domingo, 5 de enero de 2025

En un lugar de Belén...

 


Ya que es víspera de Reyes, hoy paso de kikadas y voy a dedicar la entrada a una anécdota.

 

Hay cerca de mi casa un comercio que pasa de lo políticamente correcto y por Navidad adorna su escaparate con un precioso nacimiento de figuras de cerámica revestidas con túnicas y mantos de tejido.

Este año me he percatado de un detalle en el que no había reparado antes: la pose de la figura de San José.

Como suele ser habitual, el Niño está casi desnudo y recostado entre pajas, la madre está arrodillada a su lado, en actitud orante, ensimismada y maravillada ante su Hijo, y el padre está en pie, al otro lado de Niño, con la vista fija en éste y un bastón florecido en una de las manos.

El detalle (y no he encontrado en la red imagen que lo reproduzca) es la otra mano, la derecha, que no está caía a un lado ni apoyada sobre el pecho, sino que San José tiene el brazo levantado y la mano extendida, con dos dedos estirados y los demás doblados.

Está bendiciendo a su Hijo.

Me ha parecido un detalle precioso. San José el justo, de quien no se guarda una sola palabra en los Evangelios, porque lo importante no fue lo que dijera, sino lo que hizo, entregó su vida al servicio del Niño y de la Madre que le fueron confiados.

Y fue el primero en bendecir al Niño, el primero que sabía a quién bendecía. Luego llegaron los pastores y los magos de oriente, con sus cantos y sus regalos, pero él fue el primero en acoger al Hijo de Dios.

 


Feliz noche de Reyes a todos.

 

viernes, 3 de enero de 2025

Biblia kikiana, rechace imitaciones cristianas

 

Tras evidenciar en la entrada del pasado 30 de diciembre que el fundamento de la praxis neocatecumenal consiste en hablar mal (mal decir) del prójimo en cualquier circunstancia, lugar y tiempo tal y como hace Carmen respecto a sus hermanos de sangre con ocasión de relatar la muerte de su madre, tenía pensado para este inicio del año santo 2025 una larga reflexión sobre los métodos captadores del CNC (no mía, sino tomada de la red), pero lo dejo para más adelante, primero algo un poco más liviano aunque de calado.

 

La cosa arranca en el último trimestre del 2020, cuando salió en Italia una edición renovada de la Biblia encaminada a facilitar los escrutes de la palabra (ver aquí y aquí).

Según su muy mundana propaganda, cualquier otra edición de la Biblia solo vale veinte, mientras que esta vale como cien: esta es única en el mundo, solo ella revaloriza el escrutinio de la palabra, incluso se argumenta que sus notas mejoran la Palabra de Dios pues en ellas se contiene la revelación exegética-histórica-teológica de la encarnación de la Palabra.

En suma, que Dios se dejó muchas cosas al idear la Biblia y por eso los amigos Francesco Voltaggio, Fabrizio Ficco, Carlos Granados, Stanislaw Witkowski o la madre Ignazia Angelini han tenido que mejorársela.

No sé qué éxito tendría, pero parece que la mayoría de las conferencias episcopales nacionales no se hicieron eco de la iniciativa.

Relacionado con esto una colaboradora del blog trae la siguiente noticia: aquí y aquí.

Dado que una imagen vale más que mil palabras y que a algunos les aburre leer, vienen a decir, han visto conveniente hacer un recorrido comentado por los kikonos con la excusa de que la evangelización del hombre moderno necesita una nueva estética. Me da que será que algunos necesitan hacer caja y cualquier ocasión es buena.

Un poco de seriedad, por favor. Quienes tanto alardean de cristianismo adulto deberían saber que una cosa es la Palabra de Dios y otra cosa son los adornos churros. Para quien de verdad busca escrutar la Palabra de Dios, cualquier adorno es superfluo e innecesario, aunque sea agradable a la vista -lo que no cumplen los kikonos-. Si se trata de embellecer la Palabra de Dios, pretensión de dudoso acierto, se podría haber optado por reproducir obras de arte como la Piedad, el David, el fresco de la Creación, los tres de Miguel Ángel, el Crucificado de Dalí, la Asunción de Murillo, las vidrieras de la catedral de León, el retablo de la basílica de Lequeitio…, pero el objetivo de esta edición no es editar una biblia cristiana, sino kikiana.


Por algún motivo, me da por pensar en simonía.