Diarrea por vía bucal (I)

 

De mis tiempos en un equipo de kikotistas, tengo grabadas las escenas de la reunión previa a la convivencia de transmisión en la que nos repartíamos los rolletes que había que soltarle a la comunidad. Si había canto nuevo -parece que esos días ya pasaron- o laaaargas moniciones a algún canto, esa parte se dejaba en manos de los salmistas, el tostonazo del padrecito Mario le tocaba al seminarista, las moniciones de entrada siempre quedaban a cargo del responsable y lo restante se repartía entre los demás.

Lo gordo, el plato fuerte del primer día, era lo que pomposamente llaman kerigma, que es una muy larga y repetitiva exposición de mantras y juicios contra todos. Y para quien quiera comprobarlo, aquí hay uno.

Para que nadie diga que lo que pasa es que saco las frases de contexto y así cualquiera, a continuación se transcribe “el kerigma” en su totalidad, aunque a mí me parecen más bien deposiciones por vía oral.

 

Entonces, hoy, el anuncio del evangelio, anunciar el evangelio…

Yo siempre, pues, hago una palabra, y hay una palabra que es una de las que más me gusta que dice así: Caritas christi urget nos, que es el lema que me han dicho que es el del obispo de esta diócesis.

Caritas christi, el amor de Cristo -caritas es el amor-… de Cristo nos urge, nos apremia dentro -caritas christi urget-, nos urge, nos apremia, nos empuja dentro al pensar que si Cristo murió por todos, todos los hombres han muerto. ¡Todos! O sea todos los hombres tienen derecho a la vida inmortal, a la vida eterna, porque Cristo da la vida por ellos, por todos los hombres de la Tierra.

Por eso tenemos que llevarles la buena noticia de que alguien ha muerto por ellos para que tengan dentro vida eterna, que no tienen. Tengan dentro vida inmortal, vida de eterna que ahora no tienen. Para percibirla tienen que recibir el Espíritu Santo, y no lo tiene la gente. Ellos tienen necesidad…, para tener el Espíritu Santo, como sabéis, se necesita que tus pecados… porque dónde está la tiniebla no puede estar la luz, luz y tinieblas juntas, o luz, o tinieblas…

Para que puedan entrar el Espíritu Santo tiene que ser lavada el alma del hombre de los pecados, del mal, de la iniquidad, de la envidia, de la lujuria, de la mentira, de la avaricia de dinero… Tienen que ser quitados los pecados y puede descender el Espíritu Santo, para ello tienes que dar los pecados a Cristo.

Tus pecados crucifican a Cristo en una cruz. Lo matan, pero Él acepta que tu lujuria, que tu avaricia, que tus mentiras, que tu egoísmo, que tu forma de destruir el amor -que es la gloria que llena todo el universo-, que destruye a Dios en la familia, en todas cosas, Él acepta ser dañado por tus pecados, por mis pecados y ofrece al Padre su sufrimiento, la consecuencia de nuestros pecados, Él ofrece por nuestra salvación, porque podamos ser perdonados y podamos recibir una nueva vida, una vida que es la vida eterna, que podamos ser salvados de la muerte, que es lo que nos cerca a todos, la muerte.

Bien, hermanos, pues no creáis que porque otras veces habéis escuchado el kerigma ya lo sabéis, porque el kerigma no es una noticia, no es una cosa filosófica, no es aprender algo, es el anuncio de una realidad que está en acto en estos momentos, que está en acto ahora. Por eso anunciar el evangelio -todos tenéis que anunciar el evangelio-… Yo he publicado el kerigma en un librito y espero que lo que lo leáis y que lo aprendáis, porque todos los cristianos estamos llamados a anunciar el kerigma, el evangelio.

¿Se dará cuenta de sus incongruencias? Paso 1: No te creas que ya te lo sabes solo por haberlo escuchado antes, por haberte tragado en otras ocasiones el mismo rollo, porque no es algo filosófico que tengas que aprender. Paso 2: Ojo, que el librito escrito por el menda hay que leerlo y que aprendérselo. ¿Para qué? Para complacer su ego y su bolsillo.

Evangelio significa buena nueva, buena noticia. El evangelio no es una filosofía, no es una moral, no es ni siquiera una doctrina, es una noticia de un hecho que está en movimiento, y ahora se está realizando, ahora mismo, y cuando se hace presente -se anuncia- se realiza.

Paso 1: No es una noticia. Paso 2: Ahora sí es una noticia. ¿Y qué anuncia? Que uno muy sensible dice que es él quien te salva.

Dios ha querido salvar -dice San Pablo- el mundo a través de la necedad del kerigma, a través de la necedad -se traduce en la biblia- de la predicación, pero cuando escribe esto San Pablo escribe en griego y si vas a ver la carta en griego no pone la palabra predicación, pone la palabra en griego: kerigma, que significa buena noticia.

Kerigma significa proclamación, sea de algo bueno, malo o regular. Evangelio es lo que significa buena noticia. Pero que nadie espere que Kiko sea preciso, que evite la ambigüedad o que no se contradiga. Sería la primera vez.

Dios ha querido salvar a la humanidad, a los hombres, a través del anuncio del kerigma. Por eso no hay cosa mayor que anunciar el kerigma. Por eso yo no he podido casarme, y he tenido que dejar la pintura, ¡todo!, para anunciar el evangelio de ciudad en ciudad, de pueblo en pueblo, sin parar, 40 años, 50 años sin parar, sin parar, pero a eso mismo estás llamado tú.

Date cuenta de que todos los demás hemos sido creados libres, todos podemos optar entre el bien y el mal, la voluntad de Dios o la de otro, incluso Cristo eligió libremente obedecer, no así el pobrecito Kiko, que no ha podido casarse y ha tenido que dejar la pintura (para lo que pintaba, no se ha perdido nada, también te digo).

No hay un cristiano que no anuncie el evangelio, que no anuncie el kerigma, porque anunciando el kerigma das la salvación.

Ya está, eso de que la salvación viene de Dios es un rollo que se han montado los curas, la salvación, como saben todos los presbis, viene de Kiko y de escuchar su voz.

Si yo, ahora mismo, si hoy os anuncio el kerigma os doy la salvación, porque dice que Dios salva el mundo, salva a los hombres a través… Dios ha querido salvar a los creyentes a través del anuncio del kerigma.

O sea nos quiere salvar y nos salva este anuncio; cada vez que escuchamos crece nuestra fe y, si nos adherimos a él -lo escuchamos y lo aceptamos y obedecemos a lo que esta noticia nos dice-, inmediatamente se actúa la salvación en nosotros. Y esta noche recibís aquí la salvación.

¿La has agarrado ya? Pues no la sueltes, que ya es tuya.