miércoles, 18 de diciembre de 2024

"Matrimonio espiritual" (II)

 

Sigue la descripción del periplo turístico por la domus:

«En el centro de la biblioteca se encuentra el rollo de la torá (16 metros) colocado en una vitrina. Se lo regaló a Kiko el actual obispo de Bruselas. A la inauguración de la biblioteca fueron invitados cardenales y rabinos. Un rabino cantó el decálogo y el padre Mario cantó las bienaventuranzas. Los rollos de la torá están hechos de piel de oveja especialmente tratada.

El sábado el rabino abraza el pergamino y baila como si fuera su novia. El pergamino se entrega a un niño durante una hermosa celebración (como la iniciación de los jóvenes en la Palabra “marmizvá”). Los rabinos dicen que el mundo es estable mientras uno estudie la torá. Nuestra vida, nuestra sociedad está estable en la Palabra».

Ni una palabra sobre tradiciones cristianas, en cambio, todo un discurso sobre el folclore hebrero… ¿Curioso o sintomático?

Y eso de la vida "estable en la palabra" solo porque lo dicen los rabinos. ¿No se han enterado todavía los neocatecumenales de que los rabinos no conocen la Verdad?

«En la biblioteca hay un gran códice de los monjes del siglo XVI con canto gregoriano. La biblioteca está rodeada de escritos que reproducen las palabras de Jesús extraídas de los Evangelios (en todos los idiomas). También está equipado con numerosos libros, enciclopedias y textos sobre las bienaventuranzas. Muchos de los textos fueron donados por hermanos del Camino».

Las donaciones para construir la domus fueron decididas por los kikotistas: “cada comunidad tiene que dar tanto, así lo ha dispuesto Kiko”. Sospecho que algo similar pasase con los libros.

«La cúpula representa el cielo y las constelaciones. La domus fue cedida por los franciscano para uso del Camino, ya que el Camino no tiene bienes propios».

La domus no existía cuando los franciscanos cedieron el uso del terreno. Pero eso de que el CNC no tiene bienes es cada vez más falso, hay una cantidad creciente de fundaciones del CNC que disponen de cada vez más patrimonio.

«En la capilla hay un gran icono de Kiko que representa el fin de los tiempos en referencia al apocalipsis de San Juan. El arte cristiano tiene valor catequético, te ayuda a entrar en el misterio, en lo sagrado. En la Iglesia oriental, la pintura de iconos está sujeta a un canon, a la tradición de la Iglesia. Tiene al espectador en el centro, por lo que no hay perspectiva. Antes de trabajar o pintar, Kiko y sus colaboradores rezan y participan en la Eucaristía diaria».

Los colaboradores son los que hacen el trabajo, Kiko pone la firma.

A continuación viene una descripción del icono:

«Arriba está Dios Padre.

A un lado la pila Bautismal con los frutos de la vida eterna y los Santos.

Del otro lado los ángeles envolviendo el cielo con el sol rojo y la luna negra y luchan contra el agujero negro. También están los signos de la pasión de Cristo (cruz, lanza, esponja sobre bastón) y las vendas en el sepulcro vacío. Cristo con el escabel a sus pies (del AT).

Cristo Redentor en el centro con María y Juan Bautista a sus costados y Adán y Eva arrodillados. Cristo está en la merkabá. Los doce apóstoles están sentados en tronos».

¡Qué necesidad habría de meter hebraísmos en un kikono! Según la tradición oriental Cristo está en un trono, no en un carro. Pero hay tantas tantísimas figuras trastocadas en el kikono frente a lo que es la norma de un icono del juicio final o fin de los tiempos que mejor lo dejo para otra entrada.

«Más abajo está Moisés con el decálogo, el cual indica los ángeles con los rollos de la Nueva Alianza, y las señales de la Pasión de Cristo y debajo hay una copa con las lágrimas de todos los hombres y de los niños abortados.

Los ángeles tocan trompetas para llamar a los muertos a regresar de un lago oscuro.

Los dos pueblos del libro (judíos y musulmanes) están llamados al Juicio Final.

Las bestias que el demonio ha desatado contra la tierra son encerradas en un círculo y un ángel ahuyenta al demonio que quiere echar peso en la balanza del juicio de un alma del lado de las obras malas.

Bajo el río de fuego está el demonio que retiene un alma.

Los siete pecados capitales se representan en fila como formas geométricas.

Un ángel indica el Hijo del Hombre al profeta Daniel.

En el lado opuesto está la entrada al Reino de los Cielos (con una imagen de un ángel posteriormente eliminada).

María en el trono con dos ángeles a sus lados y el buen ladrón (el único hombre que ciertamente está en el cielo porque Jesús dice en el evangelio: "Hoy estarás conmigo en el paraíso").

Los Patriarcas hacen cola para entrar al Reino y los monjes con buenas obras (los frutos del Espíritu) vuelan hacia el Reino.

El hombre atado a la columna... ¡eres tú! Cuando estás en pecado, no ves nada. Eres egoísta, soberbio, enredado en tus problemas, limitado. Los Padres dicen que con un ojo podemos ver el amor de Dios y con el otro el amor de los hermanos. Pero si estás “atado” no puedes ver nada. La realidad, la verdad es el Amor de Dios, la eternidad, no lo que se ve detrás de la columna».

El día concluye con una Eucaristía en la domus, con los colegiales revestidos con túnica (los kikotistas están exentos de llevar uniforme).

El viajero apunta que el evangelio que se proclama es «“Jesús camina sobre el agua”: No tengas miedo, déjame subir a tu barca». Esto fue el 25 de febrero de 2012 y sucede que ese no es el evangelio correspondiente al día. Ignoro qué celebraban para poner unas lecturas diferentes a las del día, del mismo modo que ignoro si tienen permiso de algún obispo -latino, maronita, o greco-católico- para alterar las lecturas.

 

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