Esta es la segunda
pregunta:
Si dices que eras
ciego y ahora lo ves, dime cómo sucedió, qué hicieron por ti.
Dime tú a mí con qué autoridad pretendes que te cuente lo que
sucedió. ¿Careces de autoridad? Entonces la respuesta es: no eres digno de
romper los sellos y abrir el libro.
El ciego no cuenta
cosas inventadas, cuenta exactamente los hechos. Dice: "Ese hombre al que
llaman Jesús de Nazaret se me acercó. Estaba pidiendo limosna, se me acercó,
hizo barro con su saliva, me la untó en los ojos y dijo: ¡Ve a lavarte! ¡Fui,
me lavé y ahora veo!" ¡Esto es lo que dice: hechos! No cuenta ningún tipo
de elucubración. A ti concretamente (después de que contases cómo era tu vida
antes del Camino), ¿Cómo se te han abierto los ojos?
Y aquí se ha descubierto. Porque lo que le interesa es que
parezca que le debes la vista al Camino, no a Dios.
Tú dices: "Bueno,
mi cuñado me llevó a una catequesis y ese hombre al que llaman Jesús de Nazaret
-que apareció en las catequesis- me puso barro en los ojos, me iluminó con su
palabra profética en las catequesis a través de los catequistas. De repente me
di cuenta de que tenían razón y la Palabra, que se combina con la saliva,
continuó iluminando mis pecados, mi barro, mi basura y me mostró que tenían
razón, que yo no era la persona perfecta que creía ser. Hay personas con las
que esto sucede en la primera catequesis, a otros les sucede en el primer
escrutinio porque todavía se creen buenísimos y, de hecho, creen que nos están
haciendo un favor al ir a la comunidad. Entonces el Señor mismo los derriba con
hechos. Algunos entran en crisis, otros son violentos, otros se enamoran... El
hecho es que deben ocurrir problemas y conflictos (muy necesarios en los
primeros años de camino) a través de los cuales el Señor ilumina nuestra
realidad.
Entonces debes decir:
En la Iglesia hay un camino y una palabra profética que me iluminó y me hizo
ver quién era. Antes no veía nada y pensaba que era muy buena y me pasaba la
vida juzgando -como muchas mujeres que van a misa y comulgan a diario, muy
intolerantes-. ¡Me creía buenísima! Mi esposo era muy malo, mis hijas no me
entendían y yo era muy buena (es tu vida, ¿no?).
Es la vida de cualquiera que lleve unos cuantos años metido en
el hoyo del Camino, porque eso es lo que se enseña en la comunidad y además, tú
no puedes evitar ser como eres ni tiene la menor importancia porque diosito te
quiere como eres.
Solo en el camino
comencé a conocer mi egoísmo, porque no veía nada, no veía nada más que el
hecho de que no me amaban mientras pasaba mi vida en casa sacrificándome por
todos.
"¿Pero cómo
sucedió esto? ¿Cómo, concretamente?". Así: hizo barro con su palabra, con
su saliva iluminó mis pecados. Y me vi tan sucio, tan sucio, vi de lo que soy
capaz: con hechos, no una o dos veces, sino durante años, con hechos muy
concretos, me hizo ver mi apego al dinero, mi mente sucia, cómo murmuro, cómo
no respeto al otro, cómo lo juzgo, cómo tengo una mente sucia, sexual, etc.
La palabra de Dios pone al hombre frente a su misericordia. El
ciego que recupera la vista no ve pecados, suciedad y delitos, ve la majestad
de Dios, ve su amor, ve su perdón. Así que si te echan encima algo que solo te
hacer ver dolor y culpa, huye por tu bien.
Y aunque soy así...
Señor, ¿me amas? He visto que el Señor me ama. Y no solo me ama, sino que por esta
persona así como soy yo, el Señor ha dado la vida. Dar la vida por uno bueno es
fácil, pero dar la vida cuando soy tan pecador o pecadora... ¡He visto su amor!
Estaba completamente ciego antes, no veía amor por ninguna parte, no veía nada
más que mi bondad y la maldad de todos los demás.
Exactamente lo que ven los kikos. Pobrecitos, tan perseguiditos
ellos. ¿De qué se van a arrepentir y a corregir ellos si se creen los buenos de
la película? Y si no lo son, lo dicho antes, les trae sin cuidado, porque diosito
los quiere como son.
Otra falsedad. Precisamente antes de curarlo, Jesús deja claro que
no estaba ciego ni por sus pecados ni por los de sus padres.
¿Cómo se te pueden
quitar tus pecados? ¡Cristo los toma sobre sí mismo! Alguien debe sufrir el
castigo de tus pecados: en esto hemos visto el Amor. ¡Ahora he visto el Amor de
Dios, la luz, he visto la luz! Porque antes de no ver la luz, ¿qué es la luz?
Dijimos: la luz es el amor que Dios tiene por nosotros los pecadores.
Pero esta es una frase
bonita y nada más si no se vuelve existencial en ti, si no llega verdaderamente
a tu vida. Por lo tanto, es imposible ver para aquellos que se creen justos
como los fariseos, los profesionales de la religión, porque dicen: "Nosotros
vemos".
Eso es exactamente lo que dicen los kikos de sí mismos. Que
tomen nota.
Jesucristo no debe
soportar ningún pecado porque no tienen ninguno, son justos. Porque esto dirá
Jesús en Evangelio: "Ay de los ricos, ay de los que ahora están
satisfechos", ay de vosotros que no necesitáis a Jesucristo.
Ay de vosotros, que cambiáis a Jesucristo por un chute de
kikotina.
"Antes no veía nada y pensaba que era muy buena y me pasaba la vida juzgando -como muchas mujeres que van a misa y comulgan a diario, muy intolerantes-. ¡Me creía buenísima!"
ResponderEliminarY luego entraste en kikónides y te volviste la "pedor" de todos, y más hipócrita que antes.
Cometes los mismos pecados que antes de kikónides, pero te las llevas de adultísima en la fe y superior a los de fuera, por lo tanto tu pecado es más grave. Lo siento, chica, te han convertido en una farikika y no tienes remedio porque solo conoces a tu ídolo de barro.
Antes no se veían los pecados, ahora si, pero siguen con ellos, ya son consientes que los tienen, pero siguen igual y peores.
ResponderEliminarEs todo un inicio de camino, inicias un camino siendo consiente de tus pecados, pero no significa que los dejes, porque tu no lo puedes hacer, todo lo contrario te preparan y te advierten que cada vez vas a hacer más malo y más pecador.
Esta es la doctrina del Camino neocatecunenal.
Por eso es muy famoso el siguiente eco:
Antes me creía buenesito, ahora soy peor y un pecador.
En la comunidad que ya terminó el Camino seguimos asegurando lo mismo.
Pero varios están cayendo en la enfermedad del siglo la depresión y hasta pánico por el cambio que está mostrando Kiko al volverse un beatorro religioso de misa de 12.
Que quede claro, el CN no es un camino de conversión, No lo es!!!!
ResponderEliminarMuchos no lo han entendido!!!
El CN no es un camino de conservación, el CN es un camino de hacer pasos, etapas, donde de lo que se trata es de dar testimonio de tus pecados y de tus maldades, jamás de tus cosas buenas, siempre reconociendo lo mismo de paso en paso : soy un desastre, soy un pecador, soy una mierda, nunca podré cambiar.
Son tres puntos esenciales.
1. Reconocerte siempre malo
2. Tener muchos hijos
3. Dar el diezmo, así tu padre y tu. Madre lo necesiten.
Cumpliendo el punto No 1,siemore necesitarás del CN.
Cumpliendo el punto No 2,se procura mantener y dar inicio a nuevas comunidades. con los propios hijos.
Cumpliendo el punto No 3,sin darse cuenta confirman que toda su praxis es un invento y no viene de Dios. (San Marcos 7,1-13)
Pero nunca el Camino neocatecunenal es un camino de conversión!
Eso de convertirse es para beatos y religiosos naturales, no hay que cambiar vida... Dicho y enseñado por Kiko y catequistas desde un principio.
Y que venga alguien a decir lo contrario o a decir que no es así.
Todos lo sabemos, en silencio lo llevamos, los más viejos más, callamos, frente a los más jóvenes, y únicamente les decimos, poco a poco te iras dando cuenta y abriendo lo ojos de lo que es ser Cristiano.
Termine el Camino y en la comunidad estamos esperando la conversion y el poder amarnos, extraño es el saludarse entre nosotros, ya que es algo que sacan del ser, argumentando que esas cositas son para gente educada, y El Cristianismo no es ser educado.
He aquí el engaño para llevarte a convertirte en lo pedor de lo pedor durante todo el itinerario de este movimiento cn.
ResponderEliminar"Pero esta es una frase bonita y nada más si no se vuelve existencial en ti, si no llega verdaderamente a tu vida. Por lo tanto, es imposible ver para aquellos que se creen justos como los fariseos, los profesionales de la religión, porque dicen: "Nosotros vemos".
Que no te creas justo, que no te creas bueno, dicen. Entonces transmiten a tu mente que tienes que pecar y ser malo, sea como sea hasta que peques de mil formas y te de des cuenta que eres lo peor de lo peor.
El otro gran daño que hacen es convencerte que tu esposo es tu enemigo, que tu esposa es tu enemiga. Ver como se arruinan matrimonios por esta razón hereje.
Las canalladas peores es ver como logran hacer pelear a los matrimonios para que se convenzan que son enemigos.
Vaya, con razón siempre llama mucho la atención que los kikotistas no soporten que alguno(a) de muestras de conversión, de cambio o de hacer obras buenas. En los escruticios o visitas a las comus atacan al kikorro(a) asi: Qué te creeis a muy bueno(a), Qué te creeis un santo(o), seis un beatorro(a), hayyy sois tan buenecito(a) con aire de burla, atacan, humillan y hacen sentir a la víctima como una mierda, terminan diciendo estos kikotistas: vete mejor a pecar a ver si os dais por enterado(a) que no sois nada!!!!
ResponderEliminarVaya formación (deformación), vaya Cristianismo, este testimonio y esta denuncia es solo la punta del iceberg.
Teniendo en cuenta que ahora la gente que entra en comunidad es muy joven en su mayoría, adolescentes incluso, me parece terrible hundir la autoestima de estas personas (una autoestima que en la adolescencia no suele ser precisamente alta) y volverlos inseguros y obsesionados por el pecado. No solo por la doctrina repetida incansablemente, sino por el ejemplo de los miembros adultos de las comunidades. Camino de perdición.
ResponderEliminarEsa es la anti pedagogía del Camino, recordamos con mucha preocupación que en de las homilías de la Pascua hace dos años un patanegra presbi con 20 de ordenado del RM, dijo a la asamblea, pero dirigiéndose a los jovenes: " vean pornografia pero poquita"
ResponderEliminarLo anterior es histórico en esta Parroquia.
Si, los kikorros son cansinos con autotratarse como lo peor del mundo con los peores términos. Yo veo en esta puta costumbre falsa humildad.
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