Competencias del Obispo en el estatuto del CNC

Resumen de la entrada precedente: El arzobispo Miguel Byrnes ha recibido del Papa Francisco el encargo de llevar la paz y la unidad a la archidiócesis de Agaña, devastada por escándalos a los que no es ajeno el depuesto obispo (y catecúmeno) Apuron.

¿Quién podría querer quedarse esta casita?

En el cumplimiento de su cometido, el obispo Byrnes se estrenó recuperando la propiedad de un seminario diocesano que, incomprensiblemente, había pasado a ser propiedad de un grupo que se jacta de no tener propiedades materiales. Y hace unos días ha visto conveniente y necesario fijar límites a las actividades y prácticas litúrgicas del Camino Neocatecumenal.

En concreto, las órdenes impartidas al Camino Neocatecumenal en Guam son:

1.   Por un período de un año, el Camino Neocatehumenal no puede  establecer nuevas comunidades en la archidiócesis.

2.   Toda celebración litúrgica particular del CNC debe realizarse sobre un altar consagrado, en un templo o capilla reconocida como tal por la Iglesia. Es decir, se cabaron las salas uterinas, las mesas multifunción y los catecumenium-clubes privados para kikos decorados con pinturas tenebrosas.

3.   Puesto que se hacen colectas en el CNC, parte de lo recibido debe ir a la parroquia, para cubrir los gastos que ocasionan las comunidades.

4.   El rito de la comunión debe ajustarse al canon romano:

a.   el oficiante comulga antes que la asamblea

b.   quienes comulguen deben consumir la eucaristía inmediatamente después de recibirla y, por tanto, antes de volver a sentarse.

Se acabaron las mesas de ping-pong para la 'uka'

5. Corresponde al párroco disponer cuantas misas se celebran en la parroquia. Por tanto, el párroco, sin consultar a ningún "kikotista", puede decidir que haya una misa común para todas o varias comunidades.

6. Cabe la opción de que no haya una misa “especial” para el CNC, sino que sea la misa de vísperas de la parroquia, aclarando también que las moniciones a las lecturas son opcionales: se puede hacer una breve presentación antes de cada lectura, pero también se puede no hacer.

Estas son las primeras disposiciones adoptadas en favor de la unidad y la pacificación de la Iglesia de Agaña. Disposiciones para las que todo obispo está legitimado según los aprobadísimos estatutos del CNC, pues en el artículo 26 dice que compete al obispo “autorizar la realización del Camino Neocatecumenal en la diócesis”. De forma que si el obispo no lo autoriza, no puede haber “kikotesis”. Y dice el artículo 15, respecto a la celebración de la Eucaristía que “tal celebración se realiza según las disposiciones del Obispo diocesano”.

Queda abierta la posibilidad de adoptar nuevas medidas adicionales. De hecho, durante el año de moratoria sin “kikotesis”, el obispo va a delegar en un ayudante una doble misión:

1.   Asegurarse de que quienes imparten las “kikotesis” estén rectamente formados en la doctrina católica y debidamente acreditados.

2.   Revisar los aprobadísimos por todos los Papas del universo mamotretos doctrinales del CNC.

Se acabó el baile pitufo alrededor de una mesa

Los que conocemos el CNC desde dentro, sabemos que la “formación” doctrinal y teológica de los “kikotistas” es inexistente, salvo que a memorizar los dichos de un ególatra se le llame formación. En consecuencia lo único que un “kikotista” puede acreditar es estar en posesión (previo pago) de una ristra mayor o menor (en función de la “altura” de camino de sus catecúmenos) de mamotretos.

En cuanto a la revisión de los aprobadísimos mamotretos, es lo que debería hacer todo obispo que se tome en serio su misión de garante de la tradición secular de la Iglesia. Porque dicen los aprobadísimos por todos los Papas estatutos en su artículo 1 que “# 2. El Camino Neocatecumenal está al servicio del Obispo como una de las modalidades de realización diocesana de la iniciación cristiana y de la educación permanente de la fe.”

Por tanto, compete al obispo garantizar la rigurosidad y la adecuación de las diversas modalidades de iniciación cristiana de su diócesis y disponer qué modalidades ve convenientes y cuales no para tal labor en su diócesis.

Por cierto, tal vez por emplear la jerga típica de los neocatecumenales y que no les quede duda acerca de lo que quiere que será revisado, en su carta pastoral el obispo Byrnes se refiere a los mamotretos con el pomposo nombre de “Directorio Catequético del Camino Neocatecumenal”, que es el nombre de pega o apodo que les da Kiko cuando tiene el día sensible, pero la realidad es que a lo largo de todo el teto de los aprobadísimos estatutos, a los mamotretos se les llama simplemente “Orientaciones a los equipos de catequistas”, como puede comprobar cualquiera simplemente leyéndose los archi-aprobadísimos estatutos.

Pero lo más interesante es ¿por qué hay que revisar los mamotretos, si los kikos aseguran que ya han sido revisados hoja por hoja y línea por línea y que todas ellas han gustado muchísimo en todos los dicasterios romanos?

Cada quien saque sus propias conclusiones.