miércoles, 8 de enero de 2020

Traditio symboli (XXXV)



Monición a la oración del presidente

Ahora el presidente, como jefe de esta asamblea, elevará una oración al Señor pidiendo el perdón de los pecados, para que los frutos de la Pascua de Cristo se apliquen a todos los que estamos aquí, para que acoja la oración de toda la asamblea que antes de confesar los pecados pide perdón, ya comienza a pedir perdón. Haremos después una breve letanía y después del Padre Nuestro, que termina esta oración de toda la asamblea, pasaremos a confesar, a reconocer nuestros pecados. Ahora escuchemos la oración del Presidente, para que esta oración llegue a Dios en nombre de todos nosotros.
No sé si es que pretende que solo ellos conocen las palabras mágicas para que “Dios acoja la oración de toda la asamblea”, porque lo cierto es que no se necesitan moniciones para que las oraciones lleguen a Dios.

Oración del presidente
 Letanía
Monición al Padre Nuestro
Antes de pasar a las confesiones, de acuerdo con la renovación del "Ritual de Penitencia" que hizo el Vaticano II, dice que primero rece toda la asamblea a nuestro Padre, llamando a Dios Padre, pidiéndole con el corazón "Perdona nuestros pecados”. Debemos obedecer a Dios, a Su voluntad, quien nos perdona por tantas ofensas, como nosotros, ahora que hemos escuchado Su palabra, estamos dispuestos a perdonar a quienes nos deben algo.
Pues sí, va a ser que se cree el inventor de la tiza, porque mira que pensar que hasta que llegaron ellos nadie había “escuchado Su palabra”…
Nos deben honor, justicia, algo que hicieron, algo malo contra nosotros, estamos dispuestos a perdonarlos. Si no estás dispuesto a perdonar a tu suegra, tu primo, tu hijo, tu esposa, tu esposo, el compañero del trabajo, hoy no esperes que aquí se te perdone nada, porque haces ritos sin ningún contenido.
Lo llevan claro los amorosos hermanos aficionados a las sillas voladoras.
Y haces ritos que no tienen contenido. Dice Dios: "A mí, ¿qué me importan tus oraciones?" Dice el Señor (sic): "¡Me dan nausea! (sic) Cuando levantas tus manos hacia mí, giro mi rostro, me giro, no quiero ver. Yo miro el corazón, el corazón".
Estoy convencida de que es una errata ese “Señor” en mayúscula, porque la presunta cita debe ser una auto cita: el señor del CNC se cita a sí mismo y reconoce su asco y su desprecio por todos sus seguidores… y la inutilidad de sus ritos con las manitas alzadas para pedir prebendas a su diosito.
Dios mira el corazón. Por estos hermanos, que el Señor nos conceda verdaderamente -Él que ha sufrido en la cruz-, saber sufrir, comer tarde, levantarse un poco cansado, un poco de ayuno, un pequeño sacrificio, un mínimo porque lo que va a suceder aquí es muy grande, lo que está pasando esta mañana. Para algunos hermanos realmente va a cambiar su vida, para algunos. Ya sea para uno, ya sea para mí mismo, para mí mismo esta mañana.
Hay dos formas típicas de ese cambio de vida: la adición kikótica que transforma en klon y la apertura de ojos, que posibilita recuperar el propio ser.
Doy gracias al Señor (sic) que me tiene aquí, que de nuevo me da su espíritu y su gracia, porque el justo peca siete veces al día. Oremos.
Lo peor que puede pasar es que el señoritingo del CNC te dé su espíritu: la klonación es difícil de curar.
Padre nuestro.
Monición a las confesiones.
Ahora vendrán los sacerdotes aquí delante y mientras tanto cantaremos las Bienaventuranzas, es decir, el aspecto del hombre nuevo con el que somos revestidos. Entonces, primero confesarán los presbíteros, quien quiera, y después quien quiera recibir el perdón, la muerte, quien tenga la muerte dentro de sí mismo, el cuerpo del pecado, puede ir a confesar sus pecados y recibir el perdón y la nueva vida en Cristo, la resurrección de Cristo, para que la vida de Cristo pueda resucitar en él.
¿Ya se le ha olvidado la advertencia de que los voladores de sillas dan nauseas a Dios?
Confesiones
Monición a la anáfora.
Ahora hermanos, en nombre de toda la asamblea, el Presidente levantará una bendición a Dios, agradeciéndole por su misericordia que se ha hecho presente, junto a nosotros, sobre todo por el amor que nos ha mostrado en su Hijo, quien se entregó a la muerte para que nosotros pudiéramos convertirnos en sus hijos, para que fuese destruido en nosotros ese principio, esa fuerza del pecado que nos esclaviza y fuimos liberados del poder del pecado y comenzamos una vida nueva, una vida que no termina. Junto con el presidente, todos unidos, cantamos.
Tranquilos, mañana volverá con la cantinela de que para ti es imposible no pecar y que, por lo tanto, es mejor que no te esfuerces.
Anáfora
Paz – Canto: Mirad que estupendo
Bendición

3 comentarios:

  1. Pero que contradicción en la predicación

    "esa fuerza del pecado que nos esclaviza y fuimos liberados del poder del pecado"

    Hace pocos meses y siempre lo dicen y hace parte de la formación del CN es que eres un pecador, entre más caminas más pecador serás, lo confirman los hermanos que han terminado el camino, en la parroquia se les conoce por eso a las comunidades más antiguas, esa es su carta de presentación siempre que hablas con ellos, un pata negra de esos llego a confesarnis que les cuesta incluso saludarse entre ellos, eso somos decía, somos pecadores.

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    1. O sea que fueron liberados, pero prefieren seguir siendo esclavos del pecado, para poder pecar a rienda suelta. Eso sin que les falte el rotulito de "adultos en la fe"., porque ellos pecan con superioridad al resto.

      En fin...

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    2. Soy tu Judas, también dicen, (conscientemente y descaradamente) soy enviado de Dios a ponerte a prueba.
      Con humillaciones, mentiras, rivalidades.

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Antes de comentar, recuerda que tú eres el último y el peor de todos, y que el otro es Cristo.