lázaro.

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    2. Aunque nos alejemos de la presunta literalidad, dará igual porque la noción que tienen los kaminantes es esa.

      Les han metido en el koko que su vida era una porquería antes del kkmino, que su fe era religiosidad natural, y si participaban de la Iglesia no se enteraban de nada....

      "La prueba del algodón":

      Parece no importar que desde que kaminan, se jactan de ser los pedores, que necesitan ser guiados por unos que se autodenominan katekistas para alcanzar una fe adulta que nunca les concederán, y que viven bajo la presunción de llegar algún día a ser cristianos...

      Esto sí, se pasarán los años cumpliendo todas las normitas y tonterías que se le ocurran al narcisista number one, alías Kiko. Para ir a terminar sus días igual de desnortados que sus guías. Si son fieles al kkmino, claro....

      La disociación es obvia. Ellos que andan sin saber a dónde, se permiten el lujazo de dar indicaciones a otros....¡ Peculiar! Cuando menos.

      -sepul-

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  3. La hipocresía y la falsedad del CNC no tienen límites. esos bellacos se burlan de la misma Iglesia Católica y de sus fieles diciendo que son unos beatorros religiosos rezanderos buenazos de Misa de 12.....pero los bellacos sinvergüenzas si usan las Misas para hacer sus propagandas y su proselitismo. QUE HIPOCRITAS, FALSOS Y CÍNICOS.

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  4. Algo que nos causó mucha indignación a demás de muchas otras cosas y abusos cuando estuvimos en esa secta cn fue el hecho que en las eukas como ellos las llaman llegaban inclusive a dar anuncios de cumpleaños y aplaudían y reían

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    1. Nunca me han gustado los aplausos en la misa, sean del tipo que sea, pero es una opinión personal, considero que el gesto del aplauso es para otro tipo de acontecimientos y la misa y por ende el templo requiere otro tipo de manifestación o recogimiento.
      Lo que tú dices es un rizo rizado ya que el palmeo es un método muy empleado en el kikismo para todo ( presentaciones, autobombo y demás cosas ajenas del tipo a las que hablas, que siempre se transformas en jolgorio y algarada totalmente descontrolada ( palmas como si se estuviese en la feria de Sevilla o en un concierto de Luis Miguel, acompañadas incluso de silbidos que ya serían el culmen de la falta de respeto ( y los he presenciado).
      Verdaderamente el Kkamino es una iglesia paralela por llamarlo iglesia, si no una secta parásita de la Iglesia de Cristo.

      Lázaro.

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  5. Soy testigo también de tales abusos, en una oportunidad sin que hubiera terminado la Misa anunciaron que una kikotista tenía cáncer y todos aplaudieron y llegaron a silvar...... esa gente ciertamente esta muy mal

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Antes de comentar, recuerda que tú eres el último y el peor de todos, y que el otro es Cristo.