miércoles, 29 de septiembre de 2021

De presbíteros y tinieblas

 

La noticia la encontré en las redes sociales de neocatecúmenos.


 

Un asunto feo feo feo, tan feo que me olvidé de él hasta hace poco, porque no quería indagar sobre el tema.

Un joven de dominicano de 16 años desaparece un viernes. Para su familia no era un secreto que ese joven, que solía oficiar de monaguillo, tenía una amistad demasiado cercana con un presbi -lo sabían porque el chico recibía muchas dádivas de este- y, por eso, al producirse su desaparición no dudaron en señalar al presbi como sospechoso.

El presbi declarado culpable de asesinato

la parroquia de Santa Cecilia en Santo Domingo, donde ejercía su ministerio

 

Por desgracia no se equivocaron. Al parecer el jovencito había empezado a salir con una chica, pero no quería dejar de recibir dinero del presbi, por lo que trató de chantajearlo. Acabó muerto de un par de martillazos en la cabeza y varias puñaladas y después su cuerpo fue envuelto en una manta y abandonado en un descampado.

El presbi, acosado por los investigadores, confesó y dos años después fue sentenciado a treinta años de cárcel. Por descontado, mucho antes de la sentencia civil fue apartado del sacerdocio.


Y eso fue todo. Ningún neocatecúmeno ha vuelto a acordarse de ellos. Hay asuntos que no quedan bien en las fotos y no dan buena imagen. De hecho, la última mención al tema que vi en las redes neokikas fue un “mierda pa’tos” firmado por el presbikiko itinerante Alfertson Cedano -al que conocen por el sur de España- que no me gustó nada, pero que es muy de su estilo: cuando no pueden negar unos hechos concretos que no les favorecen, se apresuran a declarar que le puede pasar a cualquiera y que quien no esté libre de pecado no tiene derecho a juzgar.

No es cierto. Un crimen siempre es malo, pero es más grave cuando el culpable es un sacerdote. Siempre es pecado, pero es peor cuando el pecador se las da de super catequista itinerante. Que los amigos de la víctima, todos jóvenes, acudiesen al entierro con cervezas no es un atenuante a un hecho concreto objetivamente malo. Pero tan peregrina ocurrencia -entre otras- esgrime el presbi Alfertson Cedano en su afán de esparcir el aroma a estiercol: que la culpa es de la sociedad, que el comercio carnal se da en todas partes, que también los viejos ricos europeos gustan de jóvenes caribeñas, a veces menores de edad...

Un crimen no es menos crimen con el argumento de que la sociedad está rota y que también los evangélicos y los paganos cometen asesinatos. Yo no voy a acudir a un pagano o a un evangélico para que me hable de Dios, de ética o de moral. Ni a un europeo jubilado y riquillo... Y tampoco lo haré con un presbikiko, porque son demasiado dados a disculpar verdugos y criminalizar víctimas.

Si alguien quiere comprobar lo que cuento de Alfertson Cedano, puede hacerlo aquí.

lunes, 27 de septiembre de 2021

Traditio symboli (CV)

 

Kiko: ¿Cómo te llamas? ¿Estabas ciega antes del camino?

A: Sí, no me veía a mí misma como una pecadora. Vivía en una religión tratando de amar a los demás en mis fuerzas, tratando de hacer muchas cosas, buscando la vida en el trabajo, en la amistad,  por mí misma. Le tenía miedo a Dios y trataba de agradarle, pero no podía. 

Kiko: ¿Cómo te ha abierto los ojos el Señor?

A: Con la predicación de la Buena Noticia, haciéndome ver que era una pecadora, sintiéndome juzgada por la Palabra. Esto me hizo ver el camino, ver mi pecado día a día.

En este paso recuerdo que era muy simple saber qué había que contestar para quedar bien con los lorokistas. Solo había que tener un poco de cuidado para no incidir demasiado en la vista cósmico-sideral adquirida en el camino para ver pecados propios, porque si no caías bien al lorokista, este insistía en que contases hechos concretos de esos pecados.

Kiko: ¿Te ha puesto barro en los ojos?

A: Sí, veo todos mis pecados.

Kiko: ¿Tú has visto a través de tus pecados que se ha manifestado el amor de Dios? ¿En qué pecados concretos?

A: Que soy muy egoísta, orgullosa, que no amo a nadie: lo experimento todos los días.

Es decir, que la comunidad no sirve de nada, no ayuda a amar al prójimo, que es Cristo.

Kiko: ¿Y has visto el poder de Dios manifestado en estos hechos concretos?

A: Sí, veo a un Dios más cercano.

Kiko: ¿Qué hecho Dios con tus pecados?

A: Me los ha perdonado.

Hay algo muy retorcido en la insistencia en que solo experimentan el perdón de los pecados después del camino… Antes del camino, ¿a qué irían al confesionario unos que no habían experimentado el perdón? Además de retorcido, siembra la semilla de que quien se aparta del CNC se aparta del perdón que solo se experimenta allí. Por eso hay tantos traumas entre los que dejan la comunidad.

Kiko: ¿Cómo? ¿Cómo sabes concretamente que te ha perdonado?

A: Amándome, lo veo en los hechos de mi vida concreta. Veo que no tengo confianza y que a pesar de la vida que llevo, que no amo a nadie, no amo a mi marido, y a pesar de esto, Él me mantiene aquí y quiere enseñarme a amar.

Esa es otra gran trampa: pensar que solo en la comunidad vas a aprender a amar, cuando lo que has descubierto es que la comunidad es inútil para amar al otro. Pero siempre te harán pensar que si no lo logras es culpa tuya, porque no has tripodeado y llenado bolsas con toda tu mente, todas tus fuerzas y todo tu ser. Es decir, que no te has esforzado lo suficiente, porque en el CNC todo se hace en el esfuerzo.

Kiko: Te está enseñando a amar ¿cómo?

A: Perdiendo mi vida.

Kiko: ¿Estás experimentando en una iglesia concreta que Dios, que Jesús te perdona? ¿A través de qué?

A: A través de un camino. Dios me pone unos hechos, me da una Palabra, hermanos, un marido, hijos, una realidad que me crucifica, catequistas que me llaman a la conversión.

Kiko: ¿Y qué más? Aparte de los catequistas que te llaman a conversión, que te hacen ver tus pecados, ¿cómo se quitan tus pecados?

Así es la visión estrato fóbica kikótica: solo ve pecados, jamás ve bondades ni virtudes.

A: Con la Penitencia.

Kiko: Jesucristo no solo se acerca a ti por medio de los catequistas, te pone en una iglesia concreta como es la comunidad para que puedas ver el barro así, real, sino que además te llama a la conversión, te envía un Palabra y luego presenta a Jesucristo a través de los Sacramentos: concretamente el sacramento de la penitencia que sella la conversión y te perdona los pecados; escucha tus pecados, escucha tu inmundicia y luego hace un juicio por estos pecados que es el perdón. Te perdona los pecados. No solo te los perdona en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, sino que te da el Espíritu Santo por medio de un signo que es la imposición de las manos y tú has experimentado verdaderamente que tus pecados te son perdonados.

A: Sí, porque tengo paz.

Kiko: ¿Y no crees que pueda ser un efecto psicológico? Además de la paz, ¿qué otro signo ves tú en el que te das cuenta de que tus pecados han sido perdonados? Porque tienes el Espíritu de Jesús, ¿no?

A: Sí. Este Espíritu me lleva a tratar de amar a los que son injustos conmigo. 

Kiko: ¿Has visto que este Espíritu es operante, que te hace amar a tu marido, perdonarlo?

A: No es que no lo perdones, es que lo amo mal.

Antes dijo que no amaba ni siquiera a su esposo. Ahora Kiko fuerza la tuerca, porque antes era estupendo descubrir que no amas, ahora te va a exigir que ames en tus fuerzas, y si no lo haces… atente a las consecuencias.

Kiko: Si no lo perdonas, tendrás que irte de aquí, porque no puedes resistirte siempre al Espíritu Santo.

La Iglesia, que es Madre, no rechaza a nadie. El CNC se excluye de la Iglesia cuando dispone quien puede seguir y quien, no.

A: No, sí... yo también lo veo, pero...

Kiko: Hablo por ti y por todos: si hoy escucháis su voz, no endurezcáis el corazón. Se nos da el Espíritu Santo para que perdamos nuestra vida. El orgullo nos dice: "¿Perder la vida por esto?". Pero Dios ama a ese disoluto: de modo que debemos aprender a ser cristianos, hay un combate, una lucha contra el pecado. Y se nos da el Espíritu de Jesús. La Iglesia tiene paciencia con vosotros; es un tiempo para gestar en ti, en vosotros, este Espíritu. ¿Estás dispuesta a ir a predicar? ¿Ves en tu vida que Dios te ama, ves que te ha dado tantas cosas? No solo te ha dado un marido, unos hijos, etc., te ha dado mucho más: te ha dado su Espíritu.

Sabemos que tenemos el Espíritu porque hemos pasado de la muerte a la vida, porque amamos a los hermanos: esta es la única garantía que tenemos, lo único que nos garantiza que el Espíritu Santo está dentro de nosotros. Tú te confesaste en la convivencia, experimentaste el perdón y recibiste el Espíritu Santo: ¿aún lo conservas o lo has perdido?

Una intromisión en el fuero interno de parte de alguien que no conserva el Espíritu y va de guía.

A: Sí, pero creo que se va de inmediato porque yo protesto durante todo el día. 

Pues igualito que Carmen la de categoría superior.

Kiko: Hay que aprender a no perderlo: cuando estáis en la convivencia los demonios se quedan a la puerta porque tienen miedo de los catequistas y no entran.

Al revés, no entran porque saben que los kikotistas trabajan para ellos y, por tanto, pueden tomarse un rato libre.

Pero cuando salís os están esperando, y además tienen permiso porque hay que poner a prueba la fe, lo hemos dicho mil veces: cada uno tiene su demonio concreto que lo catequiza. Porque no se trata solo de los pecados de su marido, sino de cómo los vives tú. El mundo te dice: "No te das cuenta de que estás viviendo una injusticia. que las cosas no son así, que no te quieren, que siempre estás encerrada en ti misma, que eres extranjera, siempre estás sola, en un país extranjero...". Esta es la catequesis que te da el demonio, la que Dios le permite para ver si te apoyas en Él. Pero el demonio no puede entrar dentro de ti, debe quedarse fuera a susurrarte esto, mientras su casa esté llena del Espíritu Santo, él no puede entrar. Ahora bien, si por casualidad tú lo escuchas... te hemos dicho mil veces que el camino neocatecumenal es una prueba de libertad: cada vez somos más libres para poder amar o para pecar. ¿Cuánto te cuesta aceptar tu vida? Dímelo.

Aquí hay otro engaño usual del CNC. La libertad no se adquiere en dosis ni en función de la madurez de la fe. El ser humano es libre, pero la mente kikotizada está condicionada para no saber ejercer su libertad, sino que primero acude al lorokista a por instrucciones. De modo que cada vez están más atados y son más esclavos.

A: ¿Ahora? Hay muchas cosas... perder la vida, ser catequista. Veo que allí me llama el Señor, que me ama, que me ayuda a perder la vida. También veo que mi propia vida me ata, mis cosas, y protesto todo el día porque me resisto a salir de mi casa, me gustaría cuidarla más, etc.

La prueba de que algo viene de Dios es que produce paz y alegría. Si, por el contrario, estresa y provoca disgustos y agobios es que no viene de Dios.

A partir de este punto, el projeta se lía la manta a la cabeza y hace una escabechina que dejo para otra entrada.