viernes, 28 de febrero de 2025

Leer antes de entrar en el Camino (VI)

Esta entrada relata como era la uka hace años, con el tiempo la Iglesia les ha obligado a no saltarse el Gloria, el Credo ni el Cordero de Dios, concesiones con las que se trata de maquillar que en lo principal siguen sin obedecer.



La “uka” (Marina)

Siempre celebramos la uka a puerta cerrada. Se hacía una excepción con los cónyuges y padres de miembros de la comunidad. La celebración siempre se desarrollaba en un salón parroquial, excepto la noche de Pascua. En esa ocasión se administraban bautismos. Entonces también eran admitidos los familiares cercanos de los catecúmenos que celebraban el bautismo.

En la parroquia que nos acogía (Crucifijo de los Milagros), en los primeros años había tres comunidades que celebraban la uka el sábado, simultáneamente y por separado, nunca en la iglesia sino en los salones puestos a disposición por el párroco. Nunca nos "mezclamos" con los demás fieles. Nunca pensamos en celebrar la uka en la iglesia, un lugar ciertamente más adecuado que un salón parroquial o una habitación de hotel. Lo que más me chocaba era que nadie jamás se arrodilló ante el tabernáculo.

Se cantaba el Gloria solo en la vigilia de Pascua, Pentecostés y en ocasiones extraordinarias, como en la convivencia regional.

Después de la proclamación del Evangelio se realizaban "resonancias" en las que quien quería expresaba lo que le había llamado la atención. Al final, el presbítero pronunciaba la homilía, a menudo inspirándose en lo que había escuchado. Durante las "resonancias" no solo no se admitían a personas ajenas a la comunidad, sino que incluso los niños eran sacados de la sala.

No se profesaba el "Credo", había que alcanzar la "redditio" para estar “preparados” para poder hacerlo. No se hacía el Ofertorio. En su lugar se situaba el "signo de la paz", como en el rito ambrosiano. Este signo debía ser intercambiado por todos y con todos, de modo que se creaba una gran confusión y algarabía. Durante la uka no se recaudaba dinero, aunque al final se hacía una "colecta" para pagar a las niñeras que cuidaban a los niños en una habitación contigua.

Antes de la Plegaria Eucarística el presbítero no se lavaba las manos.

Nunca se respondía: "Que el Señor reciba de tus manos este sacrificio...".

En el momento de la Consagración estaba PROHIBIDO arrodillarse. Muchos hermanos fueron reprendidos por hacerlo, incluido mi esposo, un diácono y otros amigos míos que estaban de servicio junto al presbítero en el altar.

El hecho de que no debíamos arrodillarnos y la estrecha relación de este acto con la adoración eucarística, me hace recordar que en catorce años nunca tuvimos una sola adoración eucarística.

Refiriéndose a la Consagración, los kikotistas nos explicaron que se trataba de la "exaltación de la resurrección del Señor". Tanto es así que al finalizar la celebración se bailaba alrededor de la "mesa" para celebrar la victoria de la vida sobre la muerte.

Los neocatecúmenos siempre hablan de la uka como un "banquete de bodas" y, por eso, refiriéndose al altar -cuando lo hay- siempre y solo lo llaman "mesa". Por eso, como invitados a un banquete, nos sentábamos alrededor de la "mesa" y siempre tenía que haber alfombras en el suelo. Nunca se recitaba el "Cordero de Dios".

Se contaban los asistentes. El pan consagrado, sin levadura, tenía la forma y tamaño de una focaccia. El pan era partido por el presbítero que llamaba a los ministros extraordinarios para que lo ayudaran. Si no había, autorizaba a algunos laicos a partir el pan con él. Nunca se decía: "Señor, no soy digno de que entres en mi casa…". En efecto, después de pronunciar las palabras: "He aquí el Cordero de Dios que quita los pecados del mundo", el presbítero añadía a continuación: "Que el cuerpo de Cristo nos guarde para la vida eterna". ¡No lo decía mientras estaba en pie ante el altar, sino sentado en su sitial!

La comunión se hacía de una forma completamente anómala Todos permanecíamos sentados a la espera de que el presbítero y quienes lo asistían pasaran por los asientos para depositar un trozo de pan consagrado en las manos de cada participante. Terminada la distribución, el presbítero se sentaba y comía el Pan al mismo tiempo que todos los demás. Luego el presbítero tomaba el cáliz (más grande que los utilizados para la "misa que vale como veinte" y pasaba por los asientos donde los participantes, sentados, bebían un (generoso) sorbo de vino consagrado. Después de la Comunión, los responsables daban todo tipo de advertencias y finalizaba la uka con la bendición.

Entonces bailamos alrededor de la mesa. Este baile era parte de la celebración: todos debían participar, aunque solo fuera dando palmas o cantando.

Cuando pienso en la posibilidad de que algún pequeño fragmento eucarístico haya acabado en el suelo y hayamos bailado sobre él, siento una terrible consternación ante el descuido mostrado. Que el Señor tenga misericordia de mí y de quienes hoy lo siguen haciendo.

Añado que durante la celebración (que no duraba menos de dos horas), se producían distracciones, algunos incluso salían de la sala para fumar o estirar las piernas. Los presbíteros estaban en contra de esto, pero ellos no podían corregir a los hermanos descarriados, la autoridad correspondía a los kikotistas, que no eran ajenos a la costumbre de salir a echar un piti.

Cuando alguien, imposibilitado de participar en la celebración del sábado por la tarde, participaba en la "misa dominical", al encontrarse con los hermanos de la comunidad contaba la experiencia vivida y, a menudo, se comentaban las notables diferencias entre las dos celebraciones, asegurando que el domingo "no había sentido nada". Nunca olvidaré que una hermana "ostiaria" regañó a mi hija porque un domingo había ido a misa a la parroquia. Según ella, ¡esa misa no era válida! Con esto no quiero acusar a esa pobre hermana por lo que dijo, sino dar testimonio del clima en el que viven los del Camino.

A todos se les inculca la idea de que la verdadera Iglesia está en el Camino y que "quienes se limitan a las prácticas parroquiales" solo poseen "una fe natural e inmadura". Esta idea siempre estuvo respaldada por los ejemplos dados por los kikotistas, banales pero incisivos, que señalaban que siempre había una gran participación en el Camino, mientras las iglesias se vaciaban cada vez más. La Iglesia común era vista como "caducada". [Por eso el CVII o un soplo en el cogote o no se sabe qué había suscitado al CNC, para sustituir a la caducada Iglesia de los religiosos naturales inmaduros].

Hacia el final de mi experiencia en el Camino, cada vez que me detenía a reflexionar sobre el Misterio Eucarístico, me turbaba mucho. El hecho de que nos prohibieran tajantes arrodillarnos ante Cristo Eucarístico me hizo reflexionar mucho. ¡No entendía por qué no debía hacer este gesto de adoración! En el Camino nadie se arrodilla, ni siquiera los presbíteros.

1 comentario:

  1. Gracias por la labor desarrollada en desenmascarar la impostura Neo.

    El laboratorio de "narciso Gómez" persiguió tan solo un objetivo: apartar a Cristo de aquellos que lo buscan.

    Es normal que Kiko se refiriese -señalando con su dedito - a Jesús crucificado, como "muñequito" ( con monseñor Osoro a pocos palmos) pues a fin de cuentas, lo que sucedió fue que dicho doktor trukele, sintetizó una forma de "Jesús" para satisfacer sus ideas malparidas. Por las fechas en que comenzaron K&K sus fechorías también se impulsaban modas de polipiel como falso cuero, y metacrilato como falso cristal.... Las drogas de diseño iban en aumento, así que no es extraño que aquél laboratorio produjese la temible kikotina (© by Alejada)
    Las alfombras novoladoras acogen mugre a espuertas, así que resultaron muy necesarias dado que la fábrica de mierda psicoespiritual produce mucho serrín y virutas. Basta observar que los garabatos y pintarrajos han logrado prosperidad a su autor, y son vistos como "arte" por solamente los kikotinoadictos.

    La "Uka", también fue el resultado de pasar la Santa Misa por el taller de trukele. Analogía inconmensurable de la puesta en marcha de una iglesia paralela, qué, siendo defectuosa a más no poder, se vende desde los neo atriles como la de categoría superior. Y si para conseguir tal objetivo fue necesario desprestigiar a aquellos que les dieron cobijo, se puso el ventilador a desparramar mierda en todas direcciones y asunto resuelto. La pátina brillante de tanto "signo" , mezclada con la música boba, y la kikotina a granel, consiguen obnubilación por doquier, y se dan palmas a sí mismos, encantados de terminar el banquete travestido.

    Me iré a la foto de la entrada:

    "Si tú corazón no es justo, si tú no haces justicia....."

    No puedo evitar irme a una de las máximas que rigen el negro agujero:

    "Toda pretensión de justicia viene del demonio".(Kiko dixit)

    El kamino ha dado como resultado muchas víctimas, muchas lágrimas, demasiados damnificados. Más, les puedo afirmar, "mes amis " qué:

    "A mayor herida, mayor combate.Y también, mayor consuelo".

    Lo dicen las Bienaventuranzas de Jesús:

    ".... qué tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados."

    Y para cuando las bokotas de los kikotistas vomiten maldiciones para los que se fueron heridos por el mal kamino, les citaré de nuevo a aquél del que no soy digno de que entre en mi casa, pero una sola palabra suya basta para sanarme:

    .
    "Bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el Reino de los cielos.
    Bienaventurados seréis cuando os injurien, os persigan y digan con mentira toda clase de mal contra vosotros por mi causa."

    No, no sirven los inventos. La verdad es Una.

    "Sin libertad no hay amor, y sin amor no hay Cielo ".

    -sepul-

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