¿Por qué la víctima entra en un sistema abusivo y se queda?
La comprensión del mecanismo de integración en el grupo abusivo es importante para identificar el abuso y superarlo. El esquema que sigue permite comprender mejor cómo la víctima de un abuso entra en un sistema disfuncional o en relación con un manipulador o ambos.
Esta etapa se parece a una trampa, como un cebo. El cebo es la necesidad que la persona siente, por ejemplo, una necesidad de protección frente al sufrimiento; en el grupo se le propone una solución que en un primer tiempo parece responder a esa necesidad. En un segundo momento, esta solución es el problema que impide salir de la trampa. Lo que busca el captado está asegurado por una doctrina tajante, atosigante (mentalidad sin matices, en blanco y negro, división del mundo entero en buenos y malos). Al principio, la persona se siente segura, está con los buenos, pero cuando quiera evolucionar, crecer y salir de ese medio, la propia doctrina se lo impedirá.
La víctima no es culpable de tener necesidades o heridas. El culpable en este proceso es el grupo disfuncional que valiéndose de esta debilidad aprisiona a la persona en la trampa.
Esto explica la entrada de la persona en el sistema. Pero ¿por qué la víctima se queda?
1. Un cebo que asegura resolver el problema
La persona abraza el sistema que le parece va a solucionar su problema. No ve el sistema como tal, no ve nada negativo, ningún clima abusivo: no ve más que la respuesta a su dificultad. Lo acepta todo, en nombre de la eficacia de la solución que se le propone.
2. Actos abusivos
La persona es víctima rápidamente de actos abusivos, se le impone obediencia ciega, una enseñanza estricta acompañada de fuerte culpabilización. Los valores y las características ya mencionadas antes se manifiestan implacables. A menudo hay una transferencia de responsabilidad del manipulador sobre la víctima. Por su discurso y actos, se arregla para hacer creer que actúa así a causa del comportamiento de la víctima. Se le dice que no es lo suficientemente entregada o sumisa.
3. El conflicto interior de la víctima
Se siente entre dos frentes, por un lado su necesidad de ser fiel a sí misma y por otro, su deseo de agradar a Dios. Ahora bien el grupo le inculca que agradar a Dios pasa por la obediencia a los responsables y una adhesión inquebrantable a las reglas y valores del grupo. Además, es frecuente que la doctrina del grupo desvalorice la necesidad fundamental de ser uno mismo diciendo que es un pecado de egoísmo. La tensión entre el afán de ser uno mismo y el clima abusivo crea un conflicto personal. En esta etapa la persona abusada es susceptible de convertirse ella misma en abusadora, por el simple hecho de que reproduce el sistema en el que está.
4. Resurgimiento asegurador
La persona comenta su conflicto interior y en seguida los responsables son informados. Es el tiempo de la pseudo-escucha y de las pseudo-explicaciones para justificar las situaciones anómalas que la persona denuncia. Por ejemplo: “Tú aún no está preparado para entenderlo, ya lo verás”. La víctima acepta ese discurso almibarado y esas promesas hipócritas. Acepta de nuevo el funcionamiento del sistema, animada por la esperanza de que los responsables han escuchado sus quejas y que las cosas cambiarán. Además las creencias construidas y consolidadas desde que está en el sistema la incitan a quedarse.
5. Círculo cerrado
El grupo, que por supuesto no ha cambiado ni una coma, refuerza la transferencia de responsabilidad: si el grupo tiene un problema, no es por fallo del sistema, sino de la persona que se ha quejado. De nuevo, de manera todavía más inculpadora se le dice: “Todo esto es por tu culpa, no estás suficientemente entregado”. La víctima siente una profunda vergüenza y miedo al rechazo. Se queda en el grupo.
Este círculo con sus cinco fases se repite varias veces, y cada vez los efectos de las distintas etapas se acentúan. Es posible ayudar a la persona cuando está en el punto 3, en el momento de su conflicto interior. En ese punto se le puede proponer una salida eventual. Es el único momento en que la salida es posible. Además la salida de un grupo abusivo raramente se hace la primera vez. A menudo es necesario que la persona haya vivido el ciclo varias veces para ser capaz de dejar el grupo.
Volviendo sobre los factores que desaniman a la víctima a abandonar un grupo abusivo y por los que continúa dejándose abusar:
-La víctima tiene miedo de las consecuencias si decide marcharse.
Teme que irse constituya una desobediencia a Dios. El miedo se refuerza por la enseñanza inculcada en el grupo, “aquí está la verdad”. Tiene miedo también de perder sus relaciones amistosas en el seno del grupo pues ha visto cómo se trata a los que se van y con quienes se rompió todo contacto. Por otra parte, no sabe crear relaciones nuevas, ha roto más o menos los contactos exteriores con el grupo y teme encontrarse sola.
-Teme el conflicto, percibido en los grupos disfuncionales como un engaño del demonio.
-Cree que tiene los medios para hacer razonar a los responsables, corregir los errores y que las cosas vayan mejor. Cree que la reforma es posible.
-No es halagador reconocer que han abusado de la confianza de uno.
El sentimiento de vergüenza, de humillación, paraliza a la víctima. Se pregunta si no es ella la causa del problema… sobre todo si la responsabilidad del problema le es imputada una y otra vez.
-La víctima no reconoce los mecanismos del sistema abusivo y no comprende dónde está.
Los responsables de la comunidad abusiva utilizan a menudo cinco lemas para impedir a la gente la salida, aniquilar la crítica y culpabilizar a las víctimas. Son mensajes que se apoyan sobre extractos bíblicos falsamente interpretados. Los utilizan fuera de contexto y los atribuyen sin escrúpulo al contexto de la situación de las víctimas. Constituyen un contrasentido evidente:
-“El Señor te ha traído aquí”, se utiliza como prohibición de contradecir o de dudar de los responsables, o incluso de preguntar.
-“No abandonéis la asamblea” o el falaz “es pecado grave faltar a la comunidad” se usa para criticar a los que se van, para movilizar más la asistencia a las reuniones, para impedir hablar con otros cristianos o para desanimar la participación en otro grupo.
-“No juzguéis y no seréis juzgados… ¿Quién eres tú que juzgas?” cortocircuita todo espíritu crítico o simple cuestionamiento o denuncia de actos reprensibles.
-“No os resistáis al mal”: todos los pasajes bíblicos sobre el perdón son releídos en la óptica de perdonar a los responsables abusivos sin que se arrepientan ni cambien de actitud.
-“Sed sumisos” o el más pagano “quien obedece no se equivoca”: los responsables tienen razón a la fuerza, la sumisión es la única actitud que Dios desea para los fieles, sobre todo para las mujeres.
Este uso abusivo de la Biblia mantiene a las víctimas en la trampa, en el seno del grupo.
Lo expuesto y descrito es absolutamente fiel a lo que ocurre en el tal cnc.
ResponderEliminarEstas situaciones que crea el ente, la cosa denominada cnc.,de opresión y servidumbre moral, espiritual y sicologica, y que está tan bién concebido, sincronizado y tan inmoralmente ejecutado ; no puede ser posible concebir la idea de que, este esperpento de comunidades así vivencias, tenga su origen únicamente en seres humanos abusivos o tarados mentales.,no.
Es necesario el concurso además de una inteligencia muy superior en su concepción para contener. tantisima corrupción moral, siquica y eespiritual.El rostro del enemigo emerge diáfano, espantoso en su realidad. Es Satanás la primera inspiración y luego los iniciadores del cnc sus secundadores.
El cnc es perverso y pervertidor.
Estoy totalmente de acuerdo.
ResponderEliminar"Cada diócesis tiene sus costumbres, sus formas, sus prácticas y sus tiempos… aquí por muchos años, no se autorizó recibir la comunión en la mano. Y hoy sí», dijo el obispo argentino Gabriel Barba de 57 años.
ResponderEliminar«Entiendo que ha muchos les cueste y por eso, respeto la libertad de que cada uno decida cómo recibirla», aseguró Barba. Sin embargo, el obispo quiso esclarecer el asunto: «Pero debo hacer una aclaración MUY IMPORTANTE: La Iglesia en sus costumbres y tradiciones…, JAMÁS va a proponer como práctica universal un sacrilegio. Lo expreso así de claro, porque sé que más de uno así lo piensa. Y quiero que tenga la serenidad de que no lo es. No es un sacrilegio recibir la comunión en la mano».
Pues me ha resultado más simpático el discurso de Francesco sobre: " Los curas Superman es acaban mal "
EliminarQuien tenga oídos...
«la libertad de que cada uno decida cómo recibirla»... En el cnc no existe tal libertd, a nadie se deja decidir cómo recibirla.
EliminarEn la vida comunitaria, “siempre existe la tentación de crear pequeños grupos cerrados, de aislarse, de criticar y hablar mal de los demás, de creerse superiores, más inteligentes”, advirtió Francisco. “El chismorreo es una costumbre de los grupos cerrados, también una costumbre de los curas que se vuelven solterones: van, hablan, chismorrean: esto no ayuda. Y esto nos amenaza a todos y no es bueno”,
ResponderEliminarY en la vida kikomunitaria, ni te cuento...
EliminarLa genuina vida kikomunitaria no se da hasta que no vuelan las sillas, lo dicen los lorokistas.
EliminarY una vez que empiezan a volar sillas ya no dejan de volar ni que pasen cincuenta años, porque les mola ser los últimos y pedores de todos.
EliminarEs la post modernidad en versión neoclásico Hades, la manifestación de un tipo de fe que mueve sillas en lugar de montañas... Al final tendremos que dar gracias a Dios, porque, imagínense que pudieran lanzarse montes entre ellos..
EliminarAl margen de tales prodigios, más otros de análogas bajezas, y de discursitos de vendedores de humo y poco más, y a fuer de ser sincero, queda no obstante, a pesar de los denodados esfuerzos por suprimir la fe de los que aún se saben observados por Dios y el cielo, a pesar de tanta trinchera ideológica, y tanto posicionamiento estéril, quedan gentes con fe. De esa tan grandemente sencilla que si van a Misa hasta parece que no están allí. Y en cierto modo es tal cual.
El modo "auto destrucción" Ha de ser sumamente gratificante para algunos, de otra manera no se podría comprender esa manía de echar a tantas almas de la Iglesia.
-sepul-
"La genuina vida kikomunitaria no se da hasta que no vuelan las sillas, lo dicen los lorokistas"
ResponderEliminarSi, así es, es una de las doctrinas y formaciones retorcidas del camino neocatecumenal, pero contradice rotundamente a lo revelado por Dios a través de Jesucristo, sus Evangelios y las cartas de San Pablo de como debe ser la vida en Comunidad.
Qué otra prueba se necesita para reconfirman que el camino neocatecumenal es una secta con ideologías, enseñanzas y doctrinas anticristianas??
Algo terrible es ver como los catequistas no soportan que una comunidad esté viviendo como manda el Señor!!
ResponderEliminarLo primero que dicen es que la comunidad va mal y hay que cerrarla!
Por poner un ejemplo leemos la voluntad de Dios para una comunidad en 1 de Corintios, pero la secta camino neocatecumenal enseña otra cosa, una comunidad estupenda es aquella donde hay divisiones, envidias, peleas, rivalidades etc, comunidad que viva en armonía huele feo y hay que cerrarla..... dicen....tienes que meterte con tu hermano, ponlo a prueba, tienes que ser su Judas y cosas peores indican, todo esto no puede ser más que demoníaco.
1 Corintios 1:10
"Les suplico, hermanos, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que todos vivan en armonía y que no haya divisiones entre ustedes, sino que se mantengan unidos en un mismo pensar y en un mismo propósito"
Cuando una comunidad empieza a vivir lo anterior los catequistas se entristecen y saltan en ira condenando y juzgando a los hermanos de beatorros religiosos buenazos y rezanderos.