Coram Deo: ¡Ante Dios!
¿Por qué las asambleas neocatecumenales buscan la colocación en círculo? Para verse unos a otros y verse todos. La periferia se constituye a sí misma en el núcleo de lo que hay que ver y mirar, y usurpa la centralidad del altar.
¿Por qué tantos neocatecumenales aseguran que la Misa no les llega ni les llena, pero que la uka en comunidad sí? Porque no acuden a la liturgia en busca de Dios, sino que van a una reunión social alrededor de una mesa. Y esa es la razón por la que desde hace años desobedecen las instrucciones de Benedicto XVI, el de los zapatitos rojos que contra los deseos kikiles no se murió, para que las comunidades que han acabado el camino interminable se sume a las celebraciones parroquiales.
La liturgia se celebra para Dios, ante Dios, delante de Dios. La liturgia es el actuar de Dios en la Iglesia: sigue hablando-revelándose, sigue comunicando su gracia, sigue entregándose. A Él escuchamos en la liturgia, a Él nos dirigimos y oramos con las oraciones de la liturgia y el canto de los salmos, ante Él estamos en amor y adoración, a Él lo recibimos y acogemos.
Así la liturgia será sagrada y bella cuando lejos de convertirla en un discurso moralista constante, o en una catequesis didáctica, o en una reunión festiva donde nos celebramos a nosotros mismos, reconocemos la presencia de Dios en ella, el primado de Dios, y somos conscientes de que estamos ante Dios mismo. ¡Es obra de Dios la liturgia!
Esta primacía de Dios en la liturgia se descubre si miramos bien a Dios en la liturgia en vez de mirarnos unos a otros. Sólo Dios puede ser el protagonista de la liturgia y por ello la liturgia se vuelve sagrada y bella, y se cuida:
«En toda forma de esmero por la liturgia, el criterio determinante debe ser siempre la mirada puesta en Dios. Estamos en presencia de Dios; él nos habla y nosotros le hablamos a él. Cuando, en las reflexiones sobre la liturgia, nos preguntamos cómo hacerla atrayente, interesante y hermosa, ya vamos por mal camino. O la liturgia es obra de Dios, con Dios como sujeto específico, o no lo es. En este contexto os pido: celebrad la santa liturgia dirigiendo la mirada a Dios en la comunión de los santos, de la Iglesia viva de todos los lugares y de todos los tiempos, para que se transforme en expresión de la belleza y de la sublimidad del Dios amigo de los hombres» (Benedicto XVI, Disc. a los monjes de la abadía de Heiligenkreuz, 9-septiembre-2007).
La naturaleza de la liturgia nos lleva a descubrir gozosamente que es una acción sagrada ante Dios y con Dios, siendo Dios el centro único. La liturgia es la Iglesia en oración con el Señor; de ahí sus oraciones, prefacios, plegarias solemnes con los cuales el único sujeto-Iglesia une a todos en un solo “Yo” eclesial para dirigirse a Dios; de ahí también la importancia de las lecturas bíblicas y del Evangelio mismo con los que Dios habla a su pueblo y el pueblo cristiano responde con la oración, el silencio y el canto.
Podría decirse que la liturgia es dialógica, es decir, entabla un diálogo orante y de fe entre Dios y su pueblo, entre Cristo y su Esposa. Estamos, con reverencia, con adoración, ante el Misterio mismo de Dios.
Esta perspectiva queda totalmente desdibujada cuando introducimos una visión muy opuesta: una liturgia que parece más una fiesta en la que la comunidad se celebra a sí misma; en vez de ser Dios el centro, se convierte en centro a la propia comunidad; en lugar de oración-diálogo de Dios con su pueblo, se convierte en diálogo y acción interactiva entre los asistentes como si fuera una puesta en común, un congreso donde se habla, una charla informal entre todos (de ahí: la proliferación y verborrea de moniciones en cualquier momento; la intervención espontánea de cualquiera en la homilía, en las preces o en la “acción de gracias”, etc.). Cuando esto ocurre, se rompe la sacralidad de la liturgia para convertirse en algo humano, en terapia grupal, en un acto que refuerce la identidad del grupo… Los elementos que contribuyen a la solemnidad desaparecen, se omite cualquier silencio sagrado, y las oraciones litúrgicas, dirigidas a Dios, se despachan velozmente porque no se les ve sentido ni función alguna.
Se pasa así de estar todos mirando al Señor, vueltos a Dios, a estar mirándose la comunidad a sí misma, autocomplaciente, encantada con su “compromiso cristiano”, celebrando lo bueno que son todos. Es palpar cómo la teología se ha pervertido en sociología, la espiritualidad pervertida en espectáculo. Es el dato estremecedor que se ve en muchas liturgias hoy: «A veces se advierten celebraciones litúrgicas, bellas y atractivas en su desarrollo ritual, pero al final desazonan, porque dan la impresión de que el centro de toda la celebración sea, no la gloria del Padre de nuestro Señor Jesucristo, sino la misma comunidad, y no tanto la santificación de las personas, sino su satisfacción grupal» (Rodríguez, P., La sagrada liturgia en la escuela de Benedicto XVI, Roma 2014, 304-305).
Hay que rebajar el protagonismo de los asistentes en la liturgia y acentuar más el protagonismo del mismo Señor. Hay que dejar de mirarse unos a otros, dando cada cual su opinión o interviniendo “espontáneamente”, para ungir la liturgia con el respeto y la sacralidad, con la mirada de todos hacia un único punto: Dios actuando y santificando.
Así la liturgia no tiene que estar inventándose una y otra vez, ni introducir algún elemento nuevo para captar la atención y ser creativo, ya que la liturgia no es algo “nuestro”, una actuación humana a gusto de los asistentes, sino que es Dios quien obra, actúa, interviene. Se trata de no quitar a Dios para ponerse en su lugar los asistentes, sino que todos juntos adoran a Dios, lo escuchan, se dejan santificar.
«Debemos tener presente y aceptar la lógica de la Encarnación de Dios: él se hizo cercano, presente, entrando en la historia y en la naturaleza humana, haciéndose uno de nosotros. Y esta presencia continúa en la Iglesia, su Cuerpo. La liturgia, entonces, no es el recuerdo de acontecimientos pasados, sino que es la presencia viva del Misterio pascual de Cristo que trasciende y une los tiempos y los espacios. Si en la celebración no emerge la centralidad de Cristo, no tendremos la liturgia cristiana, totalmente dependiente del Señor y sostenida por su presencia creadora. Dios obra por medio de Cristo y nosotros no podemos obrar sino por medio de él y en él. Cada día debe crecer en nosotros la convicción de que la liturgia no es un ‘hacer’ nuestro o mío, sino que es acción de Dios en nosotros y con nosotros» (Benedicto XVI, Audiencia general, 3-octubre-2012).
Javier Sánchez Martínez, pbro.
"La cultura del envase"...
ResponderEliminarDel usar y tirar, del listo para llevar, prefabricado, del momento y el instante, "and easy", siempre "easy". Lo más fácil posible.
Para el caso del cnc todo acabó enlatado, y la Liturgia, aplastada, en su sentido profundo me refiero, bajo toneladas de nada rellenando el vacío previamente instalado, a base de superfluos añadidos cual conservantes, acidulantes, y otros mejunjes al capricho de unos qué ( desconozco la intencionalidad, pero viví el resultado) como traviesos mozos descuidados se propasaron a placer con lo Sagrado. Y no, no solamente estoy hablando de las formas, a fin de cuentas no dejan de ser maneras, meras herramientas que debieran ser fieles a un fin. Pero claro, el quid de la cuestión al fondo del asunto es siempre el mismo: ¿Cuál es el fin, la meta del propio cnc?...
Abastecerse a sí mismo, replicando un egocentrismo rayano mezquinamente en lo narcisista, sin olvidar la pátina que envuelve una elección que solamente existe en la calenturienta mente de unos aprovechados fundadores Y asociados S.A.
Tuve la inconmensurable fortuna, algunas veces.... :
Vivir la misa, sentir la absoluta soledad acompañado de otras almas solitarias, absorber cada gramo de silencio entre pasajes, desparramar el espíritu en busca de contacto con lo Divino, en mil viajes de ida y vuelta para recobrar el sentido de pertenencia a un mismo pueblo, santificado por el Creador, reconciliado por Cristo, por Él y en Él.
¿Se pueden dar estos "límites" dentro del invento kikiano? Sí, pero es muy, muy difícil, y si por el propio cnc fuera, simplemente, imposible.
Es cierto, desconozco el verdadero interés de los fundadores del cnc por restar a la Liturgia sus infinitas Gracias. Pero me entristece saber que privar aunque solamente fuese a un alma, de una sola de esas Gracias ya es motivo suficiente para estar dolido. No he sacado otro rédito de mi experiencia como kaminante de ese reino oscuro, dolor, mucho dolor. Que ya no me duelan las heridas porque cicatrizaron hace tiempo, no impide que siga latente la llaga, porque sé que son libres de seguir haciendo el mismo daño, lo sepan o no.
Los han persuadido para la fe en la fe, sin fe.
Los han engatusado para que tienten a Dios.
Los han engañado para que apuesten al ciento por uno como si de un juego se tratase, y abominen de las personas que Dios puso en su historia.
Solo una verdad les han dicho: que cuentan cuentos.
Y un servidor estuve en el "Los".
-sepul-
La Eucaristía es el momento para encontrarse con Jesucristo, pero en el neo-invento retuercen con ambigüos conceptos está realidad y necesidad, a la final no van a encontrarse con Jesucristo si no que van a una reunión social donde alardean en los ecos que son los peores pecadores del mundo pero que no importa por que Dios los quiere así. El afán de todos es llegar al momento de recibir la comunión donde abusan de la ingesta de vino en calices llenos hasta el tope, donde repiten hasta tres veces incluyendo niños, terminando mareados y llenos de euforia para llegar al momento de la danza que realizan completamente mareados por no decir ebrios.
ResponderEliminarHola, lo más patético y vergonzoso en esas "eukas" es ver como en el momento de las resonancias a la Palabra de Dios los kikorros y las kikorras compiten por dar el eco más bizarro y que más llame la atención con la mayor cantidad de pecados posibles, al final los aduladores corren a alargar al kikorro o kikorra que hayan hecho el mejor eco
ResponderEliminarSi, en nuestra estadía en esa secta durante 5 años también nos llamó mucho la atención esa costumbre vulgar y sin ningún recato ni prudencia de ventilar en público en plena Misa todos los pecados en detalle, pero en particular los pecados sexuales; se viven momentos bochornosos de vergüenza ajena sobre todo porque hay niños presentes escuchando en detalle temas de pornografria y todo lo relacionado con prácticas sexuales (valgame Dios y toda esta aberración en medio de la celebración de la Misa).
ResponderEliminarTodo eso lo hacen siempre y cuando no esté presente un Sacerdote verdaderamente Católico y Diocesano o el Obispo presente, pero entre ellos allá y con kikocura abordo no pasa nada; cuando se va a hacer presente una persona que no es de la secta toman medidas para omitir cualquier gestión que no sea Católica o Cristiana o cualquier aberración, son muy astutos. Podéis imaginar la formación que esa secta está dando a sus seguidores??.Nunca olvidaremos el hecho histórico de un kikocura que en Sudamérica en una de las homilías de la vigilia Pascual dijo: "vean pornografia pero poquita", y por experiencia y como testigos estamos seguros con mi esposa que todas estas gravisimas irregularidades se dan a nivel general en ese grupo pseudocatolico.
ResponderEliminarNo olvidéis que el camino neocatecumenal es un carisma que está calificado para pecadores y malvados, por eso cualquier custionamiento a ese grupo sobra. Esto me lo aclaro un catequista de dicho grupo.
ResponderEliminarSupongo que quieres decir que es para pecadores y malvados muy satisfechos de haberse conocido y sin el menor propósito de enmienda, de otro modo no se entiende.
EliminarPues no es ninguna aclaración si no un cinismo y descaro totales ; ya había escuchado a por acá lo mismo de un cura formado en el CNC.... no pasa nada Dios os ama así malvados y pecadores 😳
EliminarLo único claro es que los más viejos de las comunidades más viejas y más antiguas y habiendo terminado el camino siguen trompeteando que el camino neocatecumenal es para pecadores y malvados y que Dios los quiere así.
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