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Foto recortada para ocultar al chaval arrodillado ante su ídolo que pide su bendición |
Otra tanda de dichos kikiles.
Diatribas de Kiko contra el cristianismo real y contra la Iglesia
«O presentamos un nuevo cristianismo o somos cristianos de la cristiandad de antes, esa cristiandad que odian los comunistas. No, no somos eso, somos otra cosa distinta» (Kiko, tostón en Pascua 2014).
«Muchos curas ¿qué hacen todo el día? ¡Si les toca una misa a la semana! ¿Qué hacen todo el día si no hay gente en las parroquias? ¿A qué se dedican?» (Kiko, tostón en Pascua 2014).
«¿Que las parroquias hacen crematorios, que se quema todo el mundo y hacen las exequias con las cenizas? Pues muy bien, que hagan lo que quieran ellos, nosotros no; los que se quieran quemar que se vayan del camino» (Kiko, inicio curso 2006-07).
Diatribas contra quien afea el irrespeto usual de los neocatecumenales
«Nos atacan los paganos diciendo que llegamos tarde; un inglés pagano no puede soportar la falta de puntualidad; eso sí, puedes fornicar, adulterar, abortar, ¡pero no se te ocurra llegar tarde porque te desprecian totalmente! Como en algunos sitios fumar, no se te ocurra fumar porque te matan, y ya no puedes ni fumar en el parque porque hay niños; ni en las playas, no se te ocurra. Así está el mundo. O sea, que el Señor quisiera con nosotros inaugurar una nueva cultura, una nueva sociedad» (Kiko, inicio curso 2011-12).
Falacia de la ausencia de bienes materiales en el CNC
«El P. Rino quiere que os de la noticia de que tenemos un terreno, de nuestra propiedad, en el Monte de los Olivos para hacer la Domus Jerusalén. Ha sido gracias a un donativo de parte de un hermano, pues el Camino no tiene dinero para comprar nada. Ha sido un donativo» (Kiko, inicio curso 2018-19).
Imposiciones, órdenes y bravatas de Kiko
«Los cristianos leen las Escrituras todos los días. Y si no lees las Escrituras, eres desobediente. Y si empleas esos horrores de tabletas, de ordenadores... ¡Mira cuantas parejas destruidas!
Mientras el marido trabaja, la mujer está chateando con un señor y un día le dice a su marido: "te dejo" y lo deja allí. ¿Cómo podemos defendernos, cómo podemos defender a nuestros hijos de todas estas maniobras del diablo que están destruyendo la sociedad?
Los jóvenes del Camino chatean entre ellos, forman un pequeño grupo, luego se juntan y cuando te das cuenta ya acaban fornicando, ¡incluso los del Camino! Porque empezaron a chatear. Esto está prohibido, lo dijimos claro, como YouTube y todas esas cosas, todo está prohibido: cierra todos estos horrores de computadoras y envíalos al infierno, si quieres salvarte del mundo, del diablo, porque son ventanas por las que el mundo entra en tu interior y oscurece tu alma y genera en ti un vicio» (Kiko, inicio curso 2015-16).
«Los jóvenes no podéis entrar en las "redes sociales", en Facebook, Twitter, Tuenti, etc.: retiraos todos de eso; el que quiera obedecer que obedezca, y si no, que se vaya". Comprendo que la mitad de vosotros estáis todos enviciados, ya no podéis vivir si no os sentáis frente al ordenador. Cuando estuvimos en China, en Taiwán, les dije a los curas: mirad, aquí está el ordenador y aquí está la Biblia. Elegid. El que elija el ordenador puede dejar el Camino y se puede marchar» (Kiko, tostón en Adviento 2010).
«Atención porque en algunos casos está pasando que con esta manía de que hay que hacer la Misa de fin de año [en el cristianismo no hay tal manía de tal misa “de fin de año”. Para entrar en el nuevo año, se celebra una misa en honor de María, nuestro auxilio. Pero el kikismo todo lo tergiversa con manías impropias] hacen la Misa cinco comunidades juntas, a las 20:00 h, en la parroquia, y después se van los jóvenes por ahí a bailar: eso está prohibido en el Camino. Nuestros jóvenes no se van el fin de año a bailar a ninguna parte. Hemos dicho que se pasa de un año a otro en una celebración en las casas; si no tenemos curas suficientes para que todos podamos celebrar la misa esa noche, podemos tener una celebración de la Palabra. Se reúne la comunidad, prepara un equipo una palabra sobre el año nuevo, hacéis una celebración a la que invitáis a los hijos, preparáis después una cena con los jóvenes y pasáis de un año al otro en la celebración» (Kiko, tostón en Adviento 2010).
Chismes y maledicencia contra el otro, en particular contra la mujer
«Cuando el Reino de Dios ha llegado a nosotros, estamos en su Reino. ¡Los que estén! porque a lo mejor hay una responsable como ésta o como aquél y están en el infierno ¿verdad? … Tú no has recibido el Espíritu Santo, hermana, no has recibido nada; te pasas la vida juzgando, estás amargada, no soportas a tu marido, no soportas a los hijos… ¿En dónde vives? ¡No estás en el Reino! Estás en el mundo donde están las espinas y los abrojos. Tú no has encontrado a Jesucristo, no te ha curado de nada, no te ha salvado de nada, no vives en acción de gracias constante, dando gracias al Señor» (Kiko, tostón en Adviento 2006).
«Aquel cura y aquel otro, que no queréis a nadie, ponte delante del Señor y dile: –Señor, si yo no quiero a nadie, ¡no quiero a nadie en el fondo! Me quiero a mí mismo y basta. ¿Dónde está mi Bautismo, Señor? ¿Por qué no tengo celo? ¿Por qué soy un burgués, por qué me paso la vida viendo Internet y pornografía, por qué me paso la vida viendo la televisión? ¿Porque no quiero que me moleste nadie?» (Kiko, tostón en Cuaresma 2007).
«¿Cuándo ese hermano estará dispuesto a dejarse crucificar por su mujer? ¿Cuándo su mujer será capaz de no ser soberbia y dejarse ser injustamente tratada? ¿Cuándo? No sabemos, estamos esperando. ¿Cuándo aceptarás la injusticia de tu marido? Estamos esperando, llevamos cuarenta años y todavía nada. ¿Y tú? ¿Y el otro? ¿Cuándo? No sé cuánto esperaremos todavía. ¿Cuándo se alegrará ese cura de ser crucificado un poquito, de ser humillado como Jesucristo? Porque no le humilles, que te pega un pisotón o sale corriendo o te corta la mano» (Kiko, tostón en Pascua 2008).
«¿Que la mujer no quiere humillarse ante su marido? ¡Pues que se vaya al infierno! … Este matrimonio que entra en el coche y de pronto le dice la mujer al marido: «Si sigues así, yo me separo». Y le pega un flechazo a la soberbia del marido. El marido se calla y a los cinco minutos dice: «Mañana mismo vamos a pedir el divorcio». Y se acabó, se acabó, entraron en el coche cuando estaban tan bien y salen del coche ya divorciados, y no importa ni los hijos, ni nadie. La soberbia, el orgullo. ¿Le has tirado una flechita a tu marido? Pues mira lo que ha hecho tu marido. Y por la mañana se van al juez y se divorcian. Pues, muy bien. La soberbia, el orgullo. Decía aquel cura a una chica aquí, que no está el marido, no sé, le decía: «Humíllate». «¡Que no puedo!». Pues deja el Camino, lárgate por ahí y vete al infierno. ¿Qué no puedes? ¿No puedes humillarte? ¿No puedes pedir perdón? Pues tenías que arrodillarte y besarle los pies a tu marido. «¡No me da la gana!». ¿Ah sí? No sé qué Camino habéis hecho y qué hemos hecho nosotros con vosotros, ¡si no os hemos enseñado a humillaros!» (Inicio curso 2017-18).
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