El artículo 8.3 ECN dice que el Camino recupera la síntesis existente en el antiguo catecumenado entre predicación, cambio de vida moral y liturgia. Pero la palabra «síntesis» es usada con frecuencia en otro sentido para referirse a la predicación del Camino: el contexto de los chabolistas de Palomeras en que nació el Camino obligó a realizar una “síntesis” catequética inteligible para tales destinatarios. Así lo cuenta Kiko en entrevista a la COPE el 2 de julio de 2002:
No se da cuenta de lo mal que canta |
«Yo me di cuenta de que no sabía predicar porque los "rollos" de Cursillos a gente que es analfabeta es muy difícil hacerles entender cuatro palabras abstractas seguidas. Yo pensaba: pero ¿cómo predicaban los apóstoles? Tenían una síntesis, una forma de predicación. Entonces, aquel ambiente me obligó a encontrar un kerygma, un núcleo fundamental».
Y más adelante insiste: «Allí entre los pobres se dio una respuesta, algo impresionante, vimos aparecer ante nosotros, primero una síntesis teológico-catequética, un kerygma, la Noticia. La Noticia es que Cristo ha vencido la muerte».
Una pena que con el tiempo la síntesis degenerara, porque si la hubiese no se necesitarían tropecientos años de itinerario hacia ninguna parte.
Lo seguro es que la síntesis más larga del espacio-tiempo ha supuesto un lenguaje concreto de tipo prensa amarilla existencial que ha atraído a muchos. Sin embargo, este acervo ha demostrado tener también sus inconvenientes.
Los problemas que la “síntesis catequética” del Camino ha ocasionado son fundamentalmente dos, uno cualitativo y otro de cuantitativo.
En el orden cualitativo, el lenguaje pretendidamente sencillo (kerigma, didáscalo, parusía, torá, shemá, sequiná, januká, faraón, judas…Términos del día a día de cualquier persona, como se puede apreciar) es ambiguo y falto de precisión teológica. El resultado es que tanto los loritos amaestrados para repetir los mamotretos como los oyentes pueden interpretar el mensaje de forma errada, peligrosa o incluso abiertamente herética, pues las herejías denunciadas (sobre todo por algunos sacerdotes canadienses e italianos) son reales y nacen del lenguaje incorrecto empleado en los mamotretos.
Para poner remedio a este
mal el ECN establece la necesidad de que los catequistas kikotistas se
formen en el Catecismo de la Iglesia Católica. Es decir, el ECN dictamina que
si quieren memorizar algo, que memoricen el Catecismo, no los mamotretos, pues
el Catecismo de la Iglesia Católica, como síntesis de la doctrina católica,
ocupa un papel dominante respecto de la “síntesis catequética existencial moral”
del Camino.
En cuanto al problema de orden cuantitativo, la suma doctrinal del itinerario neocatecumenal (catequesis iniciales, temas de las celebraciones semanales y catequesis de los pasos) presenta una limitación patente en comparación con el Catecismo de la Iglesia Católica, limitación cuyos resultados se comprueban en los neocatecúmenos.
Porque si la naturaleza del Camino es precisamente la de una formación católica, debería al cabo de los años alcanzarse una sólida formación integral (recuérdese la presunta síntesis entre predicación, cambio de vida moral y liturgia) de manera que al final del itinerario pueda presentarse un cristiano, no un teólogo, pero sí alguien cuya vida sea acorde a sus creencias.
Pues ni uno. Ni una sola vez. En un porrón de años.
Y por los frutos se conoce al árbol.
Rascando un poco más, puede decirse que hay tres niveles de “enseñanza” en el Camino. El nivel superior lo constituyen los temas clave del Camino, repetidos ad nauseam.
Por ejemplo, la palabra de Dios como acontecimiento en TU vida -y si no eres capaz de aplicártelo, es que no te has enterado de nada-; la eucaristía como Pascua del Señor; la comunidad como única realización auténtica de la Iglesia, el amor en la dimensión de la cruz -pero nunca a los de fuera del CNC-, etc.
Temas que se encuentran en los discursos que los loros han de memorizar tanto para las kikotesis iniciales como las de los diversos pasos.
Es importante resaltar que hay una praxis indebida de selección de textos magisteriales para apoyar la deformada enseñanza del Camino, pues se obvian otros textos que aportan matices ninguneados o negados. Un ejemplo es la encendida defensa del amor al enemigo.
En el sitio de la Domus Galilaeae en la red, hay un artículo que defiende la kikada de que el núcleo del “Sermón de la montaña” no son las bienaventuranzas, sino los seis mandamientos contrapuestos a la Torá («Habéis oído que se dijo... pero yo os digo») que culminan con el precepto del amor al enemigo, que es presentado como el no va más de todo el Evangelio y de la predicación de Jesús.
Para apoyar la ocurrencia, se cita una alocución (audiencia general de 14 de octubre de 1987) en la que el Papa Juan Pablo II dice que el amor al enemigo es la culminación de las seis antítesis, pero en modo alguno lo afirma del entero sermón de la montaña y menos de todo el Evangelio. No tienen nada mejor que citar porque cuando Juan Pablo II celebró en aquel monte la Eucaristía para los jóvenes, su homilía se centró en el tema de las bienaventuranzas, sin mencionar en ningún momento el amor al enemigo.
El mandamiento nuevo del discurso de despedida del evangelio joánico es reinterpretado en el Camino de manera que el mandato de Jesús de amarnos como él nos ha amado se refiera a responder con amor al enemigo. Pero olvidan el propio contexto joánico según el cual Jesús nos ha amado como el Padre a él (Jn 15,9) y sucede que las divinas personas de la Trinidad no son enemigas unas de otras.
Esto explica expresiones como «nadie tiene mayor amor que el da su vida por sus amigos» (Jn 15, 13) o «el que me ama, será amado de mi Padre» (Jn 14, 21), o «si alguno me ama, guardará mi Palabra y mi Padre le amará» (Jn 14, 23). Es este amor el que Cristo señala como signo del discipulado, un amor más sublime que el amor al enemigo, el cual ya es un perfeccionamiento de la Torá, pero que de suyo no requiere la revelación trinitaria ni la Paternidad de Dios.
El nivel intermedio son las enseñanzas ocasionales impartidas por los loritos en las convivencias de principio de curso, que en principio son para un grupo de la comunidad (el equipo de aprendices de loros o en su defecto el equipo responsable) pero que luego se generalizan por medio de a transmisión que a cada comunidad hace un grupo de la misma que ha asistido previamente a una convivencia para loros.
En estas reuniones hay un rato para el Magisterio de la Iglesia (art. 29.3 ECN), que prepara el P. Mario, el que fue ordenado sin saber de religión. Pero el tratamiento del Magisterio tiene muchas limitaciones:
a) El escaso tiempo dedicado para la amplitud del tema tratado (por ejemplo, la encíclica Evangelium vitae o toda la Doctrina Social de la Iglesia).
b) Las condiciones pedagógicas no son las óptimas, pues se deja pare el final de la última jornada cuando el cansancio pesa y el tiempo apremia.
c) Los temas tratados no se incorporan al acervo común que han de memorizar los loros ni se traslada de manera constatable a la vida práctica de los neocatecúmenos, de manera que la catequesis magisterial queda en un mero trámite que caer muy pronto en el olvido.
Es más, hay temas en los que la praxis neocatecumenal contradice la doctrina de la Iglesia. El más obvio es el de la paternidad responsable: sistemática e indiscriminadamente se alaba a las familias dispuestas a engendrar un nuevo hijo («abiertas a la vida» en el argot neocatecumenal) y se censura a las que deciden posponer otro nacimiento, al tiempo que se niega cualquier apoyo a la difusión de los medios naturales de regulación de la fertilidad y se interroga a los matrimonio sin el respeto debido a la libertad de las personas y al fuero interno de las conciencias (arts. 19.2 y 28.2). La incineración es otro tema en el que Kiko pretende imponer un criterio que no es el de la Iglesia .
d) Y la selección de un solo tema anual precisaría de muchísimos años para alcanzar un tratamiento global suficiente de la doctrina de la Iglesia, haciendo que la mayor parte de los contenidos del Catecismo de la Iglesia Católica queden en el que podríamos llamar nivel inferior de enseñanzas que en realidad es aquello de lo que nunca se habla.
En suma, el desconocimiento del Catecismo niega el carácter institucional del CNC como itinerario formativo que ofrece un verdadero catecumenado (prebautismal y postbautismal) seguido de la educación permanente de la fe. Quien redactó el ECN sabía que se le iba a exigir al CNC una formación completa en la doctrina católica. Por ello en el ECN hay una presencia continua del Magisterio y en particular del Catecismo de la Iglesia Católica: el artículo 11.4, que se refiere a la celebración de la Palabra, establece que la Escritura habrá de profundizarse «de acuerdo con la inteligencia y el corazón de la Iglesia», y para ello los neocatecúmenos «se ayudan sobre todo de la lectura de los escritos de los Padres, de los documentos del Magisterio, en especial del Catecismo de la Iglesia Católica, y de obras de autores espirituales». Una pena que sea mentira. Jamás preparé una palabra con la ayuda del Catecismo.
El artículo 11.2 dice que el presbítero interpreta la Palabra en su homilía conforme al Magisterio. Lo que sucede es que muchas veces no hay presbítero en la celebración de la Palabra, e incluso si lo hay, tendría que conocer el Magisterio para adecuar a él su homilía.
Artículo 24.2: los catecúmenos propiamente dichos habrán de recibir una catequesis «preparada en base al Catecismo de la Iglesia Católica» mientras los bautizados celebran la Eucaristía. Lo que se omite es que para que los catecúmenos reciban tal catequesis más vale que se busquen un catequista de verdad, no un neocatecúmeno.
Artículo 29.1: el neocatecumenado debe ofrecer «la correspondiente profundización bíblica, patrística y teológica, con especial referencia a los documentos del Magisterio de la Iglesia». De nuevo la praxis contradice la letra del ECN.
Artículo 29.3: en convivencias y encuentros «se tratan temas fundamentales del Magisterio de la Iglesia». Lo que no dice es que esos temas se deforman a conveniencia del kikismo.
La mentira más gorda está en el artículo 29.5, que asegura que los loritos preparan los pasos «leyendo en ambiente de oración los pasajes correspondientes de la Sagrada Escritura y del Catecismo de la Iglesia Católica».
En resumen, en el CNC solo se predica a Kiko, solo se estudia a Kiko y jamás el Catecismo ha sido libro de cabecera para nada.
Un conocido que va bastante avanzado (hace cenas de garantes) no sabía de la existencia de pecados mortales y veniales... así está el nivel.
ResponderEliminarEn el cnc se insiste mucho muchísimo en que tus pecados están perdonados porque Dios te quiere pecador y porque Cristo ya pagó la deuda por ti. Además te explican que es imposible que no peques y si no puedes no pecar, no hay pecado, no lo haces por maldad, lo haces porque Dios lo permite, lo consiente y lo quiere, hasta el día en que decida que ya no pecas más y entonces te conviertes sin ningún esfuerzo por tu parte.
EliminarEn suma una herejía gigantesca.
Sin embargo, a la misma vez que aseguran que el pecado no es culpa del pecador, es que Dios lo permite, también dice que faltar a la comunidad es pecado grave, de los más graves, de los únicos imperdonables.
Eliminarno dar diezmo para la comunidad y el sostenimiento de los equipos de kikotistas también dicen que es pecado grave..... 🙄 que horror
EliminarCómo es posible que en el camino neocatecumenal no tengan conocimiento ni les interese el Catecismo de la Iglesia Católica, y al mismo tiempo se atrevan nombran entre ellos mismos individuos a los que llaman catequistas, cabe anotar que ningún "catequista" del camino neocatecumenal ha sido firmado ni preparado por la Iglesia Católica, ni en ninguna Parroquia, ni bajo los lineamientos de la Pastoral Católica como lo ordenó el Papa Francisco..... para que una persona pueda ser catalogada como un verdadero catequista Católico. (al Catecismo de la Iglesia Católica le llaman con sorna los neocatecumenales ese librito de religiosos)
ResponderEliminarObjetivamente no solo en el CNC, si eres catequista es pq una persona la pone un párroco y ya está, hay que tener en cuenta también las carencias con las que se deben encontrar los párrocos aunque quieran obrar de buena fe.
Eliminar¿Cuántas personas están dispuestos a hacerlo? Esto sin tener en cuenta que no sean del CNC, tanto párroco como catequista, muy pocas o casi nadie
Si eres kikotista no te ha puesto ningún párroco, es más, es frecuente que tu parroquia administrativa esté en la otra punta de la ciudad, por lo que el párroco no te conoce de nada. Si eres kikotista te ha puesto otro kikotista laico a quien solo le importa que seas sumiso a la kikotina.
EliminarSabiaís que en el camino neocatecumenal no se predican las enseñanzas de la Iglesia Católica, ni las enseñanzas del Catecismo Católico, ni del magisterio de la Iglesia Católica, lo que en el camino neocatecumenal se predica son los inventos de Kiko Argüello, Carmen Hernandez y P Pezzi (una mezcla de ideas judeo-luteranas-kikianas), es más en el camino neocatecumenal se predican más los inventos de estos tres y se habla más de Kiko y de carmen que del mismo Jesucristo
ResponderEliminarUna de las peores herejías, revelaciones y novedades del camino neocatecumenal a través de uno de sus kikotista, un kikocura para ser más exactos "ya Dios te hará caer en pecados para que te convenzas que sois un pecador un malvado, ya Dios te hará quedar como un tonto"
ResponderEliminarEs cierto, en el cnc se utiliza poco el catecismo y también es cierto que mezclan los temas judíos y hacen énfasis en ello por qué alegóricamente les hacer ver la escritura e interpretarla de una manera diferente. Es por esto que exite este blog, sin embargo este problema es algo que existe desde muchos años y en todos los "católicos" que no leen la biblia y tampoco el catecismo solo reunirse en grupitos inmaduros dentro de la parroquia y es por qué mientras más se adentran en el conocimiento de la palabra de Dios más se miran a si mismos y no les gusta lo que ven, por qué así es la palabra de Dios te llama a la conversión y eso es dejar la doble moral y vida que tenemos los católicos y es más cómodo dejar de leer la palabra asi nuestra conciencia no nos juzga, y ese es el peligro de nosotros los católicos, que al entrar en profundidad en la palabra de Dios podemos volvernos moralista, fundamentalistas, o alejarnos por qué no entendemos el amor de Dios.
ResponderEliminarEl amor de Dios en mi opinión es un concepto muy alejado de lo que dice el actual catecismo católico, que es demasiado buenista, pero es solamente mi opinión lo que dice el catecismo me hago cargo que es otra cosa
EliminarEsto por una parte, por otra, una cosa es los grupitos de amigos que puedan montarse en los eventos de la iglesia "standard" y otra las prácticas y actos que hace en concreto esta secta, aprovechando la estructura de las parroquias y de la iglesia universal no solamente como concepto de la palabra que católico significa, no lo hacen en eventos privados de amigos en un local privado, o la casa de alguien a modo privado, o en el bar de la esquina
Busquen lo de Monseñor Schneider. Increíble como permiten esta secta protestante con tendencias luteranas infilitrada en la Iglesia Catolica. El trato que tienen a la Eucaristia es lamentable.
ResponderEliminarhttps://cruxsancta.blogspot.com/2016/04/normal-0-21-false-false-false-es-x-none.html
Eliminarhttps://www.elespañoldigital.com/correcciones-a-un-borriquillo-de-kiko/
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