"Matrimonio espiritual" (I)

 

Encontré hace algún tiempo el relato de un neocatecumenal sobre su experiencia del “nuevo paso” a ninguna parte llamado “matrimonio espiritual”. Fue un viaje en pleno invierno en el que participaron tres comunidades con sus correspondientes tres equipos de kikotistas -a quienes les pagan el viaje los kikotizados-. Es que como las comunidades cada vez son menos numerosas, hay que juntar varias para llenar medio avión.

Esto es lo que cuenta el viajero.

 

DÍA 0

Llegada a la domus Galilaeae. No se menciona, pero es de suponer que se aprovecharía la visita para reponer la despensa y la bodega.

 

DIA 1

Laudes matinales y katekesis.

Prodigioso lo que las laudes matinales. En serio, no sabía yo que pudiese haber laudes no matinales.

En cuanto a la presunta katekesis dada por unos que jamás han sido catequistas, no dice sobre qué trató, pero se puede inferir porque a continuación, como si se tratase de un grupo de colegiales, les ponen a hacer “scrutatio en la yeshivá”.

Supongo que la mayor parte de los escolares, digo, de los neocatecumenales desconocen que una «yeshivá (en hebreo: ישיבה) es un centro de estudios de la torá y del talmud generalmente dirigida a varones en el judaísmo ortodoxo. También se las suele conocer como escuelas talmúdicas». Es decir, nada que ver con estudios de la Biblia ni con el Cristianismo.

Espero que a estas alturas sean pocos los que aún piensen que el kikismo es cristiano.

Las citas para escrutar son: Ef 5,21-27 y Os 1,2-3,5.

Después hubo una penitencial entre las ruinas de Korazim.

Por la tarde el kikotista jefe y el presbi llevaron a los colegiales de excursión por la domus. Esto ahora se hace en el viaje de fin de camino. Quizá sea que se repite de nuevo en el segundo viaje patrimonial, digo, matrimonial. El entusiasmado cronista neocatecumenal describe lo que le enseñan:

«La belleza de la creación está al servicio del hombre, por eso la domus fue construida en armonía con el paisaje».

¿En armonía? En medio de una región de matorral mediterráneo destaca como un puñetazo una cosa gris que se desparrama por la ladera y que se rodea de un verdor que nada tiene que ver con la naturaleza autóctona de la zona.

«La domus fue construida con la ayuda de muchos hermanos de todo el mundo».

Traducción: No solo donativos y préstamos de las comunidades a fondo perdido, también hubo muchos trabajadores no pagados que fueron no a cocer ladrillos, pero sí a levantar tabiques.

«La sala del auditorio se parece a la de Puerto San Jorge (como un código, una línea a seguir)».

Como una declaración de mal gusto repetida una y otra vez.

 «El claustro está abierto y todas las habitaciones tienen vistas al lago Tiberíades. Todo vela por el bienestar de los hermanos invitados, incluidos judíos y cristianos del Líbano. Aquí se celebraron numerosos encuentros con cardenales, obispos y sacerdotes. En la parte superior hay dos estelas con las Bienaventuranzas grabadas (en latín y hebreo), debajo hay una pequeña abertura (la puerta estrecha de la que habla Jesús en el Evangelio). A continuación hay una larga escalera descendente, a lo largo de la cual se suceden las inscripciones de las comunidades que han renovado sus promesas bautismales. Esta escalera conduce al Cristo Eucaristía, la capilla de la exposición eucarística perenne.

En la cima de la capilla se encuentra la escultura del Sermón de la Montaña, Cristo hablando a los Apóstoles. Escultura que muchos de nosotros hemos visto de cerca y tocado en Nola, ¡en construcción! El Sermón de la Montaña está poco representado en la iconografía. Esta zona de la domus es protegida y tranquila. Hay numerosas celdas para seminaristas. Es un seminario inter ritual, regido por 3 obispos: latino, maronita y greco-católico. Charles De Foucauld ya quería construir aquí una capilla de adoración».

Dudo mucho que en la domus haya un seminario inter ritual, porque en el CNC no conocen otro ritual que el que Kiko dicta, que no es ni latino ni maronita ni greco-católico ni armenio ni copto ni siriaco ni greco-melquita...

«En el jardín hay un árbol, un terebinto, de unos 2000 años».

Yo no he visto el certificado de antigüedad del árbol, pero tenga los años que tenga los kikos no iba a desaprovechar la ocasión de fantasear que bajo ese árbol se sentó Jesús cuando predicó las bienaventuranzas. Para el resto del mundo el verdadero monte de las bienaventuranzas es otro . Y la Iglesia ubicada en dicho monte es mucho más armoniosa que la capilla de la domus.

«Frente a la capilla hay siete columnas que representan los siete sacramentos unidos. Por la base brota agua, símbolo del Espíritu Santo, y llega hasta el capilla y la rodea».

Me alegra que “solo” cuenten siete sacramentos, porque los neocatecumenales son dados a confundir la comunidad o la sexualidad o las reuniones con kikotistas con sacramentos.

«A la izquierda del claustro se encuentran dos grandes tablas de la ley, las diez palabras luminosas escritas tanto en hebreo como en latín. El agua fluye sobre los Diez Mandamientos, símbolo de la vida. Hay unión entre los diez mandamientos del monte Sinaí y la alianza en el monte de las Bienaventuranzas. Entre las tablas de la ley se encuentra la entrada a la biblioteca. El centro de la domus es la PALABRA DE DIOS: redescubierta por el Concilio Vaticano II y base del camino».

El centro de la domus no sé si es la palabra de Dios o la de Kiko, lo que sé es que el CNC jamás pone los sacramentos en el centro.

«Los dos pulmones de la domus: la yeshivá y la Eucaristía. La Palabra es el centro de la religión judía: Dios antes de crear el mundo creó la Palabra y Jeswa (la conversión y el regreso a Él)».

Si esto no es una herejía se le parece mucho. «La palabra era Dios», dice el evangelio de San Juan, no algo creado por Dios. Y cuál sea el centro de la religión judía, de la mahometana o del brahmanismo no debería tener la menor importancia… salvo para los practicantes de esas religiones.