jueves, 31 de octubre de 2024

Inicio de curso 2024-25 (II)

 

Uno con estola y otros con imitaciones cutres

Tras los aplausos al jefe, como si fuese una vieja estrella del rock y no sea que se deprima si no recibe loas humanas, Kiko se pone a contar lo mismo que antes ha contado el obediente y bien adiestradito Ezequiel. A saber, que hay muchos problemas en los R. M.:

«Hemos hecho tres convivencias para ayudar a los seminarios Redemptoris Mater».

Habida cuenta de que la “ayuda” ha sido inyectarles kikotina recién salida del sumo amo, predigo que la situación irá a peor. Cómo estarán las cosas que desde hace varios años solo se ha abierto un R.M. y no por casualidad se ha abierto porque el obispo del lugar es el neocatecumenal y bien adiestradito Peter Baldachino.

Kiko también presume de hacer envíos el mismito y por su cuenta:

«En la última convivencia de itinerantes de junio enviamos a setenta familias en misión».

Las parejas mencionadas por Ezequiel acaban de ser ascendidas a familias. A saber si son matrimonios, familias enteras, chachas o célibes, solo tengo claro que a ninguno de los “enviadores” les importa lo que les suceda a los enviados y que hace mucho que no engañan al Papa para dejarse mezclar en tales envíos.

Después del autobombo, como es sabido, proceden a presentarse, porque sesenta años después todavía no se conocen ni se reconocen, ni se aman ni están unidos ni nada que se le parezca. Una pérdida de tiempo.

Y así es como se consigue que las laudes no empiecen antes de mediodía.

Un rezo de laudes, bien hecho, debe ser por la mañana y no solo no requiere moniciones de ningún tipo, sino que incorporarlas es desvirtuar las laudes hasta hacerlas un refrito absurdo. Más cuando las moniciones son del siguiente pelo:

«Hermanos, ante la dificultad de esta convivencia, el Señor me inspira que la única cosa cierta para todos nosotros es el deseo -es voluntad de Dios- de que todos nos convirtamos a Él, todos. Aquí no hay ningún espectador. Todos los que estáis aquí habéis sido llamados a participar en un evento llamado conversión».

También Ezequiel insistió un par de veces en que allí no había sitio para espectadores, que todos tenían que participar… Me hace pensar que más de uno ha intentado hacerse a un lado, vivir un poco en lugar de dedicar la vida a la kikotización, y que ha habido rapapolvos y llamadas de atención y avisos de que mucho ojito con fallarle a diosito, no sea que te envíe un cáncer o algo peor.

Lo interesante viene a partir de ahora.

Sabéis que durante lustros y más lustros Kiko ha insistido en que es imposible dejar de pecar y que no pasa nada porque Dios te quiere pecador y que el esfuerzo y la mortificación son moralismos trasnochados y propios de beatos de misa de doce y religiosos naturales que tratan de comprar gracias divinas. Pues bien, hasta qué punto estará el CNC cuajado de adictos a vicios varios que ahora el discurso es el de los denostados clericalistas que predican el esfuerzo:

«Convertirse a Dios total, eterna, radicalmente. No hay conversión sin romper con el pecado para siempre, para toda la eternidad, de lo contrario no se da la conversión, cambio total de vida, aceptar la nueva naturaleza que se nos ofrece en Cristo esta mañana, de lo contrario entramos en crisis con nosotros mismos y con la asamblea».

«Dios dice que habita en un corazón contrito y humillado. ¿Qué es un corazón contrito? ¡Un corazón contrito! Esperamos que Dios nos dé a todos nosotros un corazón contrito, capaz de llorar por nuestros pecados, de verdad. Un hombre contrito de corazón: es una gracia estar contrito, tener en su interior arrepentimiento por el mal cometido. ... Dios ha mostrado en su Hijo el camino de la vida: si no lo queréis seguir, si no lo queremos seguir, recibiremos daño porque mucho os ha sido dado y mucho se os exigirá».

«Convirtámonos, antes de que el Señor nos corrija duramente, tal vez con enfermedades u otras cosas».

Eso sí, no puede faltar la falsa pretensión de que la gracia necesaria para no pecar diosito solo la reparte en los akikolarres del CNC. Y no a todos:  

«Necesitamos absolutamente esta gracia que Dios nos da en esta convivencia».

Los contumaces hechos concretos demuestran que en un akikolarre lo único que se reparte son gérmenes, pero nada, Kiko erre-que-erre con el mito de que la konversión requiere abandonarlo todo, incluso al hijo hospitalizado si llega el caso, para ir a tragarse en tostón kikil. Y repite varias veces que es él, en esa clase de tostones, quien hace posible que diosito actúe, como también repite varias veces la consigna de que no se admite que nadie se limite a ser espectador:

«Dios conoce el desierto que hay que atravesar este año: por eso no estamos aquí para ser espectadores de nada, venimos aquí a recibir, existe la posibilidad de recibir el Espíritu Santo, porque la fe viene por la predicación»

Todos a dar la vida por el CNC hasta el final.