Muchas civilizaciones a lo largo de la historia y del espacio han asociado la idea de imperecedero e inmutable con las rocas. De modo que la roca, en genérico, vino a ser un símbolo de la divinidad.
El pueblo judío no fue ajeno a este influjo y también en su historia la roca es símbolo de su Dios único.
«Voy a aclamar el nombre de Yahveh; ¡ensalzad a nuestro Dios! Él es la Roca, su obra es consumada, pues todos sus caminos son justicia. Es Dios de la lealtad, no de perfidia, es justo y recto» (Dt 32, 3-4).
«Yo te amo, Yahveh, mi fortaleza, (mi salvador, que de la violencia me has salvado). Yahveh, mi roca y mi baluarte, mi liberador, mi Dios; la peña en que me amparo, mi escudo y fuerza de mi salvación, mi ciudadela y mi refugio» (Salmo 18).
Por eso, para un judío tuvo que ser escandaloso que Jesús se aplique a sí mismo un símbolo propio de Dios, pues cuando, rechazado por los suyos, dice que la piedra desechada se ha convertido en piedra angular (Mateo 21:41-46; Marcos 12:10-11; Lucas 20:17) está citando el salmo 118:22, salmo en el que también se habla de unas puertas de justicia por las que solo entran los justos.
Así, de una sola pasada, Jesús declara que él viene en nombre de Dios y que quienes no lo aceptan no son justos. No es de extrañar que los escribas y los sumos sacerdotes, tan ilustrados, sensibles y humildes, no lo tragasen.
Más tarde, también S. Pablo emplea la simbología de la piedra para referirse a Jesús. En la carta a los Romanos explica el rechazo de Dios al pueblo judío con ese símil y con la cita del salmo 118; en la carta a los Efesios insiste en que Cristo es la piedra angular, y en la primera epístola a los Corintios iguala a Jesús con Dios por medio del símil de la roca del desierto de la que bebieron los israelitas.
Es coherente que si Dios es la roca firme, también Jesús lo sea, lo sorprendente es que ese término se aplique a uno de sus discípulos y amigos:
«¡Dichoso tú, Simón, hijo de Jonás!, porque eso no te lo ha revelado nadie de carne y hueso, sino mi Padre que está en el cielo. Ahora te digo yo: tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y el poder del infierno no la derrotará. Te daré las llaves del reino de los cielos; lo que ates en la tierra, quedará atado en el cielo, y lo que desates en la tierra, quedará desatado en el cielo» (Mt 16, 17-18).
En esa frase para nada casual, Jesús, el Mesías, el Ungido, el Hijo de Dios, otorga a Simón, hijo de Jonás, un nombre que señala una característica de Dios.
Solo Dios es la Roca. Y solo quien está con Dios puede ser piedra viva de su Iglesia.
Jesús podría haber declarado que Pedro, y como él todos los demás, eran polvo o barro, pero no, quién está con Él adquiere las cualidades de la Roca que es Cristo.
Jesús no se comprometió a edificar nada sobre movimientos carismáticos, asociaciones de creyentes o realidades presuntamente itinerarias. Su Iglesia se levanta entorno a la piedra elegida por Él y no tiene sucursales, es única y católica.
Por eso es tan grave que haya incautos que ponen a su grupito por encima de la Iglesia, de la parroquia, de los curas, que son unos clericalistas, de los religiosos de domingo y del mismo Papa, que no se entera y convendría que se muriese para que dejase de molestar.
Por eso es tan grave que se pretenda convertir en santa de kategoría extra a quien dedicó su vida a un experimento que niega la vigencia y la validez de la Iglesia fundada por Cristo y se burla de la adoración eucarística porque para perdurar no se hacen las cosas con masa de pan, sino con piedra... No entendió que la piedra es la Iglesia y que esa piedra y toda la creación está llamados a postrarse y adorar a Dios.
Por eso es tan grave que haya quienes se arrogan en falso el título de "catequistas" que solo puede ser otorgado por la verdadera roca.
jajajaja, catequistas???, catequistas del CNC que aborrecen y que ni por broma usan el Catecismo de la Iglesia Católica.
ResponderEliminarEs increíble que la Iglesia haya iniciado un proceso de beatificación para una señora que escribió y propagó tantas ideologías contra la Eucaristía y contra las verdades reveladas, debe estar muy mal la Iglesia en estos momentos pues no examinan a fondo la realidad de Carmen Hernandez en vida y todas las aberraciones que enseño, y mucho menos han confirmado que cumpla los requisitos para iniciar dicho proceso, parece ser que la Iglesia sólo se a basado en las mentiras que el camino ha dicho de la difunta, haciéndola pasar por un dechado de virtudes cuando no es así, con solo ver sus comportamientos en público se puede fácilmente sacar un perfil de vida de la difunta. Igualmente las personas que la conocieron y la trataron en vida quedan desconcertados y dicen lo mismo: cómo es posible que le hayan abierto un proceso de beatificación?
ResponderEliminarBueno, si algún preboste eclesial tuviese la ocurrencia de demostrar públicamente su disconformidad con la causa de beatificación de categoría superior, siempre podría intervenir el muy sensible para desearle un pronto paso al Padre.
EliminarNo sería la primera vez.
Tenéis toda la razón, a cualquier Prelado que se llegara a atrever a cuestionar el proceso de beatificación de carmen y a decir la verdad le desearían la muerte enseguida; Si lo hicieron con un Papa cuanto más con otra persona!
ResponderEliminarJesucristo a San Pedro:
ResponderEliminar"Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia"
("dios" se ha elegido a esta Roca que es Kiko).... decía un aberrante pseudocatequista de la secta camino neocatecumenal según la interpretación herética/kikiana de los Evangelios. Y monumental atrevimiento y falsedad se lo van inoculando a todos los kikorros y kikorras. Qué más tendremos que ver y oir en esa secta??
En esta zona la enseñanza de los kikotistas del CNC es diferente y más precisa: Dios ha elegido para ti una roca que es kiko.
ResponderEliminarNi siquiera nombran a Jesucristo, espantoso!
En infinidad de iglesias y templos católicos desaparecieron los bancos con reclinatorios, a fin de ser sustituidos por sillas y cómodos asientos, demasiado apretados entre sí como para impedir cualquier posibilidad de arrodillamiento por parte de los fieles. Las Comunidades Carismáticas y Neocatecumenales, convenientemente aprobadas (justo es decirlo), vieron llegada la hora de su triunfo; negando el valor de la Misa como Sacrificio, sus celebraciones (siempre fuera de los templos y en total ausencia de altares y símbolos al efecto) dieron entrada a los elementos festivos de guitarras, música rock, intervención casi exclusiva de los seglares prescindiendo prácticamente por completo del elemento sacerdotal, y comidas de solidaridad y hermandad.
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