Kiko: ¿Cómo te
llamas? ¿Estabas ciega antes del camino?
A: Sí, no me
veía a mí misma como una pecadora. Vivía en una religión tratando de amar a los
demás en mis fuerzas, tratando de hacer muchas cosas, buscando la vida en el
trabajo, en la amistad, por mí misma. Le tenía miedo a Dios y trataba de agradarle,
pero no podía.
Kiko: ¿Cómo te
ha abierto los ojos el Señor?
A: Con la
predicación de la Buena Noticia, haciéndome ver que era una pecadora,
sintiéndome juzgada por la Palabra. Esto me hizo ver el camino, ver mi pecado
día a día.
En
este paso recuerdo que era muy simple saber qué había que contestar para quedar
bien con los lorokistas. Solo había que tener un poco de cuidado para no
incidir demasiado en la vista cósmico-sideral adquirida en el camino para ver
pecados propios, porque si no caías bien al lorokista, este insistía en que
contases hechos concretos de esos pecados.
Kiko: ¿Te ha puesto
barro en los ojos?
A: Sí, veo
todos mis pecados.
Kiko: ¿Tú has
visto a través de tus pecados que se ha manifestado el amor de Dios? ¿En qué
pecados concretos?
A: Que soy muy
egoísta, orgullosa, que no amo a nadie: lo experimento todos los días.
Es
decir, que la comunidad no sirve de nada, no ayuda a amar al prójimo, que es
Cristo.
Kiko: ¿Y has
visto el poder de Dios manifestado en estos hechos concretos?
A: Sí, veo a un
Dios más cercano.
Kiko: ¿Qué hecho
Dios con tus pecados?
A: Me los ha perdonado.
Hay
algo muy retorcido en la insistencia en que solo experimentan el perdón de los
pecados después del camino… Antes del camino, ¿a qué irían al confesionario
unos que no habían experimentado el perdón? Además de retorcido, siembra la
semilla de que quien se aparta del CNC se aparta del perdón que solo se
experimenta allí. Por eso hay tantos traumas entre los que dejan la comunidad.
Kiko: ¿Cómo? ¿Cómo
sabes concretamente que te ha perdonado?
A: Amándome, lo
veo en los hechos de mi vida concreta. Veo que no tengo confianza y que a pesar de la vida
que llevo, que no amo a nadie, no amo a mi marido, y a pesar de esto, Él me
mantiene aquí y quiere enseñarme a amar.
Esa
es otra gran trampa: pensar que solo en la comunidad vas a aprender a amar,
cuando lo que has descubierto es que la comunidad es inútil para amar al otro.
Pero siempre te harán pensar que si no lo logras es culpa tuya, porque no has
tripodeado y llenado bolsas con toda tu mente, todas tus fuerzas y todo tu ser.
Es decir, que no te has esforzado lo suficiente, porque en el CNC todo se hace
en el esfuerzo.
Kiko: Te está
enseñando a amar ¿cómo?
A: Perdiendo mi
vida.
Kiko: ¿Estás
experimentando en una iglesia concreta que Dios, que Jesús te perdona? ¿A
través de qué?
A: A través de
un camino. Dios me pone unos hechos, me da una Palabra, hermanos, un marido,
hijos, una realidad que me crucifica, catequistas que me llaman a la
conversión.
Kiko: ¿Y qué
más? Aparte de los catequistas que te llaman a conversión, que te hacen ver tus
pecados, ¿cómo se quitan tus pecados?
Así
es la visión estrato fóbica kikótica: solo ve pecados, jamás ve bondades ni
virtudes.
A: Con la Penitencia.
Kiko:
Jesucristo no solo se acerca a ti por medio de los catequistas, te pone en una
iglesia concreta como es la comunidad para que puedas ver el barro así, real, sino
que además te llama a la conversión, te envía un Palabra y luego presenta a
Jesucristo a través de los Sacramentos: concretamente el sacramento de la
penitencia que sella la conversión y te perdona los pecados; escucha tus
pecados, escucha tu inmundicia y luego hace un juicio por estos pecados que es
el perdón. Te perdona los pecados. No solo te los perdona en el nombre del
Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, sino que te da el Espíritu Santo por
medio de un signo que es la imposición de las manos y tú has experimentado verdaderamente
que tus pecados te son perdonados.
A: Sí, porque
tengo paz.
Kiko: ¿Y no
crees que pueda ser un efecto psicológico? Además de la paz, ¿qué otro signo
ves tú en el que te das cuenta de que tus pecados han sido perdonados? Porque
tienes el Espíritu de Jesús, ¿no?
A: Sí. Este
Espíritu me lleva a tratar de amar a los que son injustos conmigo.
Kiko: ¿Has
visto que este Espíritu es operante, que te hace amar a tu marido, perdonarlo?
A: No es que no
lo perdones, es que lo amo mal.
Antes
dijo que no amaba ni siquiera a su esposo. Ahora Kiko fuerza la tuerca, porque
antes era estupendo descubrir que no amas, ahora te va a exigir que ames en tus
fuerzas, y si no lo haces… atente a las consecuencias.
Kiko: Si no lo
perdonas, tendrás que irte de aquí, porque no puedes resistirte siempre al
Espíritu Santo.
La
Iglesia, que es Madre, no rechaza a nadie. El CNC se excluye de la Iglesia
cuando dispone quien puede seguir y quien, no.
A: No, sí... yo
también lo veo, pero...
Kiko: Hablo por
ti y por todos: si hoy escucháis su voz, no endurezcáis el corazón. Se nos da
el Espíritu Santo para que perdamos nuestra vida. El orgullo nos dice:
"¿Perder la vida por esto?". Pero Dios ama a ese disoluto: de modo
que debemos aprender a ser cristianos, hay un combate, una lucha contra el
pecado. Y se nos da el Espíritu de Jesús. La Iglesia tiene paciencia con vosotros;
es un tiempo para gestar en ti, en vosotros, este Espíritu. ¿Estás dispuesta a
ir a predicar? ¿Ves en tu vida que Dios te ama, ves que te ha dado tantas
cosas? No solo te ha dado un marido, unos hijos, etc., te ha dado mucho más: te
ha dado su Espíritu.
Sabemos que
tenemos el Espíritu porque hemos pasado de la muerte a la vida, porque amamos a
los hermanos: esta es la única garantía que tenemos, lo único que nos garantiza
que el Espíritu Santo está dentro de nosotros. Tú te confesaste en la
convivencia, experimentaste el perdón y recibiste el Espíritu Santo: ¿aún lo
conservas o lo has perdido?
Una
intromisión en el fuero interno de parte de alguien que no conserva el Espíritu
y va de guía.
A: Sí, pero
creo que se va de inmediato porque yo protesto durante todo el día.
Pues
igualito que Carmen la de categoría superior.
Kiko: Hay que
aprender a no perderlo: cuando estáis en la convivencia los demonios se quedan a
la puerta porque tienen miedo de los catequistas y no entran.
Al
revés, no entran porque saben que los kikotistas trabajan para ellos y, por
tanto, pueden tomarse un rato libre.
Pero cuando salís
os están esperando, y además tienen permiso porque hay que poner a prueba la
fe, lo hemos dicho mil veces: cada uno tiene su demonio concreto que lo
catequiza. Porque no se trata solo de los pecados de su marido, sino de cómo
los vives tú. El mundo te dice: "No te das cuenta de que estás viviendo
una injusticia. que las cosas no son así, que no te quieren, que siempre estás
encerrada en ti misma, que eres extranjera, siempre estás sola, en un país
extranjero...". Esta es la catequesis que te da el demonio, la que Dios le
permite para ver si te apoyas en Él. Pero el demonio no puede entrar dentro de
ti, debe quedarse fuera a susurrarte esto, mientras su casa esté llena del
Espíritu Santo, él no puede entrar. Ahora bien, si por casualidad tú lo
escuchas... te hemos dicho mil veces que el camino neocatecumenal es una prueba
de libertad: cada vez somos más libres para poder amar o para pecar. ¿Cuánto te
cuesta aceptar tu vida? Dímelo.
Aquí
hay otro engaño usual del CNC. La libertad no se adquiere en dosis ni en
función de la madurez de la fe. El ser humano es libre, pero la mente kikotizada
está condicionada para no saber ejercer su libertad, sino que primero acude al
lorokista a por instrucciones. De modo que cada vez están más atados y son más
esclavos.
A: ¿Ahora? Hay
muchas cosas... perder la vida, ser catequista. Veo que allí me llama el Señor,
que me ama, que me ayuda a perder la vida. También veo que mi propia vida me
ata, mis cosas, y protesto todo el día porque me resisto a salir de mi casa, me
gustaría cuidarla más, etc.
La
prueba de que algo viene de Dios es que produce paz y alegría. Si, por el
contrario, estresa y provoca disgustos y agobios es que no viene de Dios.
A
partir de este punto, el projeta se lía la manta a la cabeza y hace una
escabechina que dejo para otra entrada.