domingo, 2 de febrero de 2025

Reniegos de Carmen

 

Dos de los renovadores con un amigo

Los discursos de Carmen habían dejado de ser inteligibles muchos años antes de convertirse en la difunta de categoría superior que es hoy, pero cuando todavía conseguía hilar un par de ideas, una que repetía con mucha insistencia era su pretensión de que Dios la había preparado a ella para renovar a la Iglesia, a toda la Iglesia y desde los cimientos, porque la actual está vieja e inservible y no cumple su misión ni sirve para nada, al contrario, hace más daño que otra cosa, pero mejor leerlo con sus propias palabras sacadas de los mamotretos:

 

«No me gusta llamar comunidad, porque hoy hay todo un énfasis de comunidad, que en el fondo es una catequesis del marxismo, con retraso al marxismo, que la Iglesia, en su euforia de algunos curas jóvenes, llaman comunidad a todo, cuando no existe, además. La palabra autentica que la Iglesia utiliza para comunidad es “iglesia”, que es una comunidad de fe. Y nosotros no reconocemos, de verdad, que tengamos ninguna comunidad [se refiere a que no reconocen fe en nadie], sino lo que decía Kiko, estamos en un camino, un camino que nace de un anuncio que abre delante de las personas un camino que recorrer. Porque la fe no es una magia que se da, sino que es una experiencia que se realiza a través de un camino catecumenal que ha tenido la Iglesia…hay un desprestigio tan grande de la palabra iglesia, porque esa Iglesia está muy adulterada».

 

A renovar: en lugar de altar, una mesa

«Por eso, no es una cosa terrible, de este estoicismo de las buenas obras y de nuestros esfuerzos. Nos hacen [los curas] del cristianismo una cosa pesada, una cosa aburrida, asquerosa, que no interesa a nadie. Y sin embargo, el cristianismo no es eso sino que es una noticia hoy».

 

«Reconstruirá Dios un segundo templo, como está haciendo con nosotros ahora, nosotros no somos más que la reconstrucción y símbolo de la reconstrucción de la Iglesia, que después de todo el ateísmo, de la negación de Dios, de la destrucción de todas las cosas, recreará de nuevo una generación con fe. Y está construyendo en nosotros un templo, un símbolo, una manifestación externa que es la Iglesia».

 

A renovar: el pan que sea una torta

«La Iglesia tiene mucha culpa de todos los conflictos internacionales, porque ha dado razón a unos y a otros, no con el Evangelio sino con sus intereses de mentira y de fariseísmo. Ya es hora de que nos pongamos al descubierto y anunciemos el Evangelio de la Reconciliación».

 

«Lo que estamos haciendo hoy en el mundo y en la Iglesia es una gran reconstrucción, que es poder empezar a escuchar a Dios. ¿Cómo va a existir si no habla? El primer contacto que uno tiene con otro es la relación de la palabra, y está el pueblo sin la palabra».

 

A renovar la comunión

«Si resulta que la Iglesia hace pactos con el mundo y lo importante es nada más que comamos todos, como hay mucha gente para comer todos, es mucho mejor que nazcan pocos».

 

«Con todo esto quiero decir la necesidad de reconstrucción de la Iglesia para que pueda evangelizar a un mundo que nos está absolutamente esperando».

 


«Paseándonos por el Vaticano y por la curia veo la necesidad de la reconstrucción de la Iglesia. Que esta Palabra lata y se reconstruya verdaderamente el corazón de Jerusalén para poder orientar la Historia, ¿este universo y este hombre, de dónde viene y a dónde va? Porque si a mí no me dan una explicación de mí misma, ¿de qué sirve que me den explicaciones de no sé qué generaciones?».

 

«La mejor formación para los seminarios es que estén aquí (en Israel), que la tierra pone inmediatamente en relación con la historia. Y no es lo mismo abrir la Biblia en la biblioteca de la Gregoriana que estar en Galilea».

 

«Toda la reconstrucción que nosotros estamos haciendo de la predicación, que es lo que necesita el mundo: que verdaderamente Dios existe y que no es un mito, sino que tiene una historia y una tierra».

 

«Lo que lleva adelante el Camino Neocatecumenal es una verdadera reconstrucción de la Iglesia: “Lo que estamos haciendo nosotros es completamente la Iglesia, no somos una asociación ni una obra pía y estamos reconstruyendo no la fachada de la Iglesia sino la pila bautismal porque está vieja y llena de polvo y estamos haciendo una fuente que salta: es la iniciación cristiana que la Iglesia está intentando en tantísimas partes hacer una iniciación cristiana y que no acaba de resultar porque Dios se vale siempre de hechos, esto es lo que pasará a la Iglesia».

 

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