sábado, 8 de febrero de 2025

¡Bien hecho, señor párroco!

 

 



Cuando Kiko saca el tema de las “salidas de dos en dos” no suele dejar pasar la ocasión para resaltar que los que peor han tratado a los chicos (o a las chicas, y últimamente se envía a niños menores de edad) son los párrocos católicos.

Ya sabéis en qué consiste la kikada de la misión de dos en dos: a cada pareja de chicos (o chicas, o en el caso de niños se supone que acompañados por un adulto) se les proporciona billete de ida y de vuelta a algún lugar relativamente remoto (puede estar en la misma provincia, pero no en la ciudad de residencia) y se les deja tirados durante varios días. No deben llevar nada más que la Biblia y el rosario, ni dinero ni móvil ni comida, para que se sientan más espoleados a llamar de puerta en puerta a ver si consiguen un techo para alojarse y un plato lleno.

Eso sí, les dicen que en primer lugar acudan a la parroquia del lugar y se presenten al párroco con la milonga de que vienen de parte del obispo tal o cual.

Y aquí empieza lo bueno.

Es posible que en los pueblos de Europa los párrocos tengan poco contacto con su obispo, de modo que ante la afirmación de dos mendas desconocidos de que el obispo les ha enviado para que gorroneen en la parroquia tanto alojamiento como pensión completa, le queda la opción de pedir credenciales escritas, credenciales que a buen seguro los mendas no portan.

En las tierras “de misión” donde la Iglesia Católica es pequeñita, la relación entre los pocos párrocos que haya y el obispo sin duda es mucho más cercana. Si aparecen en la puerta los mendas desconocidos alardeando de ser enviados por el obispo, es probable que el párroco no tenga el menor inconveniente en sacarse el móvil de bolsillo y mandarle un mensaje a dicho obispo, para que le explique por qué no le avisó de la llegada de los gorrones y, sobre todo, del objeto de tal visita.

No tendría nada de raro que el obispo contestase que él no ha enviado a nadie y que tenga cuidado, no sea que los desconocidos pretendan meterse de okupas en el edificio parroquial.

En uno y otro caso, tanto si el párroco pide credenciales escritas como si pide confirmación telefónica a su obispo, es que hace muy bien en no dejarse manipular por los mendas desconocidos que llaman a su puerta con engaños y argucias.

Y si se ven descubiertos, dirán que no necesitan permiso de nadie para "evangelizar".  

No han entendido nada. San Pablo no evangelizaba por su cuenta, ni San Pedro, ni ninguno de los verdaderos apóstoles, evangelizaban por mandado de Dios, no por capricho de uno muy sensible.

La Evangelización es otra cosa y es muy seria, y los párrocos son los primeros que no deben consentir ser involucrados en los tejemanejes de unos mendas enviados a mentir en la cara de quien les abra la puerta, son los primeros que no deben permitir que esos mendas se hagan pasar por evangelizadores.

Todo mi apoyo y comprensión a quien les cierra la puerta en las narices. Aunque sean menores de edad, aunque tengan que dormir en la calle, aunque se pasen dos días sin comer. Que se alimenten de los dichos de Kiko, que es partidario de que al pobre en lugar de pan se le dé palabra.

5 comentarios:

  1. ¿Cómo actuaría kiko si llaman a su puerta dos de Hakuna para "evangelizar"?

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    1. Supongo que los declararía engañados por el demonio. Es lo que sostenía sobre su hermano Fernando, q.e.p.d.

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  2. La farsa del farsante la perpetúan carne de cañón, escogidos, elegidos por el mero azar de haberse tropezado en sus vidas con un invento que fue creciendo a la sombra de una institución que a la postre hará como de costumbre. Pedir perdón sin sentirlo.

    -sepul-

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  3. Una prima de mi esposa decidio' ir al 2x2 y se le occurrio' tocar a las puertas de una iglesia tridentina. Ya se imaginan lo que paso'!!!

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Antes de comentar, recuerda que tú eres el último y el peor de todos, y que el otro es Cristo.