Y Carmen descubrió a Jacob (II)

 

En la entrada anterior, quedó Carmen sola en Roma en pleno verano. Sola solísima pero acompañada por Ezequiel Pasotti y Javier Sotil y de tertulia con un tal Stanislaw que tenía acceso al Papa… Una soledad relativa. Y ahora lo que cuenta es que la pierna no le impidió largarse de Roma, sola o acompañada, que más bien parece que iba acompañada.

Llegamos por fin al paraíso soñado que nos había preparado Luis G. Ya allí hemos pasado un mes que ha sido para mí fantástico, porque a mí me habla la tierra, teníamos el Sinaí al lado: "Yo soy el Señor tu Dios"; la geografía, el desierto. Y el Señor me ha metido con esta inmovilidad a zambullirme en las Escrituras. Y me ha puesto en las manos cosas de la Tradición verdadera, de la Revelación, de la torá oral, que es donde bañado (sic) el Evangelio se puede entender de verdad el Evangelio.

A mí eso de la tradición verdadera, para dejar claro que hay otra falsa, me suena tan mal como lo de la torá oral. Porque a menos que Carmen pueda viajar al pasado remoto, la torá que se conoce es escrita. Pero a ella le hace ilusión pretender que tradición verdadera es la que a ella le peta, y si no coincide con la de los demás es porque la de los otros, que son Cristo, no es verdadera.

Porque el Evangelio es muy difícil, más difícil todavía que muchos escritos que hay. Y el Señor me ha iluminado cosas nuevas maravillosas de verdad.

Os recuerdo también que este mes de septiembre que acabamos de pasar es un tiempo que está lleno de revelación de Dios. Sabéis que el día 30 ha sido el Yorn Kippur, el día del Gran Perdón. Yo pensé que lo conocía, pero la responsable de la comunidad de París, que vive en el barrio hebreo, siempre me trae cosas. Ahora me ha traído a esta convivencia una serie de libros hebreos y leyendo lo que significa el Yom Kippur para el pueblo hebraico me he quedado impresionada de verdad, porque pasan el tiempo con unas oraciones fantásticas, con una proclamación de la palabra impresionante y veo verdaderamente como lo poco que nosotros conocemos y que nos habían enseñado está ya todo en el mundo hebraico.

No sé a qué se refiere con “lo poco que nosotros conocemos y que nos habían enseñado”, lo que se es que el mundo hebraico no conoce al Mesías, por lo que me quedo con eso que a Carmen le parece tan poco, que para mí contiene la mayor gracia de Dios para el ser humano.

¿Que se necesita para una verdadera conversión? Dolor de corazón. Propósito de enmienda. Confesión de los pecados. Cumplir la penitencia. Está todo aquí. Lo primero de todo abandonar el pecado; para prepararse de verdad al perdón de los pecados tienes que hacer primero actos de querer de verdad dejar el pecado, si no, no sirve para nada. Os digo esto porque estamos hoy en una celebración de Reconciliación, no solamente son los Laudes. Por eso hemos cogido una serie de textos de la Escritura especiales, porque el "matutino" (aquí que hay tantos curas devotos...) espero que lo habrán rezado por su cuenta.

¿Se referirá a maitines? Desde luego que o los curas lo rezan por su cuenta o que se despidan de rezarlo en las cosas del CNC. Jamás.

Que ya la santa madre Iglesia a estas horas ha rezado muchísimo; el pueblo menos porque no está formado, pero todos los religiosos, las religiosas y el mismo Papa se han rezado ya el Oficio de Lectura, los Laudes, están ya haciendo la Hora Media, y todo está lleno hoy de una liturgia estupenda y maravillosa. El Papa está ahora en Croacia. Cuando fue la otra vez hizo un llamamiento a la reconciliación y al perdón que fue impresionante, que volverá a hacer hoy que va a canonizar a Spelmann (este Cardenal que ha sido doblemente mártir, porque con la idea de Tito y del comunismo de matar la Iglesia le expusieron a una muerte del espíritu, no solamente física).

Estaba impresionada yo de esto que os digo del día del Perdón. Si separáis la palabra, per-don, veis que es el máximo de los dones, el más impresionante de los dones que va a dar Dios. Dicen los hebreos que con abrir el hombre una rajita pequeña, entra el Señor con carros y caballos, abre espacios y autopistas para que recibas verdaderamente la alegría inmensa del amor de Dios, el ser perdonado.

¡Anda que no hay autores cristianos que han incidido sobre eso para tener que sacar a los hebreos!

No se puede entender nada de esto si no nos trasladamos al Sinaí. En el Sinaí sabéis que el pueblo, después que ha experimentado la salida de Egipto... es interesantísimo conocer Egipto. Yo le decía Kiko que para conocer realmente toda la Revelación nuestra, hay que conocer la historia y la geografía, porque verdaderamente Egipto es una tumba (no solamente por las pirámides), es el pueblo de las tumbas. Aún hoy el Cairo -que es una ciudad con un follón terrible- está lleno de tumbas. Sabéis que Egipto es el Nilo, porque luego hay desierto a la derecha y desierto a la izquierda, y cuando viene el polvo del desierto inunda todo y es algo impresionante. Pues aún hoy la gente viene al Cairo o a Alejandría (las tres o cuatro ciudades que tienen) y como no tienen sitio donde vivir, ¿dónde viven? Como en las tumbas tiene que haber un guardián, se viene como guardián de la tumba que es como una pequeña casita; después vienen allí sus hijos, su familia, y ves que todos los cementerios enormes están habitados. En este pueblo de tumbas las construcciones que han hecho son inmensas; pensad solamente en los templos de Karnak y Luxor, que se queda uno impresionadísimo de cómo pudieron mover aquellas piedras, las columnas inmensas que hay allí. Era el Imperio más grande (más grande que los americanos hoy), que dominaba el mundo con una cultura inmensa, era enorme. Ves las columnas del Vaticano al lado de las de estos templos inmensos y parecen de juguete. Y en este inmenso Imperio cómo Dios va a elegir a los más miserables, que el pueblo de Israel era esclavo en Egipto, y va a hacer con este pueblo una historia en la que tiene mucho que ver también la geografía.

Sabéis la cantidad de cosas que les pasan, pero llega un momento que es el Sinaí. Impresiona también cómo los egipcios -como todos los pueblos- buscaban el "au-delá", el más allá, caminos hacia la eternidad. Dios ha descendido verdaderamente en Egipto a decir que ha venido el "au-delá", el más allá. Todas las religiones que religarse (sic) con la verdad, saber de dónde venimos, dónde vamos y quién somos; qué es la historia y qué es el hombre. Y qué es la muerte. Y hay una respuesta que será: "Yo soy el Señor tu Dios", la voz de Dios.

Hoy mismo la física sabéis que va hacia el Big Bang, o sea que el principio del universo es un estruendo, una voz, una palabra.

Pues no. El big bang, si acaso, puede ser una tormenta de ondas, pero para que haya estruendo, voz y palabra se necesita un medio físico que transmita el sonido. Y de eso, en el espacio interestelar, como que no.

Ya la Revelación nos ha dicho que "en el principio era el Verbo, la Palabra, y la Palabra era Dios". O sea que hay un sonido. Dios es el invisible, no está materializado, es Espíritu purísimo. Además, Israel dice que es EL LUGAR. No es el lugar, un sitio donde está Dios, sino que Él es el lugar, todo está en Él -como dirá San Pablo- en Él vivimos, somos y nos movemos. El lugar es Dios.

¡Vaya! Así que en lugar de decir que es una voz, dicen que es un lugar… Pues no es lo mismo.

Precisamente su Palabra es la que crea la armonía del universo donde todo es armónico. Por eso escuchar la palabra es importantísimo. Dice que nuestro oído es lo mismo que una galaxia, y como todo el universo se mueve en armonía través del sonido. Eso dice la física hoy. Para que veamos cómo la Palabra de Dios ha creado todo. Y que todo es como una armonía musical, que hasta la materia es armónica, todo dentro de la materia está en movimiento: los electrones, los átomos, todo se mueve. En la materia todo canta la armonía del universo, que es fantástico y maravilloso.

A lo mejor Carmen faltó a clase ese día, pero si con armónico trata de decir que el universo está en equilibro, se equivoca. Tendría que haber estudiado mejor la teoría de la entropía.

Y para llevarnos a este "Yo soy el Señor tu Dios. Amarás a Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con todas tus fuerzas", está esta experiencia inmensa del pueblo de Dios que VEÍA la voz.

Como Kiko que veía un soplo en el cogote. Lo mismito.

No es un señor o una señora que tienen una visión, es un pueblo entero. Veían además que se realizaba: que los cojos andaban, los ciegos veían, o sea Dios transformaba todo con su palabra y hacía moverse al pueblo en medio del desierto. He visto la importancia que es en el desierto... Sabéis que todo el verano hemos estado leyendo a los profetas, Jeremías durante mucho tiempo. Ezequiel nos ha cogido a nosotros en la primera convivencia [la del reparto de chicos entre los seminarios] y hemos visto con los chicos que iban a partir realizada allí, en la sala, la Merkabá. Realmente partía este carro misterioso que se mueve por todas partes y que el espíritu está en el movimiento, en las ruedas. Y sin embargo tienen forma de animales. Me impresionaba durante este tiempo que no he podido caminar bien ver las pezuñas de los animales, la fuerza que tiene un toro -no solamente en los cuernos-; la fuerza que tienen para caminar por el desierto; la importancia de las serpientes que atacan. Y me ha impresionado que, en el último desfile que he visto en la TV, han puesto las caras de las modelos en París pintadas la mitad de animales. En el fondo volvemos a Egipto donde el hombre estaba impresionado de la fuerza del león, del buey. Y el primer dios que tienen es una vaca; la fecundidad y la fuerza del animal.