La constitución Sacrosanctum Concilium restauró el catecumenado de adultos dividido en grados. A partir de esta directriz, el Ritual de la Iniciación Cristiana de Adultos reguló (RICA nn. 4-37) tres grados o escalones que, con el sello de un rito, introducen a sendas etapas de instrucción y maduración.
El recorrido comienza con la admisión, sin rito, en el precatecumenado durante el cual el catecúmeno es evangelizado. Esta es la etapa previa al catecumenado.
El primer grado consiste en pedir la admisión al catecumenado en un rito llamado «entrada en el catecumenado», y este constituye la primera etapa, de duración indeterminada (en la praxis de la Iglesia, de dos a cuatro años).
El segundo grado consiste en pedir una preparación más intensa a los sacramentos, lo que se realiza en el rito de la «Elección» o «inscripción del nombre», que da entrada a la segunda etapa, denominada «tiempo de purificación e iluminación», que de ordinario coincide con el tiempo de Cuaresma.
En el tiempo de iluminación se practican tres escrutinios (RICA nn. 154-179), preferiblemente los domingos tercero, cuarto y quinto de Cuaresma.
Además, existen dos ritos de entrega (RICA nn. 181-192): la entrega del credo (traditio symboli), que se celebra en la semana que sigue al primer escrutinio, y la entrega de la oración dominical, que se hace en la semana que sigue al tercer escrutinio.
El tercer grado consiste en que el «elegido» o «postulante» pida la recepción de los sacramentos de la iniciación, y el rito es la celebración del Bautismo, de la Confirmación y la primera participación eucarística.
Con carácter inmediato al Bautismo, el Sábado Santo, tienen lugar estos cuatro ritos: recitación del credo (antiguamente llamada redditio symboli), rito del «Effetá», elección del nombre cristiano y unción con el óleo de los catecúmenos.
La tercera etapa es el tiempo de la Mystagogia de los neófitos, que —si se ha celebrado el Bautismo en la Vigilia o el día de Pascua— dura hasta el fin del tiempo pascual.
Este esquema, que está diseñado para adultos no bautizados, es alterado y deformado en el Camino Neocatecumenal, que ha tomado unos elementos del RICA y otros, dicen, de los antiguos catecumenados, que aplica a los ya bautizados, sean o no adultos.
Dice el ECN que el
neocatecumenado o catecumenado postbautismal (Título II ECN) comienza con las
catequesis kikotesis iniciales (capítulo II del Título II) que constan de quince
encuentros articulados en tres partes y una convivencia de tres días. Si estas
catequesis iniciales fuesen tales y no kikotesis, entonces sería un repaso para
que los oyentes recordasen lo olvidado, por desgracia el objetivo no es que el
bautizado recuerde, sino desmontar lo que recuerde.
Las kikotesis incluyen una celebración de la Palabra con el rito de entrega de la Biblia así como una celebración penitencial. La convivencia incluye la primera celebración eucarística dominical guiada por kiko-ritos y con pisoteo consciente de los libros litúrgicos que deberían seguirse fielmente. Y acaba con el nacimiento de la comunidad neocatecumenal, que es el objetivo de todo esto. El bautizado ya tiene una comunidad que es la Iglesia, pero el objetivo es separarlo de ella para atarlo al CNC.
Tras la formación de la comunidad, el itinerario neocatecumenal (capítulo IV) comprende tres fases que nada tienen que ver con los grados del RICA.
La primera se llama «precatecumenado postbautismal», lo que es un oxímoron como un camión, y consta de dos etapas.
La primera de ellas va desde la convivencia inicial hasta el primer escrutinio. El rito del primer escrutinio comprende (art. 19.1. ECN) la inscripción del nombre (en la praxis se hace tras una lámina que ilustra una edición de gran tamaño de la Biblia de Jerusalén. Y no puede ser ninguna otra biblia), la petición a la Iglesia a que ayude a «madurar en la fe» (no era procedente pedir la fe como en el rito bautismal, pese a lo cual los kikotistas insistirán una y otra vez en que los neocatecúmenos carecen de ella) y la recepción del signo de la cruz gloriosa de Cristo.
La segunda etapa concluye con el segundo escrutinio, sobre cuyo contenido ritual, no por casualidad sino por cierta bolsa grande muy grande, nada se concreta en el ECN.
Resalta que en el ECN no existe el paso del shema, quizá porque el nombre no es nada apropiado para una iniciación cristiana.
Esta primera fase del itinerario neocatecumenal, que ni ellos mismos consideran catecumenado sino mero precatecumenado, es, sin embargo, en un ejercicio de incoherencia, la que se ofrece como catecumenado bautismal (Título IV ECN) en modalidad neocatecúmena. El artículo 24.2 afirma que la participación en las kikotesis iniciales y en la primera fase del itinerario neocatecumenal «garantiza que se realice adecuadamente cuanto ordena el RICA».
Basta, sin embargo, comparar lo que arriba se ha expuesto sobre la estructura catecumenal del RICA y la del Camino para apreciar que el diseño de pasos, etapas y ritos no es vivido en la comunidad neocatecumenal por los catecúmenos tal como los ha establecido el RICA.
Por tanto, la aseveración del ESC es falsa.
Al seguir leyendo el artículo 24.2 ECN se observa que en siete párrafos se enumeran diversas disposiciones del RICA sobre la formación que deben recibir los catecúmenos. La parrafada diríase orientada a convencer a las conferencias episcopales, obispos y párrocos para que se traguen el embuste y lo ofrezcan a los que deseen convertirse.
Tan inadecuada y falsa es la oferta del CNC que hace obligatorio el Camino a los adultos que deseen bautizarse, hasta recibir el Bautismo, lo que, si depende de los kikotistas, no acaecerá hasta cerrar el segundo escrutinio.
El artículo 24.2 advierte que la participación en el itinerario neocatecumenal se hará «según la condición que les es propia», pero la única explicitación en el ECN es la relativa a las que suelen llamarse «misas de catecúmenos», o sea, la participación en la liturgia de la Palabra de las Misas (art. 24.2.6), en todo lo demás, no hay distinción entre catecúmeno y neocatecúmeno, es decir, el primero va a ser masacrado por los kikotistas igual que los demás.
Sin embargo, un catecúmeno precisaría otras adaptaciones que el CNC no contempla. A título de ejemplo, para los catecúmenos sería procedente mantener el diálogo tradicional del primer escrutinio («¿Qué pides a la Iglesia?» «La fe»).
De otra parte, debe tenerse en cuenta que en la praxis del Camino el rito del segundo escrutinio se demora, a veces incluso el doble de los cuatro años previstos en el RICA como tiempo máximo. No es procedente retrasar tanto el bautismo de un catecúmeno.
En todo caso, la decisión
de bautizar corresponde al párroco, no a ningún catequista kikotista
laico, y debe responder únicamente a la preparación del catecúmeno, no ha si ha
pasado o dejado de pasar un escrutinio.
Esto pone de relieve la
improcedencia de la larga duración del neocatecumenado y la falta de
discernimiento de los catequistas kikotistas. Pues si el párroco juzga
al catecúmeno idóneo para el Bautismo, no es posible que no lo sea para
concluir el segundo escrutinio, es más, para concluir todo el neocatecumenado.
Y tampoco es de recibo
reconducir al catecúmeno a la situación de neocatecúmeno, porque el
neocatecúmeno es el bautizado sin una formación completa. Y si el párroco juzga
al catecúmeno idóneo para el Bautismo antes de que la comunidad haga o supere el
rito del segundo escrutinio, ello debiera ser motivo de reflexión para el
equipo de catequistas kikotistas acerca de la exigencia y falta de
discernimiento del juicio con que ellos están poniendo trabas y barreras a la
comunidad. Y también motivo de reflexión para el párroco sobre la tolerancia
con que permite dicha exigencia anticristiana.
La segunda fase del neocatecumenado se denomina «catecumenado postbautismal» (les hicieron, con razón, cambiar el nombre, porque antes lo llamaban «catecumenado»), es decir, no tiene nombre, porque catecumenado postbautismal es el otro nombre de todo el neocatecumenado (Título II).
Esta segunda fase consta de tres etapas.
La primera incluye el rito de la entrega del Breviario. La segunda incluye los ritos de la entrega del credo (traditio symboli) y su devolución o confesión de fe (redditio symboli). El artículo 20.2 no determina la duración del tiempo intermedio de “predicación” por las casas, que en la praxis es de dos años, repitiendo en medio la convivencia (que no el rito) de la entrega del credo (que por ello es conocida como re-traditio(. En suma, una forma de perder todavía más tiempo.
La tercera etapa incluye el rito de acogida de la Virgen María como madre (en un santuario mariano que el ECN no impone que sea la Casa de La Sagrada Familia en Loreto y con kikono “de regalo” pagado por el neocatecúmeno) y el rito de la entrega del Padrenuestro.
La tercera fase es llamada el «redescubrimiento de la elección» (aunque en la praxis del Camino se llama simplemente la «elección», que es denominación impropia e incorrecta para bautizados) y se aclara que es un tiempo de iluminación (art. 21.1). Todo mal, en el RICA la elección es el rito y la iluminación el nombre del período.
También esta fase, para
perder más tiempo, tiene una convivencia que se repite al cabo de un año y solo
después se acaba la fase con la renovación de las promesas bautismales en la
Vigilia Pascual, que es lo que hacen todos los cristianos en todo el orbe y
todos los años en esa vigilia. Es decir, que lo único particular es que los del CNC lo hacen con un camisón blanco sobre la ropa de calle.
Los ECN no mencionan el rito neocatecumenal que precede en la vigilia. Se oculta la inscripción del nombre, que en el primer escrutinio se hizo en cuanto que «llamados» y ahora como «elegidos», que ya se ha dicho que es término mal aplicado a un bautizado; ni tampoco sobre la imposición de la túnica blanca que el artículo 21.2 dice que los neocatecúmenos visten en recuerdo de su Bautismo.
Probablemente esta omisión, como la del rito del effetá (que en la praxis del Camino tiene lugar durante la redditio symboli), obedezca a que la Congregación para el Culto Divino es la única que puede permitir que tales ritos sean practicados con bautizados. Y no consta que el CNC haya recibido autorización al respecto.
No existe en el CNC una fase de mistagogia o neofitado. Durante la cincuentena pascual los neocatecúmenos celebran La Eucaristía diaria (en la praxis, con su túnica alba) y degustan leche y miel durante la octava pascual, al final de la Eucaristía y antes de la despedida, lo que es un claro abuso. Además hacen una peregrinación a Tierra Santa que se aprovecha para llevar licores de contrabando a la domus Galilaeae.
Y esto es lo que cuenta el ECN sobre el itinerario.
En el Camino no importa lo que marca la Iglesia, solo importa lo que se invente Kiko...
ResponderEliminarLo que indique la Iglesia, el Obispo, el Párroco Diocesano para el camino es como un cero a la izquierda, se han montado una Iglesia paralela, simulan estar en comunión con la Iglesia Católica pero todos sabemos que en el fondo no es así!
ResponderEliminarSería excelente que la Iglesia empezará a controlar al camino neocatecumenal por lo menos exigiendoles que la formación y la preparación de sus catequistas debe ser dada por la Iglesia Católica en las Parroquias y por el plan de Pastoral Católico (como ya lo ordeno el Papa) no por la formación y preparación que ellos mismos hacen, basados en los inventos de Kiko Argüello, Carmen Hernandez y Mario Pezzi, formación llena de vicios e ideologías y doctrinas judeoprotestantes. No existe en el camino neocatecumenal el primer catequista que haya sido formado, preparado y nombrado como tal por la Iglesia Católica. Este es otro punto en el cual el camino está siendo desobediente a las órdenes del Papa respecto a cómo debe ser la formación de los catequistas. En los años que estuve en ese movimiento pseudocatolico algo que me llamó mucho la atención es que en el camino jamás se refieren a ellos mismos como Católicos, somos católicos o algo por el estilo. Jamás hablan de la actualidad de la Iglesia Católica, pero siempre te están repitiendo la historia del pueblo Judío y los detalles de las vidas de Kiko y de Carmen por encima incluso de predicar a Jesucristo. Uno de los puntos más peligrosos y preocupantes de ese movimiento es el hecho que ordenan sacerdotes aparentemente Católicos (kikocuras) y luego estos con la autoridad e imagen de Sacerdotes Católicos llegan a las Parroquias a esparcir y a enseñar las gravisimas novedades del camino neocatecumenal, sembrando la división, la confusión y la rivalidad a donde van llegando con sus comunidades. Y si tu les haces ver sus errores y los corrijes con lo anteriormente descrito en este comentario te califican de endemoniado y perseguidor, ese es el mecanismo muy astuto que usan para defenderse y no aceptar y reconocer sus errores y desviaciones.
ResponderEliminarTienes toda la razón:
ResponderEliminarOyes a un catequista Católico y predica y enseña algo muy diferente a lo que predica y enseña un catequista del camino neocatecumenal, oír a un catequista del camino neocatecumenal es como estar oyendo a un Protestante Evangélico.
Mira que ni el Catecismo de la Iglesia Católica lo tienen en cuenta para nada, jamás lo usan ni lo han leído ni lo han estudiado, en las comunidades muchos menos lo usan o hablan del Catecismo, qué más prueba de la línea sectaria de ese grupo, esto es muy extraño porque la historia de Kiko carmen y el pueblo judío si te la enseñan y repiten hasta el cansancio pero el Catecismo de la Iglesia Católica ni lo voltean a ver
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