Hay algún momento en el camino que no lleva a ninguna parte en que los kikotistas, siguiendo el libro gordo de instrucciones del que solo son cacareadores, parten para la audiencia la parábola de las vírgenes necias.
Supongo que la expresión partir la palabra no es nueva para ningún lector, pero por si acaso, la explico. Un kikotista solo es un loro de repetición de Kiko, pero un loro con muchas pretensiones, pues se atribuye a sí mismo muchísimas funciones que nadie le ha otorgado. Entre tales funciones jamás otorgadas por la Iglesia, está la de explicar e interpretar la Palabra, lo que todo kikotista hace según las instrucciones del libro gordo de Kikete, no según el magisterio de la Iglesia.
En suma, partir la palabra, en el CNC, es deformar la interpretación de las Escrituras para acomodarlas a la doctrina kika.
Tengo grabadas algunas de esas reinterpretaciones deformes y torticeras, como lo de odiarás a tu padre y a tu madre, por ejemplo. Y también la parábola de las vírgenes necias.
No sé en qué momento del caminar para no llegar a ningún lado se presenta esta parábola, eso lo he olvidado, pero recuerdo la insistencia machacona en que las vírgenes necias habían despreciado al novio.
Su explicación fue la siguiente: si hubiesen sido sensatas, habrían advertido que el novio era una persona muy importante y que, en consecuencia, había que esperar que la negociación con el padre de la novia se extendiese en el tiempo, por lo que lo prudente habría sido llevar repuesto de aceite para la lámpara.
Hace poco, en la misa de los religiosos naturales, el sacerdote explicó esta misma parábola según el recto Magisterio de la Iglesia. Y la diferencia fue notable.
En la Palestina de hace más de 2000 años, como también en la actualidad y en casi cualquier sitio, una boda no se improvisaba, se preparaba durante meses.
Las amigas de la novia se juntaban con esta casi a diario pues los vestidos festivos y los adornos para el pelo no se recolectan de los árboles, había que hacerlos. Y también había que ensayar cantos y bailes. De modo que una boda era un acontecimiento que implicaba a casi toda la aldea.
El día de la boda, la novia, acompañada por sus amigas, entraba en la casa donde viviría con el novio, mientras él, acompañado por su padre, se reunía con su suegro para pactar la dote.
Hasta aquí la historieta que cuentan los loros se parece al Magisterio de la Iglesia, pero a partir de aquí, ellos lo desvirtúan todo.
Lo que negociaba el novio y su padre con el padre de la novia era la capacidad del primero para que a la novia no le faltase nunca nada, que siempre hubiese aceite en la alcuza y harina en la jarra (cf. 1 Re 17,7) para el sustento de la novia y de los hijos que pudieran tener. Y para asegurarse de que la bonanza material no fuese mera palabrería, el novio debía dejar en depósito a su suegro bienes suficientes para que el sustento de la hija no peligrase nunca.
Una negociación larga, por tanto, resaltó el sacerdote en la homilía, lo que expresa es el gran amor de este padre por su hija. No se conforma con cuatro chuminadas, no se deja convencer con buenas palabras y promesas de que “ya lo verás más adelante”. A los ojos amorosos de este padre nada que no sea lo mejor es lo bastante bueno para su hija.
Por eso las negociaciones se alargaron hasta bien entrada la noche: por el amor de este padre por su hija, porque para él ella es superior a todos los tesoros de la Tierra.
De modo que el error de las vírgenes necias fue despreciar a la novia. Pensaron que el padre se contentaría con lo que le ofreciesen, pensaron que no valía tanto para él. Quizá pensaron que su amiga no merecía tanto.
Por eso, la reacción del novio cuando las vírgenes necias llaman a la puerta, ya cerrada, tras la que se escucha la algarabía bulliciosa de una fiesta, es también una defensa de la dignidad de la novia. Se niega a reconocer a las amigas necias porque ellas, que han pasado meses en presencia de la novia, preparando su ajuar y sus adornos, no han sabido apreciar su valía ni su importancia.
El novio es figura de Cristo.
La novia es figura de la Iglesia.
Las amigas necias se creían seguras por estar en la Iglesia.
Pero Cristo no les abre la puerta porque se burlaban de la Iglesia llena de beatos de misa de 12.
Ahí lo dejo.
Para un conocimiento real y verdadero del Magisterio, recomiendo leer:
ResponderEliminarPAPA FRANCISCO
ÁNGELUS
Plaza de San Pedro
Domingo 12 de noviembre de 2017
«La lámpara es el símbolo de la fe que ilumina nuestra vida, mientras que el aceite es el símbolo de la caridad que alimenta y hace fecunda y creíble la luz de la fe ("nosotros, en el camino, no estamos para la caridad y esas cositas"). La condición para estar listos para el encuentro con el Señor no es solo la fe, sino una vida cristiana rica en amor y caridad hacia el prójimo. Si nos dejamos guiar por aquello que nos parece más cómodo, por la búsqueda de nuestros intereses, nuestra vida se vuelve estéril, incapaz de dar vida a los otros y no acumulamos ninguna reserva de aceite para la lámpara de nuestra fe (así pasa que dejas a tu padre moribundo en el hospital porque tu prioridad es una kikada de reunión que no sirve para nada); y ésta —la fe— se apagará en el momento de la venida del Señor o incluso antes. Si en cambio estamos vigilantes y buscamos hacer el bien, con gestos de amor, de compartir, de servicio al prójimo en dificultades, podemos estar tranquilos mientras esperamos la llegada del novio: el Señor podrá venir en cualquier momento, y tampoco el sueño de la muerte nos asusta, porque tenemos la reserva de aceite, acumulada con las obras buenas de cada día. La fe inspira a la caridad y la caridad custodia a la fe.
EliminarEl Papa, sin mencionarlos, deja claro que la praxis kika es errónea se mire por donde se mire.
Magistral catequesis de la Danta Iglesia Católica, gracias Bruna por compartirlo!
EliminarYo no entiendo hasta ahora porque utilizan ( los kikoquistas) los versículos como el de vender todo los bienes para conveniencia del Camino y no así, del prójimo ni la Santa Iglesia Católica, lo más triste es que siempre hablan de que es ser o no ser cristiano! Que kikotupidez se inventarán luego!
Papa Francisco
Eliminar"el Señor no es solo la fe, sino una vida cristiana rica en amor y caridad hacia el prójimo"
Atrévete a hablar cosas como las anteriores en el camino neocatecumenal, a ver que te dicen y a ver como te maltratan los kikotistas: beatorro, buenazo, rezandero de misa de 12, el camino no es para ti!
Para que en esa secta cn no te califiquen de endemoniado y de buenazo rezandero no debéis hablar de: pensar hacerles una corrección fraterna a los pseudocatequistas, hablar de caridad, conversión, Santidad, catecismo de la Iglesia Católica, Pastoral Social de la Iglesia Católica, Pastoral sobre la paternidad responsable etc etc. Sin embargo si se gozan y alardean hablando de: pornografía, pecado, ser el peor de los pecadores y el último, murmurar del Papa y de la Iglesia, desear la muerte de un Papa por corregirlos, murmurar de los Párrocos Diocesanos, murmurar de los Obispos y tratarlos de endemoniados si no les abren las puertas en sus Diócesis, etc etc
EliminarJamás voy a olvidar lo que los catequistas del CNC repetían y repetían en las kikotesis :(el camino no es para caridades y esas cositas). Así es que esos anticatolicosCristianos te empiezan a lavar el cerebro y a destruir en tu alma las Divinas enseñanzas del Señor Jesús. La apología que esta secta le hace al pecado y a ser lo peor de lo peor es descaradamente demoníaca.
ResponderEliminarSigue el tema relacionado con que los catequistas del camino neocatecumenal se siguen llamando catequistas por ellos mismos, nombrados por ellos mismos sin obedecer a las disposiciones del Vaticano y del Papa, que para llamarse catequistas deben tener una formación Católica en las Parroquias con el Párroco bajo la Pastoral Católica de la Iglesia Católica. En consecuencia los supuestos catequistas del CNC no son exactamente catequistas. Quién los nombra catequistas??? = entre ellos mismos se nombran catequistas sin la preparación correspondiente. No es lo mismo un Catequista de la Iglesia Católica a un kikotista del camino neocatecumenal, empezando por el hecho contundente que en el camino neocatecumenal rechazan y aborrecen el Catecismo de la Iglesia Católica al cual le llaman ese librito para rezanderos beatorros de misa de domingo de 12.
ResponderEliminarNo existe un catequista del camino neocatecumenal que se base en el Catecismo de la Iglesia Católica (como lo hacen todos los catequistas Católicos) para dictar catequesis. ellos se basan y repiten como loros los inventos y hasta herejías de Kiko-Carmen-Pezzi todo esto mezclado con Judaísmo, luteranismo y protestantismo.
EliminarSaludos, no se os olvide que estos tales catequistas kikorros solo hablan y transmiten temas del Pueblo Judío, la historia de Kiko Argüello y Carmen Hernandez, la torá y los midrash.
ResponderEliminarAhora "se parte" hasta la carta de Francesco a tod@s l@s jóvenes.
ResponderEliminar¡ Oh magnanimidad !
"podéis comer unos dulces" después de la
Misa del gallo.
No. No veo al Cristo siendo así de cicatero con las gentes de Galilea.
Es que si ponen unos dulces van a tener que compartirlos con los religiosos de misa de 12, que son quienes van a la misa del gallo. Y esos no se merecen un ágape en condiciones, con unos turrones van más que servidos.
EliminarPor cierto, que la ocurrencia de invitar a sidra y turrones se la han copiado a tantos curas clericalistas que lo hacen sin que la iniciativa se la tenga que imponer ningún kikotista.