miércoles, 26 de febrero de 2025

Leer antes de entrar en el Camino (V)

 Esta entrada es más breve que las precedentes. Es solo todo una advertencia para los sacerdotes que no sepan cómo se las gasta el CNC.

Tú, cuéntame tus pecados


Escruticidio de prebíteros (por Concetto)

Con cada escrutinio y cada testimonio esperábamos enriquecer nuestro conocimiento de los pecados. Recuerdo el testimonio de un presbítero: tenía pasión por las mujeres. Lo que más me llamó la atención no fue la confesión pública de pecados por parte del presbítero (ya estaba acostumbrado a esto), sino el comentario de mi vecino: "Esto ya lo he oído. Sé lo que ha hecho". Lo dijo con suficiencia, como si estuviera aburrido de volver a oír la misma historia. Yo me sentí impulsado a comentar con trágica ironía: "¡Escúchalo! ¡Quizás haya algo nuevo!".

Todos los presbíteros que atendieron a la comunidad a lo largo de los años también estaban en el Camino y por eso recorrían, paso a paso, el mismo camino que nosotros. Ellos también fueron "escrutados" delante de toda su comunidad. Y se volvió normal que hablaran ante todos de cosas íntimas. Recuerdo que un presbítero G.S. dio testimonio de que él también era pecador, enumerando sus defectos y sus pecados (incluso los más privados). Es importante saber que en la redditio se invita a escuchar a parientes y amigos, independientemente de si pertenecen al Camino o no.

Para el padre G.S. era normal hacer saber sus debilidades personales. Como todos nosotros, también los presbíteros de la Comunidad sentían temor ante los kikotistas. Éstos tenían el poder de decidir sobre todos: si eran 'buenos' o 'malos' y si permitían o no el paso a la fase siguiente. Los kikotistas eran informados de todo. Cuando ellos hablaban, ni siquiera el presbítero podía contradecirlos. También él, como los demás, tuvo que aprender a obedecer a sus kikotistas. Incluso el padre P.P., el primero en aceptar el movimiento en Sicilia, informaba a sus kikotistas de Roma de su vida y de la vida del Camino en la región.

3 comentarios:

  1. uno de los tantos actos criminales gestados en el "caminito"

    ResponderEliminar
  2. No concibo que un sacerdote exponga todas sus miserias delante de laicos, casi me parece más propio de un exhibicionista que disfrute escandalizando al prójimo, otra tentación más que le resultaría difícil de superar.
    Y la guinda del pastel es que se someta a un kikotista porque al fin y al cabo ¿ que es un kikokistas? ¿ que formación reciben, de donde provienen, muchos lo son por ser hijos de...parecen más loritos o charlatanes
    Un sacerdote está ungido por el Espíritu Santo, ellos mismos parece que se denigren, denigran lo que debe ser un sacerdote.

    ResponderEliminar
  3. Hay muchos sacerdotes que se confiesan en público frente a laicos.... Los llamados kikocuras

    ResponderEliminar

Antes de comentar, recuerda que tú eres el último y el peor de todos, y que el otro es Cristo.