La ley del CNC (normas obligatorias en tu libertad)

 

Estos son mis principios, si no os gustan quitaos de en medio

Estas normas las ha deducido alguien que ha estudiado al CNC durante un tiempo.

1. Nunca jamás se te ocurra decir que tienes fe o que eres cristiano. Ningún neocatecúmeno es cristiano en tanto no lo disponga el kikotista de turno, cosa que no sucederá si no presencia que te dejas robar, insultar y matar… por ellos o por tus amorosísimos hermanos. Además, ten en cuenta que después de muerto te va a ser difícil decir nada. En suma, jamás digas que tienes fe.

2. No dirás nunca que haces propósito de batallar por eliminar de ti tus defectos, tus pecados, "tu muerte", porque esas batallas solo las emprenden los moralistas, y si eres un moralista es que no has comprendido absolutamente nada de la praxis de la comunidad.

3. No debes dar información a los hermanos que estén en etapas inferiores del Camino ni sobre kikotesis ni cantos ni vivencias que tú ya hayas pasado. Lo contario será tenido por violación del arcano, pecado grave y causa de mal para el CNC.

4. La participación en todos los actos comunitarios es obligatoria en tu libertad de no desobedecer jamás a un kikotista. Y no vale ninguna excusa para faltar de forma reiterada, ni por motivo de salud ni por trabajo ni por problemas familiares ni muchísimo menos por dinero, pues Dios da lo necesario a sus amigos mientras duermen. Quien no cumple con el trípode, no supera los pasos del camino.

5. Nadie, ningún miembro, ni el responsable, ni la comunidad entera puede alterar en lo más mínimo lo que han transmitido los kikotistas. Si lo hiciere, solo para empezar, tiene asegurada una "reprimenda" fina, y si fuese un grupo representativo quien lo hiciere, la comunidad podría ser cerrada.

6. No se puede pertenecer a la comunidad si no se hacen previamente las kikotesis y la konvivencia que concluye a estas.

7. La comunidad como un todo y en su libertad de obedecer a rajatabla no emprenderá ninguna acción al margen de la ruta marcada por los kikotistas. Por ejemplo, por defecto ninguna comunidad está autorizada a participar como comunidad en una convocatoria del obispo o del párroco. Que una comunidad acuda a un acto cualquiera sin el preceptivo permiso paterno-kikotético conlleva, como poco, una llamada al orden por parte de los kikotistas. Esas cosas, siempre mal vistas, se toleran a nivel individual, pero jamás a nivel comunitario.

8. La comunidad tendrá mínimo dos reuniones a la semana: la celebración de la Palabra en día laborable y la Eucaristía, que ha de ser el sábado. Ninguna comunidad puede en su libertad trasladar la Eucaristía al domingo. No se consiente. Es todavía peor que pretender atender a las demandas del párroco como comunidad y no a nivel particular.

9. Es obligatorio participar en la preparación de las reuniones.

10. En todas las reuniones hay cantos que han de ser obligatoriamente los indicados por el equipo responsable. No se admisible que, en su libertad, un salmista decida cantar cualquier otro canto religioso que no sea uno de los autorizados.

11. El responsable de la comunidad será requerido de forma periódica y sistemática para que dé información a los kikotistas sobre los miembros de la comunidad.

12. Cada comunidad desarrolla sus actividades al margen de la parroquia, como un forúnculo. No es de recibo (y no se consiente) que ningún párroco pretenda marcar el camino a las comunidades para beneficio de la parroquia, la cosa funciona al revés, son las comunidades las que buscan beneficiarse de la parroquia sin dar nada a cambio.

De ahí el aviso de uno de los catequistas a la comunidad poco antes de concluir la fase del anuncio: «Estad alerta y oponeos a cuantos quieran desviaros del camino que os hemos mostrado, especialmente estad alerta a los curas listillos».

Pero ¿acaso estas normas han salido de kikoreado Concilio Vaticano II? ¿las ha refrendado algún Papa? ¿Han sido escritas en algún Sínodo de los Obispos?

No. Estas normas son caprichos y berrenchines de uno muy sensible, y en cuando a su valor para formar cristianos adultos valen lo que el papel mojado.