viernes, 12 de septiembre de 2025

La soltería en el Camino

 

Aquí unos solterones

Ser hombre soltero en el Camino Neocatecumenal es una manera “peligrosa” de vivir, pues los kikotistas y muchos responsables “patas negras” te quieren reclutar para que entres al seminario o te coaccionan para que busques “esposa” entre las neocatecúmenas. La soltería está mal vista, pues en la Iglesia no existe el carisma de “solterón”, según los kikotistas.

Pero Francisco Argüello el “privilegiado” ¿no está soltero?, preguntaba una vez un hermano de comunidad, también soltero, al responsable “patas negras”. ¿Por qué él si puede? El responsable, con hijo “kikocura”, dijo que básicamente Argüello era un privilegiado (exento de las obligaciones de los demás). También entrar al seminario (según este responsable) es una medida de protección para evitar “meter la pata” y provocar un embarazo no deseado. “Deberás casarte”, sentenció otro hermano de comunidad en esas reuniones perversas llamadas “convivencias”, donde es preceptivo “aceptar una palabra de la comunidad”, por lo general bastante errada, porque así controlan tu vida.

En resumen, el hombre soltero es una contradicción dentro del Kikismo. Su líder es un solterón que vive a expensas de sus súbditos. A nadie más se le permite, aunque he escuchado de itinerantes varones que han sido aceptados al celibato laico.

Con las mujeres funciona diferente, las solteronas son permitidas y hasta las animan a “casarse con el Señor”, el Esposo perfecto. Tuve una catequista soltera o célibe, bastante entradita en años ya, una señora tipo Asunción. Era la que más sabía del equipo de katekistas, en mi opinión, pues leía mucho sobre vida de santos y era bastante preparada académicamente.

Curiosamente, al menos lo que yo pude constatar, no insisten mucho con meter a las solteras a monjas. El kikotista mencionaba algo, pero no era la misma fuerza ni frecuencia que con los hombres para encaminarlos a un seminario. Debe ser que una monja neocatecúmena no les resulta tan beneficiosa como un cura kikista. Una monja de clausura ¿cómo se va a reunir en comunidad? A veces creo que en el kikismo las cosas se inventan y se dicen sobre la marcha.

A las solteras las invitan a buscar marido de modo poco sutil, “ponte en el mercado” le decía el kikotista de forma divertida a una hermana de comunidad.

¿A mí? El responsable inepto me insistía cada vez que me veía con el bendito seminario Redemptoris Mater. “Pero no seas egoísta”, “Mira que el Señor te llama”, “Oraremos por tu vocación”, “Mi hijo también pasó por la duda pero se decidió y hoy sirve al Señor” y la lista de frases manipuladoras sigue y sigue. Trataba de ignorarlo, pero era plasta el tipo. El kikotista me lo dijo en un segundo escrutinio, pero no me insistía tanto sobre el tema, al decirle que yo pensaba que eso no era para mí.

Finalmente por mi trabajo me trasladaron de región y no volví al Kikoismo. Las manipulaciones psicológicas son fuertes en ese grupo. Luego me enteré de un hijo de un kikotista, bastante inmaduro, que entró en un seminario en Brasil, pero se fue a ver un juego de fútbol y no regresó a la hora pactada al seminario y lo devolvieron. La desesperación por tener gente en dichos seminarios es notoria.

La soltería en el Camino Neocatecumenal es de alto riesgo.

Un hermano desde Ecuador.

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