domingo, 24 de noviembre de 2024

Inicio de curso 2024-25 (XIII)

 


Tras proclamar entero el capítulo 18 del evangelio de san Mateo, toca escuchar un nuevo discurso sociopolítico grandilocuente enmascarado de kikotesis.

Empieza Kiko con una declaración que hace saber que sesenta años después todavía están todos verdes y en proceso de aprendizaje, es decir, que el instrumento inútil es verdaderamente inútil e inservible:

«Nos estamos preparando para una misión enooorme. El Eclesiástico dice: “Hijo mío, si te aprestas para servir al Señor, prepárate para la tentación, prepárate para la prueba. Porque así como el oro se prueba en el crisol, así debe ser probado el hombre, la fe debe ser probada, ayudada y refinada”».

La cita es más falsa que una moneda de dos caras, pero a Kiko le interesa sembrar dos ideas, las dos erradas. Una, que toda prueba y toda tentación viene de Dios, y otra, que los kikotistas son quienes refinan y acreditan la presunta fe de los neocatecúmenos.

«Israel decía: “¿Por qué el Señor no nos permite vencer a todos nuestros enemigos, sino que siempre nos deja una espina clavada en el costado?”. Y el Señor les dice: “Es por vuestro bien; porque si vences a todos tus enemigos, ¿cómo enseñarás a tus hijos a combatir?”. Al tener enemigos, siempre estás entrenando y también les enseñas a tus hijos a combatir contra los enemigos y tu hijo aprende de ti cómo debe luchar. ¿Quieres que tus hijos sean personas que no aman a nadie, personas egoístas, presas de demonios? No, ¿verdad? El Señor, para nuestro bien, nos prueba. Tú has de ser tentado con el dinero, la tercera tentación: “Todo esto te daré, si me adoras”.

… Debes ser tentado por la comodidad  -la primera tentación del pan- para que se vea que tú no quieres la cruz como un lecho de amor, porque no amas a Dios. Para que se vea lo que hay dentro del corazón, porque cuando alguien está incómodo murmura contra Dios en su corazón, como Israel murmuró contra Dios en el desierto porque no tenían comida; y nosotros decimos: “No tenemos suficiente dinero, la casa es pequeña…”.

Debes ser tentado con la humillación, porque si no eres humillado, si no pasas bajo el yugo de Cristo que es la humillación, tu orgullo no será quebrantado y si tu orgullo no es quebrantado, tú eres hijo del demonio, de la soberbia. No soportas que nadie te levante la voz. El Señor debe de alguna manera poneros en la segunda tentación, la de la cruz, tentar a Dios. Nunca queremos el fracaso, la humillación. Son pruebas necesarias que os ha preparado el Señor, porque os ama».

Remarcado que toda tentación ha sido planeada y querida por Dios, Kiko pasa a exponer algunos de los criterios que emplean los kikotistas para medir la fe ajena.

«Hemos escuchado el capítulo 18 de San Mateo que habla de la oveja perdida. Con esta Palabra el Señor nos llama de nuevo esta mañana a perdonar a nuestro hermano: quizás hay aquí alguno que aún no ha perdonado a su hermano, sepa que si él no perdona, tampoco él ha recibido el perdón porque no cree, no hay conversión en él.

… Esto pasa en las comunidades: cuando llegamos a los escrutinios, el responsable tiene que decir: "Esta hermana no se habla con aquel". Tenemos la obligación de decirlo porque somos un cuerpo. … Si dos hermanos no se perdonan, están enfrentados, tienen algún problema real, no se les permite entrar a la Eucaristía; que se reconcilien primero y luego entren. Sería una burla, porque la Eucaristía predica a Cristo, la luz.

¿Qué es la luz? ¡Ama al malvado! Si tú no hablas con uno es porque ese fue malvado contigo, ¿verdad? Te hizo algo malo. ¿Y tú dices que estás en la luz y no amas al malvado? Es verdad, tienes razón, claro, es un orgulloso, un soberbio, se cree alguien, no te habla, te ha hecho un ultraje, lo que quieras».

Conclusión, no se trata de que el que ha ultrajado se arrepienta ni pida perdón ni ponga remedio al ultraje, de ser posible, nada de eso, se trata de que el ultrajado se someta al ultraje. Esto es lo conveniente ya que permite que los ultrajes vengan de los kikotistas, que son unos pobrecillos muy ignorantes que hacen mucho daño con su falta de discernimiento.

«Jesús tiene un corazón misericordioso con la gente que vive en pecado, no hay ese juicio legalista que tiene el hermano mayor, que está en la casa y juzga al otro que está con prostitutas... resulta que después, cuando él se lo pasaba bien con las mujeres, el Padre le da el premio de un banquete, no lo castiga».

Kiko y su manipulación de la escritura: el padre no premia al hijo por su desenfreno, celebra su recuperación, celebra su regreso humilde, derrotado, obediente. Y, por cierto, no obliga al hijo mayor a hablar al menor, sino que le explica que el que ha vuelto es su hermano y por eso debería alegrarse de haberlo recuperado.

«Sin que te hagas niño es imposible entrar al Reino de los Cielos, no se puede entrar en la Iglesia porque la puerta es pequeña y solo entran los niños, no entran los soberbios. “¡Soberbio serás tú, yo no!” Está bien. “Señor -dice el ángel de la guarda- mira qué estúpido me has dado: ¡dice que no es orgulloso! Envíale a Azazel, un demonio, mándaselo, es un desgraciado, ¡nunca aprende! ¡Y yo quisiera ahorrarle muchas tentaciones, muchos sufrimientos y nada! Dice que no es soberbio".

Entonces manda un demonio, el demonio provoca a la mujer -digamos así- y la mujer le hace una injusticia, le pone a prueba sus intenciones con calma, sutil, y le hace enojar tanto que se convierte en una bestia en casa, rompe un mueble y se va durante dos días. Y decía hace una semana que él no era soberbio ni orgulloso: pero entonces ¿por qué te molestaste tanto si eres humilde, buenísimo? ¿Has entendido?»

¿Has entendido? Si rompes los muebles no es culpa tuya, es ese Dios que te envía demonios por instigación del ángel custodio. Y si no es culpa de la mujer, que escucha al demonio, pero jamás te hagas responsable de tus actos, tú sigue infantilizado toda tu existencia.

El mitin prosigue, pero corto aquí porque, de repente, cambia el discurso y donde antes se dijo que todo es cosa de diosito el enviador de demonios ahora resulta que el problema es que jamás un kikotista se ha esforzado ni se ha hecho violencia para seguir a Cristo, que ya se sabe que para el CNC no es un modelo a imitar.

En la próxima entrada más.

 

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