Segundo escrutinio (XLIX)

«El Señor hace una alianza con vosotros esta noche, en la que Él te simplifica, destruye, cuida de ti.»

Tal vez en Kikónides destruir y cuidar sean sinónimos (de ahí que los “cuidados” de los kikotistas sean sistemáticamente destructivos para el libre albedrío y el fuero interno), pero en el mundo real, es incoherente.

«La sal cura, pero, hermanos míos, cura también con el fuego. Cura matando. Cura haciendo daño, haciendo un poco de daño. Y esto es una cosa estupenda, no significa que sea algo malo. Significa que es algo maravilloso. Cura matando. Os cura matando.»

Desobedecer las normas de la Iglesia e invadir conciencias no cura nada, pero matar, sí mata. Advertidos quedáis: su intención es entrar a matar.

«¿Matando el qué? Matando el orgullo que tienes dentro. Pero como amáis tanto vuestro orgullo, vuestro espíritu de venganza, vuestra envidia, amáis tanto la máscara que lleváis puesta, ese vestido interior que tienes, este "yo mismo", ¡fijaos! cuando se destruye se os va la vida: entonces nada, no queréis. Nada, entonces no servís para ser cristianos.»

Cuando se destruye, quedáis transformado en una fotocopia, un kiklón. Y si te resistes, no sirves para ser kikiano. La usurpación de la palabra ‘cristiano’ sólo es una usurpación, intencionada, perversa y falsa.

Para que se vea un poco mejor la diferencia, el cristianismo no se impone, se propone y si no lo quieres, no recibes amenazas. Pero a continuación viene toda una retahíla de amenazas y falsedades sobre lo que va a ser tu vida si te resistes a la kikotización.

«No os preocupéis, idos de aquí tranquilamente. No pasa nada. Es peor hacerlo más tarde. ¿Por qué es peor? Porque si la sal pierde su sabor, ¿con qué será salada? ¿Por qué motivo no debemos dejaros pasar ahora? ¿Qué quiere decir Jesucristo con esa frase: "Si la sal pierde su sabor, ¿con qué será salada?"? ¿Cuál es el contenido fundamental de esta frase? Muy simple. Porque te digo que puedes irte y no pasa nada. Entonces ¿qué sucede? Sucede que es algo muy serio. No puedes olvidar que has recibido la verdad y la luz. Incluso si quieres, no puedes olvidarlo.»

¡Ojalá hubieras recibido tales dones! Pero la prueba de que es falso es que no ves los engaños y mentiras, no ves las amenazas, no ves la desobediencia. Estás en tinieblas.

«Es inútil que te alienes cuando salgas de aquí, cuando te vayas. Es inútil que te alienes. Si verdaderamente has descubierto a través de la Palabra que la vida no está en el sexo, ni en las mujeres, ni en el matrimonio o el trabajo, ni en ser el primero: todo esto no te lo puedes quitar de encima.»

Significativo. Algunos son tan sensibles que por un lado ponen el sexo y por otro las mujeres…

«Y entonces tu condición final será desastrosa. Porque antes de conocer el camino estabas alienando con el trabajo, pensando en mejorar y deseabas tanto la promoción... vivías como un niño pequeño pensando en comprar un auto más bonito... ir al campo el domingo... tener una casita... Vivías en un nivel vegetativo, pero a fin de cuentas... vivías feliz.»

No como se vive en el camino, pensando en superar los pasos, promocionar como salmista, ir a la convivencia el domingo, comprar otro kikono para el salón, preparar la mejor cena de garantes del kikomundo… Vives en un nivel vegetativo y encima eres infeliz.

«Pero ahora, hermano, estás iluminado, e incluso si quieres olvidar, volver a aquella especie de infantilismo, no podrás hacerlo. Y si antes recibías un poco de vida de esos ídolos, porque has estado en esa condición, ahora ya nada. No te dan la felicidad que te daban antes.»

Prodigioso. En Kikónides pregonan la falsedad de que los ídolos otorgan vida. Así les va.

«De modo que tu condición final es despreciable, no sirves para nada. O sí, para una sola cosa: ser pisoteado por otros. Porque cualquier hombre tiene una vida mejor que la tuya.»

No lo dudes, cualquiera que sea fiel a su conciencia y no renuncie a su libre albedrío por el plato de lentejas y el presunto favor de diosito, tiene una vida mejor.

«Antes de que esto suceda en tu vida y te dispares un tiro (porque la gente que ha renegado de Cristo degenera, degenera y cae cada vez más bajo, y no puede escapar porque la verdad es la verdad y no puedes deshacerte de ella), fíjate lo que dice el Señor: que no pasen. Porque, si no, estos hermanos se destruirán.»

Tal vez ahí esté el origen de los suicidios de neohermanos. Pero atentos a lo que sigue. Atentos sobre todo aquellos que niegan que en el CNC se expulsa a gente. Porque se habla de expulsiones y a alguno se le hace la boca agua imaginando la repulsa social (por parte de los amorosos neohermanos en primer lugar) de los expulsados.

«Dice: "Vosotros sois la sal de la tierra, pero si la sal se vuelve sosa, ¿con qué se la salará? Ya no sirve para nada más que para ser arrojada fuera y pisoteada por los hombres". Mira lo que significa: expulsado, ya no puedes estar en la comunidad, expulsado de la comunidad y, además, pisoteado por los hombres. La gente dirá: "Y eso que era tan cristiano. Mira cómo ha quedado, Creo que su esposa lo ha abandonado, ¿sabes? Y ahora él vive en algún sitio con otra. ¿Y los hijos? Ah, los ha abandonado. Sí, sí, estos cristianos... Te digo yo que todos terminarán del mismo modo, que será un desastre". Solo para ser pisoteado por los hombres. Y antes de que esto suceda... frena, para, hermano.

Bueno, hermanos, por esto tenéis que ser ayudados por la Iglesia.»

Ese es el quid. La Iglesia es la única que puede ayudar. Y nada ni nadie que pisotee el canon 220 está en la Iglesia.

«La Iglesia necesita salaros, daros sal interiormente y tenéis que ser exorcizados y recibir el Espíritu de Jesús. Pero no os preocupéis. No estoy diciendo ahora cosas que tú debas hacer, que debamos hacer. Hemos dicho que hemos eliminado de nuestro vocabulario el "debemos". ¡Fíjate que grande es Jesucristo! Primero cinco años para demostrarte que eres un malhechor, un cómodo, un soberbio, eres un orgulloso... cinco años le ha costado a Jesucristo demostrarte esto. Actuando, enviándote demonios, haciendo rabiar a tu esposa o a tus hijos, haciendo no sé qué follones...»

Aconsejo desconfiar y rechazar a un diosito que “te envía demonios”. El verdadero Dios no hace pactos con el demonio. Y seguidamente se intenta poner en labios de Jesús las palabras de un tal Kiko (con comillas, para que la herejía parezca una cita) que parece sumamente deseoso de apuntar en su libreta todos tus pecados.

«Pero creo que ahora, al menos un poco, has entendido que no puedes seguir apoyándote en ti mismo. Ahora Jesús te dice: "Bien, ¿ahora quieres apoyarte en Mí? Porque yo estoy dispuesto a hacer una alianza contigo. Pero no en tus fuerzas, porque tú no tienes fuerza. ¿No te das cuenta de que eres un traicionero? Tú me has traicionado. Me has traicionado 75.876 veces. ¿Quieres que te lo diga otra vez? 75.876 veces que me has traicionado. No continúes apoyándote en ti mismo, hermano, porque me traicionas, porque te enojas, porque eres capaz de hacer una bestialidad. La alianza se basa en Mí, Yo la hago contigo si tú, ahora, te apoyas en Mí". Esto es lo que veremos esta noche en el escrutinio: y significa Jacob, Israel: fuerte con Dios, uno que se apoya en Dios.

Porque, luchando contra Dios, Jacob descubre una cosa: quién es Dios. Porque me atacas por delante y me atacas por detrás. Labán lo sigue atacando para herirle, no puede escapar retrocediendo. Delante viene Esaú, a quien ha robado la primogenitura, que viene con 400 hombres armados para atraparlo. No tiene escapatoria, no tiene salida. Hacia atrás no puede escapar y por delante, tampoco. El río Jaboq está ante él, y tienen que pasar el río. Pasa a sus mujeres, pasa a sus hijos, pasa todos sus bienes, pero él no pasa porque tiene miedo, pánico. Ahora está sin bienes, la esposa no le sirve de nada, sus hijos, todos sus bienes están al otro lado.»

Se habla mucho de la cosificación de la mujer. En el CNC se cosifica no sólo a la mujer, también a los hijos.

«Él está en este lado, solo. El pobre tiene terror, miedo a la muerte, pánico. Porque sabe que Esaú está allí para matarlo y que no tiene escapatoria. Entonces, en esta situación en la que se encuentra solo, donde el dinero no le sirve de nada, ni las esposas, ni los hijos ni ninguna otra cosa sirve, cuando está solo, en este momento, cuando llega la noche, cuando todo está oscuro, siente dos brazos que lo agarran por el cuello, lo agarran y comienzan a apretar.»

Obsérvese la escala de valores: el dinero por delante de las mujeres, que ya no valen para nada, y de los hijos, que son menos útiles incluso. Eso es cosificar.