Tras la diatriba contra las víctimas (que los verdugos interpretan como una justificación implícita a su conducta, ya que son ellas las que tienen que convertirse por puños y cambiar de actitud), llega una reclamación a todos: la de que se entreguen sin fisuras al CNC.
Por supuesto se maquilla, se hace como que a quien hay que entregarse es a Dios, pero Kiko equipara dejar la comunidad con la perdición y, por tanto, es fácil darse cuenta de que su objetivo es que los captados vivan para el Camino.
«¡Hermanos, hay que entregarse del todo! Hay que decidirse: ¡o del mundo, o del Señor! Por eso te dice Jesucristo en el Apocalipsis: "Conozco tu conducta: no eres ni frío. ni caliente. ¡Ojalá fueras frío o caliente! Ahora bien, puesto que eres tibio, y no frío ni caliente, voy a vomitarte de mi boca".
¡Dios no soporta la tibieza! Si tú crees todavía que pecar es algo estupendo, pues vete, peca hasta el fondo y luego haz como la mujer adúltera, que "come, se enjuaga la boca y dice: '¡No he hecho nada de malo!'" (Pr 30,20). Pero si crees verdaderamente que la vida está en Jesucristo, entrégate totalmente a Él!».
Esto de gritar a la audiencia que se apliquen a fondo al libertinaje, los vicios y el pecado es muy de Kiko. Conviene tomar nota, porque no es el lenguaje de la Iglesia ni una recomendación que haya encontrado jamás en la doctrina de la Iglesia, solo está en el kikismo.
«Bien, hermanos, esta convivencia es una gran gracia para vosotros y para mí. Espero que mañana por la mañana, en el sacramento de la penitencia, el Señor pase e ilumine, desde lo más profundo, nuestra alma, nuestro espíritu, y reavive en nosotros su naturaleza para que todos podamos gritar: "¡Papá!", no sólo con la boca, sino con el espíritu. Espero que el Espíritu Santo, que intercede con insistencia por nosotros con gemidos inefables, venga en ayuda de nuestra flaqueza, dé testimonio a nuestro espíritu de que somos hijos de Dios y, por medio de Él, podamos gritarle a Dios: "¡Abbá, Padre!", llenos de confianza y poniendo en manos de Dios toda nuestra vida y todo lo que nos sucede. Dios, hermanos, lo sabe todo sobre nosotros; hasta nuestros cabellos están todos contados y no cae una hoja sin que Dios lo haya dispuesto así».
Aquí hay otra falacia. Kiko abusa mucho de que no sucede nada sin que Dios lo haya dispuesto así. No es verdad. La voluntad de Dios no es que los hombres caigan en el pecado una y otra vez, eso es consecuencia de la libertad humana, no disposición divina. Por tanto, no es Dios quien ha querido que a una le toque un marido maltradador o que otro sea adicto al porno.
«El demonio trata de robarnos esa confianza diciéndonos: "Si Dios lo sabe todo y te ama, ¿cómo entonces permite ese problema que tienes con tu hijo o eso otro que te hace sufrir? Si eres hijo de Dios, ¿cómo permite que sufras?". Tenemos que aprender a combatir contra el demonio que está siempre al acecho para destruirnos. En cuanto estás un poco distraído, inmediatamente te interpreta mal los hechos y te los hace ver no con la luz del amor divino, sino con las tinieblas: "¿Dices que Dios te ama? ¡No es cierto! ¡Mira, mira cómo es tu marido, mira tu falta de dinero, mira la enfermedad que tienes!". Hay que contestarle enseguida: "¡Apártate, Satanás! ¡No es cierto lo que dices! ¡Dios me ama! ¡Todos los hechos que permite en mi vida contribuyen para mi bien!". Hay que contestar inmediatamente; si no, basta que escuches al demonio un instante y entras en las tinieblas; si se apaga dentro de ti la luz del amor de Dios, inmediatamente la raíz de tu ser es entenebrecida y te pones a pecar, a hacer lo que da placer a tu carne».
Insisto, el carácter insoportable del marido no es lo que Dios quiere para tu marido ni para ti. Según Kiko, Dios hace que tu marido sea insoportable para tu conversión, que es como decir que Dios no solo deja que tu marido obre mal, sino que le hace obrar mal (e incluso condenarse) porque tu marido para Él no tiene más valor que el de instrumento para tu conversión, que eres la importante.
Esto es una monstruosidad, la diga Kiko o su chófer.
Tu marido es insoportable porque es un pecador, y Dios no es el responsable del pecado de tu marido ni del sufrimiento que te provoca a ti, el culpable es el demonio. Pero Kiko lo confunde y lo lía todo porque carece de conocimiento de la recta doctrina de la Iglesia y su fuerte no es el discernimiento.
«Tú has sido engendrado por Dios; es Dios el que te da
el ser. Pero si escuchas las insinuaciones del demonio y
dudas del amor de Dios, si crees que Dios no existe, te
viene un terror interior porque entonces tú no eres nadie
ni nada tiene sentido; entonces tratas de dar sentido a todo mediante el
pecado, sea sexual sea del tipo que sea, intentando afirmarte a ti mismo frente
a la nada.
Hermanos, hay que estar atentos porque nuestro verdadero enemigo, el demonio, está al acecho esperando un momento nuestro de debilidad. A lo mejor durante la convivencia el demonio tiene terror y se está calladito y tranquilo; no te habla».
Durante la convivencia el demonio se está calladito porque Kiko le hace el trabajo con las trolas y falacias que vierte sobre la audiencia.
«Pero pasado mañana volverá a la carga... Entonces, basta por ejemplo que abandones un día la oración, para que el demonio, que te ve debilitado, empiece otra vez con sus insinuaciones mentirosas, empiece de nuevo a hacerte su interpretación sesgada de los hechos que te pasan. Hermanos, gracias a Dios todos tenemos sufrimientos, enfermedades, cruces y tentaciones. Necesitamos todo eso para combatir y llegar un día al cielo. Oremos».
Del mismo modo que el teatro kiko siempre empieza con un lucernario, la primera noche se manda a la gente que se vayan en silencio, y que lo mantengan hasta el rezo de Laudes. Nadie hace caso porque la repetición de lo mismo una y otra vez le quita frescura e interés.

Ya Dios te hara caer en pecados para que no creas que sois un buenazo..... le gritaron a mi esposo en una convivencia los kikotistas ; y nos hemos enterado de cosas peores, esa predicación solo puede venir de satan
ResponderEliminar